Tres Versiones
1) La verdadera historia vivida 51
años atrás, publicada hace 16 años por quien subscribe:
“-Bueno, ¿qué te
voy a decir? ¿Cómo te lo explico? Puedo tratar de hablarte sobre unos siete
años de experiencia trabajando como médico especialista en mi tierra, en mi
ciudad natal, en la tierra amada por el sol, ¡en la ciudad de fuego! Si, así
será, y te digo que, esos siete años fueron para mí una gran enseñanza. Siete
ardientes y largos años de lucha, de brega frente al lago de las palmeras y de
los poetas, siete años de largar el forro bajo un sol que ablanda cascajos,
siete años tratando de llevar adelante el utópico proyecto que tenía en mi
cabeza, seguro de que había de ser posible el hacer investigación científica en
mi país, en mi ciudad... Te repito que fueron siete años de estar metido en una
aventura plagada de tropezones y de retruques contra paredes, piedras, tuneros
y cardonales. Siete años ante funcionarios, frente a burócratas, muchos de
ellos mis amigos y uno hablando solo, diciendo jaibas como un loco, de frente,
al lado, muy junto a, ¡mis colegas del alma! Aquello fue todo un poema, volver
y repetir cosas en el idealista intento de convencerlos de que valía la pena
luchar por la investigación, de pedirles que no me dejasen solo en la
propuesta. Se volvió toda la historia una prosa lacrimosa. Cera y pabilo. Se
volvió cenefa...” (Texto extraído de la
novela “La Entropía Tropical”(Ediluz, Maracaibo, 2003).
2) La verdadera historia descrita de
mi puño y letra en los primeros días del exilio:
Martes 5 de agosto del año 1975:- Primer día de
actividades en el hospital Vargas. Mañana me reuniré con el carpintero. El
viernes será la reunión crucial con los neurólogos y los neurocirujanos. Bruni Celli paseando a un gringo visitante. Rosa Borges se fue de vacaciones. La doctora Eugenia Gallegos también está de vacaciones. Valdemar Balza
trabaja con Ernesto Palacios y eventualmente
estaría interesado en las hipófisis de Darío
Urdaneta. Darío y su esposa, vinieron en el mismo avión que yo a
Caracas. Por una coincidencia, allí venía también Víctor
López García y fue ayer solamente (lunes) que me reuní con él para plantearle
mi renuncia definitiva al cargo del Hospital General de Sur. Creo que todavía
no puedo reponerme bien de esto, y aunque me hago cuenta de que me importa un
pito, no lo creo. De aquello nada. Pensando en el teléfono, pero firme. Haydée y mami con los hijos (menos Francisco) regresan mañana de Santa Marta. Almorcé
con Manuel Emilio Labrador. Creo que no debí
contarle mis peripecias en el Hospital General de Sur. Soy definitivamente un “big
mouth”; a lo hecho, pecho, pero debo acostumbrarme a olvidarme de lo pasado.
Sobre todo de lo que pudo ser y no fue. El tiempo se encargará de borrar toda
huella del pasado, de esos… ¡Ocho años en Maracaibo! Estoy realmente eufórico
por comenzar pero viviendo una depresión exógena. Llegué al hotel Metropol. Caminé
cuatro horas por no estar solo en el hotel. Vi dos películas, no me ayudaron
mucho. Me comí dos arepas y una CocaCola, me agarró un aguacero torrencial que
acabó con mi paltó y me caló hasta los huesos. Si no me enfermo con la baja de
defensas!...Quería tomarme una cerveza y no lo hice. Enrique
Murcia está en Bogotá. Mañana iré a ver la
casa… 6 de agosto (miércoles): Ayer
me dio Héctor Vegas un dato que puede
resultar de interés. El citotecnólogo jefe de la Sección de Citología del
Oncológico es compadre de Totoño Estevez,
uña y mugre pues, y es viejo y no es muy bueno, pero con veinte años a cuestas
es inamovible. Será el Oncológico o el Vargas para instalar la Escuela de
Citología (?), no lo sé. Otro dato de ayer. Jaime
Boet, el coordinador de Neurología es compulsivo, obsesivo y con
tendencias paranoides. Tengo que enfrentarlo metiéndole el caballo de cara. El
viernes es la cosa. El final del día, es agotador. En la mañana, caminando al
hospital, un cuarto de hora... Desayuné con un ponqué y un marrón. Carpintero y
planes del laboratorio. Me cito con Imelda Campos para
mañana.. OctavioLepage presidente encargado
está de visita en el hospital Vargas y me saludó dos veces (ni me conoce, claro
está). Me encuentro con Jorge Urdaneta quien
me da “la visa” como maracucho expatriado. Un costal de grillos, pero al fin y
al cabo un maracucho jodedor. Una secretaria muy bonita del hospital se suicidó
lanzándose de un octavo piso; muerte pasional. Hay un médico envuelto. BlasBruniCelli no apareció... Me voy con Kiko en autobús a la casa de Rossina, me prestó el carro de Enrique Murcia
y pasamos por la casa. Cruda, sin cerámica, planta baja oscura, ventanas sin
vidrios, etc, etc. (Volando al Banco. 1500,00 Bs). Luego al IVIC. Fernando Merino, muy cooperador, nos presta el
tanque y la base del ultramicrotomo. María Elena está
de vacaciones. José Esparza me convence para
mi debut en Caracas, bajo el auspicio de la Sociedad Venezolana de Anatomía
Patológica y la Sociedad Venezolana de Microbiología. Hablaré de “Las
acantamoebas” el 29 en el Centro Médico (jueves). Planeamos el futuro de los
ratones recién nacidos y el efecto teratogénico del virus de la EEV. Límite, en
septiembre. Encargo en la Médica París el “Brain Tumors” del AFIP y en el
Tropical Room hago mi segunda comida en forma en dos días (dos trozos d lomito
a la parrilla). Me siento más flaco. Dejo el carro. Voy al cine Llamo a la
casa. ¿HP? Compro un shampú, me baño y a
dormir…Antes debo planear la reunión del viernes, si no me vence el sueño… (Texto copiado de un viejo
cuaderno, hallado hace un par de días en octubre 2019).
