viernes, 22 de abril de 2016

63 modelo para armar




63 modelo para armar

Esta es una historia que para mí comenzó hace 55 años en Maracaibo y que tiene como antecedentes el aislamiento del virus que provocó una epizootia de equinos en 1938 y al cual Kubes y Rios denominaron virus de la encefalitis equina venezolana (EEV). En 1952 se describió una epizootia y epidemia de EEV en El Espinal, en Colombia y años más tarde en 1959 en Maracaibo el doctor Américo Negrette describiría casos de encefalitis por lo que perdió su cargo como médico rural tras denunciar una encefalitis epidémica en su ciudad. Al año siguiente, en 1960 publicaría sus hallazgos en su Revista Investigación Clínica. Dos años más tarde, en 1962 se desató una epizootia de equinos y una epidemia de EEV en la Guajira colombo-venezolana. En Julio del año 1963, al graduarme de médico-cirujano en la Universidad del Zulia(LUZ) comencé a trabajar en el Servicio de Anatomía Patológica de hospital Universitario de Maracaibo(HUM) que dirigía el doctor Franz Wenger, en realidad me dieron un cargo de médico pasante sin sueldo y allí me entrenaría en Anatomía Patológica y tendría oportunidad de ver y autopsiar fetos y recién nacidos de madres indígenas venidas de la Guajira quienes habían padecido con clínica de encefalitis y cuyos hijos nacían con lo que el doctor Wenger denominaría “necrosis cerebral masiva”. En el diario Panorama aparecería la noticia el miércoles 8 de mayo de 1963 indicando que la EEV provocaba “recién nacidos sin cerebro”, y comentando que este virus, que es un Arbovirus de la Familia Togaviridae y del género Alfavirus A, hacía cosas como la Talidomida e intrauterinamente, dañaba el cerebro del feto.
 
En febrero del siguiente año, 1994, en vista de que no tenía cargo en el HUM, el doctor Wenger a través del Rotary Club de Wisconsin, me consiguió una beca para irme a estudiar en los Estados Unidos. Para ese entonces había realizado unas 60 autopsias con su estudio microscópico y del ardiente clima de Maracaibo fui a parar a la Universidad de Wisconsin en Madison con temperaturas de 20 y 30 grados C bajo cero. Una diferencia grande que me permitió dedicarme a estudiar y aprender con la buena suerte de poder usar un microscopio electrónico (ME) comenzando a hacer investigación con el doctor Enrique Valdivia experto en patología experimental pulmonar y la doctora Gabrielle ZuRhein neuropatóloga que había descubierto el virus de la PML(leucoenfefalopatía multifocal progresiva) con en ME y trabajaba en encefalitis virales. Cuatro años después, en 1967 el doctor Pedro Iturbe, padrino de nuestra promoción médica, me propuso telefónicamente hablase en Chicago con el doctor Fernández Morán para conseguir su asesoramiento e instalar un ME en el Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo. En enero de 1968 ya estaría de vuelta en Maracaibo y al año siguiente 1969, habíamos instalado un ME de alta resolución en el Sanatorio y estábamos comenzando a hacer investigación. Cuando en 1971 Fernández Morán personalmente nos visitó, ya teníamos fotografías de muchas cosas interesantes como el virus de la EEV y de la rabia, de amibas en el cerebro, de tricomonas, de cáncer del cuello uterino, y de otros tumores. La idea de reproducir un modelo experimental para provocar lesiones intrauterinas similares a las que habíamos hallado en la epidemia del 63 ya estaba en nuestra mente confiando poder algún día demostrar
como el virus de la EEV era capaz de provoca la necrosis cerebral in útero.

