“Amarillo van Gogh”
El Dr Pedro Gargantilla médico internista del Hospital de El Escorial
(Madrid) y autor de varios libros de divulgación, el 31 de marzo 2018, publicó
en la
revista Noticias Médicas un artículo sobre Vincent van Gogh donde atribuyó a la medicación con sedantes y
al ajenjo (absenta) la provocación de un fenómeno de halos amarillos que llevarían
al pintor al uso, casi obsesivo del color amarillo en sus obras. Señalaba igualmente
Gargantilla que la vida del pintor “estuvo marcada por la ansiedad y un trastorno
mental, que le llevaría al suicidio a la edad de 37 años”.
Para
atenderle a las observaciones del Dr Gargantilla, nos referiremos primero a la absenta o ajenjo, apodada la Fée Verte ,“El hada verde” o también el Diablo Verde, como bebida
alcohólica de ligero sabor anisado, con un fondo amargo y tintes complejos
debido a las hierbas que contiene, principalmente Artemisia absinthium.
La maceración
de la Artemisia absinthium sin destilación produce una bebida amarga,
debido a la presencia de un compuesto denominado absintina, poco soluble en agua. En la absenta tradicional ya destilada, suele
estar presente la tujona, en niveles
de 0 a 50 mg/l, lo cual no representa un nivel tóxico. La tujona,
conocida en otros países como thujone, es un aceite
esencial relacionado químicamente con el alcanfor,
que es sabido posee acción analéptica y convulsivante.
A
mediados de 1800 el doctor Valentin
Magnan probó aceite de ajenjo en animales y descubrió que les provocaba ataques
epileptoides que eran distintos de los causados por el alcohol.
El Dr. Magnan estudió 250 alcohólicos, notando que los que ingerían la bebida
de ajenjo padecían de alucinaciones y convulsiones. La tujona, sobre todo su isómero
alfa, que es el más potente de sus dos tipos, inhibe los receptores que activan
las neuronas, por lo que podría inducir espasmos
musculares y convulsiones. Hasta 1970 cuando la revista Nature publicó un
artículo donde se comparaba la forma molecular de la tujona con la del THC(un canabinoide psicotrópico), se pensaba
que la tujona, en sus diversos isómeros, activaba los mismos receptores del
tetrahidrocannabinol, sin embargo, estudios recientes señalaron la falsedad de
sobre su modo de actuar en el cerebro. La tujona actúa sobre los receptores del
GABA (Ácido gamma-aminobutírico) inhibiéndolos, por lo que puede provocar espasmos musculares y convulsiones. Los niveles bajos de este neurotransmisor se asocian
igualmente a trastornos de ansiedad, problemas para dormir, depresión
y esquizofrenia.
El
ajenjo comenzó
siendo un elixir
en Suiza,
pero fue en Francia donde se hizo popular debido a
la asociación entre los artistas y escritores tales como Wilde,
Van Gogh,
Baudelaire,
Manet,
Picasso,
Degas,
Hemingway, Strindberg,
Pessoa,
Verlaine
y Rimbaud,
entre otros, quienes en el París
de finales del siglo XIX consumían absenta, ya que supuestamente inducía a la
inspiración artística. En 1915 se prohibió su producción. Vincent
Willem van Gogh
(1853-1890), el pintor holandés postimpresionista cuyo trabajo tuvo una enorme
trascendencia en el arte del siglo XX, transmitía sus emociones a través de su
paleta cromática, por el acento que ponía en sus colores. La obra pictórica de
Van Gogh entre los años 1886 y 1890, estuvo dominada por el color amarillo
cromo, hasta el punto de que se puede hablar del “periodo amarillo” o, incluso,
de un “amarillo Van Gogh”.
Ya señalamos que la absenta era
el licor que, por excelencia, se consumía en los entornos bohemios que
frecuentaba el artista en aquella época, y por ello se pensó que esta bebida
alcohólica por su contenido de tujona
podría provocar visión con halos de colores; sin embargo estudios
recientes han calculado que para provocar este efecto, habría que consumir
ciento noventa y dos litros de absenta, lo cual hace improbable que esta fuera
la verdadera razón de lo que examinamos.
El análisis exhaustivo de las
cartas del artista a su hermano Theo ha proporcionado una pista clave,
cuyo rastro puede acercarnos hasta el doctor Paul-Ferdinand Gachet (1828-1909),
un psiquiatra parisino, quien le prescribió de forma regular digital o dedalera, a Vincent, para paliar
sus crisis maníaco-depresivas.
La digitalina o digital
purpúrea, es una flor que usaban las curanderas durante la Edad Media
para tratar la insuficiencia cardiaca y que actualmente sigue siendo parte del
tratamiento terapéutico de dicha condición. La
digitalina usada en exceso conlleva un efecto colateral en la visión: la
exaltación del color amarillo conocida como xantopsia. En un cuadro de van Gogh se
muestra al doctor Gachet con una flor en su mano: es una campanilla o digitalis
purpúrea. Una pista seguramente inconsciente del pintor que nos permite
entender su pintura y su manera de percibir el mundo.
La vibración en las pinturas de Vincent van
Gogh, pueden provocar una especie de vértigo a quien las observa y una
sensación inexplicable de movimiento. Si bien la xantopsia fue determinante
para su amarillenta obsesión, el estilo de Van Gogh trasciende más allá de las
sensaciones captadas con obsesionante pasión, un amor genuino por la pintura, que
el mismo defendiera en su estilo a pesar de las críticas y sus pesares que probablemente
llevaron a su muerte en la miseria, como un artista desconocido y que no
obstante es el autor de los famosos cuadros que hoy en día poseen un valor
incalculable.
Mississauga,
Ontario, martes 9 de julio, 2019
1 comentario:
Me encantó la historia; muy interesante e ilustrativa. Gracias
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