martes, 29 de diciembre de 2015

Apuntes de viajero en tierras lejanas: Viena.



APUNTES DE VIAJERO EN TIERRAS LEJANAS

VIENA

Mis pasos resuenan en los corredores del palacio de los Habsburgos. Avanzo con un mapa y una pequeña guía turística en tus manos, y penetro en el Palacio Imperial del Hofburg. Desciendo hasta las cámaras que guardan el tesoro imperial y me detengo extrañado. Me sorprendo al no hallarme ante la opulencia barroca que unos días antes me impresionó en los salones del Palacio Real en Madrid, ni la vistosidad de las joyas de la Corona Real de Inglaterra. Esto en Viena me parece otra cosa. Me ha impactado el austero carácter del recinto, cuasi monacal, con un aura de religiosidad medieval que parece flotar en el ambiente, de manera tal que sin querer, me encontré pensando en el Duque de Alba y luego en Don Juan de Austria, y siglos de historia desfilarían por mi mente imaginando las figuras de reyes y de emperadores, confundiéndolas con nombres de Papas y de caballeros feudales que terminaban por fundirse todos en la sota caballo y rey de las barajas españolas…
En la escuela de equitación española, ante los majestuosos percherones, él vuelve a pensar en personajes de los países bajos, en flamencos ante techos de pizarra inclinados, canales y puentes, con tonos grises y azules, algunos destellos de un amarillo siena con un punto blanco, brillante, cual si le recordase la filigrana de encajes en un lienzo de Franz Hals, o de Vermer... Él necesita unos segundos para recapacitar y repetirse que está en Viena, la de los valses, sí, en Viena, la de Strauss. Se encuentra allí, solo de paso, para presentar unos trabajos de Neuropatología en un Congreso Internacional que se dará unos días más tarde en Budapest. Pensar en estas cosas reales tiene más sentido que estar imaginando interiores ambarinos, con pisos de mosaicos blancos y negros como tableros de ajedrez, o vitrales emplomados y altas ojivas sostenidas por arbotantes y contrafuertes que ascienden hacia el cielo y los ve cuajados de demonios de piedra, diablillos y gárgolas con cachos, gárgaras bajo el cielo de otra ciudad, y él se imagina a Brujas,  tal vez es Lovaina o, ¿quizás Amberes? Él no logra entender por qué el palacio vienés, lo pone a pensar en Brabante y en Hertogenbosch, en Felipe II y en la Santa Inquisición. Tiene que ser algo que ha leído o tal vez lo ha vivido, en otra época, pasada, puede que en una lejana existencia...        
La blancura sedosa de los caballos de paso quedará atrás y la rígida sencillez de los aposentos de los emperadores se borrará de mi mente al hallarme ante la increíble riqueza documental de la Biblioteca Nacional. Enfrenté los libros y vetustos manuscritos hasta  sentirme apabullado. Al mediodía, emergí de la sombre del Hofburg al sol radiante y a la luz.
Te hallarás en medio de  los jardines que parecerán difuminar en tu espíritu las sombras del imperio austrohúngaro. Te sientas entonces a descansar envuelto en el verdor de los pinos que rodean el palacio y observarás curiosamente que te encuentras entre las estatuas de Schiller y de Goethe. Cuando un poco más allá divisas a Wolfang Amadeus en mármol, llegarán a tu mente acompasadas cadencias musicales, y no requieres de mucha imaginación, la flauta mágica terminará por silenciarse envuelta en las alas del murciélago de Johann Strauss. Después inmutable, El Danubio Azul. Viena siempre ha sido para vos un hilo musical nacido de tantísimos discos de pasta, muy gruesos, de aquellos que tus padres trajeron una vez desde norte américa, luego de un largo viaje en la época de la segunda guerra, los discos con los valses de Strauss sonando desde niño, regresan, y allí sentado entre estatuas, recordarás estar en un teatro escuchando a Los niños cantores de Viena y luego al cerrar los ojos, estarás aspirando el aroma de un applestrudell maracucho, eso y más… Ahora, finalmente, estáis allí, y vos lo sabéis. Te encontráis en la Viena imperial, sentado en los jardines del Hofburg, ante el trío de estatuas de mármol que voltean a mirarte, sonrientes...