Debo darle un crédito muy especial al doctor Luis Carbonell, patólogo que había estado involucrado en la creación del instituto Anatomopatológico(IAP) de la Universidad Central de Venezuela(UCV) y quien para la época estaba al frente del IVIC y nos ofreció todo su apoyo con el respaldo del doctor Gernot Bergold, el virólogo del IVIC quien había estudiado el virus de la fiebre amarilla con el ME. En el IVIC se formó nuestro técnico para iniciar lo que pronto dimos en llamar el estudio de la “patología ultraestrucutural”. Trabajar con la cepa Guajira que es letal, era peligroso, sin embargo ya con las doctoras Slavia y Elena Ryder en Maracaibo habíamos iniciado estudios examinando el virus en el ME con tinción negativa(García Tamayo J, Rydes S, Ryder E. Morfología del virus de la EEV purificado a partir de cerebro de ratón lactante. Rev Micros Electr (Ven) 1: 40-41, 1972; García Tamayo J, Ryder S, Ryder E. Venezuelan equine encephalomyelitis virus: structural components. Invest Clin 15: 56-61, 1974) y en el IVIC logramos la inoculación de ratones recién nacidos para demostrar cómo se desarrollaba el virus de la EEV en el cerebro y luego en el corazón. Estas cosas fueron publicadas en importantes revistas como Journal of Virology y Archives of Pathology en 1971 y 1973(García Tamayo J. Acid Phosphatase activity in mouse brain infected with Venezuelan equine Encephalomielitis virus. J Virology  8: 232-241, 1971; García Tamayo J. Venezuelan equine encephalomyelitis virus in the heart of newborn mice. Arch Pathol 96: 294-297, 1973) En LUZ bajo la dirección de Slavia todo un equipo humano se dedicaría durante años a estudiar los zancudos trasmisores y los animales que deberían ser reservorios del virus en la región de la Guajira. Las cosas comenzarían a complicarse para mí al transformarse el Sanatorio Antituberculoso en el hospital General del Sur y al dejar el doctor Iturbe la dirección de hospital para dedicarse con pasión a la Medicina Familiar. El laboratorio de ME requería de gastos y no existían recursos, ni había  lamentablemente, mucho interés por la patología ultraestructural.

Acepté una oferta para trabajar un año como neuropatólogo en el hospital Vargas de Caracas aprovechando mi año sabático de LUZ (era profesor Asistente de Histología y Embriología de la Facultad de Ciencias Veterinarias), de modo que en 1975 me trasladé a Caracas. Del hospital Vargas, en 1976 pasé al IAP de la UCV para dirigir la Sección de Microscopía Electrónica. En ese Instituto pasaría 29 años de mi vida, ascendería a Profesor Titular y durante 12 años tendría la responsabilidad de ser el director del IAP de la UCV. Entretanto, con la ayuda del IVIC y de mucha gente, la idea del modelo experimental para examinar el daño intrauterino comenzaría a consolidarse y daría sus frutos. Sobre ese modelo trataré de sintetizar lo que hicimos quienes trabajaríamos durante muchos años en ese complicado asunto. En el IVIC, encargado de Virología estaba un coterráneo (me refiero a que es maracucho) hábil y trabajador, el doctor José Esparza quien era ya arbovirólogo (especialista en los virus transmitidos por artrópodos) y con él fuimos asesorándonos en la investigación, ya que inicialmente usaríamos conejos, acures, ratones, hamsters y todos se morían por el efecto letal de la cepa Guajira. Entonces con la ayuda de Gabriel Carreño un estudiante graduado quien se interesó en el experimento con las ratas Sprague Dawley, él crearía una especie de unidad de cuidados intensivos, y logró que algunas de estas ratas albinas sobrevivieran a la encefalitis. Ya un mes después y más tarde, el estudio de los cerebros de las ratas sobrevivientes nos mostraría el tipo de daño que les había causado el virus y ese trabajo sobre la ultraestructura del cerebro de las ratas inoculadas pero sobrevivientes lo publicaríamos en la revista inglesa, J of Pathology en 1979(García Tamayo J, Carreño G, Esparza J. Central Nervous System alterationes as sequelae of Venezuelan equine encephalomyelitis virus infection in the rat. J  Pathology (GrBr) 28: 87-91, 1979). Ya al saber que las ratas Sprague Dawly sobrevivían a la infección, comenzaría la carrera para hacerles citología vaginal y conocer los secretos del estro y de los mejores días para aparearse, de cuánto dura la gestación de las ratas y de cómo nacen, cuantas son las crías de cada animal y de cómo tratarlas y cuidarlas, su peso y demás hasta estar seguros en que día de su preñez está la rata para precisar cuándo haríamos las inoculaciones. En otras palabras, con la ayuda de grupos de entusiastas jóvenes estudiantes de bachillerato quienes hacían sus tesis para graduarse, aprendimos todo esto, para concluir que como la mujer tiene tres trimestres de embarazo, la rata tienes tres semanas de gestación, y paralelamente examinaríamos el útero y los embriones y los fetos en las distintas etapas de la preñez de las ratitas. Muchas cosas aprendimos e hicimos muchos trabajos colaterales, pero ya estábamos encaminados a manejar la preñez de las ratas y decididos a mirar cual sería el efecto de la inoculación del virus de la EEV durante las tres semanas de gestación. Propusimos el modelo experimetal en 1981 y se publicó en el AFIP (Garcia Tamayo J, Esparza J, Martinez AJ. Venezuelan equine encephalitis. Animal Model of Human Disease. Comparative Pathology Bulletin. The Registry of Comp. Pathology(AFIP-USA) 13:(2); 2-5, 1981)



