La poliembrionía
En 1915, Miguel Fernández (1882-1950), un profesor del Museo de La
Plata, Argentina, publicó un exhaustivo trabajo de investigación sobre la
reproducción en el cachicamo (Dasypus hybridus) y presentó
evidencia acabada de un extraordinario fenómeno al que ya él se había referido
en una publicación de 1909: la gestación por un mamífero de múltiples crías
genéticamente idénticas, llamado poliembrionía.
Hago un paréntesis, para comentar que mi interés por los Dasypus, conocidos como armadillos o
cachicamos, había surgido mucho tiempo atrás y se exacerbó al involucrarlos
directamente en el argumento de mi novela “El año de la lepra”(2011) y escribir
sobre estos curiosos mamíferos dasipódidos con su
caparazón protector cubierto de duras escamas, ya que ellos son capaces de
albergar cientos de bacilos de lepra sin que se pueda detectar en ellos
manifestaciones de esta enfermedad.
Regresando a la poliembrionía, esta resulta ser una modalidad de la reproducción en la que dos o
más embriones se desarrollan de un solo cigoto. Esta situación se puede ver tanto en animales como en
vegetales. Según el número de embriones
que se generen puede ser simple, o múltiple. A veces también se da en humanos
como pasa en los gemelos univitelinos o idénticos los cuales provienen
de un mismo cigoto. No confundirlos con los gemelos dicigóticos o bivitelinos,
que proceden de óvulos y espermatozoides distintos por lo que poseen diferencia
genética.
En 1915 salió el trabajo fundamental de Miguel Fernández sobre la poliembrionía, en el cual demostró que en esa clase de parición
todas las crías provienen de un único óvulo fecundado, conocido como cigota o
célula huevo. Esto explica que las crías sean idénticas, ya que poseen el mismo
genoma y, lógicamente, también explica que las crías de una camada sean siempre
del mismo sexo. Fernández descubrió que la poliembrionía
no se origina en una separación temprana de células embrionarias para
formar embriones distintos, sino en un estadio posterior, cuando ya están
diferenciadas las primeras estructuras embrionarias. Esto sucede en el
estadio que se conoce como de embrioblasto.
En ese momento del desarrollo se forman el disco embrionario, que da lugar
al feto, y el trofoblasto, que da lugar al tejido extraembrionario de la
placenta. Resulta extraordinario que la capacidad de generar un embrión
completo que en los mamíferos normalmente se reserva a las primeras dos o
cuatro células, esté presente en un estadio del desarrollo mucho más avanzado,
como lo está en las células de cada disco embrionario del cachicamo.
Se muestra la placenta de un
cachicamo a la cual se unen ocho embriones idénticos que miden, en promedio,
unos 4cm del hocico al extremo del caparazón. Foto Laboratorio de Biología
Cromosómica, Facultad de Medicina, UBA.
La descripción de
las etapas sucesivas que originan la poliembrionía en Dasypus hybridus (“la
mulita”) se enriquecieron por el debate con los zoólogos estadounidenses
Horatio H Newman (1875-1957), de la Universidad de Chicago, y John Thomas
Patterson (1878-1960), de la Universidad de Texas, quienes, estimulados por el
primer trabajo de Fernández, estudiaron otra especie de armadillo, “la mulita
grande” (Dasypus novemcinctus)
presente en Texas, que exhibe la particularidad de tener camadas de cuatro
crías idénticas.
En los armadillos,
en ese estadio del desarrollo, cuando hay centenares de células derivadas del
huevo o cigota, ocurren los fenómenos que resultan en la poliembrionía, y que
diferencian a esos animales de los demás mamíferos. Las células que forman el epiblasto proliferan y constituyen en
su periferia un número de pequeñas bolsas o depresiones con forma de dedo de
guante. La cantidad de bolsitas corresponde al futuro número de embriones y,
finalmente, de crías. Es decir, en un momento en que hay varios centenares de
células embrionarias, las del epiblasto original dan lugar a varios nuevos
discos embrionarios en las bolsitas creadas, y cada bolsita forma un
embrión. Estas observaciones implican que todas esas células epiblásticas
tienen la capacidad de inducir la formación de un individuo completo, es decir,
son pluripotenciales.
Se muestra una microfotografía
de un embrión no implantado tomada con un aumento de 50 diámetros. Las flechas
indican tres discos embrionarios con sus cavidades amnióticas; la estrella
señala la mucosa uterina. A la derecha, cortes de tres vesículas embrionarias
de mulita con los discos embrionarios resaltados con rayado. Fernández publicó
ambas ilustraciones en el volumen 21 de la Revista del Museo de La Plata, 1915
La poliembrionía es un fenómeno natural que revela la capacidad de ciertas células
embrionarias de organizar un organismo completo. En ese aspecto se pueden relacionar
con la potencialidad de las células
madre embrionarias, un tema que es objeto de numerosas investigaciones
actuales. dado que hay dos componentes en el embrión: el embrión propiamente
dicho y el tejido extraembrionario, que finalmente forma la placenta. La
diferenciación de linajes celulares para formar el feto y los tejidos
extraembrionarios es el primer cambio que ocurre en un embrión. La separación
de células con la potencialidad de generar un embrión completo se ha demostrado
experimentalmente en algunos mamíferos, pero solo los armadillos y los seres
humanos muestran la ocurrencia regular de los gemelos univitelinos.
Mississauga, Ontario, Canadá, el jueves 30 de mayo del 2019
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