Momentos más tarde estarás de pie ante la gigantesca estatua de María Teresa rodeada por sus cancilleres y frente a dos grandes edificios de arquitectura clásica. Entonces no dudaréis ni un instante y te pondréis de pie ya decidido, y te iréis hacia el Museo de Arte. Allí será el sitio donde vos perderéis la noción del tiempo, hasta finalizar el día. Fran Hals, Vermer, van der Hoogh y van Ostade te hablarán de viejas figuras conocidas a través de hermosos calendarios de las casas comerciales holandesas, que le regalaban a tu padre en las navidades, y te acordaréis como vos te las llevabas para atesorarlas, soñando... Dejándote transportar en el tiempo, transitaréis paso a paso por Gante en la casa de van der Goes, por el taller donde pintaba Rogelio van der Vayden a quien le decían Rogier de la Pasture, por Brujas la de van Eyck, y sobre todo te extasiaréis ante Pieter Brughel el viejo, el que pintaba como el gran Hyeronimus, el discípulo de Pieter Coecke van Aelst, en Amberes, el maestro y su hija, el viejo pintor y ella… Algo llegó a tu mente…
Él retrocede, ¡ahora sí!, se ha introducido en ese mundo apasionante, se ha sumergido en esa aura ambarina de finales del medioevo que excita su imaginación desde niño. Un corredor envuelve su figura en una bruma amostazada y desaparece. Se ha margullido en el aire denso de un patio interior flamenco, con mosaicos de cuadros, y estará avanzando paso a paso hasta llegar ante un portalón, en los Países Bajos, ¿tal vez en Flandes?, ¿serán los albores del Renacimiento?
Ahora lo hueles, sí, y es incienso, lo percibes en el ambiente, tal vez de la Reforma, o la Contrarreforma, todo se agolpa en la misma vivencia y van las pinturas como en una película desfilando ante vos, y abres mucho sus ojos, te asombran las expresiones de los mendigos, te interesan las caras de los campesinos, las risas de los aldeanos llegarás a escucharlas con claridad, tal vez se ríen de vos mismo, ellas, las emocionadas mujeres y aquel, el del jubón en banderola, y el de las calzas de cuero, y miras al de la bragueta con rayas verdes y sombrero de fieltro con una pluma de ganso. Están tristes unos ancianos y chillan los niños, sobre todo los niños, sí, hay muchos niños que corretean jugando, haciendo travesuras, unos van patinando en el hielo, aguas heladas de una laguna, otros son los niños inocentes arrancados de los brazos de sus madres, ellas lloran desconsoladas, vigila la escena la magra y negra figura del Duque de Alba. Pordioseros, lisiados, los ciegos cayéndose en el arroyuelo hacia donde los arrastró el mendigo que les sirve de guía, se ríen de vos, y todos te rodean, y quieren conversarte de sus cosas…
 Vos te alejáis caminando lentamente, más allá, caminando, despacio y después de mirar de reojo a Lucas Cranach, joven o viejo, son las mismas figuras desnudas de Adán y Eva, y te detenéis. Estáis ante las pinturas de Gerónimus, llegaste al esperado Hyeronimus van Aken, Hyeronimus Bosch, el Bosco de los españoles, el gran maestro, ¿el precursor del surrealismo?, el misterioso fantaseador de Bois le Duc…  Te veréis en ese momento obligado a sobrevolar por el largo, casi infinito pasillo, un corredor que te deja avanzar flotando mientras dejáis pasar figuras retorcidas que atisban tu vuelo entre gárgolas y demonios lucífugos. ¿Volará tu imaginación?, y revoloteando llegaréis a situarte sobre El Escorial, estáis más allá de la sierra de Guadarrama, abajo lo veréis y descenderéis ahora, inicialmente en picada, luego con suavidad, aleteas lentamente, y lo vais a hallar sobre un sillón de cuero, está vestido de negro destaca su figura prognática inconfundible, el hijo del emperador Carlos, es él, sí, es Felipe II quien se voltea, parsimoniosamente, y te guiñará un ojo. Vos que ni supiste como llegaste a su alcoba, veréis sus ojillos brillantes entre sus párpados legañosos, y pensaréis ante aquel extraño guiño que todo es irreal y hasta contradictorio, como si quisieras aceptar la realidad plena, de haber llegado hasta allá, tan lejos, y recapacitaréis para decirte que estáis viviendo en pleno siglo XX, al comienzo de la década de los setenta, y que estáis en Viena, sin entender por qué se te ha transformado todo en un revolotear de figuras de la llamada Madre Patria, ¿porqué de España?
