domingo, 31 de marzo de 2019

Murnau y Nosferatu



Murnau y Nosferatu

Francamente hablando, yo iba a conversar nuevamente sobre la literatura para niños y las diferencias entre Horacio Quiroga y Monteiro Lobato y de sus libros para niños… Jaoevel, como decía Sam Chack un chinito amigo mío, por allá, en la década de los 60, creo que dada la situación que se vive en Venezuela, quizás es mejor hablar sobre el cine de terror…

Friedrich Wilhelm Murnau (1888-1931). Cuyo verdadero nombre era Friedrich Wilhelm Plumpe, fue un director de cine alemán de los más influyentes y valiosos de la era del cine mudo, quien hizo más de quince películas en Alemania, y que en sus últimos años rodó otras cuatro de manera sobresaliente en los Estados Unidos (1926-1931). Friedrich W. Plumpe era hijo del dueño de una manufactura textil y estudió literatura, filosofía, historia del arte y música en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, antes de instruirse en teatro y cinematografía junto a Max Reinhardt, con quien llegó a colaborar. En 1909, decidió adoptar el nombre artístico de, F. W. Murnau. 

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se interrumpió la carrera teatral, pues Murnau se unió al combate como piloto aéreo, y sufrió un grave accidente aéreo en Suiza. Su prestigio le condujo a ir entre 1926 y 1931, a Hollywood con un contrato con la Fox. Después de la finalización del rodaje de su último film americano, y antes del estreno, Murnau murió tras un accidente automovilístico, en Santa Mónica, en marzo de 1931. Fue enterrado en Alemania, cerca de Berlín, en el mausoleo familiar con sus padres y hermanos. La cripta fue profanada y el ataúd abierto en los años 70. En el 2015 se descubrió que la entrada al mausoleo había vuelto a ser forzada y se habían llevado el cráneo. Restos recientes de cera derretida sobre el ataúd apuntan a un ritual satánico. 

Murnau empezó su carrera en Alemania en 1919 con El muchacho en azul, y rodó 3 filmes con el mismo director de fotografía (Karl Hoffmann, llamado el Mago),​ adicionalmente rodaría otros 4 filmes. Con El castillo Vogelöd, de 1921, filmado en dieciséis días, Murnau evidenció su talento para crear una atmósfera angustiosa. Esta habilidad, más refinada, le condujo en 1922, a su película más famosa, Nosferatu. Eine Symphonie des Grauens, una adaptación peculiar de la célebre novela Drácula de Bram Stoker. La viuda de Stoker demandaría a Murnau por sus derechos de autor y al perder el pleito, Murnau fue condenado a destruir todas las copias. Afortunadamente algunas se conservaron, lo que permitió que en la actualidad Nosferatu esté perfectamente disponible para el público. Nosferatu, eine Symphonie des Grauens representaba la desmoralizadora derrotada de Alemania tras la Primera Guera Mundial, haciendo parecer al vampiro ( MaxSchreck) como una rata que sabía dónde conducir la plaga. 

El origen de la palabra Nosferatu es como los ciudadanos rumanos en la novela de Bram Stoker denominaban al vampiro. Nosferatu también suena parecido a "nosophoros", traducible en griego como "portador de plagas". Werner Herzog, escribió y dirigió en el año 1979, una versión personal de esa historia de vampirismo (Nosferatu: Phantom der Nacht) traducida como Nosferatu, vampiro de la noche o Nosferatu, fantasma de la noche) película que fue producida en la República Federal Alemana, principalmente ambientada en la ciudad de Wismar, y en la región rumana de Transilvania con los actores, Klaus Kinski en el papel de Nosferatu, e Isabelle Adjani como Lucy Harker y Bruno Ganz como Jonathan Harker. Werner Herzog no pudo filmar en Bremen, lugar de la puesta en escena del original, y recolocó la película en la localidad holandesa de Delft. Parte de las escenas fueron rodadas en Sciedam tras la negativa del ayuntamiento de Delft de permitir soltar a 11.000 ratas para filmar unas determinadas escenas. La morada de Drácula fue filmada en varios lugares de la república Checa. Aunque la película se basa en la novela Drácula de Bram Stoker (1897), fue concebida como una readaptación del filme Nosferatu, el cine clásico del expresionismo alemán de F.M. Murnau. Esta producción fue recibida positivamente tanto por la crítica como por el público y consiguió cierto éxito comercial. Fue la segunda de las cinco legendarias colaboraciones entre Herzog y Kinski. Ver en este blog (https://bit.ly/2ez5U8p). En 1988, se realizó una secuela de producción italiana, titulada Nosferatu en Venecia. Esta secuela guarda muy poca relación con su predecesora, siendo Kinski el único actor del nuevo reparto que permanece en su rol. 

