Lolita 2 veces en el cine
La película Lolita de 1962 protagonizada por Sue Lyon, -la primera Lolita- cinematográfica, fue dirigida por Stanley Kubrick. El filme es
un clásico del cine. Años más tarde, en 1997 se filmó otra película también
titulada Lolita, protagonizada por Dominique Swain, -la segunda Lolita-, y dirigida por Adrian Lyne.
Ambas películas han pasado a la historia
del cine; las dos contaron con actores muy respetados, con James Manson y Shelley Winters, y con Peter
Sellers la de Kubrick, y con Jeremy
Irons y Melanie Griffith la de Lyne; las dos supusieron un escándalo en su época y las dos fueron el comienzo
y el final de la carrera de sus dos jóvenes protagonistas. Sue Lyon
cuando supo que el director Adrian Lyne
estaba preparando una nueva versión del clásico de Vladimir Nabokov, diría: "Estoy
horrorizada de que revivan la película que causó mi destrucción como
persona".
Sue Lyon era una niña hermosa, la
menor de cinco hermanos criados por una madre
que había perdido a su marido cuando la
pequeña no había cumplido ni un año. Poco después de cumplir los doce años, Sue Karr Lyon teñía de
rubio el pelo de su hija, y ponía rumbo a California. En aquellos días, un
joven y prometedor director neoyorquino adquiriría los derechos de una novela que había escandalizado a Europa
dos años antes y que relataba la turbia obsesión pedófila del profesor Humbert
Humbert por la niña Dolores Haze. La
novela, Lolita, del escritor
ruso Vladimir Nabokov, acababa de publicarse en los Estados Unidos, y había vendido más de cien mil ejemplares en
tres semanas, unas cifras que hasta entonces sólo habían estado al alcance de Lo
que el viento se llevó.
La Motion Picture Association of America debía aprobar
los valores morales de cada película antes de su exhibición y, según todos los
pronósticos, encontraría repugnante la sola idea de filmar Lolita. Eso fascinó
al cabezadura de Stanley Kubrick. En julio
de 1959, mientras se encontraba con su esposa cazando mariposas en Arizona,
Vladimir Nabokov recibió un mensaje de Kubrick pidiéndole reunirse con él en
Beverly Hills. Quería que el novelista escribiese el guion de la película. Kubrick
habló con Nabokov quien supervisaría la película y escribiría un guion de 400
páginas que apenas se utilizaría.
Kubrick, que ya había visto a más de 800 actrices,
se encontró con la adorable Sue Lyon en El Show de
Loretta Young, pero la
madre de la niña se mostró reacia hasta que su pastor espiritual le dio su beneplácito.
Sue Lyon, una jovencita de
catorce años ni siquiera tenía edad
para leer la obra que iba a interpretar. Con Sue actuarían como
protagonista, el prestigioso James Mason como Humbert Humbert, Shelley Winters
como la madre de Lolita y Peter Sellers
como rival de Humbert; la película se filmó en blanco y negro, casi en secreto
en Londres con Lyon y su madre escondidas. Sue Lyon firmaba un contrato de
siete años con La Metro Goldwyn-Mayer.
El estreno fue un éxito, pero ella no pudo asistir,
pues estaba vetada para menores de 16. Sue Lyon era la sensación de la
temporada, ganadora del Globo de Oro a
la actriz revelación. Después sería parte del elenco de La noche
de la iguana, la adaptación de John Huston de la obra de teatro de
Tennessee Williams con Richard Burton, Ava Gardner y Deborah Kerr, Su pareja,
Hampton Fancher, quien años después sería guionista de Blade Runner fue expulsado del set. Después… La vorágine
publicitaria durante dos años, la destrozó . El matrimonio con Fancher apenas duró un año y
el divorcio coincidió con el suicidio de su hermano y un terrible accidente de tráfico en el que se vio involucrada junto a su
madre y que la relegó a una silla de ruedas durante dos años. En
1971 se casó con el fotógrafo y jugador de fútbol afroamericano Roland
Harrison, todo un escándalo en un Hollywood Para huir de la maledicencia buscó
refugió en España e y en 1986 se
retiró definitivamente. Tan sólo tenía 34 años.
Su
matrimonio con Harrison, del que nació su hija Mona, duró apenas un año. Al año siguiente conocería a su nuevo marido
durante una visita a la cárcel de Colorado, Gary 'Cotton' Adamson, preso por
robo y asesinato. En cuanto Cotton salió de la cárcel volvió a delinquir
y Lyon pidió el divorcio. El cuarto matrimonio, con Edward Weathers, tampoco
superaría el año. El quinto, con el ingeniero Richard Rudman, fue el más
duradero, de 1985 hasta 2002. En 1988 concedió a Reuters una de sus últimas
entrevistas: “Mi destrucción como
persona proviene de Lolita. Esa
película me expuso a tentaciones a las que ninguna niña de esa edad debía ser
sometida”.
Dominique Swain, la nueva Lolita de 1997, copó las portadas de las revistas de medio
mundo. Se pensó que sería la nueva
Natalie Portman, a pesar de que la antigua Portman era un año menor que ella.
Pero la nueva “Lolita”,
era incapaz de librarse del aura de escándalo que la perseguiría. Lolita, fue un
fracaso de taquilla. La crítica fue benévola, con la película, a la que muchos
consideraron superior a la de Kubrick.
Como había sucedido con Sue Lyon, los siguientes papeles que llegaron a las
manos de Swain también intentaron explotar su temprana sexualización. Girl, Tart, Falsa Amistad... eran
subproductos que se apoyaban en su
nombre y no ofrecían nada más. Tan sólo Cara
a cara, actuando como la hija de John Travolta permitía vislumbrar a la
actriz que había encandilado a Lyne. Al igual que Lyon, Swain también provenía
de un entorno humilde. Demasiado joven,
inexperta y abrumada por la fama y las expectativas, se refugió en el alcohol
durante las tediosas fiestas promocionales. "No tengo ni una pizca de
autocontrol" declaró en 2002, tras admitir sus excesos con la
bebida y las drogas.
Sue Lyon y Dominique Swain sólo son dos nombres de
la larga lista de niñas actrices que han pagado su temprana sexualización en la
pantalla: Natalie Portman, quien
tuvo una de las primeras opciones para interpretar a la Lolita de Lyne, decidió reorientar su carrera tras Leon y Beautiful Girls.
"De pequeña, me convertí en el sueño de los pedófilos. Ese acoso influyó
mucho en mis decisiones profesionales porque estaba asustada de la imagen que
podía proyectar", Brooke
Shields nunca se recuperó de sus papeles en La pequeña y La laguna
azul; Mena Suvari, a
quien ni el éxito de American Pie
pudo separar de su icónico desnudo en una bañera de rosas en American beauty; y Jodie Foster, cuyo papel de prostituta
adolescente en Taxi Driver
obsesionó a John Hinckley Jr. hasta el punto de llevarle a atentar contra el
presidente Reegan para captar su atención. Con estos ejemplos, ya basta de
Lolitas por hoy.
Mississauga,
Ontario, jueves 4 de Julio 2019
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