Haré una síntesis de lo que encontramos para no hacer muy larga la historia. Los primero a estudiar fue la histología de embriones y fetos en cada paso de las 3 semanas de preñez. Muchas muestras del útero y de sus productos fueron histológicamente examinadas. La inoculación intraperitoneal con la capa Guajira de EEV en las ratas madres, en la primera semana nos mostró cómo ya 3 a 4 días después el virus había acabado con la preñez. Entre el día 14 a 18 el examen de fetos y placentas 3 a 5 días post inoculación, nos mostró que el virus afectaba los vasos de la placenta y concluimos que estas lesiones eran las responsables del daño del cerebro a través de trombosis vasculares. En la placenta normal existe la invasión del trofoblasto que va a cubrir el endotelio de los vasos placentarios. Demostramos la replicación del virus en el trofoblasto por inmunohistoquímica señalando que en esos sitios se iniciaba el proceso de la infección. Estos trabajos los publicamos en Infection and Immunity y en Investigación Clínica en 1981 y 1983(García Tamayo J, Esparza J, Martinez AJ. Placental and fetal alterations due to Venezuelan equine encephalitis virus i rats. Infect & Immun (USA) 32: 813-821,1981; García Tamayo J, de García S, Esparza J. Alteraciones iniciales inducidas en los vasos placentarios de la rata por el virus de la encefalitis equina venezolana. Invest Clin (Ven) 24: 3-15, 1983). Curiosamente, en 1967, Lucy Rorke y Spiro habían demostrado el mecanismo de las lesiones cerebrales en la rubeola congénita y era similar a lo que estábamos observando y los daños en las placentas iguales a los observados en las ratas habían sido mostrados por Alford desde 1964 en la placenta de mujeres con rubeola. Estos resultados llevaron a los virólogos a preguntarse “is rubella an arbovirus?” y a clasificar al virus de la rubeola como Arbovirus, en un género especial, los Rubivirus, aunque no fuese un virus inoculado por mosquitos. Finalmente en 1986 publicamos un trabajo usando una cepa menos letal (TC83 que se usa como vacuna) y la cual en la primera semana provocó siempre abortos, y mostramos que las ratas inoculadas en la 3ra semana tenían menos crías, con menor peso y sin lesiones cerebrales (de Freites F, Garcés A, García Tamayo J.  Alteraciones fetoplacentarias inducidas en ratas por la cepa TC-83 del virus de la Encefalitis equina Venezolana. Investigación Clinica (Ven) 36, Supl 2: 475-495, 1995). Una revisión del resultado de nuestras investigaciones había sido publicada en Investigación Clínica en 1995 y coincidió con una nueva epidemia de EEV ese año, con más de 10.000 casos y desde la Guajira llegaron a Maracaibo nuevos casos de madres con abortos pero ya nada más se publicaría, quizás el último trabajos sobre este tema lo hicimos desde el IAP, en Caracas con material cedido por LUZ(Valero de Fuenmayor N; García Tamayo J; E de García S; Caleiras E; Parada D.Importancia de la Microscopía Electrónica de Transmisión en el diagnóstico de la Epidemia de Encefalitis equina Venezolana de 1995 en la Guajira Venezolana. Investigación Clinica (Ven) 38: 73-82,1997).
 
Hago pública esta revisión, porque me han invitado para presentarla, el 2 de mayo de este año 2016, y debo hacerlo en la reunión de la Sociedad de Patólogos Mexicanos en Guanajuato, León,  con el título que lleva este artículo y que remeda una novela de Cortázar (62 modelo para armar).  Me  pidieron que dictase una conferencia sobre el tema que se me ocurriera y espero plantear este modelo experimental que hemos “armado” durante años, confiando en que ahora  cuando estamos padeciendo una grave epidemia en América con otro Arbovirus (uno del grupo B de los Flavivirus) pueda estimular la búsqueda de un modelo experimental para examinar la patogenia de la microcefalia y del síndrome de Guillaim-Barre en la infección con ZIKA.

Maracaibo, 23 de abril del 2016

miércoles, 20 de abril de 2016

Hermanos que conversan



HERMANOS QUE CONVERSAN

-Rodrigo, creo que es necesario puntualizar varias cosas sobre el final de la historia que me has venido contando. Quisiera comentarte algo, sobre lo que a mí me parece es el eje central de tu relato. Pienso que el hecho principal, en todo lo que me has estado diciendo, es la cautividad de Babilonia y la importancia que esta etapa tuvo para el pueblo judío y desde luego, para los personajes de tu historia. Es un hecho conocido de todos, que fue el rey persa Ciro, quien conquistó a Babilonia el año 539 antes de Cristo. El liberó a los judíos. También sabemos que Ciro, no necesitó esforzarse mucho para asaltar y tomar la ciudad amurallada frente al Eufrates, ya que los mismos sacerdotes de Babilonia, quienes habían puesto a Nabonido al frente del reino después de la trágica muerte de Zamboshi Marduck, se encargaron de conspirar contra Baltazar, el hijo de Nabonido, y ellos mismos, desde adentro, le abrieron las puertas de la ciudad al rey persa quien acabaría para siempre jamás con el imperio babilónico. Como verás, una historia como las actuales, una de pasiones humanas, de política y por ende, de traiciones. Todo lo que me has relatado abarca esa terrible época de más de cincuenta años, la cual para los judíos fue de singular importancia. Esos años de cautiverio, desde que Nabucodonosor los sacó de sus tierras y los alejó del templo de Salomón, fraguaron el carácter de esa gente. Te digo esto porque tú me has descrito las vivencias de algunos personajes babilónicos, pero casi nada me has dicho sobre las que pasaron los judíos cautivos. Hay una expresión que afirma que el ruiseñor ciego canta mejor, por eso tal vez, en medio de las tribulaciones, en ese sentirse extranjero y cautivo en una ciudad corrompida y viciosa, urbe de decadencia espiritual y de placeres, de curiosas deidades como Ishtar y Marduck quienes seguramente no lograban satisfacer las expectativas de quienes trataban de elevarse sobre los subhumanos, en aquella Babilonia los judíos se consolidarían, y probablemente comprendieron que no estaban solos y que Yavé podía estar con ellos a pesar de la distancia que los separaba de sus tierras y de su templo destruido. Entonces, ellos buscaron a su Dios y lo hallaron en la oscuridad de sus casas, en las familias reunidas alrededor de los ancianos quienes leían las crónicas y el Talmud, repitiendo los hechos que conformaban la tradición, ellos los patriarcas quienes como ciegos ruiseñores, cantaban himnos de esperanza.
-¡Caray! No sabía yo Gonzalo, que tú, mi hermano querido, fueses un ferviente admirador de la gran familia hebraica. Me sorprendes. Por otra parte, me complace que quieras ver en la cautividad de Babilonia el eje de mi relato mesopotámico, pero debo desilusionarte, no es esa la única y más sólida columna de mi historia, la cual por ser precisamente histórica nos permite, o nos obliga a mirarla desde diversos ángulos.