La última película alemana de Murnau fue la carísima Fausto (1926), con Gösta Ekman de protagonista, Emil Jannings como Mefistófeles y Camila Horn como Gretchen. La película de Murnau imita el ritmo clásico de la historia de Fausto de la versión de Goethe. Cuidadoso, tranquilo e innovador, el film contiene muchas imágenes memorables y efectos especiales y alarmantes, con una cuidada atención a los claroscuros. La escena más llamativa presenta a Mefistófeles (Jannings) como una figura gigante y burlona, cornado y con alas negras, que se cierne sobre una ciudad sembrando las semillas de la plaga. Las interpretaciones de Ekman de viejo, que se va rejuveneciendo a lo largo del film, partiendo de un barbudo anciano a un apuesto joven son excelentes, así como la del citado Jannings (personaje siniestro, amargo y cínico) y la de la desconocida Camilla Horn, que representa memorablemente a la trágica Gretchen.

Se cree que la mayoría de las películas alemanas de Murnau no se conservan, pero existe la Fundación Murnau (Murnau Stiftung) de Alemania que ha venido reconstruyendo viejos filmes suyos, como El castillo Vogeloed, de 1921, o más aún como Phantom, de 1922, que se consideró perdida durante muchos años hasta que en 2002 se encontró una copia en buen estado y pudo editarse con añadidos. De estas películas y de otras de Murnau, podremos conversar más en otra oportunidad, ojalá que en tiempos más favorables.

Mississauga, Ontario,  domingo 31 de marzo, del año 2019

sábado, 30 de marzo de 2019

Muñoz Molina, laureado novelista español



Muñoz Molina, laureado novelista español

Antonio Muñoz Molina (1956) es un escritor español, académico de número de la Real Academia Española, galardonado en 2013 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, quien en los años ochenta se estableció en Granada, donde colaboró como columnista en el diario Ideal, y su primer libro es una recopilación de esos artículos con el título El Robinson urbano(1984). Su primera novela, Beatus Ille (1986) versó sobre un joven quien escribe sobre un poeta en la guerra civil española. En 1987 ganará el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboa y en 1991 el Premio Planeta por El jinete polaco, novela por la que de nuevo recibió el Premio Nacional de Narrativa en 1992. Desde entonces su éxito como escritor es fulgurante!...

Publicará las novelas Beltenebros (1989)llevada al cine dos años más tarde; Los misterios de Madrid (1992); El dueño del secreto (1994); Ardor guerrero (1995); Plenilunio (1997); también en película. Carlota Fainberg (1999); En ausencia de Blanca (2001); Sefarad (2001); El viento de la luna (2006);  La noche de los tiempos (2009); Como la sombra que se va (2014); Un andar solitario entre la gente (2018); Tus pasos en la escalera (2019). Ha publicado como relatos: Las otras vidas, El cuarto del fantasma, La colina de los sacrificios y Te golpearé sin cólera, y Nada del otro mundo (1993); en 2011 una nueva edición, de Seix Barral reúne prácticamente todos los escritos hasta esa fecha). ​También publicó ensayos, diarios y numerosos artículos de prensa. El listado de las distinciones concedidas y los premios que ha recibido como escritor y como periodista es impresionante:

Vg: 1986: Premio Ícaro de Literatura por Beatus Ille; 1988: Premio Nacional de Narrativa (1.º) y Premio de la Crítica por El invierno en Lisboa; 1991: Premio Planeta por El jinete polaco; 1992: Premio Nacional de Narrativa (2.º) por El jinete polaco; 1997: Premio Euskadi de Plata;1998: Premio Fémina Étranger a la mejor obra extranjera publicada en Francia por Plenilunio;1998: Premio Elle;1998: Premio Crisol;2003: Premio Mariano de Cavia por su artículo Lecciones de septiembre; 2003: Premio González-Ruano por su artículo Los herederos; 2013: Premio Jerusalén;2013: Premio Príncipe de Asturias de las Letras; 2015: Académico de Honor de la Academia de Buenas Letras de Granada; 2017: Premio Unamuno, amigo de los protestantes; 2012: Prix Méditerranée Étranger 2012 por La noche de los tiempos.

Sobre Antonio Muñoz Molina puedo añadir que en enero de 1992 se trasladó a Madrid, y en 1994, se casó con la también escritora, Elvira Lindo; que fue director del Instituto Cervantes de Nueva York entre 2004 y 2006, y entró en la Real Academia Española en 1995. Yo me enteré de su existencia, por la fama de El jinete polaco, premiada novela que siento no haber leído aun. A través de otras de sus novelas, me impresionó el escritor por la temática de ellas y por la manera como estaban escritas: Plenilunio (1997), que en el 2000, Imanol Uribe llevó al cine, sobre el hallazgo de una niña muerta, razón por la que una mujer y un hombre se encuentran, y él reflexiona sobre su pasado oscuro, y la mujer conoce al hombre del que ha de enamorarse. Pude ver la película que igualmente me gustó como un filme muy bien logrado. Sefarad que me enseñó el desolador paisaje de Europa antes y después de la Segunda Guerra Mundial: el nazismo, el comunismo y el exilio forzado en torno a España, el protectorado de Marruecos, y como aglutinador de sus fuentes, Muñoz Molina utilizó la expulsión de los judíos en 1492 las novelas y los recuerdos para escribir Sefarad... También pude leer Ardor guerrero de carácter autobiográfico, cuando en 1979, el joven que quería ser escritor y se incorpora al Ejército español, destinado al País Vasco, mostrando un acercamiento personal en una época importante en la historia de España. Actualmente, se está comentando muy favorablemente su última novela de la Editorial Seix Barral : Tus pasos en la escalera (2019).