 Él cuestionará sus propias lucubraciones, ¡una torpeza!, dirá para sí. Es cierto, pero fue antes, estuve allí, sí… En aquel país de los viajeros que poblaron Las Indias y que tras una cruenta guerra civil, se te presentó como una Nación-Estado que padece ahora una por horrenda y prolongada dictadura. Tan solo la voz del Caudillo manda y lo decide todo, ¿cómo si pudiera nuevamente zarpar la Invencible Armada?  El pasado… Son muchos años viviendo en una sangrienta dictadura, épocas crueles, ¿las de antes?, la humanidad era entonces despiadada, pero, ¿y ahora? La España ultramarina, de aquel imperio que abarcaba el mundo conocido, y vos no lográis entender por qué de estas evocaciones trágicas, tal vez tu condición de iberoamericano, pero, ¡en Viena!, ¿mezclar tu vida criolla con extrañas raíces hispánicas? ¡Es bien raro el asunto! Sentir todo esto, por estos lares, aquí en Viena, ante las ruinas del imperio austrohúngaro...
Años después alguien llegará a sus oídos para contarle algo que él desconocía, y le dijo que su bisabuela  paterna había estado casada con un oficial vienés. Él quien ni idea tenía de ese hecho, al punto diría, ¡nada que ver! Así responderá él, ipsofacto.  Es que no creo en reencarnaciones, aunque, francamente hablando, todos sabemos que de que vuelan-vuelan. Pero los valses suenan y la música le acompaña y él se irá de paseo, de turisteo,  y tomará un viaje en autobús, un tour le dirán, uno que vaya por los bosques de Viena, lo preferirá él, y así, girando, casi danzando entre montañas llenas de pinos, cabezeando despertará al llegar a Mayerling. Horas después, al visitar el palacio de Schombrum se hallará ante un nuevo Versalles, más pequeño, pero lleno de historias, de cuentos sobre la emperatriz María Teresa y sus dieciséis hijas, las diligentes princesas que pintaban y bordaban y cantaban y en la medida que crecían, cada una iba moldeando su real destino, de manera irreal, de una forma muy peculiar... Creyó él entonces escuchar, en el silencioso eco de los amplios salones del palacio, el clavicordio y vio pequeñín a Wolfang Amadeus, de seis años, interpretando un concierto, y detectó erguido detrás de él, a la figura de su padre, mirando atento al niño. Después le dio por imaginar al débil aguilucho, el hijo del pequeño gran corso, el retoño del emperador Bonaparte, preso en aquella jaula de oro, el hijo de Napoleón, nieto de Josefina, no volaría lejos, no así su madre Hortensia, antes de que el temido general muriese en el destierro, tal vez envenenado, ¿por una úlcera?,  esa mano allí, dolor en el epigastrio, ¿padecería por un cáncer de estómago?, y la madre del débil aguilucho cuando aún ni estaba en plumones, ella dando funciones, se desquitaría con creces, ¿de su marido?, escandalizaría a media Europa y estremecería a la corona imperial con su conducta, después… Él la escuchará. Ella está llorando, la tuberculosis aniquilará al pequeño vástago de Napoleón. Cést la vie.
Avanzarás, paso a paso por los recintos de Schombrum y ante la figura de Maximiliano recordarás el humo en la boca de los fusiles de Édouard Manet, en Querétaro, frente al muro... Habrás de finalizar el día visitando el castillo de Belvedere. Desde lo alto, Viena se te ofrece amplia, explayada en ocres y en chispas de naranja y oro, la verás rodeada por el ring, bruñendo techos de pizarra, salpicando los rescoldos del Danubio con destellos de lapislázuli, con sombras de un malaquita tenue entre las casas que divisarás desde tu atalaya en los jardines de Belvedere, y creerás reconocer la torre aguda de la iglesia de San Esteban y tu vista se perderá entre la bruma que borra el Danubio y punto tras punto lo verás rielar, como azogue...
Entonces él pensará casi con envidia en Eugenio, el emperador que derrotó al ejército turco. Ya no es azul el río Danubio, ciertamente, mas sin embargo él no opondrá más resistencia ni lucubrará ideas locas ni pensamientos negativos y por el contrario, permitirá que el embrujo de la vieja ciudad lo envolviese en aquel atardecer de bronce y gualda penetrándole hasta los tuétanos y por un rato, breve sí, logrará olvidar quien era, de donde venía y hacia donde lo llevaba la vida...
                                               