-Mira Rodrigo, no es cuestión de ser admirador de los judíos, ellos no son casualmente mi debilidad, pero tu relato babilónico coincide con esa singular etapa de la historia y eso de los judíos no lo digo yo, eso está en la Biblia. Allí tú encontrarás como fue la célula familiar la que conservó viva la fe y mantuvo la tradición hebraica. Esa fue la simiente que luego dispensarían los judíos y sus sinagogas por todo el mundo, y como la historia es cíclica y repetitiva, ellos tendrían que soportar nuevos destierros y exilios y ser víctimas de atroces cautiverios, mucho peores que el vivido en la sin par Babilonia.
-Hermano querido. Tú estás en el exilio. ¿Estás cautivo? No, pero estás fuera de tu tierra, no lo niegues, y quizás por eso, ves a tu Babilonia desde lejos y te impresiona como una ciudad donde la gente ha perdido la perspectiva, donde sueñan con un pasado mágico que nunca existió y no reconocen los valores que quizás nosotros aprendimos a considerar como los verdaderos. No frunzas en ceño por mis extrapolaciones medio absurdas. Todavía no hace tantísimos años que nos llegó el petróleo y menos hace que reabrieron nuestra universidad. Desde hace menos tiempo aún venimos siendo sometidos al bombardeo de una cultura que no es la nuestra pero que nos ha penetrado hasta el tuétano gracias a la riqueza petrolera. Nabucodonosor trajo los viejos códigos y los puso en práctica e hizo florecer los jardines colgantes, y aunque ellos no lo quisieran, sin tener televisores, recibieron la influencia de la riqueza y de la opulencia, allá adentro, los hebreos cautivos, los mismos que habían llegado como trofeos de triunfantes campañas bélicas, tuvieron que apoyarse en el peso de sus tradiciones culturales para sobrevivir en aquella urbe cosmopolita. Por eso, mira esta arista del asunto. Te dije que creo somos las víctimas de una cultura foránea que se ha afianzado sobre las bases de una riqueza circunstancial y esto nos ha conducido al trágico sino de no poder encontrarnos, de estar cada vez más lejos de nuestra identidad, con todo esto que parece haber sido, o ser ya inevitable, o todavía peor, irreversible.
-Mirá Nabonido, vos no podéis venir a hablarme con ese tono derrotista, porque dejame decirte que vos habéis sido siempre un idealista y nunca habéis osado detenerte ante nada ni ante nadie que se te pare por delante. Yo que te conocí desde chiquito, te diré que no asociaría nunca tu físico con el de un gladiador, ciertamente, pero vos sois mi hermano, el mismo debilucho a quien enseñé a blandir la lanza y a utilizar el escudo, aunque no te interesaras mucho por el asunto, lo tuyo era esa pasión por aprender, eso que llevas por dentro y que bien conocía nuestro padre, buscaste siempre algo diferente y la vida transcurrió, y nos alejamos. Han pasado tantos años y es ahora cuando nos volvemos a reunir. Mi situación es diferente y tenéis que entenderla. Me tocó a mí sufrir el castigo del maldito que nos engañó, que destruyó mi casa, aniquiló a mi familia y me envió cargado de cadenas, deportado, desterrado por siempre jamás a las inhóspitas tierras de Lidia, a trabajar como picapedrero en la seguridad de que allí, en las minas de sal  y bajo el inclemente látigo de quienes ni siquiera eran mis gentes, se calcinarían mis huesos. Obligado a sobrevivir entre extraños, con otras costumbres, cautivo y alejado de mi suelo nativo he permanecido años esperando este momento. Vos, que habéis tenido la suerte de vivir entre tu gente, la tuya y la mía, vos que les conocéis todas sus virtudes y defectos, vos sí que tuviste la oportunidad de desenvolverte, desarrollar tus proyectos, llegar a la cima, si se le puede decir así al haber sido el rey de Babilonia, pues es efímero el poder de un soberano si no puede controlar la mente y los corazones de sus siervos. Decime vos, ahora que han transcurrido tantos años, ¿no estáis arrepentido?, ¿no habéis claudicado?, decímelo porque preciso de tu respuesta, me urge saber si todavía sois el mismo Nabonido de nuestras charlas interminables cuando éramos niños, de nuestras conversaciones de juventud, decime cuál es tu verdad, la más sincera, que ha sucedido desde que he estado ausente, y creo saber cuál será tu respuesta, pero la espero para convencerme que ha valido la pena llegar hasta el final, a este encuentro, en este oasis, lejos de Babilonia y de sus gentes...
