SOBRE LA LECTURA Y LA RELECTURA DE LA
LITERATURA
El Capítulo 2 de mi novela “El año de la lepra” comienza así: “Mi nombre es Alejo Plumacher y
estoy decidido a escribir”… En el curso
de ponerle texto a esa decisión, Alejo va paseándose por varias opciones que
tal vez le permitan expresar sus ideas y confía en que estas puedan convencer a
quienes lean su relato sobre de ciertos hechos que lo impulsan a escribir ya
que ante su imperiosa necesidad de relatarlos, según él mismo dice, “callar
sería imperdonable”. La Editorial
Elotro@elmismo en el Estado Mérida publicó esta novela el año 2012 y hoy ya
finalizando el año 2015, tras haber escrito algunos artículos en mi blog
“lapesteloca.blogspot.com” sobre tema de escribir novelas dentro de otras
novelas y sobre el cine y las novelas policiacas, al releer los comentarios de
Alejo Plumacher, regresé para releer algunas publicaciones recientes en mi blog
y me he sentido coherente.
Tengo que interrumpir las ideas de Alejo Plumacher para volver
sobre una frase ya manida. En diversas ocasiones me ha tocado recordar a mis
lectores que la literatura debe releerse. Este sencillo asunto, ya lo decía
Anabella, en “Escribir en La Habana”…
“Leer,
siempre es difícil mi dóctor, es complejo, leer un libro es más complicado que
leer un periódico. Tu amor es una noticia del pasado, no es literatura, es como
lo que hay en los periódicos. ¿Para qué leer las noticias si son de ayer? Son
noticias ya pasadas, propagadas y hasta olvidadas”. “Un libro, mi dóctor, se
puede leer dos o más veces, la literatura es para releerla, inténtalo Marcelo
querido. Lo que cada uno encuentre en los libros depende más del lector que del
autor, sobre todo del lector que sea capaz de releer”.
Hace un par de días, el 4 de este mes, me refería al tema de
las novelas dentro de otras novelas, y hablaba en el blog sobre Paul Auster y “El oráculo de la noche”. Hoy, me
encontré releyendo lo que decía Plumacher… “El 31 de diciembre del año 2011, ya tras
los sucesos cruciales, acepté la realidad de los hechos y decidí que era
necesario poner por escrito todo cuanto quizás esta técnica me pudiese ofrecer
mejores dividendos que el llamado sistema confesional.. Se me ocurrió entonces
la idea de crear una historia dentro de otra historia, algo así como escribir
mientras uno parece estar como el perro que se muerde la cola”. Más
adelante, Alejo añadirá… Por eso tal vez, insisto en que usar
historias dentro de otras historias nunca ha sido una mala táctica. También
Ednodio lo hizo magistralmente en “Mariana y Los Comanches”. “No puedo ser tan
claro, ni tan preciso puesto que todo ha de presentarse como una novela, aunque
la verdadera historia, la nuestra siendo única, sin duda podría habitar dentro
de otras historias. Cohabitar… Eso me gusta. Pudiera hacer como Auster en “El
Oráculo de la Noche” con unos cuadernos garrapateados y llegar a crearles pie
de páginas, e ir sobre diversos temas, y relatarlos cual si yo fuese un
prisionero. Todavía no me enjaulan, pero puedo simular ser un relator cautivo,
y hacerme la ilusión de que me escucharán, como quien narra una película, como
si quisiera detallársela a otro preso, cual Puig y su mujer araña”.
En lapesteloca.blogspot.com, hace un par de días, el 4 de
diciembre se me ocurrió tocar el tema de la literatura y las premoniciones…“La
literatura será utilizada por todos como un medio de escapar de la realidad.
Pero también “La noche del oráculo” nos hablará de la literatura como
premonitora de acciones futuras. Un hecho que quien escribe ha percibido con
cierto dramatismo. ¿Puede acaso la literatura incidir en situaciones que se trasporten
al futuro?”
Un poco en esta línea de ideas, Alejo Plumacher escribía en el
Capítulo 2 de “El año de la lepra”…“Pienso que ante los hechos, y como los
mismos estarán relatados, no debería temer. Dicen que el miedo es libre…
Vivimos el presente, pero el futuro estará siempre con nosotros pues lo podemos
torcer. El pasado, regresa, y para muchos, ya hace tiempo que desapareció. ¿El
futuro?, algunas veces conocemos las cosas antes de que estás ocurran y se dan
aunque no queramos. Tal vez esto tenga que ver con la intuición, o con aquello
de que la historia es cíclica y repetitiva”.
En mí ya mencionado blog, en fecha 5 de septiembre, este año,
citaba a Rosa Montero en “La loca de la
casa” cuando ella señalaba que… “El narrador intenta ordenar el caos y
atisba el dibujo final del laberinto. Las novelas como los sueños, nacen de un
territorio profundo y movedizo que lo que soñamos para que sea posible intuir
que tenemos otras existencias, ¿vidas paralelas?, las reales y las del sueño.
Cuando nos dormimos y empezamos a soñar, entramos en realidad en otra está más
allá de las palabras”. Luego, nuevamente Rosa Montero nos dirá... “Basta
con pensar en vida, en una existencia paralela que guarda su propia memoria, su
continuidad, “su causalidad enrevesada”.
Finalmente, mi interés por el cine me llevó a escribir en el
blog, el 19 de octubre de este año sobre el cine negro y los escritores de
novelas policiacas, y el 1 de diciembre me referí a Maigret el inspector creado
por Georges Simenon. Curiosamente, esta mañana al releer “El año de la lepra”, me
tropecé con Alejo Plumacher, nuevamente, expresando por escrito sus ideas… “Supongamos
una novela como “El halcón Maltés”, diría yo que seguramente por culpa de
Bogart, Dashiel Hammett para muchos parecerá un escritor más cinematográfico
que policial, y es que el cine, como sucede con la música, en general con todo
lo leído y lo vivido, pueden ser importantes causales de ese supuesto azar de
las novelas… Que puedo decir si siempre que pienso en el inspector Maigret de
Georges Simenon es el actor Jean Gabin quien viene a mi mente”.
Gracias por leerme, y releerme.
Jorge García Tamayo
Maracaibo 6 de
diciembre del año 2015
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