Murnau y Nosferatu
Francamente hablando, yo iba a conversar nuevamente sobre la literatura
para niños y las diferencias entre Horacio Quiroga y Monteiro Lobato y de sus
libros para niños… Jaoevel, como decía Sam Chack un chinito amigo mío, por
allá, en la década de los 60, creo que dada la situación que se vive en
Venezuela, quizás es mejor hablar sobre el cine de terror…
Friedrich
Wilhelm Murnau (1888-1931).
Cuyo verdadero nombre era Friedrich
Wilhelm Plumpe, fue un director de cine alemán de los más influyentes y
valiosos de la era del cine mudo, quien hizo más de quince películas
en Alemania, y que en sus últimos años rodó otras cuatro de manera
sobresaliente en los Estados Unidos (1926-1931). Friedrich W. Plumpe era hijo del dueño de una manufactura textil y
estudió literatura, filosofía, historia del arte y música en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, antes
de instruirse en teatro y cinematografía junto a Max Reinhardt, con quien llegó a colaborar. En 1909, decidió adoptar el nombre
artístico de, F. W. Murnau.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se
interrumpió la carrera teatral, pues Murnau se unió al combate como piloto
aéreo, y sufrió un grave accidente aéreo en Suiza. Su prestigio le condujo a ir
entre 1926 y 1931, a Hollywood con un contrato con la Fox. Después de la
finalización del rodaje de su último film americano, y antes del estreno,
Murnau murió tras un accidente automovilístico, en Santa Mónica, en marzo de 1931. Fue enterrado
en Alemania, cerca de Berlín, en el mausoleo familiar con sus padres y
hermanos. La cripta fue profanada y el ataúd abierto en los años 70. En el 2015
se descubrió que la entrada al mausoleo había vuelto a ser forzada y se habían
llevado el cráneo. Restos recientes de cera derretida sobre el ataúd apuntan a
un ritual satánico.
Murnau empezó su carrera en Alemania en 1919 con El muchacho en azul, y rodó 3
filmes con el mismo director de fotografía (Karl Hoffmann, llamado el Mago), adicionalmente
rodaría otros 4 filmes. Con El
castillo Vogelöd, de 1921, filmado en dieciséis días, Murnau evidenció
su talento para crear una atmósfera angustiosa. Esta habilidad, más refinada,
le condujo en 1922, a su
película más famosa, Nosferatu. Eine
Symphonie des Grauens, una adaptación peculiar de la célebre novela Drácula de Bram Stoker. La viuda de Stoker demandaría a Murnau por sus derechos de autor y al
perder el pleito, Murnau fue condenado a destruir todas las copias.
Afortunadamente algunas se conservaron, lo que permitió que en la actualidad Nosferatu esté perfectamente
disponible para el público. Nosferatu, eine Symphonie des Grauens
representaba la desmoralizadora derrotada de Alemania tras la Primera Guera Mundial,
haciendo parecer al vampiro ( MaxSchreck) como una rata que sabía dónde conducir la plaga.
El origen de la palabra Nosferatu es como los
ciudadanos rumanos en la novela de Bram Stoker denominaban al vampiro. Nosferatu
también suena parecido a "nosophoros",
traducible en griego como "portador de plagas". Werner Herzog, escribió y dirigió en el año 1979, una
versión personal de esa historia de vampirismo (Nosferatu: Phantom der
Nacht) traducida como Nosferatu,
vampiro de la noche o Nosferatu, fantasma de la noche) película
que fue producida en la República Federal Alemana, principalmente ambientada en la ciudad de Wismar, y en la
región rumana de Transilvania con los actores, Klaus Kinski en el
papel de Nosferatu, e Isabelle Adjani como
Lucy Harker y Bruno Ganz como Jonathan Harker. Werner Herzog no pudo filmar en Bremen,
lugar de la puesta en escena del original, y recolocó la película en la
localidad holandesa de Delft. Parte de las escenas fueron
rodadas en Sciedam tras la negativa del
ayuntamiento de Delft de permitir soltar a 11.000 ratas para filmar unas
determinadas escenas. La morada de Drácula fue filmada en varios lugares de la
república Checa. Aunque la
película se basa en la novela Drácula de Bram Stoker (1897),
fue concebida como una readaptación del filme Nosferatu, el cine
clásico del expresionismo alemán de F.M. Murnau. Esta producción fue recibida positivamente tanto
por la crítica como por el público y consiguió cierto éxito comercial. Fue la
segunda de las cinco legendarias colaboraciones entre Herzog y Kinski. Ver en
este blog (https://bit.ly/2ez5U8p). En
1988, se realizó una secuela de producción italiana,
titulada Nosferatu en Venecia. Esta secuela guarda muy poca relación con su
predecesora, siendo Kinski el único actor del nuevo reparto que permanece en su
rol.
La última película alemana de Murnau fue la
carísima Fausto (1926), con Gösta Ekman de protagonista, Emil Jannings como Mefistófeles y Camila Horn como Gretchen. La película de
Murnau imita el ritmo clásico de la historia de Fausto de la
versión de Goethe. Cuidadoso, tranquilo e innovador, el film contiene muchas
imágenes memorables y efectos especiales y alarmantes, con una cuidada atención
a los claroscuros. La escena más llamativa presenta a Mefistófeles
(Jannings) como una figura gigante y burlona, cornado y con alas negras, que se
cierne sobre una ciudad sembrando las semillas de la plaga. Las interpretaciones
de Ekman de viejo, que se va rejuveneciendo a lo largo del film, partiendo de
un barbudo anciano a un apuesto joven son excelentes, así como la del citado
Jannings (personaje siniestro, amargo y cínico) y la de la desconocida Camilla
Horn, que representa memorablemente a la trágica Gretchen.
Se cree que la mayoría de las películas alemanas de
Murnau no se conservan, pero existe la Fundación Murnau (Murnau Stiftung)
de Alemania que ha venido reconstruyendo viejos filmes suyos, como El castillo Vogeloed, de 1921, o
más aún como Phantom, de
1922, que se consideró perdida durante muchos años hasta que en 2002 se
encontró una copia en buen estado y pudo editarse con añadidos. De estas
películas y de otras de Murnau, podremos conversar más en otra oportunidad,
ojalá que en tiempos más favorables.
Mississauga, Ontario, domingo 31 de marzo, del año 2019
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