Cuando Bolívar estuvo por última
vez en Caracas…
Juan
de la Madriz y Xedler (Caracas, 1764-1839). Fue un hacendado y comerciante mantuano, hijo de Francisco de la Madriz
y de María Teresa Xedler, quien en 1795, siendo viudo de un primer matrimonio,
casó con María de la Concepción
Aristeguieta, hija ésta de José de Aristeguieta y de María Teresa Xedler Bolívar, pariente cercana de Simón Bolívar.
Juan
de la Madriz, compró la casa natal de El
Libertador el 19 de junio del año 1806 a
los hermanos Bolívar, quienes eran sus primos, y se mudó en septiembre del año 1806,
época cuando Juan de la Madriz era teniente del escuadrón de Caballería de
Caracas.
El
1814, como republicano que era, fue comisionado por el Director General de Rentas,
para la recolección de donativos para el sostenimiento de la causa de la
independencia. Después de la derrota en la batalla de la Puerta, ese año
conocido como “el año terrible”, con Valencia asediada por Boves, El Libertador
decidirá en Julio la retirada hacia el oriente del país. Juan de la Madriz tomo
la determinación de permanecer en Caracas. En 1818, el año del intento de
asesinar a Bolívar en el hato “Rincón de los Toros” en Maturín, Juan de la
Madriz solicitó el patronato de la capilla de la Santísima Trinidad en la
catedral, el cual había estado en manos de la familia Bolívar y La Real
Audiencia le concedió su petición poniéndole además en posesión de las casas de
La Guaira adscritas al sostenimiento de la fiesta anual al Santo Misterio. La larga
devastadora guerra de la independencia parecería amainar tras el Congreso de
Angostura en 1819, de modo que cuando en 1820 en la ciudad de Trujillo, la
misma donde en 1813 se había dictado de decreto de guerra a muerte, El Libertador
y Morillo se abrazarían para firmar un tratado de armisticio y regularización
de la guerra. Tras la fracasada convención de Ocaña. La Cosiata en 1826 aceleró
el principio del fin.
El
año 1827, cuando Bolívar estuvo por última vez a Caracas, Juan de la Madrid, le
ofreció un banquete en la misma sala donde El Libertador había nacido. En esa
oportunidad asistió Simón Bolívar al banquete
íntimo en su honor ofrecido por Juan de la Madriz y su hija Teresa de la Madriz
Jerez de Aristeguieta y Bolívar (primos de Simón Bolívar). Entonces se
reunieron todos los miembros de la familia y unos pocos amigos de confianza del
Libertador. Bolívar le dio las gracias a
Juan de la Madriz, con un discurso de agradecimiento en el cual evocó su
infancia y recordó a sus padres.
La cabecera
de la mesa del banquete, donde se sentó El
Libertador estaba situada en el mismo punto en donde había nacido. Ante
el fino gesto de los anfitriones, Simón
Bolívar, acostumbrado a grandes emociones se enterneció y derramando
lágrimas se pondría de pie, y alzando su copa diría… “Hermanos y amigos ¡Con cuanto gozo me encuentro, como resucitado, en
medio de vosotros! ¡Cuántos recuerdos se aglomeran en este instante sobre mi
mente! Mi madre, mi buena madre, sale de su tumba y me ofrece sus brazos
abiertos. Todos mis tíos, todos mis hermanos, mi abuelo, mi más tierna niñez,
mis juegos infantiles, la
Confirmación y mi padrino con los regalos que me daba cuando
era inocente, todo viene en tropel a excitar mis primeras emociones, la efusión
de una sensibilidad deliciosa. Todo lo que tengo de humano se remueve en mí:
llamo humano lo que está más cerca en la naturaleza, lo que está más cerca de
las primitivas impresiones. Me habéis dado la más pura satisfacción con esta
fiesta de hogar, en el seno de la familia y de la patria. Gozad, pues, como yo,
de este placer verdadero. ¡Ojalá pudiera vivir entre vosotros el resto de los
días que la Providencia
me ha señalado, para que una mano fraternal cierre mis párpados y lleve mis
reliquias a reunirlas con las de mis padres y hermanos que reposan en este
suelo que nos vio nacer. Acaso algunos de vosotros habéis sentido el sueño de
Epiménides: habéis vuelto de entre los muertos a ver los estragos del tiempo
inexorable de la cruel guerra de los hombres feroces: os encontráis en Caracas
como duendes que vienen de la otra vida y observáis que nada es de lo que fue.
Dejasteis una dilatada y hermosa familia: ella ha sido segada por una hoz
sanguinaria: dejasteis una patria naciente que desenvolvía los primeros
gérmenes de la creación y los primeros elementos de la sociedad: y lo
encontráis todo en escombros: todo en memorias. Los vivientes han desaparecido:
las obras de los hombres, las casas de Dios y hasta los campos han sentido el
estrago formidable del estremecimiento de la naturaleza. ¿Dónde están nuestros
padres, dónde nuestros hermanos, dónde nuestros parientes? Los más felices
fueron sepultados dentro del asilo de sus mansiones domésticas y los más
desgraciados han cubierto los campos de Venezuela con sus huesos, después de
haberlos regado con su sangre, por el sólo delito de haber amado la justicia.
