De Chernobyl a la lepra…
A propósito de la reciente miniserie… (https://spoilertime.com/noticia/chernobyl-hbo-estreno-latinoamerica/)...
coproducida por HBO y Sky sobre la catástrofe de Chernobyl, quisiera llevarlos
a la lectura de algunos retazos del Capítulo 4 de mi novela “El año
de la lepra” (elotro@elmismo Edit, 2011). Esta novela que está en E-Books
KDP de Amazon, también apareció en este
blog lapesteloca.blogspot.com entre los meses de febrero y junio del año
2014. El personaje del capítulo citado, se refiere a Dimitri Yakolev un agente
de la KGB para Bielorusia.
… “Desde la época cuando se dio la tragedia de Chernobyl, él había visitado
de nuevo los lagos y bosques contaminados de su país y pudo palpar en uno de
sus familiares cercanos lo que significó la desgracia de ser uno de los
“liquidadores” en la lucha para descontaminar la planta ucraniana y las áreas
afectadas por la radiación. Desde entonces había conservado el gusanillo de un
creciente malestar por Ucrania y regresaba mentalmente a la idea de que Belarus
tendría que ser resarcida de alguna manera por sus vecinos del sur. Pero si
bien es cierto que su país mantenía una conexión maternal con Rusia y con todo
lo ruso como valor cultural y humano, éstos deberían ser comunes con las del
gobierno de Kiev. Pero no parecía ser así. El distanciamiento y la
inconformidad con todo lo ucraniano se acrecentaron en él durante el proceso de
las llamadas tendencias pro-occidentales del presidente Yushchenko…
…Recordó entonces la fecha, el 26 de
abril de 1986, el accidente nuclear de Chernobyl, el cual
debería haber marcado negativamente el futuro de Ucrania y sin embargo, el
viento hizo de Belarus el país más afectado al contaminar extensas áreas
boscosas con miles de lagos y desoladas zonas pantanosas al noroeste del área
de desastre. Después del accidente,
Belarus atravesó una crisis energética, época ésta cuando Rusia presionaba al presidente de Ucrania Yushchenko en la llamada “guerra del gas”… …“Mientras
Rusia y Ucrania se disputaban el aporte energético derivado del gas para su
desarrollo industrial, Belarus, seguía siendo un país primariamente agrícola
aunque comenzaba lentamente a industrializarse”...
… “Sus hábiles negociadores políticos, especialmente su amigo Sheiman,
pusieron en marcha los acuerdos con la nación caribeña más rica en
hidrocarburos del hemisferio occidental. Un año antes de la aparente resolución
del conflicto gasífero, fue justamente cuando Dimitri Yakolev llegó a enterarse
a través de noticias de agencias de prensa internacionales, de que en aquel
país caribeño existían grupos de investigadores que estaban desarrollando una
vacuna para el mal de Hansen. Yakolev con el grado de teniente, ya siendo un
eficiente funcionario de la KGB bielorusa desde muchos años antes se había interesado
en esos tópicos médicos. Estando radicado en Afganistán acompañando a Viktor
Vladimirovich Sheiman, para la época uno de los comandantes de las fuerzas
rusas destacadas en aquella República, conoció lo necesario para obsesionarse
con una idea para él brillante”.
“Tras un accidentado viaje por tierra desde Kabul hasta Peshawar en
Pakistán, Dimitri se vio confinado, por motivos ajenos a su voluntad durante un
par de meses en aquella ciudad. Un accidente en la carretera, con un
traumatismo sospechoso de una lesión del fémur, lo obligó a hospitalizarse en
Peshawar donde conoció e hizo amistad con dos curiosos investigadores nipones
Shinji Masanori y Hiroaki Kashiwabara. Los amigos de Dimitri resultaron ser
unos microbiólogos japoneses que estudiaban la lepra en muestras provenientes
de diversos países del mundo. Los investigadores se habían radicado en aquella
ciudad de Pakistán al haber determinado que en las muestras de lepra
proveniente de los hospitales Lady Reading y Peshawar-Kai de Peshawar, se producían
mutaciones que alteraban las secuencias en diversos genes de las micobacterias.
Shinji e Hiroaki le explicaron a Dimitri, excelente conversador quien mostraba
mucho interés en el trabajo de sus nuevos amigos, como hallaron estos cambios
en los genes folP1, rpo B y gyrA de los bacilos de la lepra, y como
éstas mutaciones, que ellos lograban desatar, habían modificado la estructura
de la cubierta bacteriana que las hacía resistentes a los tratamientos”.
“El agente de la KGB quien venía de estar presente en una larga serie de
reuniones y charlas dictadas durante
tormentosos meses vividos en Kabul, donde los jefes del Ejército Rojo habían
planteado y discutido con la KGB el tema del uso de armas biológicas para acelerar
las acciones del conflicto local, comenzó a madurar una idea. Según el teniente
Yakolev, Belarus necesitaba algo que ofertar, algo que les ayudase a
reintegrarla a la Madre Rusia y ambas naciones, estaban obligadas a recuperar a
la vecina Ucrania para borrar definitivamente los absurdos sueños europeizantes
de los ucranianos. Algunas de estas inquietudes las conversaría Dimitri con sus
amigos japoneses, mostrándose interesado en el asunto de las mutaciones de los
bacilos pues había surgido en él la idea de que pudiesen usarse algunos de aquellos
extraños fenómenos de la Biología Molecular con propósitos bélicos. Bacilos
leprosos que podían transformarse en un arma potencial por su agresiva conducta
secundaria a las alteraciones inducidas en sus genes por las mutaciones. Esa
era, para él, la sencilla razón de su interés, y a pesar de la absoluta
negativa de los investigadores japoneses quienes tomaron a broma las propuestas
del ruso blanco, él continuó empecinado en examinar todas las puntas de aquel
espinoso tema, y en ese maremágnum estuvo sumido durante varios años”…
… “Pasó la temporada larga de su preparación en España y casualmente, se
había dado la afortunada conexión con el país caribeño productor de gas y de
petróleo. Allí, curiosamente habitaban un par de grupos de investigadores estudiando
las corinebacterias responsables del mal de Hansen. Dimitri se empapó sobre
todo lo concerniente a una cierta vacuna, cuya efectividad era discutible y
pronto estuvo informado, no solo sobre la vacuna elaborada en la capital del
país, sino también de cuanto habían avanzado las investigaciones del grupo
dirigido por el profesor Arístides Sarmiento en la región occidental”...
… “Requería evidencias en particular
sobre las inoculaciones de bacilos en cachicamos estudiados en los laboratorios
en La Cañada de Urdaneta. Trabajaban allí Korzeniowski y Pitaluga, dos
microbiólogos del grupo de investigadores dirigidos por Arístides Sarmiento.
Había decidido que de ser necesario, él utilizaría toda su labia, y llegaría
hasta la “ciudad de fuego” para visitar al profesor Korzeniowski. Internamente
creía que al fin se acercaba para él la hora de activar su proyecto para el uso
de los bacilos de Hansen en provecho de su país”...
… y “colorín colorao, este cuento de
ha acabao”: así decíamos
antes. Pero si quisieras saber más del asunto, tendrás que ir a la novela
original, ( puedes mirar en el blog entre febrero y junio del 2014 ), o mirar
en la edición revisada de la novela intitulada “2011, el año de la lepra” en los KDP-EBooks de Amazon.
Mississauga, Ontario, el
miércoles 29 de mayo, 2019
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