lunes, 30 de diciembre de 2019

Guillermo Cabrera Infante


Guillermo Cabrera Infante

Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) nació en Gibara, pueblo de la provincia de Oriente, hoy la de Holguín, en Cuba. Era el hijo mayor del periodista Guillermo Cabrera y de Zoila Infante, ambos militantes comunistas y fundadores de la organización del partido en Gibara, razón por la cual fueron arrestados juntamente con Cabrera Infante, quien entonces tendría siete años de edad y así conocería la prisión por primera vez por varios meses. 

En 1941 Guillermo se trasladó con su familia a La Habana. A los dieciocho años escribió una historia, El señor presidente que para su sorpresa fue publicada. Inició los estudios de medicina, que dejó para estudiar periodismo en 1950. Sin embargo, ya empezaba a descubrir que sus aficiones, la literatura y el cine, serían las pasiones a las que se dedicaría su vida. En 1952 escribió un cuento y los censores del régimen de Batista lo encontraron culpable de incorporar obscenidades en el cuento y como castigo, se le prohibió publicar con su nombre. a Entonces usaría el seudónimo G. Caín, una contracción de sus apellidos.

En 1954, era crítico cinematográfico de la revista Carteles con la que colaboraría hasta 1960. En la década del cincuenta, Cabrera Infante escribió la mayor parte de sus historias, compiladas más tarde en, Así en la paz, como en la guerra. En 1953 se casó con Marta Calvo. De este matrimonio tuvo dos hijas (Ana, 1954 y Carola, 1958). En 1958 conoció a la actriz cubana Miriam Gómez, con la que se casó el 9 de diciembre de 1961 tras divorciarse de su primera mujer. Miriam Gómez sería la compañera de Guillermo Cabrera Infante durante toda su vida.

Tras la llegada al poder de Fidel Castro (1959), Cabrera Infante, que había apoyado la revolución, fue nombrado director del Consejo Nacional de Cultura, ejecutivo del Instituto del Cine y subdirector del diario Revolución (actual Granma), encargándose de su suplemento literario, Lunes de Revolución. Sus relaciones con el régimen pronto se deterioraron, debido a un corto que Orlando Jiménez Leal y su hermano, Sabá Cabrera, rodaron a finales de 1960. El corto P.M., describía las maneras de divertirse de un grupo de habaneros a finales de 1960, y fue prohibido en 1961 por Castro. La polémica en las páginas de Lunes de Revolución duró hasta que fue suprimida ese mismo año. En su discurso del 30 de junio de 1961 (Palabras a los intelectuales), Fidel Castro pronunció su célebre frase Dentro de la Revolución todo; contra de la Revolución, nada. Era el comienzo del "exilio" de Cabrera Infante.

En 1962, Cabrera Infante fue enviado a Bruselas como agregado cultural de la embajada cubana. En Bélgica, escribiría Un oficio del siglo XX (1963). Allí viviría con sus dos hijas y su mujer, Miriam Gómez, hasta 1965, cuando la repentina muerte de su madre, lo devolvió a la isla, y en Cuba fue retenido por el Servicio de Contra-Inteligencia durante cuatro meses, saliendo finalmente al exilio. Cabrera Infante y su familia vivieron en Madrid y en Barcelona, pero las dificultades económicas y la negativa del régimen franquista a regularizar su situación lo llevaron a mudarse a Londres, donde se instaló definitivamente.

En 1968 publicó en Londres su primera novela de repercusión, Tres tristes tigres a la cual el llamaba TTT y originariamente denominó Ella cantaba boleros. La novela era una versión, retocada de su anterior Vista del amanecer en el trópico (que había obtenido en 1964 el premio Biblioteca Breve de Seix Barral) y se caracteriza por el uso ingenioso del lenguaje introduciendo coloquialismos cubanos y constantes guiños y referencias a otras obras literarias. Un ella relato de la vida nocturna de tres jóvenes en La Habana de 1958. En Cuba, la obra fue tildada de contrarrevolucionaria y Cabrera sería expulsado de la Unión de Escritores y Artistas, además fue calificado de traidor.

Crítico implacable del régimen castrista, nunca regresó a Cuba y se negó a que sus obras Tres tristes tigres y La Habana para un Infante difunto fueran publicados por el Ministerio de Cultura de Cuba. A principios de los 1970 se instaló en Hollywood para dedicarse al mundo del cine como guionista, con discreto éxito, trabajó para el film de Malcolm Lowry Debajo del volcán. En 1972 con Suzanne Jill Levine, colaboró en su obra, tres tristes tigres que traduce al inglés y se publica en Londres con el título de, Three trapped tigers. En 1979 obtuvo la nacionalidad británica. Su estilo se caracteriza por los continuos retruécanos, paronomasias, agudezas, uso del hipérbaton y traslaciones idiomáticas, con los que intenta imitar el ritmo sincopado del jazz; por el dominio de los registros coloquiales de la lengua cubana, por un espléndido sentido del humor y por una gran cultura, manifiesta en la abundante intertextualidad de que hacen gala sus textos.  En 1997 obtuvo el Premio Cervantes. De salud delicada en sus últimos años, fue ingresado en el Chelsea and Westminster Hospital de Londres debido a una fractura de cadera. Allí contrajo una septicemia de la que falleció el 21 de febrero de 2005. La noticia de su muerte tampoco fue recogida en Cuba. 