Modificado de "La entropía tropical" novela, Ediluz 2003
Maracaibo, diciembre 2015

lunes, 28 de diciembre de 2015

Cuando abran los ojitos... de Ernesto García Mac Gregor



Verdades Dolorosas                                                             Ernesto García Mac Gregor

CUANDO ABRAN LOS OJITOS DE CHÁVEZ
Cuando la semana que viene, la nueva asamblea democrática comience a funcionar, y los ojitos entrecerrados del Comandante muerto se abran al público, el pueblo empezará a enterarse de la magnitud del desastre cometido en estos 17 años  y del esfuerzo sobrenatural requerido para remedar semejante catástrofe. La oposición debe explicar, que la tal contrarrevolución no existe, sino que se trata del cambio legítimo que tanto chavistas como no chavistas querían.
Mediante la interpelación de los responsables, la Asamblea Nacional debe dejar muy claro, ante Venezuela y el mundo, que el plan de Chávez, sus acólitos y Fidel era destruir totalmente la economía venezolana y empobrecer al pueblo para que éste no se aburguesara. Que el aparato productivo interno fue destruido adrede. En fin, exponer el drama de una nación llevada a la ruina por el chavismo en nombre de la ideología revolucionaria marxista que ha fracasado en todas partes del mundo.
Hay que insistir que durante la democracia se producía en el país casi todo lo que se consumía, y exportábamos alimentos, acero, aluminio, cemento, productos industriales, fertilizantes, químicos, y derivados del petróleo. Ahora no estamos produciendo nada, solo petróleo y cada vez menos y más barato, y hasta importamos  gasolina y gas. Para colmo, el desarrollo de la Faja y la producción de gas de ultramar ya no son rentables desde que apareció la nueva técnica fracking. 
Es menester recalcar, que los militares deben estar en los cuarteles y no en funciones de gerencia de puestos públicos civiles, que Venezuela es la nación más corrupta de América Latina, y posee el peor índice de criminalidad, calidad de vida e inflación del mundo. Y todo esto es debido a un tipo estrafalario que habla con los pajaritos y obedece apátridamente los designios de Cuba.
Se debe dar a entender que la pobreza es un gran negocio para los gobiernos corruptos que cambian migajas por votos. Que las misiones sociales pasaron de ser programas para atender a los pobres, a simples medios para alcanzar aspiraciones proselitistas. Que el comunismo es una poesía para quienes lo imponen y una pesadilla para quienes lo padecen. Que oiga quien tiene oídos…
Ernesto GarcíaMacGregor

viernes, 25 de diciembre de 2015

La rosa niña: Rubén Darío





LA ROSA NIÑA
Ruben Darío

Escuché a mi madre recitar muchas veces esta poesía y estando ya en esta Navidad, no puedo hacer menos que recordarla. 
Son  palabras del genial poeta nicaragüense Rubén Darío.

