domingo, 8 de diciembre de 2019

De los gatos y sus costumbres


De los gatos y sus costumbres
                                                                                     Para Fern y Ayarit...

El gato es uno de los animales de compañía más común en el mundo, aunque esto pudiera parecer una contradicción por la naturaleza poco doméstica dada la personalidad de estos felinos. En general, otros animales que son aceptados como “mascotas” y viven en las casas son animales sociales, al contrario de los gatos, quienes disfrutan de la vida en solitario. El gato como animal muy independiente, es curioso, activo y dormilón, pero al mismo tiempo, puede ser muy exigente con sus costumbres. La gran destreza física y gran flexibilidad corporal del gato exige ciertas condiciones que le favorezcan; él requiere de su propio espacio, y este ha de ser respetado para conseguir una adecuada convivencia. Los gatos controlan las emociones mucho mejor que los humanos. Son autosuficientes, independientes, fuertes y silenciosos, y si se encuentran equilibrados, demuestran gran fortaleza pero pueden ser frágiles cuando pierden esa estabilidad.

El gato es uno de los animales domesticados que menos se alejan de sus familiares silvestres. Hace mucho tiempo que comparten su suerte con los primeros agricultores del planeta, no habían pasado de ser cazadores solitarios cuando ya compartían territorio con los humanos por conveniencia mutua. Sin embargo, en los últimos años, se han vuelto tan populares que ya habitan en multitud de hogares. Ello se debe, en parte, a nuestro ritmo de vida, ya que cada vez tenemos menos tiempo libre y la sensación que la tenencia de un felino en casa no nos va a robar demasiado de él. Al ser de pequeño tamaño, no necesitar largos paseos, ni jornadas al aire libre, ni cuidados muy complejos y ser ordenados en su propia limpieza, se han convertido en los animales de elección de los habitantes urbanos, en particular de pequeños apartamentos.

A través de los años, el hombre se ha adaptado a los felinos, y si se analiza desde el punto de vista felino, el ser el humano para ellos es una fuente de alimento estable, de cuidado y de protección. Sin embargo, incluso dentro de un hogar, el gato doméstico sigue conservando el espíritu independiente y solitario tan propio de él. En general los gatos, son autosuficientes, tiene gran agilidad física y son muy silenciosos, suelen controlar sus emociones además de ser animales muy limpios. Los gatos son animales muy independientes, pero pueden llegar a ser un estupendo acompañante y casi convertirse en un miembro más de la familia. Su principal característica no es ser cariñosos, pero pueden llegar a serlo, y a gustarles que los acurruquen, los rasquen o acaricien, así que pueden reclamar cuando tienen hambre, o quieren mimos, o si les pasa algo…

Por eso puede ser interesante conocer a fondo su psicología, sus emociones y sus miedos para descubrir lo inteligentes que pueden llegar a ser. Los gatos pueden ser más tímidos o más extrovertidos, dependiendo de la personalidad de cada animal. En el caso de que fuese un gato tímido, en ocasiones puede quedarse en un lugar de la casa observándolo todo, como si quisiera ver qué pasa. Esto no debe preocupar porque es algo que sucede, pero en realidad  cuando un gato se da cuenta que le dan su comida y lo atienden, él entenderá que puede confiar en esas personas.
 
Los gatos extrovertidos no van a tener problemas, ya que enseguida se ganarán la confianza del humano que lo recibe, y si el gato quiere jugar y además le dan mimos, se adaptará tranquilamente a su casa. Pero hay que estar atento, porque si el gato no quiere en ese momento estar contigo y quiere retirarse, es mejor dejarlo, ya que se agobiará o se pondrá nervioso con la insistencia del humano, quien ante los gatos siempre debe tener cuidado con los ruidos o los movimientos bruscos, ya que los felinos suelen ser asustadizos y se pueden poner nerviosos.

También podemos encontrar gatos caprichosos, o gatos que sean muy susceptibles, y si uno no le da lo que quiere, se lo toma mal y le puede durar horas enojados. También hay que tener cuidado si se le quiere quitar algo que el gato considere suyo, ya que si le interesa buscará la vuelta para poder recuperar lo que considera es de él. Una característica de los gatos es que son muy altivos, si ven que les persigue un perro salen corriendo, pero si ve que el perro no lo alcanza, entonces el gato provocará al perro y alardeará de que no lo pueda alcanzar en ese momento.

Una ventaja con los gatos es que el humano no tendrá problemas a la hora de salir de viaje o estar unos días fuera de casa. Los gatos son totalmente autosuficientes, si le dejas la comida y el lugar preparado para que haga sus necesidades, se comportarán tranquila y ordenadamente. Igualmente si “su dueño” quiere llevárselo de viaje, el gato no va a tener ningún problema como acompañante, ya que son tranquilos y les va a gustar el paseo disfrutando al contemplarlo todo.

Los gatos poseen una gran inteligencia. Si desde pequeños se les enseña, ellos van a ir asimilando y aprendiendo cosas, desarrollando así cada vez más su inteligencia. Pero no hay que preocuparse si cuesta un poco el que aprendan, puede ser que un gato tenga un carácter rebelde, o que en cierto momento no quiera colaborar en el aprendizaje.  Ellos tienen una gran memoria y no se les olvidan las cosas del pasado, es por eso que si han tenido una mala experiencia con algún humano o con alguna situación, el gato va a actuar en consecuencia. Por eso, ellos saben diferenciar a los extraños de los conocidos, tanto a personas como a otros animales.

Es sabido que entre los mismos gatos hay una comunicación, pero también la puede haber entre sus dueños y él. Los gatos pueden aprender desde pequeños a comunicarse con su dueño quien sólo tiene que enseñarle hablándole y comunicándose con su gato. También  hay que aprender a saber lo que dice con sus maullidos, es cuestión de prestarles atención. Los gatos tienen la capacidad de percibir si un humano no les quiere o cual puede ser la intención para con ellos. Es por eso que son cautelosos y antes de tomar una decisión, ellos olfatean, rastrean e incluso observan cualquier situación.

Los gatos presentan una cierta resistencia al adiestramiento directo por lo que para conseguirlo debemos saber muy bien cómo es el gato con el que estamos tratando. Todo humano que desee convivir pacíficamente con un gato ha de tener en cuenta unas pautas mínimas. Un gato solo se adaptará a nuestras normas si nosotros estamos dispuestos a aceptar sus costumbres. Para ello debemos entenderlos y poder expresarnos en su idioma. Es importante comprometernos. Hace falta armarse de paciencia y ser muy consecuente. Un gato solo hace aquello que le proporciona un beneficio. Por lo tanto, se trata de “engañar” al gato y convencerle con métodos positivos de que el resultado deseado por el humano es lo que el gato buscaba desde el primer momento.

La mejor manera de educar a un gato es ofreciendo alternativas a lo que no queremos que haga, no prohibiendo y, mucho menos, castigando o gritando, no sirve de nada. El gato aprende de la experiencia. Si el gato consigue algo de determinada forma repetirá su actitud cada vez que quiera conseguirlo. Si, por el contrario, la experiencia no es positiva o rentable a sus ojos, intentará por todos los medios no volver a repetir una acción que no sirve de nada. Debemos escuchar y dialogar con nuestro gato, entender cada una de sus acciones y ser capaces de encontrar un punto exacto. Y ese es el gran reto del humano, el gato nos ayudará, pero será el humano quien deberá esforzarse por saber disfrutar de un ser que salió del bosque para instalarse en nuestras vidas. Que bajó del tejado y se instaló en nuestro salón.

Maracaibo, domingo 7 de diciembre, 2019

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