Cierro este año con un escritor cubano quien padeció tempranamente los efectos del mal que corroe nuestro país y afecta a las naciones hispanoamericanas; confiando en que para el 2020, habrá de mejorar la vida de quienes sobrevivimos bajo este régimen de oprobio…

Maracaibo 30 de diciembre del 2019

domingo, 29 de diciembre de 2019

Epidemias y política


Epidemias y política

Las epidemias y la política, de forma malsana, se nutren mutuamente”.  Una frase muy real que publicaría el 22 julio, del año 2019 el Dr Rafael Muci-Mendoza al rememorar la epidemia de peste bubónica de Caracas el año 1908, la cual hizo su debut en La Guaira. Así como aquella epidemia abriría el camino a la caída del régimen de Cipriano Castro para darle inicio a la dictadura de su compadre Juan Vicente Gómez y llevaría a la persecución y muerte del bachiller Rangel, así, esta peste que ha diezmado al país tiene sus prolegómenos en otra tragedia, acaecida precisamente en La Guaira, y me refiero a el deslave del 15 de diciembre de 1999, que sirvió para evidenciar el carácter dictatorial inhumano y desquiciado de quien se erigiría como el propiciador y ejecutor del mal que ha llevado a la destrucción de nuestro país petrolero, otrora ejemplo para el mundo hasta lo que estamos viviendo... El que tenga ojos que lea las estadísticas y si tiene oídos que escuche los lamentos del pueblo hambreado y el llanto de tantas familias que padecen por la prisión y tortura de sus familiares…  

De mi novela “El movedizo encaje de los uveros” muestro aquí, algunos retazos del inicio de la epidemia de peste bubónica en 1908, cuando en las manos del bachiller Rangel, se entregó toda la responsabilidad del combate contra aquella grave emergencia sanitaria.
Fragmentos de telegramas enviados desde la Guaira por el ciudadano Ministro del Interior    Dr. Rafael López Baralt   al Presidente Cipriano Castro el mismo día 19 de marzo.
5:00 pm.: "Todo este asunto parece ser una mera alharaca".
6:00 pm.: "Todos los síntomas corresponden a la peste, esto tengo que aceptarlo..."
6:15 pm.: "Yo me permito proponerle a usted el envío expreso a la Guaira de una Comisión Científica en la que figure el Dr. Rafael Rangel que tan entendido es en estos exámenes..."
Del Presidente Cipriano Castro al Dr. López Baralt:
8:00 pm.: "Rangel bajará a la Guaira mañana y no se dictará otra medida hasta que él no comunique el resultado"…

Su mirada se perdió en el horizonte. El mar era infinito... ¿Qué hay más allá? Achicó los ojos. Miró el movimiento de las hojas verdes en los uveros contorsionados en la playa y la arena salpicada con el movedizo encaje malva y en oleadas los pensamientos tristes volvieron a la carga y cuando él ya comenzó a percatarse de que iba a sentir nostalgia de los tiempos idos, el viento salobre y cálido le recorrió el rostro y le hizo estremecerse regresándolo a la preparación colocada en la platina del microscopio. 

En la tarde del día 21 de marzo, observarás detenidamente los ojillos rojos de las ratas enjauladas. Los animales se moverán inquietos de un lado a otro y se levantarán sobre sus patitas traseras. Estarán mirándote. Decidirás volver al libro y por enésima vez leerás... "Recomendaciones del doctor Yersin para la identificación definitiva del bacilo pestoso"... Entonces te repetirás... Sé bien que se dilacera, se aplasta, se tritura, se machaca, se espaturra, se transforma el tejido en algo pastoso hasta tener una masa blanda, uniforme y sanguinolenta. Regresarás a leer nuevamente. "Se introduce una partícula de esta pasta bajo la piel de la rata, y en un lapso entre dos y cuatro días el animal debe morir..." Mirarás acuciosamente a tus ratitas y las verás correteando de un lado a otro en las jaulas...