Cristal, oro y rosa. Alba en Palestina. Salen los tres reyes de adorar al rey, flor de infancia llena de una luz divina que humaniza y dora la mula y el buey. Baltasar medita, mirando la estrella que guía en la altura. Gaspar sueña en la visión sagrada. Melchor ve en aquella visión la llegada de un mágico bien. Las cabalgaduras sacuden los cuellos cubiertos de sedas y metales. 

Frío matinal refresca belfos de camellos húmedos de gracia, de azul y rocío. Las meditaciones de la barba sabia van acompasando los plumajes flavos, los ágiles trotes de potros de Arabia y las risas blancas de negros esclavos. ¿De dónde vinieron a la Epifanía? ¿De Persia? ¿De Egipto? ¿De la India? Es en vano cavilar. Vinieron de la luz, del Día, del Amor. Inútil pensar, Tertuliano. El fin anunciaban de un gran cautiverio y el advenimiento de un raro tesoro. Traían un símbolo de triple misterio, portando el incienso, la mirra y el oro.

En las cercanías de Belén se para el cortejo. ¿A causa? A causa de que una dulce niña de belleza rara surge ante los magos, todo ensueño y fe. ¡Oh, reyes! ?les dice?. Yo soy una niña que oyó a los vecinos pastores cantar, y desde la próxima florida campiña miró vuestro regio cortejo pasar. Yo sé que ha nacido Jesús Nazareno, que el mundo está lleno de gozo por El, y que es tan rosado, tan lindo y tan bueno, que hace al sol más sol, y a la miel más miel. Aún no llega el día... ¿Dónde está el establo? Prestadme la estrella para ir a Belén. No tengáis cuidado que la apague el diablo, con mis ojos puros la cuidaré bien.

Los magos quedaron silenciosos. Bella de toda belleza, a Belén tornó la estrella y la niña, llevada por ella al establo, cuna de Jesús, entró. Pero cuando estuvo junto a aquel infante, en cuyas pupilas miró a Dios arder, se quedó pasmada, pálido el semblante, porque no tenía nada que ofrecer. 

La Madre miraba a su niño lucero, las dos bestias buenas daban su calor; sonreía el santo viejo carpintero, la niña estaba temblando de amor. Allí había oro en cajas reales, perfumes en frascos de hechura oriental, incienso en copas de finos metales, y quesos, y flores, y miel de panal. Se puso rosada, rosada, rosada... ante la mirada del niño Jesús. (Felizmente que era su madrina un hada, de Anatole France o el doctor Mardrús). 

¡Qué dar a ese niño, qué dar sino ella! ¿Qué dar a ese tierno divino Señor? Le hubiera ofrecido la mágica estrella, la de Baltasar, Gaspar y Melchor... Mas a los influjos del hada amorosa, que supo el secreto de aquel corazón, se fue convirtiendo poco a poco en rosa, en rosa más bella que las de Sarón. La metamorfosis fue santa aquel día (la sombra lejana de Ovidio aplaudía), pues la dulce niña ofreció al Señor, que le agradecía y le sonreía, en la melodía de la Epifanía, su cuerpo hecho pétalos y su alma hecha olor.


Maracaibo 25 de diciembre del año 2015

jueves, 24 de diciembre de 2015

El cine y las novelas de adolescente, con 25 referencias...




