Andrés Eloy
Sentir a
Andrés Eloy Blanco, sencillamente leyendo sus poemas, para mí ha sido
siempre un ejercicio de venezolanidad; de modo que aunque parezca extemporáneo
y/o hasta cursi, aquí les dejo hoy, algunas de sus letras, en este mi blog, que
espero lleguen a su memoria, como el “Canto de los hijos en marcha”, el
”palabreo de la Loca Luz Caraballo”, “La renuncia”, o, particularmente “Los
hijos infinitos”…
Ya pasaste por mi casa, a flor de ti la sonrisa... Fuiste un ensueño de gasa; fuiste una gasa en la brisa.../ Te vi flotar en la bruma que tu blancura aureola, como un boceto de espuma sobre un pedestal de ola. / Yo, que he buscado el lucero que a Belén lleva el camino, preso por lazos de acero al potro de mi destino, Pensé: -¡En sus brazos, con Ella, ¡romperé, acero, tus lazos! ¿Para qué quiere una estrella quien tiene al cielo en los brazos?/ Y tan cerca llegué a verte que te rozaba mi dedo... Tuve miedo de quererte... y ya es querer, tener miedo.
Ansiosos se han emboscado en mis ojos, mis
antojos, y tú también me has besado veinte veces con los ojos./ Y tu mano pasionaria, aquella noche huyó en vano,
porque mi mano corsaria fue gavilán de tu mano. / Y
he sentido que temblaban tus labios en el café, cuando mis pies se angustiaban
acorralando tu pie.../ Pero te vas, sin
dejar ni una huella en el camino... Sombra azul que cruza el mar la borra el
azul marino.../
No sé si me olvidarás ni si es amor este
miedo; yo solo sé que te vas, yo solo sé que me quedo./ Tal vez mañana, un mañana remoto, traiga a tu lado, con
el sol, por tu ventana, un rayo azul del pasado./ Releyendo
viejas cosas y evocando cosas idas, entre amarillentas rosas y epístolas
desvaídas, Encontrarás al acaso entre coplas
del camino, como en el fondo de un vaso roto una mancha de vino./Al oído de la
nieta tu voz de abuela hablará: –Son los versos de un poeta que no sé si existe
ya... Ella dirá: – ¿Cómo era? ¿Cruzará ignotos países y cual tú, sombra viajera,
tendrá los cabellos grises?
Yo, entre tanto, junto al mar, esperaré tu
venida y en un eterno esperar se me pasará la vida. Vida traidora, por quien
todo este Sueño se muere, si no te hice ningún bien, ¿por qué tu mano me hiere?
Mi voz querrá ensordecer al propio mar con su llanto: ¿Por qué no la vuelvo a
ver, mi Dios, si la quiero tanto?/ Y mi canción irá sola hacia donde tú te
pierdes... donde ella pase, la ola tendrá un dolor de aguas verdes...
No sé si me olvidarás ni si es amor este
miedo; yo solo sé que te vas, yo solo sé que me quedo. Y que si te quise ayer, hoy te siento más tirana y si
así crece el querer ¡cómo te querré mañana!
El dulce mal
Vuelvo los ojos a mi propia historia.
Sueños, más sueños y más sueños... gloria, más gloria... odio... un ruiseñor
huyendo... y asómbrame no ven en toda ella ni un rasgo ni un esbozo, ni una
huella del dulce mal con que me estoy muriendo.../ Torno a mirar hacia el camino andado... Mi marcha fue
una marcha de soldado, con paso vencedor, a todo estruendo; mi alegría una
bárbara alegría... y en nada está la sombra todavía, del dulce mal con que me
estoy muriendo. Surgió una cumbre
frente a mí; quisieron otros mil coronarla y no pudieron; solo yo quedé arriba,
sonriendo, y allí, suelta la voz, tendido el brazo, nunca sentí ni el leve
picotazo del dulce mal con que me estoy muriendo.
Mas, yo fui vencedor del mal tremendo; fui
gloria empurpurada y vespertina, sin presentir la marcha clandestina del dulce
mal con que me estoy muriendo. /Fuerzas y
potestades me sitiaron y, prueba sobre prueba, acorralaron mi fe, que ni la
cambio ni la vendo, y yo les vi marchar con su despecho, feliz, sin presentir
nada en mi pecho del dulce mal con que me estoy muriendo.
Mujeres... por mi gloria y por mis luchas
en muchas partes se me dieron muchas y en todas partes me dormí queriendo y en
la mañana hacia otro amor seguía, pero en ninguno el dardo presentía del dulce
mal con que me estoy muriendo. Y un día fue la
torpe circunstancia de quedarnos a solas en la estancia, leyendo juntos, sin
estar leyendo, mirarnos en los ojos, sin malicia, y quedarnos después con la
delicia del dulce mal con que me estoy muriendo.
Maracaibo, Martes 15
de Octubre, 2019
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