sábado, 30 de diciembre de 2017

Siete noches, siete conferencias



Siete noches, siete conferencias

Hace una semana, estuve en casa conversando con mi amigo, el poeta Víctor Vielma Molina y él me trajo un pequeño libro con siete conferencias de Borges que yo desconocía, el cual he leído y releído con gusto en estos días ya finalizando este año 2017. Me llamó la atención el libro editado por el Fondo de Cultura Económica, ya bastante manoseado con una imagen en blanco y negro de un cuadro titulado “La pesadilla” del pintor y poeta suizo Johann Heinrich Füssli (1741-1825) y decidí decirles algo sobre esta edición…

Siete Noches el libro, fue editado en 1980 para reunir las conferencias ofrecidas por el escritor argentino Jorge Luis Borges en el Teatro Coliseo de la ciudad de Buenos Aires en 1977. Cada una de las conferencias constituye un capítulo de este libro cuya revisión fue realizada en colaboración con Roy Bartholomew.Las conferencias sobre La Divina Comedia, La pesadilla y Las mil y una noches fueron dictadas el 1º, el 15 y el 22 de junio. El budismo, La poesía y La cábala fueron dictadas el 6, el 13 y el 26 de julio, y La ceguera el 3 de agosto. Las siete constituyen el ciclo de conferencias cuando Borges se hallaba en un período de mala salud y ánimo depresivo. De sus charlas se tomó registro en cintas magnetofónicas y, de ellas, se utilizó material para publicar en siete suplementos especiales de un diario porteño y otras tantas versiones, con cortes arbitrarios, errores de transcripción y un exceso de erratas. En 1979 Borges aceptó reunir todas las conferencias en un solo volumen con la expresa  condición de someter a revisión lo ya publicado. 

Bartholomew un poeta natural de Adrogué, ciudad al sur del Gran Buenos Aires, y redactor de La Nacion, discípulo de Pedro Henríquez Ureña, había tenido la oportunidad de presentar a Borges en una conferencia del ciclo Mes de las Letras que tradicionalmente se realizaba en la Sociedad de Distribuidores de Diarios en la avenida Belgrano. Roy Bartholomew decía tener una amistad que lo unía con Borges y Carrizo, Ambos, Carrizo y Bartholomew, eran viejos lectores y seguidores de Borges. De manera que en el “Epílogo” de Siete noches (FCE,  México, 1980) libro que reúne la transcripción, revisada y corregida con el autor, de las siete conferencias que Borges dictó, en 1977, Roy Bartholomew, su amanuense para el caso, anota que él estuvo presente entre quienes asistieron a la primera conferencia que Borges dio en su vida, de viva voz. Sobre la misma, que se desarrolló en el Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires en 1946, y trató sobre Nathaniel Hawthorne, Bartholomew relata que la exposición oral de Borges, luego fue transformada en un ensayo reunido por él en Otras inquisiciones (1937-1952). De aquella primera conferencia diría  Roy Bartholomew: “Fue la primera vez que lo vi. Habló lentamente, con muchas vacilaciones, en voz baja; todo el tiempo mantuvo las manos unidas en actitud de orante”.  Seguro que estaba rogando para que no se desplomara el techo, le comentaría Borges años más tarde  cuando Bartholomew  le recordó la remota tarde siete lustros atrás, en la oportunidad cuando Borges le confesaría. “La verdad es que estaba aterrado.” Todo esto lo relata Roy Bartholomew en su “Epílogo” del libro  “Siete noches”.

Roy Batholomew tuvo a su cargo la tarea de conseguir los ejemplares publicados sobre las conferencias, y se encargó de corregir los errores de transcripción, confrontar las citas, y finalmente, leerle el resultado a Borges. Una y otra vez, cinco, seis y siete veces debió leerle cada párrafo, cada oración, dos o tres veces en cada conferencia, con el objeto de corresponder a la implacable responsabilidad de Borges para revisar y corregir sus escritos. Éste quitó muchas cosas, casi no agregó nada, transformó todo, respetando escrupulosamente la idea original. Los temas del libro son algunos de los que han apasionado a Borges durante toda su vida y vale la pena leerlos y releerlos, se pueden encontrar en pdf en internet. Terminada la tarea de la revisión de sus conferencias, y puesto el título de Siete noches, Borges dijo: "No está mal; me parece que sobre temas que tanto me han obsesionado, este libro es mi testamento".

