En el teatro Baralt…
Situado en diagonal a la Plaza Bolívar de Maracaibo, la
primera edificación del teatro fue inaugurada el 24 de julio de 1883 y su
nombre se le dio en honor a Rafael María Baralt. Cuando el año1928 el gobierno
regional decidió demoler el antiguo Teatro Municipal, le solicitó al ingeniero
de origen alemán Heinrich Eichner un proyecto para un gran teatro, pero este no
fue aprobado por el ejecutivo nacional. Un nuevo proyecto, fue diseñado y
ejecutado por el ingeniero de origen belga León Achiel Jerome
Hoet Hoet y resultaría
en una combinación de elementos del Art Nouveau
y del repertorio clásico, en el cual la decoración interna, inspirada en
elementos de Art-Deco, quedó a cargo del pintor maracaibero Antonio Angulo.
Es el edificio que aparece en la imagen fotográfica, inaugurado en 1932. En
1955 la Universidad del Zulia asumió la administración del teatro
como institución cultural y en 1981 sería declarado Monumento Nacional de
Venezuela. Un par de años más tarde en 1986 el teatro fue cerrado al público
para para hacer reparaciones y sería reabierto en 1998
.
Como maracucho ya cercano a los ochenta años, quiero
relatar aquí, mi conexión personal con el teatro
Baralt del que conservo gratos recuerdos. El 8 de septiembre del 2016 me
toco decir públicamente unas palabras en el teatro Baralt a propósito de los 487 años de la ciudad de Maracaibo
y les relataría como… … “En carrito de a medio, desde niño y por mi
cuenta, arribaba al teatro Baralt, para
ver el cine en las funciones de matiné; se decía que las funciones eran de,
“matiné, intermediaria y noche”. Fue aquí, donde el 11 de julio de 1896 Manuel Trujillo Durán operaría la
primera máquina cinematográfica en el país. En el
Baralt, me tocó a mí siendo niño, desde el escenario con decenas de
estudiantes de otros colegios católicos de Maracaibo, cantar el “himno a la
alegría” con la música de la 9na Sinfonía de Bethoven, y años más tarde, ya como
estudiante de Medicina de la universidad del Zulia, fue en el Baralt donde conocí la magia del teatro, cuando vi a José
Ignacio Cabrujas haciendo de Ricardo III en el drama de Shakespeare... Vi mucho
cine en el Baralt, allí me hice
cinéfilo… Recuerdo que una vez viajaba en avión y lo que pensaba, lo tengo
escrito, así que, aprovecho este momento:
“En la página 254 de mi novela “La Entropía Tropical” dije: “Tú has venido
escuchando los Cuentos de Hoffman de Offembach en tus audífonos personales, los
del 727, sin mucho volumen, has oído cantar a Joan Sutherland y a Plácido
Domingo, has cerrado los ojos, pero estabas en otras cosas, andabas viajando
sobre el Danubio, pensando en las extrañas circunstancias de la vida, y ahora
con la barcarola de Weber estás transportado a tu juventud, en épocas de
escolar, puedes ver la gran lámpara facetada de vidrio y barras de plomo en el
centro del techo de multicolores retazos, puro Art Déco… Estás en el Teatro Baralt, y con las notas
musicales de Hoffman, escuchas su barcarola y vuelves a ver a Zizi JeanMarie,
bailando, ella danza en el escenario y todo esto aflora desde lo profundo de
tus circunvoluciones cerebrales…
En aquel avión,
regresando de un largo viaje, escribí el borrador de estas cosas que están en “La Entropía Tropical”:
“Tan solo eras un muchacho… Con tus audífonos ahora, estás viendo tu
película musical en el Baralt, y
Zizi baila ballet vestida de rojo sangre, ella gira, y luego regresa en puntas
de pie. Hoffman suena profundamente”… …“años después, no entiendes por qué
veías bailar a Zizi con unas zapatillas rojas si en el mismo teatro Baralt, vos la habías visto bailar representado a Doro en el film sobre Hans
Christian Andersen protagonizado por Dany Kaye. No estaba la bailarina francesa
danzando en el film homónimo, “Las
zapatillas rojas”, aquel, del año 48, el filme donde sobre un cuento de
Andersen bailaría incansable Moira Shearer bajo la dirección de Michael Powell.
Powell dirigiría en 1951 otro film de factura inglesa, precisamente titulado “Los cuentos de Hoffman”... ¿Casualidades?
… “Será en el Acto Tercero, cuando se escuchará “Belle nuit”, la barcarola de Offembach que te transportó a tu
infancia en el teatro Baralt de
Maracaibo”…
En el mismo teatro y a
propósito de un aniversario de la ciudad recuerdo que diría discurseando… … “y pude ver cómo cobijaba aun mis ensueños el cielo raso que en ArtDeco
creó, quien según Sergio Antillano,
había sido “el primer artista abstracto del país”. El hermoso plafond de Antonio Angulo, que tras la remodelación del teatro, Baralt está ahora a la vista
de todos, y es un lujo”…
No estaba allí, ni siquiera
había nacido, cuando llegó “El Zorzal” a Maracaibo, pero no por eso me abstuve
de escribir aquel relato homónimo donde decía que… …“Llegamos en medio del río humano
hirviente hasta la emisora Ecos del Caribe y esperamos fuera, en medio de la
calle, los entrevistaba un perifoneador que se llamaba Luis García Nebot, eso
nos dijeron y allí fue donde oímos la noticia. El sábado del debut, la emisora
pondría altoparlantes hacia la plaza y en la calle íbamos a poder oír todo lo
que ocurriera en el teatro Baralt. La
entrada al teatro era sólo dos bolívares, bastante, pero uno como muchacho no
tenía ni esperanzas de colearse, por eso la noticia nos abrió una nueva
expectativa y la cuerdita hicimos planes para esperar hasta el sábado. Ese día,
el gentío comenzó a llegar desde temprano, se llenaron las calles y la plaza y
ya era casi de noche cuando apareció el automóvil del Presidente Pérez Soto.
Antes de entrar al teatro, no más estaba descendiendo del carro cuando saludó a
la gente y todos los aplaudimos con furor. Esperamos un rato... De pronto
comenzamos a oírlo. "Cuesta abajo",
"Mano a mano", "Mi Buenos Aires querido", "La Cumparsita", "Por una cabeza", todas las que
tenían que ser... ¿Qué más queréis que te cuente entonces? Así fue y nosotros
unos carajitos vivimos unos días de delirio, gozamos una y parte de la otra”...
Mississauga,
Ontario, sábado 25 de mayo, 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario