Dianas terapéuticas
Diana es un nombre femenino de origen
latino, pero también, Diana, es
toque militar que se da al amanecer para que los soldados se levanten.
Igualmente, Diana, es el punto central de un blanco de tiro, y en mi juventud,
Diana era: Diana
Palmer, una
luchadora, aventurera y empleada de la ONU, que todos reconocíamos como “la
novia de El Fantasma”. Para los jóvenes ignaros, les aclaro el punto: (The Phantom (El Fantasma, en Hispanoamérica
y El Hombre
Enmascarado, en España)
era y es aún el protagonista de la serie de historietas de
aventuras
(comic) estadounidense precursora de los cómics de superhéroes,
creada en 1936 por el guionista Lee Falk
con la colaboración del dibujante Ray Moore -ver-)
Me quiero referir a un artículo
de internet que recientemente hablaba sobre
“Las dianas terapéuticas para luchar contra el cáncer”. En este caso, es a
la previamente citada tercera acepción a la que se refieren; esto es: “diana
como punto central de un “blanco de tiro”(ver). Es evidente que para buscar una diana que le
permita a los tratamientos del cáncer dar en el mero blanco para que acierten los
oncólogos con precisión, será necesario primero, descubrir cuál puede ser “el talón de Aquiles de las células
cancerosas”… Si son varios los talones, o mejor dicho, los tendones de
Aquiles, pues será mucho mejor.
Jesús García-Foncillas, director
del Instituto Oncológico OncoHealth, perteneciente al Hospital Universitario de
la Fundación Jiménez Díaz, señalaba que: "El cáncer es un proceso donde toda la diferenciación que se produce en
la célula tumoral, con respecto de la célula normal, subyace en cambios
genéticos, en lo que es el código genético de la célula tumoral", y el doctor Ricardo Cubedo, responsable de Sarcomas y de Cáncer
Hereditario en el Servicio de Oncología
Médica de MD Anderson Cáncer Center Madrid, diría pintorescamente sobre “la
esencia de las células neoplásicas”, con una expresión muy española usada para
referirse a algo de excelente calidad, (como los “jamones de bellota” cuyos
cerdos, por cierto no siempre tienen las pezuñas negras), decía pues el doctor
Cubedo, que “una
diana "pata negra" suele
ser una molécula que distingue a las células cancerosas de las otras células
normales entre las que le gusta camuflarse”.
Tras haber estudiado durante años
el problema, el doctor Cubedo confiesa que "ahora
sabemos exactamente a qué dianas apuntamos y el porqué, en lugar de dar los
palos de ciego de la quimioterapia del siglo XX". Según el doctor
García-Foncillas, “las dianas
terapéuticas hacen referencia a determinadas características de ciertas proteínas
específicas que se encuentran en la célula tumoral, y no en la célula normal".
Esto significa que no todas las proteínas tienen la misma importancia dentro de
la célula tumoral. Hay algunas que son fundamentales para que la célula tumoral
funcione bien, incluso son responsables de su comportamiento agresivo. Por este
motivo, precisamente es crucial seleccionar aquellas dianas que juegan un papel
crítico para el funcionamiento de la célula tumoral.
El doctor Fernando López-Ríos,
director de Anatomía Patológica-Laboratorio de Dianas Terapéuticas de HM
Hospitales, aclara la situación señalando que: Para identificar las alteraciones genéticas en los pacientes de
cáncer; las principales tecnologías que se usan en la práctica clínica son la
inmunohistoquímica (estudia las proteínas)(-ver-), la hibridación in situ fluorescente(-ver-) que estudia amplificaciones,
delecciones o reordenamientos) y la reacción en cadena de la polimerasa
(también llamada PCR). Una versión muy mejorada de la PCR es la
"secuenciación de próxima generación" (sus siglas en inglés son, NGS), que permite estudiar miles de
alteraciones genómicas en un solo procedimiento de laboratorio”. Con estas
tecnologías se pueden identificar las alteraciones genéticas de las células
malignas con un potencial valor pronóstico y predictivo de respuesta a los
tratamientos.
Las dianas terapéuticas y los
fármacos, mayoritariamente hacen referencia a características de lo que es el
tumor, pero también pueden identificar determinadas proteínas que están en la
superficie o en el contexto del sistema inmunológico que nos permiten activar
el sistema inmune para que su acción sea más fuerte y larga en el tiempo. Hay
que estar atentos, ya que no todas las proteínas tienen el mismo rol dentro de
la célula tumoral. Hay algunas que son fundamentales para que la célula tumoral
funcione bien, e incluso son responsables de su comportamiento agresivo. Por
este motivo, es crucial seleccionar aquellas dianas que juegan un papel crítico
para la célula tumoral.
En el cáncer de mama, la diana
más específica es contra el receptor hormonal (RE) positivo y es el tamoxifeno,
una de las terapias dirigidas que más años llevan disponibles. El melanoma, en
poco tiempo, ha pasado de ser uno de los tumores malignos de peor pronóstico,
al primer ejemplo en el que se están documentando curaciones genuinas de
metástasis gracias a los tratamientos dirigidos contra dianas moleculares.
"Lo que el tumor es ahora puede ser
distinto a lo que era hace seis meses", advierte García-Foncillas. Si
a un paciente en un proceso de meses o de años con un tumor y sus tratamientos
para ese cáncer no le han funcionado, se
puede programar para un nuevo
tratamiento con nuevas dianas terapéuticas. Se puede volver a biopsiar el tumor
para ver cuáles son ahora sus características, si acaso el tratamiento ha
modificado las células neoplásicas, o se puede efectuar una biopsia líquida,
que es tomar una muestra de sangre y buscar en cantidades minúsculas,
nanoscópicas, lo que es el código genético del tumor. Es lo que se está
aplicando en casos en los que no hay una lesión metastásica del tumor que sea fácilmente
accesible como para tomar una biopsia.
Resumo algunas de las principales
dianas terapéuticas en la actualidad: Inhibidoras del factor de
crecimiento epidérmico (EGFR). Inmunoterapia: que impulsa al
sistema inmune para que destruya las células cancerosas, con: –a) Anticuerpos monoclonales que reconocen moléculas específicas en
la superficie de las células cancerosas y al unirse al receptor destruye
su sistema inmune la hace vulnerable a las defensas
naturales del organismo. b) Anticuerpos
monoclonales que fortalecen las células inmunitarias para
que éstas puedan destruir por sí mismas a las células tumorales. Hormonoterapia:
que puede ser: extracelular: con anticuerpos monoclonales, o Intracelular:
con pequeñas moléculas inhibidoras. Dianas inhibidoras de la
angiogénesis, y Dianas inductoras de la apoptosis.
Mississauga,
Ontario, martes 30 de julio, 2019.
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