De los gatos y sus
costumbres
Para Fern y Ayarit...
El
gato es uno de los animales de compañía más común en el mundo, aunque esto
pudiera parecer una contradicción por la naturaleza poco doméstica dada la personalidad
de estos felinos. En general, otros animales que son aceptados como “mascotas”
y viven en las casas son animales sociales, al contrario de los gatos, quienes disfrutan
de la vida en solitario. El gato como animal muy
independiente, es curioso, activo y dormilón, pero al mismo tiempo, puede ser
muy exigente con sus costumbres. La gran destreza física y gran flexibilidad
corporal del gato exige ciertas condiciones que le favorezcan; él requiere de
su propio espacio, y este ha de ser respetado para conseguir una adecuada
convivencia. Los gatos controlan las emociones mucho mejor que
los humanos. Son autosuficientes, independientes, fuertes y silenciosos, y si
se encuentran equilibrados, demuestran gran fortaleza pero pueden ser frágiles
cuando pierden esa estabilidad.
El gato es uno de los animales domesticados que menos se alejan de sus
familiares silvestres. Hace mucho tiempo que comparten su suerte con los
primeros agricultores del planeta, no habían pasado de ser cazadores solitarios
cuando ya compartían territorio con los humanos por conveniencia mutua. Sin
embargo, en los últimos años, se han vuelto tan populares que ya habitan en
multitud de hogares. Ello se debe, en parte, a nuestro ritmo de vida, ya que cada
vez tenemos menos tiempo libre y la sensación que la tenencia de un felino en
casa no nos va a robar demasiado de él. Al ser de pequeño tamaño, no necesitar
largos paseos, ni jornadas al aire libre, ni cuidados muy complejos y ser
ordenados en su propia limpieza, se han convertido en los animales de elección
de los habitantes urbanos, en particular de pequeños apartamentos.
A través de los años, el hombre se ha adaptado a los felinos, y si se analiza desde el punto de
vista felino, el ser el humano para ellos es una fuente de alimento estable, de
cuidado y de protección. Sin embargo, incluso dentro de un hogar, el gato
doméstico sigue conservando el espíritu independiente y solitario tan propio de
él. En general los gatos, son autosuficientes, tiene gran
agilidad física y son muy silenciosos,
suelen controlar sus emociones
además de ser animales muy limpios.
Los gatos son animales muy
independientes, pero pueden llegar a ser un estupendo acompañante y casi convertirse en un miembro más de la
familia. Su principal característica no es ser cariñosos, pero pueden llegar a
serlo, y a gustarles que los acurruquen, los rasquen o acaricien, así que pueden reclamar cuando
tienen hambre, o quieren mimos, o si les pasa algo…
Por
eso puede ser interesante conocer a
fondo su psicología, sus emociones y sus miedos para descubrir lo inteligentes que pueden llegar
a ser. Los gatos pueden ser más
tímidos o más extrovertidos, dependiendo de la personalidad de cada
animal. En el caso de que fuese un gato
tímido, en ocasiones puede quedarse en un lugar de la casa observándolo
todo, como si quisiera ver qué pasa. Esto no debe preocupar porque es algo que
sucede, pero en realidad cuando un gato se da cuenta que le dan su
comida y lo atienden, él
entenderá que puede confiar en esas personas.
Los gatos extrovertidos no van a tener
problemas, ya que enseguida se ganarán
la confianza del humano que lo recibe, y si el gato quiere jugar y además
le dan mimos, se adaptará tranquilamente a su casa. Pero hay que estar atento,
porque si el gato no quiere en ese momento estar contigo y quiere retirarse, es
mejor dejarlo, ya que se agobiará o se pondrá nervioso con la insistencia del
humano, quien ante los gatos siempre debe tener cuidado con los ruidos o los movimientos bruscos, ya que los felinos suelen ser asustadizos y se pueden
poner nerviosos.