-Mi valiente hermano, el bravo guerrero, ¡el impetuoso y querido Azurlasar!, los años y las penurias han cambiado tu apariencia, pero el timbre de tu voz y ese porte marcial que luces, es el mismo de antes. Desde que murió nuestro padre supe de tu  destierro y de tu cautiverio a pesar de que vivía controlado por los sacerdotes en los túneles del zigurat de Marduck Esagila. Desde esa época no dejé de soñar con este encuentro. Con creer que habías sobrevivido me estimulaba para continuar en la lucha, y pensé durante muchos años que aparecerías y tendría la dicha de compartir contigo el poder, fue ese uno de los motivos por los que acepté ser el rey de Babilonia, pero no pude hacer nada para modificar la mente de los sacerdotes, el descontento de ellos ante mis ideas y mi posición frente a la religión tradicional me hundió en graves conflictos. Intenté reunificar el imperio bajo la idea renovadora de un solo Dios, pero me estrellé contra los adoradores de la plata, el oro y las gemas, ante quienes vivían de las riquezas y las prebendas que se ofrendaban a Marduck, Anu, Schmach, Ea, Ishtar, Gula, Ninib y Girra. El oro es indispensable para calmar los demonios y esa era la conclusión unánime de los sacerdotes del zigurat. Busqué extender las tierras del imperio para obtener mayores riquezas y me lancé en costosas campañas guerreras, mis ejércitos avanzaron por el desierto como en los tiempos cuando arrojamos de nuestras tierras a los malvados asirios, esperaba revivir las hazañas de Nabopolasar, pero pronto comprendí que ya nuestras aguerridas tropas eran una masa de borregos sin entrenamiento militar, los hombres en la molicie y el vicio no estaban en condiciones de mantener ninguna disciplina y fuimos una tras otra a las batallas perdidas en fracasadas campañas. En esos días de frustrante desesperación me llegó la noticia de que estabas con vida. Al saber que habías jurado no volver más a Babilonia, he venido hasta este oasis para verte y poderte decirte que ya he dejado el mando, renuncié al trono, no soy más el soberano, terminé con mi reinado, solo soy tu hermano, el mismo de antes y espero retomar el hilo de nuestras conversaciones truncadas por las ambiciones del poder y por las pasiones de los hombres. Tampoco he de volver a Babilonia. Lo he decido. Nosotros somos arameos, no podremos asimilar jamás ese odio ancestral que tenemos que ejercitar contra los asirios. En mi corazón conservo grabadas las enseñanzas de nuestra madre, tal vez por ella, creo en un solo Dios, aunque eso me haga parecido a los detestados hebreos. Logré apaciguar un tanto a los sacerdotes al aumentar la recaudación de los tributos religiosos, pero todo lo que mal se inicia había de terminar mal. Fui llevado al trono, fui impuesto de mi real investidura después de una horrenda confabulación, una sangrienta trama urdida por el Sumo  Sacerdote quien avivó el fuego de los alfareros y logró incendiar media Babilonia antes de asesinar vilmente al rey y a su pequeño hijo. He vivido una pesadilla. Creí mejorar la situación de mis súbditos unificando las creencias religiosas, pero hube de abdicar en mi hijo, Baltasar Assur. Él no ha de continuar mi obra. No comparte mis ideas, ha restablecido el culto a Isthar y a Marduck, ha creído más importante cambiar los mandos del ejército, remplazar al Sumo Sacerdote y poner las gobernaciones y la recaudación de los diezmos del culto a nuevas gentes, sus conocidos, quienes han desplazado a los ancianos generales y a los venerables santones del templo. Estos cambios tan drásticos, seguramente le acarrearán graves consecuencias. Las antiguas familias de nobles caldeos, nietos de los soberanos Nabopolasar y Nabucodonosor se sienten relegadas del gobierno y crearán problemas.    Como ves querido hermano, mi buen Azurlasar, todo se ha desmoronado en un par de años. Ahora que me he retirado del mudalar de Babilonia, debo aceptar que si hubiese una segunda oportunidad, jamás aceptaría el trono ensangrentado de una nación que se hunde en la corrupción y en el vicio. Siento mis manos llenas de sangre y no puedo lavármelas, mi corazón está oprimido  y la noche de la eternidad me envuelve, sé que el sol nunca volverá a salir en el horizonte.