3) La ( supuesta ) opinión adversa de quien se quedó
en su tierra.
“¿El exilio de
Jorge? ¡Cómo te parece! ¡Cualquiera se lo come! ¡Ohhjs! Fijate, poneme atención
porque yo tengo una teoría sobre su huida de la República autónoma... A mí no
me van a venir con el cuento ese de que pobrecito, que se lo llevaron pal
puente y le dijeron te me vais pal mismísmo, y entonces él, dizque no tuvo más
remedio y se fue... ¡Ve! De canto en la carretera te creo esa jaiba! ¡Me vais a
hacer llorar! ¡Es ridículo pensar que alguien se va a tragar esa historia! ¡Que
molleja! Ni tu abogado te la cree. Yo si tengo una teoría para explicar el
sartal de bolserías que vos te habéis puesto a escribir, que dejame decirte de
paso, ni son sinceras, ni son verdaderas... ¡Ah bueno! Ya sé que esta es una
novela jaibeada o una jaiba novelada, o novelera, no sé, pero así y todo, con
el permiso que tengáis para meter las cañas que queráis, me parece que se te
fue la mano y no puedo aceptarte algunas de las mentiras que inventáis, ¡que
mondenga e Roñoquero sois! Fijate bien, entre líneas vos describís una historia
de dolor y sufrimiento, pero también lo tuyo es una vaina de jodencia. No me
digáis que hay derecho para que tu Jorgito mantenga tirándoselas de queso duro
sin poder llegar ni a cuajaita! ¡Ni que fuera un profeta, para aparecer como
quien se la mantuvo durante siete años predicando en el desierto! No me jodáis
vos... El aparece como el Mesías, y esta, su tierra, ahora es un desierto.
¿Cómo te parece? Sus desventuras, ahora son un drama tropical y pamás, ¡entrópicas
de bola! Ahora parece que todo lo que vivió y antes era tan suyo, ya no sirve
paun carrizo, y como si desde que se fue de su tierra palcipote viejo, lo que
dejó atrás se transformó en un peladero. Ni que tuviera un parche e caraña en
el ombligo. El que lo oiga pensará que paonde fue, ¡se encontró la pepa er
queso! ¡De bola que no es así!, es que no puede ser... Ahora se pone a decir
que aquí no hacemos esto, que si nunca hacemos bien lo otro, como si él se las
supiera todas... ¡Ohhjs! Ultimadamente chico, no me gusta, no me convence, ni
su tono, ni su discurso. Con ese vaso e cartón no me va a cortar la cara. ¡A mí
no! Creo que el carajito que mostráis en esta historia es un gran carajo que
anda renegando de su tierra y de su gente, que no recuerda que el que le pega
su familia se arruina, que no sabe lo que dice, y si alguno de aquí, de
nosotros, permite que este tipo se ponga a decir sus bolserías, está muy mal
hecho. No puede ser. ¿Me entendéis? Como él fracasó aquí, ahora quiere venir a
pagar el pato con todos nosotros, ahora viene y nos llama entrópicos, los
culpables, ¡no joda!, que el sol nos derrite la mollera, que si el cerebro se
nos tropicaliza, y pamás vaina, viene y te habla de motilones, de guajiros, de
unas vainas que son así como para que el que las lea piense que andamos por
aquí de guayuco, y cincuentamil bolsicleras y marisqueras más, que son una
muestra de que en el fondo lo que busca es un ataque contra el Zulia, una vaina
que tiene de reconcomio contra su propia gente... No me comprendían, dice él.
El medio era entrópico de bola, repite. ¿Pero cuál medio chico? ¡Será el medio
elacalle! ¡Vos sois el que tenéis que adaptarte! ¡Ni que fueras moneita e oro!
Sino, es que estáis de mollejón. Esmollejaito e bola andáis. Te pasaste unos
años en tu tierra y no sé... Seguramente pensabas que andabas en Nebraska, de vaina
si no salías de abrigo palaPlaza Baralt. Creo que esos cuentos sobre Jorge y su
tierra son en su mayoría inaceptables. Por lo menos, cualquiera que sea de aquí
y les ponga cuidado se da cuenta... Bueno, sino, yo no me voy a dar mala vida
por eso, no te preocupéis. Será un hablador más, eso es todo”... (Texto mínimamente modificado y extraído de
“La Entropía Tropical”(Ediluz, Maracaibo, 2003).
¿Comentarios?
… ¡Cest la vie!
En
Maracaibo un viernes 25 de octubre del año 2019
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