Mississauga, Ontario,  sábado 30 de marzo, 2019

viernes, 29 de marzo de 2019

Síndrome de activación de mastocitos



Síndrome de activación de mastocitos

El  30 de agosto del 2017 en mi blog lapesteloca.blogspot.com hablé sobre los mastocitos y las enfermedades inflamatorias del colon (https://bit.ly/2fzSP3a), y el 24 de junio del 2017  en el mismo blog hablando de “Paul Ehrlich y la bala mágica”, les decía que: “cuando tenía 24 años, Ehrlich ya había identificado una nueva clase de célula en el cuerpo humano: los mastocitos o células cebadas”. William Dieterle (1893-1972) un director de cine y actor, también judío-alemán como Paul Ehrlich, se nacionalizó estadounidense en 1937, y en 1940 dirigió el film “La bala mágica del Dr Ehrlic”. De él hablé en junio del 2017.
 
Voy a explicarles porqué, como patólogo quien durante muchos años a través de diversos microscopio admiró estas “células cebadas” o mastocitos, se interesó en ellas… Es que sus “gránulos”, tan fácilmente identificables con una coloración de PAS que permiten ver  a los mastocitos “desgranulándose” en los tejidos, poseen un aspecto ultraestructural inconfundible y hermoso. Las organelas que albergan la histamina muestran grupos de túbulos que parecen ovillos y varían su forma de acuerdo con la orientación del corte. Aquí se los muestro con la coloración de PAS y en el esquema y en una fotografía de un microscopio electrónico.

Vuelvo a referirme a los mastocitos para recordar que ellos están presentes en la mayoría de los tejidos del cuerpo humano y especialmente en el tejido conectivo, la piel, el sistema cardiovascular del revestimiento intestinal, el sistema nervioso y los órganos reproductivos. La respuesta alérgica diseñada para protegernos, depende de los mediadores químicos que poseen los mastocitos en su citoplasma. La histamina, interleucinas, prostaglandinas, citoquinas, quimiocinas y varios otros químicos se encuentran en las organelas citoplasmáticas descritas. Los mastocitos influyen en la respuesta alérgica o anafiláctica, en el desarrollo de la autoinmunidad y en muchos otros trastornos. Los pacientes que presentan alteraciones de los mastocitos, han aumentado en número por el ataque cada vez más frecuente de toxinas, mohos y productos químicos ambientales. Sabemos que los mastocitos  actúan en las reacciones alérgicas y ellos pueden provocar respuestas fuertes a cantidades diminutas de alérgenos. También se cree que pueden estar involucrados en la coordinación de las fases iniciales de las enfermedades autoinmunes, en particular las provocadas por autoanticuerpos. 

Cuando los mastocitos se hacen hiperactivos pueden causar síntomas como enrojecimiento de la piel, urticaria, edema, prurito, nauseas, vomitos, diarrea, disnea, taquicardia, cefalea e hipotensión. Exitse el síndrome de activación de mastocitos (MCAS), que involucra la piel, y los  sistemas gastrointestinal, cardiovascular, respiratorio y neurológico. Esta respuesta puede clasificarse en primaria (proliferación clonal o mastocitosis), secundaria (debido a un estímulo específico) e idiopática (sin causa identificable). En el MCAS, existe un aumento del nivel de la triptasa sérica, de la histamina o prostaglandinas (PGD2), o de sus metabolitos urinarios. Los criterios propuestos para el diagnóstico de MCAS incluyeron síntomas episódicos consistentes con la liberación de mediadores de mastocitos que afectan a dos o más sistemas de órganos con urticaria, hinchazón, sofocos, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, presión arterial baja, desmayos, palpitaciones del corazón, sibilancias, ojos rojos, prurito, o congestión nasal. 

Como conclusión; los mastocitos parecen ser más importantes de lo que se creía en un principio: estas células actúan en nuestra defensa frente a bacterias y parásitos, pero también se activan en diversas enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, el asma, en las enfermedades inflamatorias intestinales, etc. También ahora se reconoce son importantes en otras enfermedades, entre las que se encuentran la hipercolesterolemia y las enfermedades neoplásicas.

Mississauga, Ontario, 28 de marzo del 2019