-Terribles son tus palabras hermano. Me pregunto si acaso sabes con certeza que el ejército persa está rodeándonos, que se acercan como la langosta, arrasando la tierra, oscureciendo los cielos y poco tiempo falta ya para que nos visiten. Cuando esto ocurra mi buen Nabonido, entonces si se habrá de apagar para nosotros la luz de la vida.
-Si examinas la historia universal, Gonzalo, te darás cuenta de que poco o nada se dice sobre el final de Nabonido. Nadie ha podido precisar cuáles fueron las verdaderas circunstancias que condujeron a la abdicación de Nabonido, a dejarle el trono de Babilonia a su hijo Baltasar para irse a retirar en el desierto. El viejo soberano se estableció en el oasis de Tema. Algunos creen que esta decisión estuvo influenciada por su pasión por la arqueología, es probable, pero hay quienes afirman que se retiró del mundo cansado de luchar. ¿Cómo saberlo? Lo que sí es un hecho conocido es que cuando Ciro, rey de los persas, conquistó a Babilonia, remató esta faena asaltando al oasis de Tema y Nabonido terminaría con sus viejos huesos en una prisión donde habría de morir varios años después. Esa querido hermano, es la real y verídica historia.
-Todo parece indicar querido Rodrigo, que al final, tus cuentos se vuelven historias verdaderas y para colmo, de esas que uno tiene que llamar, historias tristes...
-¿Comentamos algún corolario?
-¿Todavía quieres jugar a las comparaciones absurdas? A ti te gusta extrapolar...
-Me parece Gonzalo, que ya está bien. Sobran las palabras. La vida en ciertas ocasiones y con ciertas gentes parece ser inclemente. Puede que a veces amaine la tormenta y hasta habrá días de calma chicha, pero cada uno es dueño de su propio destino. Eso de la suerte es cuento. Uno siempre podrá, hasta ciertos límites, tener el control de las situaciones, creo yo, ¿verdad?
-Sí, ante las fuerzas más poderosas... Eso ya lo hemos conversado previamente. Por eso sé que te gusta tanto esa frase, esa verdad acuñada por Gallegos en boca de Marcos Vargas. “Se es o no se es”.
-El problema Gonzalo, es que no son todos los que están, ni están todos los que son.
-Esa es una referencia a la locura de la gente, elogiada por Erasmo, no es como para tomar el tema a mamadera de gallo.
-Te equivocas, te equivocas, fresco y radiante capullo, ¿acaso no somos así los maracuchos?, ¿acaso no vivimos en una tomadera de pelo permanente?
-Si es permanente, el pelo será chicharrón...
-I si le aumentáis el ron a la chicha se fermenta y váis a agarrar una muy regular.
-Cualquier cosa, con tal de no regularla, porque no hay nada más malo que una pea organizada, que si ponete aquí, que no miréis pa allá, que me lo digáis aquí, pero pasito, ¿no es verdad? En eso de la regulación y el padecimiento vos sois todo un experto, ¿verdad mi hermanito?
-Veis, ese es el problema, pasamos de la guachafita al sarcasmo, una especie de pasión por las tragicomedias.
-Al fin y al cabo, Calixto y Melibea, siempre riman con pea.
-También con Roñoquero y con Mamblea. Así que con esta habladera de paja, deberíamos poner punto final a nuestra reunión en la cual esperábamos solventar el misterio de los últimos reyes de Babilonia, la caída de un imperio y el devenir histórico del pueblo que andaba buscando la tierra prometida.
-La del campo venezolano, esa tierrita, se la prometen los políticos al pueblo campesino cada vez que se acercan las elecciones.
-Creo que es más productivo que nos tomemos unas cervezas.
-Va pago.