Había amanecido nublado aquel día domingo 22 de marzo. Los roedores inoculados todavía se mueven dentro de sus jaulas, tranquilamente. Él ha sentido la presión de todos sobre su humanidad para que emita un diagnóstico y presiente que este ha sido apresurado. Vuelve a mirar las ratas inoculadas. Recuerda las indicaciones de Kitasato y de nuevo murmura entre dientes. De ser peste, ya deberían haber muerto, pero ni tan siquiera están enfermas. No se erizan sus pelos, mueven sus patitas, se ven ágiles, están correteando. Los acures mastican hierbas, están mordisqueando las lechugas que les puse en la mañana... Resignado él se sienta en la silla… Rangel respirando profundamente toma una hoja de papel en blanco. Lo ha decidido. Redactará el informe de una buena vez...  "...en vista de que hasta la fecha, los medios de investigación directos, los cultivos y las inoculaciones, porque hasta ahora están vivos los animales sensibles inoculados ( ratas y conejillos de Indias ), declaro definitivamente, para concluir mi información, que no se trata de peste bubónica”.


El día martes 14 de abril desde La Guaira. Fragmentos de los telegramas enviados por el bachiller Rafael Rangel al señor Presidente de la República General Cipriano Castro:
"Yo no quise escandalizar, por eso no solicité la obligación de una autopsia..." "Tampoco solicité animales para las inoculaciones, por miedo a crear más alarma entre la gente..."… "Me turbé de tal modo que vine al telégrafo y le comuniqué sólo a  usted el telegrama en referencia, con la confianza de que usted me daría instrucciones..." "Si no ha tomado algunas medidas, lo mejor es esperar pues me ha faltado la calma esta vez, debido a la responsabilidad que tengo ante usted, la mayor para mí de todas las responsabilidades..."… "Nunca he visto peste bubónica ni el bacilo que la produce, me guío solamente por lo que he leído..." "Con la mayor discreción he podido examinar bacteriológicamente uno de los referidos casos y me es muy doloroso participarle que esta vez he encontrado el bacilo específico de la peste..."…"Queda mi vida en continua exposición para evitar la epidemia..."…"Este asunto no lo conoce absolutamente nadie más que el jefe de la estación telegráfica aquí y yo. Su amigo, Rafael Rangel".

Pablo Acosta Ortiz llegó muy temprano al hospital Vargas. Siempre lo hacía, caminando desde su casa en la esquina de Balconcito y Truco donde vivía desde hacía varios años con su mujer y sus dos pequeños hijos Pablo y Mary. En esos días de febrero, ya habían hablado con él para proponerle nuevamente su nombramiento como Director del hospital Vargas… …La biblioteca estaba muy bien dotada, recibía publicaciones periódicas en inglés, francés, alemán y español mensualmente, y funcionaba desde hacía varios años en el mismo salón donde estaban sus piezas operatorias más brillantes. El salón era el mismo Museo de Anatomía Patológica inaugurado por Rafael Rangel a mediados de 1902. Terminaba de revisar las revistas cuando ya había decidido visitar a su amigo, el Jefe del Laboratorio del hospital, pues la oportunidad era propicia. Le habían informado que posiblemente Rangel presentaría en la Academia de Medicina una nueva investigación sobre la bacteridia carbuncosa. Por ello, el cirujano estaba interesado en conversar personalmente con el bachiller para pedirle su opinión sobre uno de sus dos enfermos hospitalizados en la Sala de San Miguel Arcángel… Conversarían… -La biblioteca y el Museo Anatomopatológico son como un pórtico que sirve de antesala a este recinto. Aquí, en nuestro hospital, este es el sitio donde se hace verdadera investigación. Rangel pareció entusiasmarse y emocionado le explicó en detalle algunas cosas a su amigo.   -Lo más importante de nuestras Secciones de Bacteriología y de Química es eso, es que podemos hacer investigación. Salga usted al patio, desde el jardín podrá ver las jaulas con los animales. Hacemos experimentos. Investigamos...

Finalizo con estos retazos de la “conversación” entre el Dr Acosta Ortiz “el mago del bisturí” y el bachiller Rangel, quien era el jefe del Laboratorio del hospital Vargas de Caracas, y había sido formado por los Drs José Gregorio Hernández y Anibal Santos Dominici e investigaba las causas y los mecanismos que producen las enfermedades en el ser humano, con el entusiasmo que en la época actual, tienen que poseer los jóvenes patólogos para cumplir con los tres principios que deben guiarles siempre, diagnósticar, hacer docencia e investigación, sin olvidar nunca, algo que antes les he repetido: “Hay un detalle en el que quiero insistir: al patólogo, nunca le estará permitido mentir. Debe ser vertical y sin dobleces, sin verdades a medias, sin mentiras piadosas, y sin titubear ni pensarlo dos veces si es necesario reconsiderar una opinión juiciosa”.

