Relatos de ciencia-ficción
Los orígenes de la ciencia-ficción se suelen fijar en el siglo XIX con
Frankenstein y las novelas de Julio Verne. Sin embargo, existen relatos que
pueden examinarse bajo esa definición y que datan de hace casi 18 siglos…
Isaac Asimov, definió a la ciencia-ficción como “la rama de la literatura que trata sobre la
reacción de los seres humanos a los cambios en la ciencia y la tecnología".
El escritor Hugo Gernsback, fue
realmente quien acuñó el término de
science-fiction en 1926 en su revista Amazing Stories. Por
"Scientifiction" se refería al tipo de historia de que iniciaron
Julio Verne, HG Wells y Edgar Allan Poe, como un encantador relato romántico
entremezclado con un hecho científico y una visión profética. Gernsback, después cambiaría el término
'scientifiction' por 'science-fiction'
tras vender una revista que llevaba este nombre y sus derechos, como Asimov,
parten del concepto de que este género debe tener un disparador tecnológico o
científico plausible. En pocas palabras, la línea entre fantasía y ciencia ficción siempre ha sido delgada. John Clute, creador de la Enciclopedia
de la Ciencia-Ficción, apunta
el término proto-ciencia-ficción para
aquellos relatos antiguos que sentaron las bases.
Hace más de
1.800 años que
“Historia Vera”, del escritor sirio de tradición griega Luciano de Samósata, es una historia
escrita sobre el año 150 después de Cristo que narra las aventuras de un grupo
de navegantes que tras sobrepasar las columnas de Heracles, el punto donde se
acababa la Tierra según la cosmogonía helénica, son arrastrados por una tormenta hasta la Luna. En el satélite
conocerán a un grupo de selenitas envueltos en una guerra interplanetaria
contra El Rey del Sol, El argumento de “Historia Vera” partía
más de una vocación por criticar los relatos irreales de las historias
Homéricas que por una vocación de explorar la exploración espacial, lo que no
no quita que parezca un relato sacado de una novela pulp. Cuentos como los de Las
Mil y una noches o el relato japonés de El cortador de Bambú también han sido vistos con conexiones
con viajes al espacio cercano.
Después de ellos, hace falta viajar hasta el siglo
XVI para encontrar a Tomas Moro
y su “Utopía” (1516) como muestra de viajes a países y mundos idílicos, dando entrada también a las primeras visiones de un posible futuro que
habría de tener caracteres distópicos. “La
Nueva Atlántida” (1626) de Francis Bacon, describe un mundo donde la
ciencia de la época es el eje, pero no sería hasta el siglo XVII, con la
llegada de la Ilustración y la
revolución científica, cuando la razón como eje del pensamiento abriría
nuevas puertas y aparecerá entonces “Somnium” (1634) una novela de Johannes Kepler el astrónomo que fijó
las bases de los movimientos de los planetas en torno al Sol, quien contaría el
viaje a la Luna de un observador que la describe. Aunque sus visiones del
satélite se hacían con vocación científica, su teletransportación a la Tierra se produce por la intervención de
unos espíritus divinos. Todavía no se pensaba en un cohete u otro artilugio
tecnológico como disparador de la trama, aunque voces tan autorizadas como Carl Sagan, quienes bajo su punto de
vista situarían la obra de Kepler como
el primer relato de ciencia-ficción de la historia.
En 1657 Cyrano
de Bergerac describe en primera persona el viaje de su personaje al Sol
en el relato “El Otro Mundo”, y en 1666 Margaret Cavendish, la duquesa de
Newcastle, publicaba “El Mundo
Ardiente”, una historia que nos llevaba a un mundo alternativo al que se accedía por el Polo Norte. El peso
de las mujeres en esta ciencia-ficción antigua no se detiene en la aristócrata
inglesa, y hallándonos ya en plena Ilustración, la francesa Marie-Anne Robert
contaba en “El nuevo Mentor”
otro viaje por el Sistema Solar. Todas estas historias mantenían aún sin
embargo una marcada fantasía y los
relatos incluso de tono cómico, como serían los de “El Barón de Munchausen”
(1781), capaz de recorrer el mundo sobre una bala de cañón o volar también
hasta la Luna, episodios llevados al cine por Terry Gilliam en 1988.
Durante el siglo XVIII comienzan a verse los
primeros relatos que intentaban imaginarse cómo sería el futuro. En 1771,
Louis-Sébastien Mercier publica “2440”, una novela que viaja hasta ese año tan lejano
mediante sueños, con una sociedad fascinada por la ciencia. El utopismo iniciado
por Moro, seguía impregnado la pasión de los nuevos avances que ocupaban por
primera vez un lugar en la mente de los aristócratas, y algunos pensadores de
primer nivel de aquella época, recurrieron a la ciencia-ficción actual para
describir sus sociedades y lo veremos en el “Micromegas”
(1752) de Voltaire, donde cuenta la historia de un ser llegado de otro plantea quien describe la sociedad en la Tierra,
un argumento sorprendente para su siglo, que además contó en el relato la
presencia de lunas en Marte antes de su descubrimiento.
Los expertos encuentran generalmente el primer relato de ciencia ficción es
el “Frankenstein”, de Mary Shelley (1818).
Posteriormente, en los años 30 del XIX, Edgar Allan Poe escribió relatos
como “La incomparable aventura
de un tal Hans Pfaal” o “Revelación
mesmérica”, que, sin duda, deben englobarse dentro de la ciencia
ficción. También en el siglo XIX aparecerían Julio Verne y H. G. Wells, ambos considerados dos maestros del
género, si bien el primero se centraba mayormente en el desarrollo de ingenios
e inventos científicos y el segundo en la crítica social (al imperialismo
británico en “La guerra de los
mundos”, o a la lucha de clases en “La máquina del tiempo”.
Pero seguramente fue la primera mitad del siglo XX
la que podríamos denominar Edad de Oro de la ciencia ficción, con la aparición
de autores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Aldous Huxley, George Orwell o
Ray Bradbury. Aldous Huxley “Un mundo feliz”, (1932), “Una odisea del espacio” (2001), de Arthur C.
Clark se publicó en 1968 inspirado en un cuento titulado “El centinela” (1951) y las “Crónicas marcianas” (1950) de Ray
Bradbury son precursores de la ciencia ficción.
Posteriormente, durante los años 60 y 70 apareció
lo que se conoce como La nueva ola
(The new thing), que tiene su origen en la revista británica New worlds,
caracterizada por una mayor experimentación narrativa, dando a conocer a
autores como J. G. Ballard o Brian W. Aldiss. Ya en los 80 y los 90 aparecieron
géneros como el cyberpunk y el postcyberpunk, donde hicieron su aparición, como
no podía ser menos, la informática y los ordenadores y que dieron origen a
toda una corriente estética donde las nuevas tecnologías convivían con los
ambientes sórdidos de los bajos fondos urbanos. En el cine, sin olvidar el
aporte de Philip Dick (https://bit.ly/36BZpvh) desde Gravity
(2013), Interstellar (2014), La llegada
(2017), y series como Black Mirror (2011) o la crípica Aniquilación
(2018), todo esto, recientemente, sin olvidar que años después de su
estreno de Hijos de los Hombres
(2006) y hacia adelante la saga inicida
por Ridley Scott con Blade Runner( 1982) y Alien y luego Steven Spielgerg con “Minority
Report”(2002) “Ready Player One” (2018 ) potenciarían
el cine de ciencia ficción de la cual podremos conversar más adelante.
Maracaibo,
domingo 15 de diciembre 2019
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