Maracaibo 30 de diciembre 2017

viernes, 29 de diciembre de 2017

El látigo de la memoria



El látigo de la memoria

Aprovecho, ya culminando este año terrible, para presentar en el blog unos retazos del artículo publicado por Hugo Prieto sobre Rómulo Betancourt

“Betancourt, como presidente electo para el período 1959-1964, negó toda posibilidad de prestarle asistencia financiera a Fidel Castro, quien visitó Caracas invitado por el gobierno provisional del almirante Wolfang Larrazábal, tras alcanzar el poder en Cuba, el 1 de enero de 1959. Castro había seducido a las masas durante el mitin que se escenificó en la Plaza O’Leary de El Silencio. Confiaba en el contagio de su verbo, en su indisputable carisma, para ganarse el apoyo de la naciente democracia venezolana en su guerra secreta contra Estados Unidos. Los planes de Betancourt eran muy distintos a los de Castro. A diferencia del líder cubano, Betancourt luchaba por implantar en Venezuela una democracia representativa, con instituciones legitimadas en la consulta popular que limitaran y controlaran el poder. Betancourt era, como lo dijo el historiador Manuel Caballero, el último caudillo que renunció a ser caudillo”… 

“La historia está llena de ironías. El 4 de febrero de 1992, la izquierda radical, infiltrada en el Ejército en la persona de Hugo Chávez, da el golpe de gracia a la declinante democracia venezolana. Fidel Castro, en el crepúsculo de su vida política, logra su objetivo. Venezuela se adentra nuevamente en la nocturnidad de un gobierno autoritario, que ya dura demasiados años. ¿Qué fue lo que ocurrió? El bienestar era un hecho inobjetable, la educación, la erradicación de las enfermedades endémicas, la creación de la OPEP. La vigencia del estado de derecho y la institucionalidad de la democracia venezolana”…

“El lento pero continuo descenso se inició el viernes negro de 1983. La economía siempre avisa antes que la política. Era el momento para las reformas profundas, para limitar el poder del petroestado a favor de los ciudadanos, para renovar los partidos políticos y extirpar el fenómeno de la corrupción. Pero los venezolanos no lo hicimos. ¿Fallamos? Absolutamente”.
Hugo Prieto “Betancourt, el látigo de la memoria” en “Sin categoría”. Publicado en PRODAVINCI,  2017
Maracaibo 29 de diciembre 2017

jueves, 28 de diciembre de 2017

El primer Mecenas…



El primer Mecenas…

Según el Diccionario de la Real Academia Española, Mecenas se le dice a una persona que patrocina las artes y las letras. El término «mecenas», se usa para los individuos que dedican parte de sus riquezas a financiar obras culturales diversas, museos, premios artísticos o literarios, o a personas tales como poetas o artistas plásticos. El primer Mecenas de la historia no fue sólo un protector de las artes, amigo y consejero de Augusto, el primer emperador de Roma. Cayo Mecenas nació probablemente en Arretium, una localidad etrusca del centro de Italia  y fue uno de los hombres más poderosos del imperio. Se decía que tenía sangre real, como descendiente de los monarcas etruscos de la ciudad a través de la familia de su madre, los Cilnios. 

Aunque era unos años mayor, que el emperador Augusto, Mecenas fue gran amigo de Octavio, el sobrino de Julio César y tras la muerte de éste, en 44 a.C., apoyó la lucha por el poder en el triunvirato (Octavio, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido (43-33 a. C.).  Mecenas fue quien en  40 a.C. arregló el  matrimonio de Octavio con Escribonia, familiar de Pompeyo el Grande, para cimentar una alianza entre Octavio y el almirante republicano. El matrimonio, no fue feliz, pero le dio a Octavio su única descendencia, su hija Julia, cuyos nietos y bisnietos gobernarían el Imperio durante el siguiente siglo. Tres años más tarde, Mecenas marchó a Tarento como enviado personal de Octavio, y allí suscribió un tratado en el que se acordaba un nuevo reparto de las áreas de influencia entre éste y Marco Antonio que dejó a Lépido fuera de juego.