Maracaibo 29 de diciembre del año 2019



sábado, 28 de diciembre de 2019

Beau Geste de P. C. Wren


Beau Geste de P. C. Wren

Percival Christopher Wren mejor conocido como P. C. Wren, fue un militar y escritor británico, autor de novelas de aventuras, entre las que destaca Beau Geste, escrita en 1927; una novela que comienza con el relato de un oficial de la Legión Extranjera cuando un fuerte de avanzada de la Legión situado en Zinderneuf, Nigeria, solicitó refuerzos, pero cuando las tropas se acercaron al fuerte observaron a numerosos legionarios apostados en sus almenas pero estaban todos muertos... En la segunda parte la novela narra, sobre la misteriosa desaparición del zafiro Agua Azul, propiedad de la señora Patricia Brandon, que llevará a sus tres sobrinos, Michael, Digby y John Geste, a alistarse en la Legión Extranjera. Los tres hermanos serán destinados a un fuerte perdido al norte de Nigeria donde la locura del desierto, acaba haciendo mella en todo el destacamento. Esta novela, es uno de los clásicos de la literatura juvenil de aventuras en todo el mundo, y responde a un ambiente de encrespadas pasiones y de heroísmo. La vida de la Legión Extranjera en el marco trágico del desierto africano encuentra en la mayoría de sus capítulos un acento muy humano y unos escenarios muy vivos que sólo pueden competir con episodios de la vida real. 

Percival Christopher Wren (1875-1941) nació en  Deptford (Inglaterra) Se graduó en Oxford y trabajó en la India, donde vivió la mayor parte de su vida. Participó en la Primera Guerra Mundial en África. Hay dudas pues acerca de si su conocimiento de la Legión provenía de lecturas y conversaciones con legionarios durante su estancia en el Magreb. Es posible que él mismo mantuviese el secreto biográfico tal vez para dar mayor misterio a su existencia. A partir de 1914 se dedicó a escribir novelas y relatos ambientados en la Legión, empezando por Snake and Sword, y alcanzó la fama mundial a partir de su trilogía Beau Geste (1924), Beau sabreur (1926) y Beau ideal (1928) que se tradujeron rápidamente a todos los idiomas importantes y dieron lugar a películas de gran éxito. Sus obras fueron traducidas al español y publicadas en numerosas ediciones y colecciones. Beau Geste se publicó en 1929 (con el título de El robo del agua azul) y le siguió imparablemente, El salario de la virtud (1930), Soldados del infortunio (1932), Uniformes de gloria (1941), Vidas atormentadas (1949) y así hasta la casi totalidad de su obra de ficción…

P.C.Wren escribió sobre la Legión en todas sus guarniciones. En Argelia y Marruecos, en Yibuti, en Conchinchina y en los establecimientos franceses en la India. En los fuertes saharianos y en los cuarteles coloniales situó la acción y los personajes de sus narraciones de ambiente militar en situaciones extremas. Le dedicaría también algunas páginas a la insurrección del Rif contra españoles y franceses en 1921. Su libro  Port o’missing men (1934) se tradujo por primera vez al español por Manuel Bosch Barrett fue publicado por la editorial Lara en 1951 con el título de El puerto de los desaparecidos.

El mismo año 1927 cuando P.C. Wren escribió la novela fue producida la primera versión cinematográfica por A. Herbert Brenon para la Paramouth Pictures, llevada al cine mudo de aquellos tiempos con Ronald Colman como protagonista y con una duración de una hora 45 minutos. La novela sería varias veces adaptada para el cine. La segunda edición de Beau Geste el año 1939 fue dirigida por William A. Wellman, piloto veterano de la Primera Guerra Mundial. Esa segunda versión, contó en su reparto con figuras estelares de la época y ha sido la mejor de las cuatro películas filmadas hasta la fecha, la última en 1977
Beau Geste la película estrenada el 1939 dura un total de 112 minutos, fue dirigida por William A Wellman, y protagonizada por Gary Cooper, Ray Milland, Robert Preston y Susan Hayward a quien le ofrecía su primera oportunidad la Paramount para actuar en Beau geste (1939); en Susan Hayward se conjugaron un físico más que agradable con una feroz ambición y un carácter de luchadora nata e indomable y aunque su papel era pequeño quedó particularmente visible por tratarse de la joven Isobel, prometida de uno de los tres hermanos protagonistas ...

El filme norteamericano de 1966 estuvo dirigido por Douglas Heyes como adaptación de la novela de Percival Christopher Wren, con música de Hans J. Salter y fotografía de Bud Thackery, La película fue protagonizada por Guy Stockwell, Doug McClure, Leslie Nielsen, Telly Savalas, David Mauro, Robert Wolders, Leo Gordon, Michael Constantine, Malachi Throne y Joe De Santis. La versión más vista en televisión es la producción de 1966 con  Telly Savalas en el papel del Sargento Mayor Dagineau.
Maracaibo, 28 de diciembre 2019