EL CINE Y LAS NOVELAS DE ADOLESCENTE,                                                                      CON 25 REFERENCIAS…

Eran impresionantes todas aquellas influencias que ejercían en vos mismo varios personajes que ahora me parecen ser de leyenda. Conversando estábamos cuando vos recordaste la visita al colegio de aquel viejo sacerdote, el jesuita que había naufragado en el mar de la China, y del otro, el que estuvo en Nagasaki unos días después de la bomba y nos mostraba a todos en impresionantes diapositivas los horrores de la guerra atómica. También estuvo otro tipo, un cura godo que usaba un casco de explorador con una plumosa barba blanca y había venido desde la India para presentar sus proyecciones en colores. El barbudo aparecía en casi todas las transparencias de los templos budistas y de las deidades hindúes talladas en grandes piedras, como reposando, y nosotros le veíamos asombrados ante grandes monumentos que nos recordaban las escenas del Libro de la Selva (1). Estoy seguro de que vos rememorabas como yo, la película de Sabú (2), en colores, El Libro de las Tierras Vírgenes, tan reales que, según me contaste, te indujeron a leer con atención a Rudyard Kipling (3). Llegaste al grado de imaginarte vos mismo siendo Mowgli (4), o también, algunas veces dizque soñabas con ser un Gunga Din, (5) ¡en blanco y negro claro está!, pero con el casco de explorador, como el que usaban los fusileros ingleses… Vos queriendo ser uno de Bengala(6), en un desierto, con dunas y en la fortaleza, tipo Legión Extranjera, ser otro de ellos, tal vez avisando con la corneta, especie de Beau Geste (7), como el propio legionario. ¡Ah recuerdo que te dije que vos ni te imaginarías lo que es ser un legionario!, y te hablé de que existía uno criollo, puesto que vos no conocías a Ismael, nuestro poeta guerrero; para la época me parecería imposible (8), realmente no sabíaamos de su existencia, ni siquiera ahora que ya estáis viejo creo que conocéis bien la historia de Ismael Urdaneta, y de su terrible padecer, enfermo ya al regresar a su terruño, algo como para inspirarnos a los dos… (9). Te digo esto pues en el fondo veía que vos parecías estar queriendo hacer catarsis con los recuerdos del ayer. Al pensar en aquellos días de nuestra infancia, más bien creo que vos algunas veces te apoyabas en el cine y así, te imaginabas casi todo, como estar sumergido en una selva espesa, como en la de La patrulla de Bataam (10), con cientos de nipones, o de chinos, acechándonos entre la manigua, como sabías habían hecho con San Francisco Javier (11), hasta que se lo echaron al coleto. Quién sabe si en aquellos instantes, a vos te daría por recordar cuando vino aquel otro, el misionero de la chivita, el mismo que nos contaba increíbles historias sobre la India y sus repletos leprocomios, él, quien siempre aparecía en la proyecciones rodeado de niños, algunos ayudados de lo puro flacos que estaban, los pobres, porque eran un montón, y se morían de hambre, en Goa, en Calcuta, en Amenhabad (12). En las fotos, nos mostraba las vacas y los hombres y las mujeres, ellas con sus saris, y ellos escuálidos y morenos, como arañas, seguramente todos de la casta de los parias, en las orillas del Ganges, bañándose, purificándose, al lado de las vacas sagradas (13), en aquellas aguas barrosas iban y venían, manchando más que lavando los interminables escalones que se metían en el río sagrado, escaleras para bañarse, con la intención de subir al mero cielo del Ramayana valmiquiano (14). Vino a mi mente la novela “Un hijo de circo” de John Irving (15), y recordé al doctor Duruwalla, un hindú de Toronto quien se fue a Calcuta, no a buscar algunas frutas, no, él se fue a trabajar con niños lisiados y se interesaba por los enanos que son gente del circo y les tomaba muestras de sangre y descubrió a un asesino serial, y estaban allí todos ellos en la novela de Irving, con los hindúes y los jesuitas (16). Casi que pude percibir el olor a mierda en el aire de Calcuta, y todas esas cosas que había leído años atrás te las comenté y vos, atinaste preciso a recordar a la hermosa Kim Bassinger en “Una mujer difícil” (17), en otro film sobre una novela de Irving, así como “El mundo según Garp” la del actor Robin Williams, película que habíamos visto ambos, hacía ya varios años (18). Quién sabe si de momento, más bien estaba en tu cabeza aquel otro jesuita, el rubicundo belga, uno que venía llegando nada menos que desde el Congo, y vos me contaste como en aquellos tiempos te imaginabas como sería el mero Congobelga, el Congoberes como le decían algunos, mientras yo, cuando me hablabas, pensé en el río tortuoso de Conrad en el corazón de las tinieblas (19), y después en Lord Jim con la imagen de Peter O´Toole (20) y me era imposible no asociar al misterioso Kurtz con Marlon Brando en el “Apocalipsis now” de Francis Ford Coopola (21), así que interrumpí tus ideas para solazarnos ambos con el recuerdo del ruqui, ruqui de los helicópteros sobre el cielo de Vietnam. De manera que regresamos al África con un Kilmanjaro nevado sin que fuese necesariamente el de Heminway (22), y volvimos al cine de nuestra infancia y por supuesto, vos a millón, seguramente que imaginabas todas las escenas en blanco y negro, como si fuese película de Tarzán, con elefantes escapando hacia una cueva llenas de colmillos de marfil y ríos plagados de caimanes y de hipopótamos (23), o mejor aún, y ¡es que me lo dijiste!, aunque no todo era de películas tan antiguas, algunas veces te veías, en radiante technicolor, quien sabe si entre los guerreros de una tribu Masai, los de Las Minas del rey Salomón, y es que me contaste como soñabas ser el Allan Quatermain de Ridder Haggard (24) con las patillas de Stewart Granger y hasta con una Deborah Kerr pelirroja (25), aunque llegó a tu mente el hermano Urrestieta, malvado, pues le cortaba a las películas las escenas de los besos, tapándolos con su mano durante las funciones nocturnas de cine en el colegio, y siempre todos chiflábamos protestando en la oscuridad, allá en el Maracaibo de nuestra tan lejana infancia.