Maracaibo, 20 de abril del año 2016.
Esta conversación entre dos hermanos Rodrigo y Gonzalo, o entre Azurlazar y Nabónido el último rey de Babilonia, está textualmente extraída de LA ENTROPÍA TROPICAL novela publicada por EdiLUZ el año 2003 y realmente corresponde ser la primera novela escrita por JGarcía Tamayo en la década de los 80 del pasado siglo XX.

martes, 19 de abril de 2016

Peñaranda: un muchacho con buena suerte.



Peñaranda: “Sólo soy un muchacho con buena suerte”

Pablo A. García Escorihuela                            20 de diciembre 2015 - 12:01 am

Rproduzco este artículo de PabloAntonio, para señalar como es la vida diaria en nuestro país
y por fortuna, este joven estrella del futbol en España sobrevivió y se salvó por suerte.

Adalberto Peñaranda, volante ofensivo del Granada y de la selección venezolana Sub 20.          
El juvenil sensación de la Liga contó como un incidente violento en Caracas le cambió la vida para convertirse en una pieza clave del Granada
La vida de Adalberto Peñaranda cambió, literalmente, durante 2015. Una experiencia cercana a la muerte le ayudó a ver las cosas desde otra perspectiva. “El día que me dieron el tiro en la pierna izquierda fue uno de los más duros de mi vida”, contó el joven de 18 años de edad desde Granada, España, con el mismo desparpajo con el que hace una semana anotó dos goles para que el conjunto rojiblanco venciera al Levante a domicilio.
Un incidente con unos desconocidos en un local caraqueño, en una reunión post partido de los jugadores del Deportivo La Guaira, desencadenó el episodio que marcó la vida del oriundo de El Vigía. “Reconozco que en ese momento no sentí nada. Creo que fue la adrenalina, porque de hecho, salí trotando del lugar donde pasó todo. Entré a la clínica caminando”, recordó. “Cuando me vi la pierna, me asusté, creí que no volvería a jugar al fútbol”, confesó. “Cuando me dijeron que el disparo no tocó el hueso, me sentí aliviado. Aunque me imaginaba que sólo había dado en el músculo, porque podía caminar”.
Irónicamente, el muslo izquierdo, donde recibió el impacto, le sirvió para realizar sus dos primeras conquistas en suelo ibérico: El control orientado del primer gol fue con esa zona, y su segunda diana fue un zurdazo que se le escurrió al guardameta levantino entre las manos. “Nunca me imaginé que iba a anotar dos goles de una vez en España. Es algo que uno visualiza, que se lo imagina, pero nunca creí que esto me iba a pasar así. La verdad es que cuando veo lo que me ha pasado, me considero un trabajador, pero también un chamo con suerte”, apuntó entre risas.
Peñaranda salió de El Vigía con 14 años de edad para buscar en Caracas la posibilidad de hacer carrera en el fútbol profesional.“Dejé mi casa, mi familia y me fui a la capital. Quizás por eso es que no me ha pegado tanto la adaptación a España, porque vivo solo desde hace cuatro años, y ya sé cómo es esto”, expuso. “Pero no puedo negar que lo más duro ha sido estar lejos de mamá y papá. Ahorita, gracias a Dios, los tengo conmigo aquí en España, porque están de visita para las fiestas. Pero pega no estar con las amistades, estar lejos de casa. Acá lo que he hecho es trabajar duro para demostrar lo que soy capaz de hacer”, contó.
El técnico del Granada, José Ramón Sandoval, aseguró que Peñaranda  se ganó su lugar en la primera división española, al “derrumbar la puerta” con su buen trabajo. Sólo le costó cuatro meses. “Desde pequeño siempre quise llegar a jugar en España, y todo es con trabajo.  Atender mucho a la exigencia del técnico, que trabaja duro los espacios reducidos y la circulación rápida de la pelota. Esto me ayuda a mejorar.  Soy un chamo, y apenas estoy aprendiendo. Sé que puedo dar más”, argumentó el merideño. “No sabía que había batido un récord de Messi, es un orgullo”, aseguró entre risas mientras atrás se escucha la algarabía de su familia en la casa. “Ahora lo que más deseo es que me llegue una oportunidad con la selección. No me apuro tampoco, sé que si trabajo duro llegará”.
El mejor concepto
José Ramón Sandoval, DT del Granada, aseguró en una rueda de prensa la semana pasada que Adalberto Peñaranda se ganó su lugar a pulso en el equipo. “Se ganó el puesto él solo con los partidos que hacía en el filial. Lleva un mes con nosotros y no miro el DNI de nadie. Se lo ha ganado y hay que tener paciencia con él, que no tenga muchos cohetes. Le he dado la enhorabuena pero le he dicho que en el fútbol lo bueno de hoy se olvida mañana”, remató.

Maracaibo 19 de abril del año 2016