Los campos regados por el sudor de trescientos años han sido agotados por una
fatal combinación de los meteoros y de los crímenes. ¿Dónde está Caracas?...
Caracas ya no existe: pero sus cenizas, sus monumentos, la tierra que la tuvo,
ha quedado resplandeciente de libertad y está cubierta de la gloria del
martirio. Este consuelo repara todas las pérdidas a lo menos éste es el mío y
yo deseo que sea el vuestro. Habéis sufrido mucho, pero os queda la gloria de
haber sufrido mucho por haber sido siempre fieles a vuestro deber. Nuestra
familia se ha mostrado digna de pertenecernos y su sangre se ha vengado por uno
de sus miembros. Yo he tenido esa fortuna. Yo he recogido el fruto de todos los
servicios de mis compatriotas, parientes y amigos. Yo los he representado a
presencia de los hombres: yo los representaré a presencia de la posteridad”.
Con abrazos y
saludos El Libertador estuvo despidiéndose de todos en aquellos sitios tan
queridos de su infancia... Hay quien escribiera sobre la noche de su despedida…
“Esa noche, en el corto trayecto que hay
de San Jacinto a Las Gradillas, vieron los transeúntes un hombre de rostro
pálido y ojos ardientes, vestido de negro, que iba de prisa, hablando a solas y
como sonámbulo...”
La casa natal
del Libertador pertenecería a la familia de la Madriz hasta el año 1876
cuando se la venderían a Antonio Guzmán Blanco.
Juan de la Madriz según
relatamos previamente, había contraído segundas nupcias en 1795 con María
Concepción Aresteguieta Xedler quien era hija de José Aristeguieta y de María Teresa Xedler Bolívar. El 26 de octubre de 1829, Juan de la
Madrid figuró entre las personas convocadas por José Antonio Páez para
establecer la Sociedad Económica de Amigos del País en la ciudad de Caracas a
fin de promover los progresos de la agricultura, el comercio, artes y oficios. En
1830 era miembro de la Diputación Provincial y fue comisionado por esta sociedad
para conformar la cartilla agraria sobre cultivo del trigo. Ese mismo año, fue.
En 1835, durante la Presidencia de José María Vargas, fue gobernador de la
provincia de Caracas.
Lorenzo Tamayo Escalona
Lorenzo Fernando Tamayo de la
Madriz nacería
en la casa natal de EL LIBERTADOR el 07-08-1858, hijo del Lic. Lorenzo
Tamayo Escalona (natural de El Tocuyo) y de Amalia de la Madriz y Rivas.
Lorenzo
Tamayo de la Madriz
llegará a San Cristóbal a finales del siglo XIX a trabajar en el Telégrafo
Nacional, después trabajará en la Electricidad del Táchira, y luego
se desempeñaría como Inspector de Vehículos del Estado Táchira.
Figuró entre
los miembros fundadores de la
Sociedad Salón de Lectura de San Cristóbal (Ateneo
del Táchira) perteneciendo a su Primera Junta Directiva (1907)
y su Presidente (1911-1912).
Fue Presidente del Concejo
Municipal de San Cristóbal (1910), y durante su gestión se decretaron: Los
Festejos correspondientes al Primer Centenario de la Independencia,
la construcción del Hospital de San Cristóbal (Por su recomendación se
utilizaron los mismos planos del Hospital Vargas de Caracas) y la
construcción de la Plaza Bolívar.
Lorenzo
Tamayo de la Madriz
se casará en San Cristóbal con
María Cecilia Filomena Albina
García Galavís.
De esta
unión, nacerán:
1-Fernando
Carlos Lic. en Filosofía y Letras, poeta, fue Director de la Escuela Granja del
Estado Táchira y del Diario Vanguardia, etc... Casado con Catherine McShane.
2-Eduardo,
ingeniero civil, casado con Eva Gáscue.
3-Francisco,
contador y poeta, casado con Esperanza Quiñones.
4-Cecilia
casada con Aurelio Ferrero Troconis.
5-María
Teresa casada con Luis Alberto Unceín Ruiz.
6-Albina
casada con Luis Jaramillo Montoya.
7-Josefina
casada con Reinaldo García Velasco.
8-Amalia
casada con Eleazar Fornez Paredes.
9-Mercedes
casada con Héctor Pons Ojeda.
10-María
Amelia Jacinta del Monte Carmelo casada
con Jesús García Nebot, padres de quien escribe este relato de la cena para
despedir a Simón Bolivar, en su casa natal, cuando visitó por última vez a
Caracas .
Jorge García Tamayo
Maracaibo, 8 de diciembre del año 2015
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