SOLO UNA COSA NO HAY, ES EL
OLVIDO
El 2011 fue denominado, el año de la lepra en la novela
del mismo nombre. He repetido en ocasiones algo que no debemos olvidar; en las
novelas, los escritores tienen “patente de corso” para mentir e inventar cuanto
disparate se les ocurra. En la misma tónica, también he recordado lo que el
brillante novelista español, Javier Cercas ha dicho: “el novelista está autorizado para engañar”
Aquí va para mis re lectores, una parte del Capítulo 16
de la novela, “El año de la lepra” (elotro@elmismo Edts, 2012).
“Gorkas Aspiazu
conoció a la joven Irina en el Club ItaloVenezolano de San Félix, en el
territorio mágico de la Guayana y pensó que era una italianita con años en el
país. Irina representaba menos edad de la que tenía. Él, cuando la vio por
primera vez no sospechaba que ella había nacido el año 1958, ni menos aún que
supuestamente Irina era hija de Nadja Kovac y de Silvester Korzeniowski. Cuando
se casaron, Gorkas e Irina, lo harían con el auspicio de la colonia
ítalo-venezolana de San Félix y Puerto Ordaz y tres años más tarde ya tendrían
dos hijos, Aitor nacido en 1986 y Maite en 1988. Gorkas invitó a la boda a su
amigo Cubillas Toscano, un vasco gipuzkoano nacido en Donosti, quien había
llegado a Venezuela muy joven huyendo de los escuadrones de la muerte creados
por el gobierno socialista de Felipe González. Desde siempre, el amigo de
Gorkas fue considerado como una conexión entre ETA y las FARC, relaciones estas
que se consolidarían más adelante hacia el año 2003 cuando Rubén Zamora, del
Frente 33 de las FARC se conectó con Cubillas quién para esa época ya estaba
ubicado como un personaje conocido en el Ministerio de Agricultura y Tierras de
Venezuela. La amistad de Cubillas con Gorkas Aspiazu, quien aparecía como un
emprendedor joven comerciante también gipuzkoano, se remontaba a la década de
los ochenta, cuando Aspiazu había vivido en Trinidad y comerciaba por los ríos
del Delta y por el Orinoco. Por ello le invitó a su matrimonio con Irina
Grudzinsky en Ciudad Bolívar”.
“En lo que a
nuestra historia compete, el 16 de marzo del año 2010, en los días cuando se
dio la visita del presidente Lukashenko al país petrolero más importante de
América, ese hecho coincidió con la acción del juez Eloy Velasco de la Alta
Corte de España quien dictó 12 órdenes de detención a nivel internacional para
terroristas de ETA y señaló que existían evidencias sobre la cooperación entre
el gobierno venezolano y grupos terroristas. Cubillas Toscano resultaría ser
uno de las vascos señalados por el juez, pero para el momento era nada menos
que el Jefe de Seguridad del Ministerio de Agricultura y Tierras, por lo que el
presidente del país petrolero visitado por el presidente de Bielorrusia,
apareció para señalar ante la prensa que Cubillas y otros supuestos etarras,
eran venezolanos y con hijos venezolanos, por lo que no serían deportados nunca
para responder ante la justicia española. La conexión de Cubillas con el vasco
Gorkas había sido providencial para el agente de ETA y resultó importante en la
consolidación de algunos proyectos expansivos de la revolución bolivariana.
Para la época, Aspiazu fungía como un próspero comerciante que viajaba todo el
año por el Orinoco, y poseía varias embarcaciones con las que desde el Alto
Apure acarreaba mercancías. En ocasiones el vasco Gorkas había ayudado al
tráfico de armas para las FARC. Cuando nació Maite, su abuela Nadja quien
también había emigrado a Venezuela y vivía en la población de Upata en el
Estado Bolívar, estuvo unos días visitando a su hija en Puerto Ordaz y conoció
a su primer nieto, Aitor. En esa oportunidad le expresó a Irina que quería para
su nieta otro nombre menos vasco que Maite, a ella le hubiese gustado que se
llamase Matilda como su madre, pero Gorkas no aceptó la propuesta de la abuela
y desde entonces nunca se llevaron bien. Nadja también le sugirió a su hija que
tratase de ubicar a su padre. Le comentó que Silvester era un conocido
investigador y profesor universitario en el otro extremo del país, en
Maracaibo, una ciudad muy calurosa. Al fin y al cabo, le dijo a Irina, que ella
y sus hijos, mudados a Puerto Ordaz en la zona del hierro, vivían en una tierra
igualmente hirviente y si se iban a vivir a la región petrolera quizás así
podría ella desprenderse de su marido Gorkas a quien la suegra juzgaba un
individuo peligroso pues le habían comentado que el vasco andaba en negocios de
contrabando”.
