Cronología de una lucha silente …
1982 En medio de grandes expectativas ante la emocionante
aventura que representaba el triunfo y la popularidad de la Revolución cubana,
una delegación de profesores de la UCV, todos médicos especialistas en Anatomía
Patológica, asistimos a un Congreso Latinoamericano de Patología en La Habana.
La verdad nos fue desvelada a quienes nos atrevimos a caminar por nuestra
cuenta durante muchas horas en las calles de la ciudad y veríamos igualmente la
discriminatoria actitud para con el pueblo cubano acentuada en las playas de Varadero.
Al regresar, (y la encuesta la hicimos en Panamá, territorio neutral) ni los
más fanáticos pudieron atreverse a pedir para Venezuela un régimen parecido. Lo
que habíamos visto nos demostró la realidad de un pueblo estoico sobreviviendo
un régimen de tinte espartano, con grandes tristes desigualdades, no para los
que tenían la suerte de ser personeros o funcionarios, pues eran mínimas las prebendas
para el estoico pueblo. La excusa era “el bloqueo”. Rusia estaba ayudando a
Cuba y se notaban los contrastes… Esta visión
de Cuba para la época era impensable, (ni siquiera se atrevía nadie a comentarla
o publicarla) al menos en nuestro entorno universitario, ni se atrevían “los
políticos” a decir nada sobre el tema.
1994 El jurado de la Bienal de Literatura José Rafael
Pocaterra del Ateneo de Valencia, decidió conferirle el premio de Narrativa a
la novela “Escribir en La Habana” de mi autoría y copio algunas palabras del profesor
Ildemaro Torres para aquel entonces director de Cultura de la UCV, las cuales
están expuestas prologando la segunda edición de la novela, y decía que: “…”El escritor saca a relucir sus dudas
sobre asuntos complejos, a la vez que deja caer sutilmente sus cuestionamientos”…
…le sirve de pretexto para retratar la sociedad cubana y sus características de
entonces”… …”la aceptación acrítica de dogmas y de hechos cumplidos, el
maquillaje de los hechos o el disimulo de situaciones negativas”… Para
aceptar en un profesor tan de izquierda como era Ildemaro y como éramos todos, él
señaló que aquella novela le desvelaba: …”una
exposición de las contradicciones que unos cuantos de nosotros llevamos por
dentro junto con el deseo genuino de revisarlas, más allá del tormento
individual que las dudas no resueltas o cuando menos discutidas con franqueza
pueden llegar a constituir”… No obstante, debo señalar que la novela
premiada fue rechazada en Miami por una importante librería cubana por
considerarla procastrista…
Aprovecho para decir que desde aquel entonces, yo seguí asistiendo a
eventos de carácter científico en Cuba, y convencido de que era injusto lo que
el pueblo cubano tenía que padecer, dictamos
cursos y conferencias varias veces, solo o en grupos, en ocasiones estos eventos
fueron acompañando a famosos patólogos latinoamericanos (vg: Rosai, Salazar,
Luna ). Nuestra amistad con el doctor Israel Borrajero, nos llevaría a La Habana
a cumplir con nuestro trabajo de divulgar conocimientos en nuestra especialidad
hasta durante el tristemente denominado “período especial”…
2001
Prefiero copiar esta reflexión del
profesor Dr Rafael Muci Mendoza fue publicada en 2001 a propósito de la
epidemia de neuropatía óptica de la década de los noventa. “¿De qué le sirve
al sufrido pueblo cubano tener un elevado porcentaje de alfabetas, poseer un
gran número de técnicos y profesionales de toda laya, de enorgullecerse de tener
el mejor sistema de salud de latinoamérica, si la Revolución los ha llevado a
la más espantosa de las carencias, aquella de las libertades fundamentales, de
disentir y del alimento?”
La neuropatía
óptica tóxico-nutricional caracterizada por disminución subaguda de la agudeza
visual central que afectó a más de 50 000 personas desde su inicio en 1991,
hasta su control parcial en 1993, cuando adquirió rango de endemia. Los
pacientes presentaban polineuropatía periférica con o sin mielopatía asociada,
desnutrición con pérdida de peso variable entre 10 y 20 libras y deficiencias
vitamínicas. La epidemia cubana resultó ser de naturaleza nutricional-carencial
con gran similitud con otras epidemias en prisioneros de guerra observadas en
el trópico durante la Segunda Guerra Mundial. Mejor demostración del padecer
estoico de aquella sufrida población isleña, no hay…
2003
Lo que estaba
sucediendo en Venezuela para esta época es ya de todos conocido y a través de
algunas publicaciones, me he referido al país en aquellos días (https://bit.ly/2HqEBOF).
Destacaré de nuevo mi artículo “¡Oh Cuba!” (https://bit.ly/1XTSVx8). Ese año 2003,
en un Congreso Latinoamericano de Patología, en Quito, Ecuador, discutí con mi
amigo Israel, le explique mi visión de lo que estaba su nación haciendo con
nuestro país y le dije que no volvería a Cuba hasta tanto no cesase la
intromisión de los cubanos en Venezuela. Cumplí mi palabra, y desde aquel
entonces, he rechazado reiteradamente las propuestas para dar conferencias o
asistir a cualquier evento en territorio cubano. He informado a otros colegas
amigos del porqué de mi decisión. Afortunadamente los patólogos venezolanos
saben de nuestros errores, y luchas por regresar a lo que una vez fuimos, sin desconocer
las terribles fallas por las que los políticos de oficio llevaron al país a
esta veintena de años de atraso y destrucción.
2019
Debo
decir, para ponerle punto final a estas mis reflexiones, que en la diáspora y
todavía en el país, además de mis numerosos discípulos a quienes algo pude
enseñarles, especialmente durante mis más de 25 años de lucha por hacer del
Instituto Anatomopatológico de la UCV, un Centro Regional de Referencia en
Patología para Latinoamérica, todavía cuento con colegas y amigos de variadas
nacionalidades. Algunos de ellos, son pocos afortunadamente, lamentablemente aún
no creen en la verdad de lo que digo y aunque aceptan que debe ser doloroso cuanto
nos ha acontecido, siguen queriendo tapar el sol con un dedo, y hasta les da
nota seguir sintiéndose “herederos” de “las luchas del comandante ChéGuevara”.
Benditos sean, y ojalá que nunca les toque una situación como la que está
padeciendo nuestra patria. Esperemos que el triunfo de la razón y del bien
común esté cada hora, más cerca y con el reloj haciendo tic,tac, tic, tac.
Mississauga, Ontario 18 de marzo del 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario