El viaje de los Argonautas
El viaje de los
Argonautas, compuesto hacia mediados del siglo III a.C. por Apolonio de Rodas,
ha sido considerado como el tercer poema épico del ámbito griego después de la
Ilíada y la Odisea. Apolonio logró recoger la mayoría de los datos míticos
transmitidos por una lejana tradición, y conferirles verosimilitud la antigua
saga de los Argonautas que van en busca del Vellocino de Oro. Aquí en el blog,
va un resumen de ésta épica saga de la antigua Grecia.
Gobernaba el cruel
Rey Pelias en Yolco, quien se consideraba mayor que su hermano Esón, el rey
legítimo y tras la muerte de su padre Creteo, el rey encerró a su hermanastro
en una pequeña casa en las afueras de la ciudad, custodiada por soldados.
Al pasar el tiempo, Alcímeda, la mujer
de Esón tuvo un hijo llamado Diómedes, y lo hicieron pasar por muerto para
proteger al verdadero heredero del trono y fue llevado por Eufemia, una
sirvienta junto al centauro Quirón, para que cuidase de él y lo educase de la
forma más noble hasta que fuese joven y fuerte. Quirón fue informado que sus
padres no deseaban que la identidad del niño fuera divulgada por lo que lo
llamaron Jasón.
Pasaron los
años y Jasón fuerte e inteligente, logró matar a una pantera que aterrorizaba
el pueblo. Entonces Quirón le contó su historia. Tenía veinte años, Jasón y decidió ir hasta la
ciudad de Yolcos donde residía el Rey Pelias, para expulsarlo. Cubierto con una
leonada piel de fiera, Jasón en el camino encontró a una vieja que no sabía
cómo atravesar un río muy impetuoso. La cargó sobre sus espaldas, y la
transportó hasta la otra orilla, pero en la mitad de la corriente perdió una
sandalia. La anciana era la diosa Juno, quien, una vez revelada le prometió
ayuda al joven, para su futuro. Ya en Yolco, Jason fue ayudado por la diosa Hera, esposa de Zeus. Al
encontrarse Pelías y Jasón, hablaron pero ya Pelias, había interrogado a un oráculo y sabía que
debería protegerse del hombre con una sola sandalia. Por este hecho, le dijo
que sería restituido el trono y todas las riquezas de su padre si conseguía
traerle una piel de un carnero divino, que se encontraba colgado en las ramas
de una encina consagrada a Marte, en la lejana Cólquida. Era el vellocino de
oro.
Dos meses
después zarpó Jasón del puerto Pagasas. Iba con los más reconocidos héroes en
la nave Argos, y fueron denominados los
Argonautas. Pasaron por muchos peligros, las mujeres de la isla de Lemnos junto
con su reina Hipsípilas quienes les ofrecían riquezas pero ocultaban el secreto
de haber matado a todos los hombres de su ciudad por venganza. Hubo la pelea
con los gigantes, el trágico fin del rey Cicico y la pelea con los macrieros.
El secuestro de Hilas por una ninfa y Hércules que fue dejado en una isla. La
pelea de Polux y el Rey Ámico, el episodio de una ola gigante, Fineo y su
castigo con las arpías, el terrible y temible Simplégades donde se encontraban
dos rocas que chocaban entre sí, la muerte de Tifis y Idmón, la pelea contra
las enormes aves, el desierto, las sirenas
y muchos fueron los sucesos del viaje de los Argonautas.
Finalmente
llegados a la Colquide, el Rey Eates le propuso una prueba a Jasón antes de apoderarse del
vellocino; ella consistía en un uncir a un arado dos toros salvajes que
arrojaban llamas por la nariz, abrir un surco y sembrar en él los dientes del
dragón, de los que nacerían unos guerreros gigantescos que Jasón tenía que
perseguir y matar. Lo que Jasón cumplió pero con ayuda de Medea, la hija menor del Rey Eates,
quien se enamoró perdidamente del joven y le
dio un ungüento que tenía el poder de convertir en invulnerable a quien lo
usara, y una piedra que éste debía lanzar contra los gigantes. Jasón consiguió
uncir a los toros, y dar muerte a gran cantidad de los guerreros que surgían de
los dientes del dragón que él mismo había sembrado. Finalmente, lanzó contra
sus adversarios la piedra mágica, lo que hizo que los gigantescos monstruos se
lanzaran unos contra otros. Tras cumplir Jason con esta prueba, Eates se negó a entregar el vellocino
y Medea por miedo a que su padre descubriera la traición, fue en busca de los
Argonautas y les entregó el vellocino. Así fue como los navegantes comenzaron
su viaje junto a Medea, protegida y amada por Jasón.
Medea había
hecho embarcar también en el Argo a su hermano Apsirto, que era un niño. (En otra versión, Apsirto no era
niño, sino un hombre adulto que fue enviado por Eetes al mando de un grupo de hombres armados en persecución de los
Argonautas). Los hombres de Eetes
persiguieron a la nave y Medea tomó la decisión de matar a su hermano, despedazarlo
y arrojarlo al mar. Los Argonautas en viaje de regreso por la misma ruta por la
que habían ido, y se cree que Apsirto continuó persiguiendo a los Argonautas
hasta una isla donde finalmente Jasón mató a Apsirto. Tambien se considera que
la muerte de Apsirto fue fruto de una conspiración en la que intervino también
Medea.
Píndaro indica
que la ruta de vuelta que siguieron los Argonautas, fue a través del mar Rojo. Apolonio de Rodas dice que después de llegar al
Adriático los Argonautas se dirigieron hacia el sur pero borrascas los
condujeron a la isla de Electris, luego
remontaron el curso del río Erídano y bajaron por el río Ródano hasta el mar. Mientras en las Argonáuticas
órficas otra fue ruta trazada. Para Diodoro Sículo, después de atravesar de
nuevo el Helesponto, volvieron a
pasar por Samotracia. Este autor ubica en el camino de vuelta un enfrentamiento
contra los troyanos dirigidos por su rey Laomedonte, quien se negaba a entregar a Heracles las yeguas
y a su hija Hesíone, como habían
acordado tras los sucesos relatados en el viaje de ida. Diodoro también refuta
la tradición de que habían remontado el río Istro y detalla otra tradición
difundida por Timeo de que la ruta había sido, en
cambio, remontando el río Tanais cuando se
enteraron de que la ruta anterior estaba bloqueada por los Colcos;
posteriormente habrían arrastrado la nave por tierra hasta otro río que los
habría conducido al Océano y luego habrían seguido un rumbo hacia el oeste
hasta llegar a Gadira y penetrar de
nuevo en el Mediterráneo.
Ver en el mapa la complicada ruta del viaje de los
Argonautas-
Cuando al fin,
los Argonautas regresaron a Yolco y con ellos el tesoro pedido por el Rey
Pelias, este se negó a entregar su trono y se justificó diciendo que Acasto
también había ido en esa aventura y que también le pertenecía el trono. En Yolco, Jasón entregó el vellocino a
Pelias y tramó su muerte con ayuda de Medea. Ella convenció a las hijas de
Pelias de que podría devolver la juventud a su padre si lo partían en trozos y
lo cocinaban. Así lo hicieron y provocaron la muerte del rey. Después, Acasto, hijo de Pelias, expulsó a Jasón
y a Medea de Yolco, o, según una variante Jasón cedió a Acasto el reino. Ellos
se establecieron en Corinto,
o en Corcira.
Maracaibo, miércoles 11 de diciembre, 2019
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