“Después de estar
establecido en el país, Cubillas Toscano se había casado con Goizder Lavailler
Odriozola quien para aquel momento era la Directora de Relaciones
Interinstitucionales del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación. Ya
durante el año 2007 la situación de Cubillas era envidiable. Bajo el amparo de
las instituciones locales, estaba encargado del adiestramiento del personal
para actividades guerrilleras en suelo venezolano. Específicamente actuaba en
un Curso de adiestramiento muy conocido ya que en éste intervenían cuatro
activos militantes de ETA expertos en la fabricación de granadas y de morteros.
En el mes de agosto de ese mismo año 2007, sus actividades se complementaron
con un Curso Teórico Práctico dictado en una finca cercana a Guasdalito en el
cual dedicaron la mayor parte del tiempo a la preparación de explosivos con C4.
Siete miembros del Frente Bolivariano de Liberación, organización muy activa en
el occidente del país, llegaron para unirse a 13 miembros de las FARC. El Curso
resultó ser un éxito tal que el llamado “Bloque del Caribe” de las FARC planteó
repetirlo. En enero del año siguiente 2008, otro entrenador de ETA, fue
descrito por uno de los informantes de la CIA, como “un catirrucio” apellidado
Shumatcher, e información cruzada sobre todas estas actividades circulaba sin
que se produjesen interrupciones pues mientras el suministro de petróleo
estuviese funcionando, el gobierno norteamericano y la CIA preferirían siempre
hacerse de la vista gorda. En enero de ese mismo año ya la mujer de Cubillas
había ascendido a Directora de Información de la Vicepresidencia de la
República a cargo de Elio Jauja Milanés. Con esas ventajas, los guerrilleros
seleccionados por las FARC viajaron hasta el norte de Colombia y se encontraron
en Barranquilla desde donde, vía Santa Marta pasaron por la frontera con la
protección del DIM y de tres militares venezolanos que estuvieron dirigiendo la
operación. Uno de los 60 alumnos del Curso, de nombre Rubén, describió en
detalle las andanzas del “Frente del Caribe” y señaló la presencia de varios
personajes clave, no solo de Cubillas, también de dos hombres gordos, uno de
ellos, un español bigotudo, y el otro, un moreno cuya apariencia coincidía a la
perfección con la descripción de Germán Pinilla, el agente que a finales del
año 2010 contratarían los bielorusos para ayudar a Nicolai Martinovic en las
gestiones indagatorias del teniente Yakolev sobre los investigadores de la lepra
en la “ciudad de fuego”. El responsable del Curso dictado por las FARC en esa
ocasión fue Luciano Martin, alias Iván Márquez quien un par de años después,
fuera denunciado por el gobierno de Colombia por sus actividades terroristas
cumplidas desde suelo venezolano, una denuncia que apoyada en diversas
evidencias, en particular con datos obtenidos de las computadoras confiscadas
tras la muerte de Raúl Reyes, los cuales valdrían para que “el vecino país”
formulase ante la ONU una denuncia concreta, la cual llevaría a la ruptura de
relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia al final del gobierno del
presidente Uribe Vélez en julio del año 2010. Sería en el mes de septiembre de
ese mismo año, ya siendo el doctor Santos el nuevo presidente de Colombia,
cuando en un bombardeo el ejército colombiano acabaría con la vida de “el mono
Jojoy”, uno de los principales cabecillas de las FARC y luego a finales de ese
año 2010, Cubillas Toscano de nuevo fue reclamado por el gobierno de España y
la prensa comenzó a tratar públicamente sus andanzas como terrorista por lo que
el gobierno que había recurrido a una tretas electorales para no perder la
mayoría en las elecciones para la Asamblea Nacional en septiembre, se encontró
nuevamente enfrentando una desagradable situación en el ámbito internacional.
No obstante el dinero que le entraba al país a raudales como consecuencia de la
subida de los precios del petróleo en medio de un crudo invierno, lograría como
siempre con los petrodólares comprar conciencias y silenciar personas. Hasta un
ex agente del gobierno, quien se había enriquecido en asuntos de aduanas con el
apoyo de muchos y muy conocidos Generales, comercializando úrea para el
narcotráfico, fue capturado en Colombia, y su caso también fue aplacado con
billetes de los verdes, del verde verde limón...”
Epígrafe de la novela: Sólo una
cosa no hay. Es el olvido.
Jorge Luís Borges
“Everness”
Maracaibo, 22 de diciembre, del año 2015
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