Nuevamente, Francois Rebelais ( II )
Rabelais publicará
“Las grandes e inestimables crónicas del gran gigante Gargantúa” supuestamente
inspirándose en un texto anónimo, donde Gargantúa, era hijo de Grandgousier y de Gargamelle, y era un
gigante de apetito voraz, pero de temperamento bondadoso. El primer grito de
Gargantúa al nacer fue "¡A beber, a beber!". El
pacífico gigante recibiría una educación que demostraba las ventajas de la
pedagogía racional de los humanistas sobre los métodos tradicionales de la
Sorbona. En recompensa de las hazañas de Gargantúa durante la guerra, uno de
sus compañeros, fray Jean de Entommeures, en la abadía de Thélèma, recibirá a jóvenes
de ambos sexos que vivirían en armoniosa comunidad, gozando de todos los
placeres del cuerpo y del espíritu. En la Abadía de Thelema, se criticarán las
prácticas docentes de la época, sugiriendo que la libre escolarización, es más
cercana a la naturaleza humana. En aquella especie de comunidad ideal, a
diferencia de la corrupción existente en los ámbitos monásticos de su tiempo,
Gargantúa nos ofrecerá una vida libre de frenos autoritarios.
Como lo hiciera Thomas Moro en su Utopía,
Rebelais creará con la Abadía de Thélema, una especie de mundo ideal que contrastaba
con la mediocridad del mundo real. En esa fantasía y en el amor profesado a la
naturaleza que se percibe en ella, seguramente influiría la formación
franciscana de Rabelais, quien proponía un sistema de educación novedoso no
sólo para formar el cuerpo sino también el espíritu, y su programa pedagógico
conllevaba una serie de ejercicios físicos, echando un lado la enseñanza
teórica para centrar el aprendizaje en la práctica y la experimentación. Su
metodología se basaba en aprender a través de la diversión.
Pantagruel narra
la vida del hijo de Gargantúa, y en él se satirizan las instituciones y
costumbres francesas y parodiando las novelas de aventuras, sus personajes
llegan al Atlántico y a las Antillas y finalmente hasta viajan a la Luna. Pantagruel
resultó todo un éxito; su vis cómica se impuso por su novedad, aunque
su mensaje humanista, no resultó muy convincente para las mentalidades serias
quienes desconcertadas por aquella burla populachera, les llevarán con la
Facultad de Teología de la Sorbona, a condenar el libro aduciendo su
obscenidad. En octubre de 1534, los adversarios de la misa católica colgaron
hasta en los apartamentos del rey un libelo provocador, “L’affaire des Placards”, que desencadenó una represión, de modo que
aquel movimiento de reforma religiosa ilustrado por el humanismo, el cual hasta
entonces había sido bien visto, resultó siendo amenazado. La personalidad de
Rabelais siempre suscitó debates entre historiadores y críticos por las
acusaciones de ateísmo formuladas en su contra él las cuales habría que verlas,
probablemente en el contexto de su época.
El tercer libro de Rebelais, Pantagruel, fue publicado en
1546, dedicado a Margarita de Navarra, y fue condenado como herético por La
Sorbona, que lo incluyó en el Índice de los libros prohibidos, junto con Gargantúa, tras lo cual Rabelais
se refugió primero en Metz y después en Roma. El tercer libro
trata de Pantagruel y su amigo
Panurgo quien es un truhan, libertino, y cobarde. A lo largo de todo el libro,
el tema regresa a si debe casarse o no y al final, la pregunta queda sin
resolver. El libro acaba con el comienzo de un viaje por mar en busca del
oráculo de la divina botella para que resuelva de una vez el problema del
matrimonio.
Los primeros capítulos del cuarto
libro de Pantagruel aparecieron en 1548. En 1549 Rebelais regresó
definitivamente a París, donde vivió de la prebenda que le había sido otorgada.
El cuarto libro puede verse como una parodia cómica de la Odisea o, de la
historia de Jasón y los Argonautas. El tipo de personajes y la sátira
caricaturesca que maneja el autor, nos recuerda a Cervantes y al inmortal Don
Quijote, pero así como el Quijote es una novela cohesionada y unitaria, las
obras de Rebelais hacen énfasis en los aspectos irónicos del texto, con
capítulos cortos y fragmentarios, creando un tipo de narración que busca
impactar puntualmente al lector con las bromas, la sátira, la denuncia y las
exageraciones que desde una óptica cuestionadora le valdrán para criticar
aspectos de la sociedad de su tiempo.
Del quinto libro de Pantagruel, los dieciséis
primeros capítulos se publicaron en 1562, nueve años después de su muerte; los
demás fueron añadidos dos años más tarde, pero se duda de su autenticidad. La obra de Rabelais junto con
la de Mallarmé, ha sido considerada por
algunos críticos como la más difícil de la literatura francesa. Las sátiras de
Rabelais se dirigen ante todo contra la necedad y la hipocresía, como también contra
cualquier traba impuesta a la libertad humana, lo cual lo enfrentó a menudo con
la Iglesia, al parodiar su dogmatismo y sus aspiraciones ascéticas. Se
manifestó contrario a la educación tradicional y optó por ciertas reformas que
lo relacionaron con Erasmo.
Durante dos siglos, nadie consideró
la obra literaria de Rebelais aunque los escritores románticos Victor Hugo,
Balzac y después Flaubert la resucitarán con su pasión enciclopédica, de manera
que su genio traspasaría las fronteras de su tiempo y su influencia sobre otros
grandes escritores franceses se puede ver en La Fontaine, Moliére, Voltaire,
Swift, Balzac, Víctor Hugo y Gautier. Podríamos
concluir con una frase de Milan Kundera “Hermosos
los tiempos de Rabelais: la novela alza el vuelo llevándose en su cuerpo, cual
mariposa, los jirones de la crisálida”.
Mississauga,
Ontario, en la periferia de Toronto, Canadá. Martes 28 de mayo de 2019.
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