domingo, 19 de mayo de 2019

Un regreso pictórico



Un regreso pictórico

El martes, 26 de mayo de 2015 en lapesteloca.blogspot.com publiqué un artículo con el título de “Vacaciones andinas”. Ahora, cuatro años después, luego de haber admirado la última película sobre Vincent van Gogh “A las puertas de la eternidad” protagonizada por William Dafoe, pensé que podría abundar en los detalles al mostrar  algunas imágenes de la pintura de Vincent que facilitarían la lectura de aquel breve relato invocando un ejercicio de la memoria visual. Regreso a la re escritura de una parte del texto mencionado:

“Me pareció que sería interesante escuchar más cosas sobre sobre las incidencias de las por vos denominadas “andinas vacaciones” disfrutadas en La Puerta de los Andes...

  …Me contaste igualmente que nunca lograrías olvidar un accidente acaecido en esos días en el mismo hotel. La explosión de una caldera y un señor italiano, empleado del hotel, sufriría quemaduras de segundo grado y debió ser trasladado de emergencia al hospital de Valera. A vos, sin saber cómo ni por qué, cómo me contaste que decía la canción de Pachito Eché que estaba en la rockola del hotel, una semana después acompañarías a quienes visitaron al quemado y pudiste verlo envuelto de vendajes, la piel escaldada, e inolvidablemente empapado con el amarillo del ácido fénico. 

Me relataste todas aquellas vivencias, incluyendo la visita inesperada a un hospital que según recordabas tenía jardines verdes y flores en un parque interior que terminaría en tu mente por parecerse demasiado a la pintura del patio del manicomio de Vincent vanGogh. 


Yo pensé en “Las cartas a Theo”, el diario de Vincent, e interrumpí tu historia y conversamos sobre ellas. Vos mismo regresaste a recordar la película “Lust of life” que le valiera un Oscar a Kirk Douglas. Sin embargo, te comenté no imaginar en el film una barba tan particular como la del doctor Gachet y vos me corregiste de inmediato, pues estaba yo confundido con la del cartero Roulin. 

Nos pareció divertida aquella especie de contrapunteo pictórico pues ambos habíamos sido fanáticos del postimpresionismo y Vincent era, quizás con Paul Cézanne, uno de nuestros más admirados pintores. Regresaste a tus recuerdos del hospital en Valera, y sin poder saber cómo ni en cual medida, me dijiste, que aquellas experiencias tal vez valdrían para comprender a tan temprana edad, la importancia de la vida y la posibilidad de la muerte, percibida en la angustia de aquel trabajador salvado gracias a haber sido atendido a tiempo y hospitalizado en la ciudad trujillana asentada al pie de la vía trasandina. Quién sabe, discurrí, si aquello sirvió para estimular de alguna manera tu interés por la medicina…

En Mississauga, Ontario, el 19 de mayo de 2019

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