jueves, 2 de mayo de 2019

La pintura Expresionista en Alemania



La pintura Expresionista en Alemania

En abril de este año, en este mi blog (lapesteloca.blogspot.com) hablé sobre el Expresionismo en el cine alemán (https://bit.ly/2WanCUp). Hoy, aunque sea interpretado como lo que en el beisbol llamamos un cambio de velocidad, regreso a contarles algo sobre la historia de la influencia que este movimiento expresionista tuvo en la pintura, particularmente en Alemania. 

El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, haciendo prevalecer la expresión de los sentimientos más que a la descripción de la realidad. La obra de diversos autores como Matthias Grünewald, Pieter Brueghel el Viejo, El Greco o Francisco de Goya, a menudo se las ha calificado de expresionista, razón por la que algunos historiadores, para distinguir las corrientes pictóricas, escriben «expresionismo» (en minúsculas) como término genérico y guardan el término «Expresionismo» para el movimiento alemán, con sus colores violentos y su temática de soledad y de miseria. La pintura expresionista, surgió ante el carácter positivista del impresionismo y reflejaba la amargura de la Alemania prebélica, así como de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y del período de entreguerras (1918-1939). Los expresionistas defendían una expresión pictórica más personal e intuitiva, donde predominase la visión interior del artista (la «expresión» frente a la plasmación de la realidad: la «impresión»).

Fue primordial la influencia que en Alemania ejercerían artistas extranjeros como Munch, Gauguin, Cézanne y Van Gogh, plasmada en diversas exposiciones organizadas en Berlín en 1903, en Múnich, 1904 y en Dresde. Die Brücke (El puente) se fundó en  junio de 1905 en Dresde, por cuatro estudiantes de arquitectura: Ernst Ludwig Kirchner, Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff. En 1902, el filántropo Karl Ernst Osthaus había creado el Folkwang (Sala del Pueblo) de Hagen, con obras de artistas expresionistas así como de Gauguin, Van Gogh, Cézanne, Matisse, Munch, etc. En Düsseldorf un grupo de jóvenes artistas fundaron la Sonderbund Westdeutscher Kunstfreunde und Künstler (Liga especial de aficionados al arte y artistas de Alemania occidental), que celebró exposiciones de 1909 a 1911, trasladándose en 1912 a Colonia. 

La importancia del grupo Die Brücke residió en conectar con el público en general, haciéndole partícipe de sus actividades. En 1906 publicaron un manifiesto, Programm, donde Ernest L.Kirchner expresó su voluntad de convocar a la juventud para un proyecto de arte social que transformase el futuro. En 1913, ya se dejaba sentir la corriente del movimiento en “el Herbstsalon” (Salón de Otoño)  promovido por Herwarth Walden, donde expusieron artistas cubistas y futuristas, Chagall, Léger, Delaunay, Mondrian, Archipenko, Hans Arp, Max Ernst.
 Der Blaue Reiter ("El Jinete Azul") surgió en Múnich en 1911, agrupando a Vasili Kandinski, Franz Marc, August Macke, Paul Klee, Gabriele Münter y otros. El nombre del grupo fue escogido por Marc y por Kandinski tomando café en una terraza, tras una conversación donde coincidieron en su gusto por los caballos y por el color azul. Der Blaue Reiter en realidad fue una escisión del grupo Neue Künstlervereinigung München (Nueva Asociación de Artistas de Múnich), fundada en 1909, de la que era presidente Kandinski, y que incluía además a Marc, Jawlensky, Werefkin, Kubin, Klee, Münter, los hermanos David y Vladimir Burliuk, etc. Der Blaue Reiter tenía pocos puntos en común con Die Brücke, coincidiendo básicamente en su oposición al impresionismo y al positivismo.  Sin embargo, divergencias estéticas originaron el abandono de Kandinski, Marc, Kubin y Münter, quienes fundaron un nuevo grupo. Der Blaue Reiter tuvo su final con la Primera Guerra Mundial, en la que murieron Marc y Macke, mientras que Kandinski tuvo que volver a Rusia. En 1924 Kandinski y Klee, junto a Lyonel Feininger y Alexej von Jawlensky, fundaron Die Blaue Vier (Los Cuatro Azules) en el seno de la Bauhaus, exponiendo conjuntamente su obra por el plazo de diez años. Brevemente señalaremos algunos detalles sobre las obras de Vasili Kandinski, Franz Marc y de Paul Klee.

Vasili Kandinski: Nacido en Rusia, estudió derecho, economía y política. Tras visitar una exposición impresionista en 1895, se inició en el Munich con elementos pictóricos de la tradición rusa. En 1901 abrió su propia escuela y durante 1906 a 1909 tuvo un periodo fauvista, para pasar posteriormente al expresionismo. Kandinski expresará un concepto místico del arte. Para él, el arte es expresión del espíritu y las formas artísticas son reflejo del mismo. Para Kandinski, el arte es un lenguaje universal, accesible a cualquier ser humano, por ello desarrolló una compleja teoría del color en La Pintura como arte puro (1913) donde sostiene que la pintura es un ente separado, un mundo en sí mismo, una nueva forma del ser, que actúa sobre el espectador a través de la vista y que provoca en él profundas experiencias espirituales. (Ver su Composición VII).

Franz Marc: estudiante de teología, durante un viaje por Europa entre 1902 y 1906 se consideraba un pintor “expresivo”, intentando expresar su “yo interior”. Su obra fue bastante monotemática, dedicándose principalmente a los animales, especialmente los caballos. Recibió la influencia de Degas, como del cubismo órfico de Delaunay y de las atmósferas flotantes de Chagall. Marc poseía una visión mística y panteísta de la naturaleza, que plasmó sobre todo en los animales, y el color que era igualmente simbólico, destacando el azul, el color más espiritual. Fue tendiendo a la geometrización tras su contacto con el cubismo. Comenzó como Kandinski el camino hacia la abstracción, carrera que se vio truncada con su muerte en la contienda mundial. (Ver : Los grandes caballos azules ).

Paul Klee : Paul Klee: de formación musical, en 1898 se pasó a la pintura, denotando como Kandinski un sentido pictórico de evanescencia musical, tendente a la abstracción, y con un aire onírico que le llevaría al surrealismo. Con influencia de Arnold Böcklin, Odilon Redon, Vincent van Gogh y de James Ensor, Klee pretendía como Kubin alcanzar un estado intermedio entre la realidad y la ensoñación ideal. Klee recreó en su obra un mundo fantástico e irónico, cercano al de los niños o los locos, que le acercará al universo de los surrealistas. Se han señalado numerosos puntos de contacto entre su obra y la de Joan Miró. (Ver: Castillo y sol).

Mississauga, Ontario, jueves 2 de mayo. 2019

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