Mecenas participó, con  Octavio, en la campaña militar que culminaría en la batalla de Actium, victoria definitiva sobre Marco Antonio. Mecenas persiguió implacable a los opositores del nuevo hombre fuerte de Roma y pasó a ser el influyente ministro de Augusto. Conocido como un perfecto sibarita, por su tren de vida derrochador y su afición ilimitada por los placeres y los refinamientos. Llamaba la atención su modo de vestir, su manera de ceñirse la túnica sobre las rodillas, o el modo que tenía de mantener la cabeza cubierta con su manto o pallium cuando presidía un tribunal. Ese amaneramiento se traslucía en el estilo recargado de los poemas que compuso. Su gusto por las piedras preciosas, y una gran residencia que se hizo construir en el monte Esquilino, rodeada por los “Jardines de Mecenas”, célebres en la que después pasaría a ser la residencia de Tiberio, el sucesor de Augusto. Allí Mecenas, un auténtico sibarita, celebraba banquetes con manjares que puso de moda en Roma, como la carne de monos jóvenes. Aficionado a la música, el teatro y también a la poesía, Mecenas se rodeó de los principales escritores de Roma, como Virgilio, Horacio y Propercio

El otro consejero principal de Augusto, su yerno Marco Agripa de carácter adusto, contrastaba con Mecenas y su manera de actuar. Mecenas sabía que un simple poeta como Catulo había perjudicado la imagen de Julio César con acusaciones maliciosas e imaginó que para impedir que Octavio sufriera los mismos ataques, era mejor atraerse a los poetas más destacados de su generación y convencerlosde que cantaran las alabanzas del fundador del Imperio. Virgilio, estuvo dispuesto a jugar ese papel y La Eneida resultó ser un poema laudatorio de los antepasados de Augusto, a modo de «premonición» sobre éste como fundador y pacificador del Imperio. Mecenas no solo organizaba irresistibles banquetes y orgías, también ofrecía influencia, dinero y favores a sus poetas protegidos. Horacio, aceptó una modesta hacienda en la región de Sabina, pero en sus poemas declara que no aceptó prebendas, cargos públicos ni encargos de cantar las glorias de Augusto. Virgilio y Propercio, no puede decirse que alabaran en exceso al nuevo emperador.

Octavio fue proclamado emperador con el nombre de Augusto, en el año 27 a.C., y Mecenas desempeñaría un papel prominente en la corte, pero en un segundo plano frente a Cayo Agripa, a partir del momento cuando las relaciones con el emperador se enfriaron quizá por el affaire de Augusto con la esposa de Mecenas, Terencia,   o tal vez por su insistente intercesión para librar a su cuñado Terencio Varrón Murena de una acusación por traición. Al final, Mecenas prefirió retirarse a su palacio del Esquilino, donde se dedicó a sus libros y a sus artistas. Como no tenía descendencia, en su testamento legó toda su fortuna a Augusto, su protector y el hombre por quien tanto había hecho en vida y ante la posteridad.
Maracaibo, 28 de diciembre 2017

miércoles, 27 de diciembre de 2017

El aumento de enfermedades transmitidas por vectores




El aumento de enfermedades transmitidas por vectores: indicador del desastre de la salud en Venezuela
 
La revista PLoS para Enfermedades desatendidas presenta el artículo editorial “Venezuela and its rising vector-borne neglected diseases” de los autores Hotez PJ, Basáñez MG, Acosta-Serrano A, Grillet ME, publicado en la edición PLoS Negl Trop Dis 11(6): e0005423. El artículo expone claramente las causas que han promovido el desastre de la salud en Venezuela. Los hechos permiten señalar a Venezuela como el ejemplo más reciente de aumento de enfermedades desatendidas por desestabilización política y colapso económico.