Referencias bibliográficas y cinematográficas

1-El libro de la selva o El libro de las tierras vírgenes, publicado en 1894 escrito por el inglés nacido en India Rudyard Kipling. Premio Nobel de Literatura en 1907. Hay una versión de Disney para el año 2016.

2-Sabu fue un actor de origen hindú, descubierto por el documentalista Robert J. Flaherty, quien le escogió para hacer el papel de un conductor de elefantes en el film británico de 1937 “Elephant Boy”, basado en el relato de Rudyard Kipling “Toomai el de los elefantes”.

3-Rudyard Kipling (1865 - 1936) escritor y poeta británico. Autor de relatos, cuentos infantiles, novelas y poesía. Muy conocido por The Jungle Book (El libro de la selva, 1894). Varias de sus obras han sido llevadas al cine.

4-En 1942 Sabú volvió a interpretar un papel basado en una narración de Kipling, el de Mowgli en “El libro de la selva”, película dirigida por Zoltán Korda.

5-Gunga Din (1892) es uno de los poemas más famosos de Rudyard Kipling, una narrativa con rima de un soldado británico, sobre un nativo portador de agua que le salva la vida; una canción de Bob Dylan "You ain't going nowhere" cita la película en el verso "Gonna see a movie called Gunga Din".

6-Fusileros de Bengala era una película estadounidense de 1954 dirigida por László Benedek y protagonizada por Rock Hudson, Arlene Dahl y Ursula Thiess.

7-Beau Geste, un clásico de las novelas de aventuras adaptado al cine en varias ocasiones, quizás la más conocida la dirigió en 1939 William Wellman, protagonizada por Gary Cooper.

8-Ismael Emilio Urdaneta (Moporo, Edo Trujillo 1885 - Maracaibo, Edo Zulia, 1928) fue un poeta y militar venezolano, que 1914, se alistó en la Legión Extranjera Francesa. En la Primera Guerra Mundial combatió en Bel-Abbés y en Galípoli, Turquía. También en Egipto, Serbia y Ucrania en los frentes rusos.

9-En 1915, una bala le destrozó el oído izquierdo en la Batalla de los Dardanelos y en 1916, en la Batalla de Verdún, le amputaron parte del pie izquierdo por gangrena. Recibió la Medalla Interaliada, Medalla de Verdún, Distintivo de Herida y el Cordón de Honor al Mérito de la Legión Extranjera. En agosto de 1921 regresó a Maracaibo, donde en septiembre de 1928 se suicidó.

10-Película bélica del año 1943 dirigida por Tay Garnett, y protagonizada por Robert Taylor, que narra la defensa de la península de Bataan en la Segunda Guerra Mundial.

11-San Francisco Javier. Misionero navarro, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús y colaborador de Ignacio de Loyola. De 35 años catequizó la India, China y Japón, morirá en China a los 46 años de edad.

12-Ahmedabad es actualmente la séptima ciudad más poblada de la India, la mayor del estado de Guyarat, con una población de 3.520.085 habitantes.

13-Los textos mitológicos hindúes se representa a la madre tierra como una vaca y nombran a la vaca como Devi, la diosa y Aditi, madre de los dioses.

14-El Ramayana es un texto épico atribuido al escritor Vālmīki, transmitido por la tradición, es una epopeya, de 24.000 versos, que narran la batalla entre el rey dios Rama y el demoníaco rey de Lanka.

15-John Irving (1942) New Hampshire, Estados Unidos. Escritor de novelas desde los años 60, muchas llevadas al cine, “El Mundo Según Garp (78), “Las Normas De La Casa De La Sidra”(65), “Una Mujer Difícil” (98), “Una Oración por OwenMeany “(98), etc.
16-El Dr Daruwalla, nacido en Bombay es cirujano ortopédico en Toronto y viaja a la India a operar niños cojos y tomar exámenes de sangre a enanos de circo. 20 años antes llamado a Goa para consultarle un crimen, averigua en “Gente de circo”quien es el asesino.

17-The door in the floor film dirigido por Tod Williams. Ted (Jeff Bridges) y Marion (Kim Basinger) viven traumátizados por la muerte de sus hijos adolescente y Marion se refugia con un joven amante, ayudante de Ted, que es escritor.

18- El film(1982)dirigido por G.RoyHill con RobinWilliams, Gleen Close y John Lighgow, describe a enfermera, Jenny que concibe un hijo TSGarp cuyo éxito se verá perjudicado por la cruzada feminista que encabeza su madre.

19-Joseph Conrad (1857-1924) fue oficial de la marina mercante británica y novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria. El corazón de las tinieblas, narra las atrocidades contra la población indígena en el Estado Libre del Congo, en un viaje fluvial en busca de un personaje misterioso.

20- En Lord Jim, Conrad, evoca el traumático accidente de su vida. Peter O'Toole (1932-2013) actor irlandés, célebre como protagonista de la película Lawrence de Arabia(19562), hizo el papel de Lord Jim en 1964 dirigida por Richard Brooks.

21- Película dirigida y producida por Francis Ford Coppola en 1979 basada en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, aunque trasladando la acción a la Guerra de Vietnam. Con Martin Sheen, Robert Duval y Marlon Brando, el film ganó 2 Óscares y Palma de Oro del Festival de Cannes de ese año.

22- Las nieves del Kilmajaro se refiere al film estadounidense de 1952 basada en el relato homónimo de Ernest Hemingway, dirigida por Henry King y con Gregory Peck, Susan Hayward y Ava Gardner.

23- La película, de 1932, fue la primera de Tarzán protagonizada por Weissmuller, Maureen O'Sullivan y Chita, la mona, que no aparece en la novela de Edgar Rice Burroughs, fue creado para la película.

24- Las minas del rey Salomón (1885), novela de Henry Rider Haggard (1856 -1925)  rechazada por numerosas editoriales antes de su enorme éxito, en la que aparece por primera vez el personaje Allan Quatermain.

25- Las minas del rey Salomon:  film de MGM (1950) con Stewart Granger, Deborah Kerr, Richard Carlson y Hugo Haas.

Maracaibo 24 de diciembre del  2015