También podemos encontrar gatos caprichosos, o gatos que sean muy susceptibles, y si uno no
le da lo que quiere, se lo toma mal y le puede durar horas enojados. También
hay que tener cuidado si se le quiere
quitar algo que el gato considere suyo, ya que si le interesa buscará la
vuelta para poder recuperar lo que considera es de él. Una característica de
los gatos es que son muy altivos,
si ven que les persigue un perro salen corriendo, pero si ve que el perro no lo
alcanza, entonces el gato provocará al perro y alardeará de que no lo pueda
alcanzar en ese momento.
Una ventaja con los gatos es que el humano no
tendrá problemas a la hora de salir de viaje o estar unos días fuera de casa.
Los gatos son totalmente
autosuficientes, si le dejas la comida y el lugar preparado para que
haga sus necesidades, se comportarán tranquila y ordenadamente. Igualmente si
“su dueño” quiere llevárselo de viaje, el gato no va a tener ningún problema como
acompañante, ya que
son tranquilos y les va a gustar el paseo disfrutando al contemplarlo todo.
Los gatos poseen
una gran inteligencia. Si desde
pequeños se les enseña, ellos van a ir asimilando y aprendiendo cosas,
desarrollando así cada vez más su inteligencia. Pero no hay que preocuparse si cuesta un poco el que aprendan, puede
ser que un gato tenga un carácter rebelde, o que en cierto momento no quiera
colaborar en el aprendizaje. Ellos
tienen una gran memoria y no se les
olvidan las cosas del pasado, es por eso que si han tenido una mala
experiencia con algún humano o con alguna situación, el gato va a actuar en consecuencia. Por eso, ellos saben
diferenciar a los extraños de los conocidos, tanto a personas como a otros
animales.
Es sabido que entre los mismos gatos hay una
comunicación, pero también la puede haber entre sus dueños y él. Los gatos pueden aprender desde pequeños a
comunicarse con su dueño quien sólo tiene que enseñarle hablándole y
comunicándose con su gato. También hay
que aprender a saber lo que dice con
sus maullidos, es cuestión de prestarles atención. Los gatos tienen la capacidad de percibir si un humano
no les quiere o cual puede ser la intención para con ellos. Es por eso
que son cautelosos y antes de tomar una decisión, ellos olfatean, rastrean e
incluso observan cualquier situación.
Los gatos presentan una cierta resistencia al adiestramiento directo
por lo que para conseguirlo debemos saber muy bien cómo es el gato con el que
estamos tratando. Todo humano que desee convivir pacíficamente con un gato ha
de tener en cuenta unas pautas mínimas. Un gato solo se adaptará a nuestras normas si nosotros estamos
dispuestos a aceptar sus costumbres. Para ello debemos entenderlos y poder
expresarnos en su idioma. Es importante comprometernos. Hace falta armarse de
paciencia y ser muy consecuente. Un gato solo hace aquello que le proporciona
un beneficio. Por lo tanto, se trata de “engañar” al gato y convencerle con
métodos positivos de que el resultado deseado por el humano es lo que el gato
buscaba desde el primer momento.
La mejor manera de educar a un gato es ofreciendo alternativas a lo
que no queremos que haga, no prohibiendo y, mucho menos, castigando o gritando,
no sirve de nada. El gato aprende de la experiencia. Si el gato consigue algo
de determinada forma repetirá su actitud cada vez que quiera conseguirlo. Si,
por el contrario, la experiencia no es positiva o rentable a sus ojos,
intentará por todos los medios no volver a repetir una acción que no sirve de
nada. Debemos escuchar y dialogar con nuestro gato,
entender cada una de sus acciones y ser capaces de encontrar un punto exacto. Y
ese es el gran reto del humano, el gato nos ayudará, pero será el humano quien
deberá esforzarse por saber disfrutar de un ser que salió del bosque para
instalarse en nuestras vidas. Que bajó del tejado y se instaló en nuestro
salón.
Maracaibo, domingo 7 de diciembre, 2019
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