Los guiones de Kubrick
Nathan Abrams, es profesor de cine de la Universidad de Bangor y
experto en el séptimo arte. Abrams es
un erudito de Stanley Kubrick (1928-1999) y en 2018 encontró un
guion perdido del cineasta. Se trataba de “Ardiente secreto”,
adaptación de la novela homónima escrita
por Stefan Zweig en 1913. Kubrick sentía una gran admiración por el
cineasta Max Ophuls, quien en 1948
llevó a la pantalla grande “Carta de una desconocida” basada en la novela de Stefan Zweig Ardiente
secreto escrita en 1922.
Nathan Abrams, cuando encontró el guion de Burning Secret, estaba planificado para una cinta escrita
por el cineasta en 1956. Por más de seis décadas estuvo desaparecido aquel
guion del año 1956 el cual había sido adaptado en colaboración con el novelista
estadounidense Calder Willingham. Según el cortejo de las fechas, este proyecto
lo trabajo se hizo en paralelo con el primer guion de “Senderos de gloria”.
La novela corta Relato soñado (1926) del escritor
austríaco Arthur Schnitzler (1862-1931), fue un viaje imposible al territorio
de la infidelidad y los celos, algo que de una manera u otra Stanley Kubrick
bosquejó en los guiones recién descubiertos: The married man (El hombre casado), The perfecte marriage (El matrimonio perfecto) y Jeaolusy (Celos). Tres guiones
incompletos del cineasta hallados en Londres que describen su amarga visión de
la institución matrimonial, anticipando su último filme, que hoy cumple 20
años.
Se podría decir que Stanley Kubrick tardó 45 años en
completar el camino iniciado con los tres guiones inconclusos, encontrados en
Londres por Abrams. Los tres hablan de la institución matrimonial en una manera
casi terminal, como si se tratara de vivir en prisión. Fueron escritos entre
1954 y 1956, y rápidamente saltan a la vista las imágenes de Ojos bien cerrados, la película de
Kubrick estrenada el 16 de julio de 1999 en Estados Unidos, apenas cuatro meses
después de su muerte. Ojos bien
cerrados es aquel filme con Nicole Kidman y Tom Cruise, basado en el
respetable matrimonio formado por el doctor Harford y su esposa, el cual caería
tarde o temprano en el precipicio de la desconfianza, la rutina y el desamor.
Alguien fundamentalmente pesimista como Kubrick lo pensó así desde que tenía 26
años.
Todas estas reflexiones hablan del tono amargo,
cínico y, hay que reconocerlo, bastante misógino de los escritos hallados en el
Archivo Kubrick de la Universidad de las Artes de Londres. El más extenso es The married man,
consistente en 35 páginas escritas a máquina, más una no despreciable cantidad
de hojas con anotaciones manuscritas. Le sigue The perfect marriage, compuesto de notas a mano y siete
páginas de escenas. Finalmente está Jealousy,
13 hojas mecanografiadas y manuscritas sobre un matrimonio agobiado por las
recriminaciones mutuas.
Las líneas iniciales de The married man son explícitas: “El matrimonio es como una larga comida cuyo postre se sirve al
principio”. En esa época Kubrick andaba entre los 26 y 28 años, y ya iba en
su segunda relación conyugal, esta vez con la bailarina Ruth Sobotka, de la que
se separó en 1957, un año después de escribir en The married man
reflexiones como ésta: “¿Puedes imaginar
el horror de vivir con una mujer que se aferra a ti como una ventosa y cuya
vida entera gira en torno a ti, mañana, tarde y noche? Es como ahogarse en un
mar de plumas. Y hundirse más y más en las suaves y sofocantes profundidades de
la costumbre y la familiaridad. Si tan solo ella se decidiera a combatirlo.
Enfadarse, o ponerse celosa, aunque solo fuera por una vez. Mira, anoche salí
para dar un paseo. Justo después de la cena. Llegué a casa a las dos de la
mañana. No me preguntó dónde estaba”.
Nathan Abrams publicó su nuevo libro Eyes
wide shut: Stanley Kubrick and the making of his final film, que se
refiere a la cinta final del director de 2001:
Odisea del espacio (1968). El
profesor británico Nathan Abrams, en conversación con el diario The Guardian, en julio de 2018
destacaría que aunque sus hallazgos “son
tratamientos de guión e ideas en desarrollo”, al mismo tiempo les da un
valor único. “Los años 50 son
probablemente el período menos conocido en la vida de Kubrick. Estos guiones
muestran que estaba trabajando en muchas más cosas de lo que creíamos. Era muy
productivo. Estaba probando su mano como escritor, aunque después de su primer
largometraje, El beso del asesino
(1955), nunca más hizo una película basada en una idea original. Las haría con
alguien y a partir de algo ya existente”, afirmó Abrams al periódico
inglés.
La historia de un señor mayor que se hace amigo de
un niño de 10 años con el objetivo de seducir a su mamá es la trama de Burning Secret, la adaptación
que Stanley Kubrick hizo la novela de 1913 escrita por Stefan Zweig. Abrams se
refiera a la historia como “una Lolita a
la inversa” y, en entrevista con The
Guardian, ha
expresado que es “un guion que puede ser
completado por cineastas de hoy en día”. El proyecto, que se consideró
“perdido”, es bien conocido entre los fanáticos de Kubrick, pero se desconocía
que el proyecto había progresado tanto como lo había hecho Kubrick, quien falleció en 1999
mientras trabajaba en el filme AI, el cual tuvo que ser finalizado por Steven Spielberg.
Mississauga, Ontario, sábado27 de julio de 2019.
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