Los investigadores  afirman que en líneas generales la pobreza es el determinante social primordial para que se desarrollen enfermedades desatendidas. Sin embargo, estudios recientes muestran que la desestabilización política o un conflicto particular pueden acelerar el declive económico y promover la incidencia y prevalencia de enfermedades desatendidas. Algunos ejemplos incluyen a las epidemias del Virus Ébola en África occidental, leishmaniasis visceral en África oriental, leishmaniasis cutánea en Medio Oriente y África del Norte; y actividades guerrilleras relacionadas con narcotráfico en Latinoamérica.

Este aumento de enfermedades transmitidas por vectores (artrópodos o caracoles) en países en crisis tiende a darse de una forma desproporcional. La gran paradoja para Venezuela es que  fue considerada por décadas un líder en las áreas de control de vectores y políticas de salud pública en Latinoamérica. Sin embargo, la disminución progresiva de inversiones en infraestructura de salud como en los esfuerzos de prevención de la salud pública durante el régimen del presidente Hugo Chávez en la década de 2000, con caídas aún más pronunciadas a partir de 2013 con el presidente Nicolás Maduro. Venezuela sufre actualmente una crisis económica de proporciones históricas con un marcado crecimiento económico negativo y altas tasas de inflación y desempleo. La inseguridad alimentaria es desenfrenada y hay una grave escasez de medicamentos e insecticidas, empeoraron la situación.

El estudio señala que la base de la crisis de Venezuela son: 1) Dependencia excesiva del petróleo en el contexto de una caída en los precios del petróleo; 2) El financiamiento público negligente y la impresión de dinero público en forma artificial que conduce a una moneda sobrevaluada, deudas masivas e inflación, retiros de inversiones externas y apoyo de financiadores, y la corrupción pública. El aumento de las enfermedades desatendidas transmitidas por vectores en Venezuela, según los investigadores puede atribuirse a los siguientes factores: 1) Escasez de insecticidas, medicamentos antiparasitarios y combustible, que dificultan el control de los vectores y los esfuerzos de tratamiento de la enfermedad; 2) Desnutrición subyacente debido a la inseguridad alimentaria; 3) Migraciones humanas asociadas con la minería ilegal; 4) Largos periodos de ausencia de apoyo a los trabajadores de salud estatales.

En el caso de paludismo,  el Informe Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2017, Venezuela es uno de los cuatro países en el mundo, en conjunto con Nigeria, Sudán del Sur y Yemen, que se encuentra en condición de alerta, cuya compleja situación ha llevado a un aumento de los casos de malaria y donde “las crisis humanitarias en curso plantean serios riesgos para la salud”. En América, el mismo documento informa para 2016 que Venezuela representa el 34,4% de todos los casos del continente, superando la suma del número de casos de Brasil y Colombia. En todo este panorama de desastre, la excepción es la oncocercosis, campaña que es organizada por el Programa para la Eliminación de la Oncocercosis en las Américas (OEPA), el cual abarca los últimos focos en los seis países endémicos: Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Venezuela. Colombia, Ecuador, México y Guatemala ya confirmaron estar libres de oncocercosis. Consideramos que este programa se ha mantenido gracias al apoyo internacional como la coordinación del Centro Carter y la participación de la Fundación Panamericana de Educación de la Salud (PANHEF), Merck Sharp & Dohme que provee la ivermentina, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, Organización Panamericana de la Salud, Fundación Bill y Melinda Gates, Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Fundación Internacional de Clubes de Leones y los Clubes de Leones, Fondo para el Desarrollo Internacional de la OPEP, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), varias universidades de América Latina y Estados Unidos, y muchos otros donantes individuales.

La Comisión sobre Gobernanza Global para la Salud, inicialmente conformada por la revista médica The Lancet y la Universidad de Oslo, señala que  inequidades en salud como las descritas para Venezuela deben abordarse a nivel mundial y no solo a nivel nacional o solo dentro del sector de la salud. Por ello la ciudadanía venezolana clama por una ayuda internacional que permita normalizar y controlar el estado caótico de la salud en el país. (Editorial de “Piel Latinoamericana” AÑO XIII - EDICION Nº 419; 15 Diciembre 2017 por Felix J. Tapia)

Maracaibo, 27 de diciembre del 2017