Denzil Romero
Denzil Romero (1938–1999) fue un
escritor que nació en Aragua de
Barcelona, ciudad conocida también como “La Atenas de Oriente”, en el Estado Anzóategui. Hijo de Carmen R.
Romero y Juan Vicente Cabezas. La disciplina docente de su madre y de sus tías
contribuiría a que fuera el mejor alumno de su escuela, pero en el bachillerato
tuvo contratiempos por el régimen dictatorial que vivió Venezuela de 1948 a 1958. Estudió 1° y 2°
año en el liceo Narciso Fragachán de Aragua de Barcelona; el 3° en el liceo
Fermín Toro de Caracas; el 4° en el Pedro Gual de Valencia y se graduó de
bachiller en el liceo Libertador de Mérida.
“Nunca
aprendí a nadar, apenas elevé uno que otro papagayo y soy hijo de maestros de
escuela, por lo que puedo decir sin jactancia que a los 15 años ya me había
leído la literatura clásica española. Admito que en mi formación influyeron
algunos escritores, de los cuales sólo te voy a nombrar a Alejo Carpentier,
Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, José Donoso, Juan José Arreola, Reinaldo
Arenas, Marcel Proust, William Faulkner... y de aquí, Ramos Sucre, Arvelo
Torrealba, Enrique Arvelo...”
Denzil se
graduó de abogado en 1961 y dos años más tarde, en 1963, de profesor en el
Instituto Pedagógico de Caracas. El ejercicio del derecho le dio éxito profesional y económico, con lo cual pudo
formar una familia, junto con la profesora Maritza Corrales, su esposa durante
40 años. Denzil Romero abandonaría el ejercicio del derecho, y se dedicó por
completo a la literatura, como narrador, ensayista y cronista literario. En
1977 publicó el cuento “El hombre contra el hombre”, que
luego aparecerá, junto con otros cuentos más, en Infundios (1978). Esta obra obtuvo el Premio Municipal del
Distrito Sucre ese mismo año. Siempre dentro de la narrativa corta, Romero
publicaría El invencionero en
1981, con el cual ganaría el Premio CONAC de narrativa en 1983. Algunos historiadores y escritores, entre los
cuales se encuentran Luis Alberto Crespo definirían el estilo de Denzil Romero
aludiendo a la “exageración de lo real”. Según la opinión del escritor Juan
Liscano, “los siete cuentos de Infundios
sedujeron por la riqueza del lenguaje, el poder fabulatorio, la mezcla de
elementos culturales ajenos al criollismo agrario o urbano», la combinación
de lo histórico y lo esotérico, de lo erótico y lo seudorrealista.
La narrativa de
Denzil desarrolla una temática que va de lo raigal telúrico venezolano, al
eurocentrismo medieval renacentista, especialmente en sus cuentos “El
hombre contra el hombre” y “La saga de Juan de Grosseteste”,
respectivamente. Simultáneamente con ambas publicaciones, va escribiendo una
obra de mayor aliento, La tragedia
del Generalísimo, sobre el Precursor de la Independencia Americana,
Francisco de Miranda y lo
publica en 1983. Para ese mismo año el libro obtiene el Premio Casa de las
Américas, La Habana,
Cuba. Dos años más tarde, 1985, fue finalista del Premio Rómulo Gallegos de
Venezuela, y para 1987 ya había alcanzado su cuarta edición.
Con Lugar de crónicas (1985) se abre
un remanso en su obra literaria, trae entre otros trabajos, “El
muchacho que era yo”, en el que el autor evoca su infancia; ganador del
premio Mejor Artículo del año del diario El
Nacional en 1985. Con Entrego
los demonios, continúa el “vagavagar” de su vida entre la realidad y la
ficción. Después vuelve al tema del generalísimo Miranda, con Gran Tour, novela publicada en
España por Laía en 1987 y por Alfadil en Caracas, 1988. Ese mismo año, Alfadil
le publica también una serie de cuentos, titulada Tardía declaración de amor de Seraphine Louis.
Tomando la
historia como pretexto escribió La
esposa del doctor Thorne, en una versión novelesca sobre la vida de Manuelita Sáenz, amante del Libertador
Simón Bolívar, con la cual ganaría
el X Premio La Sonrisa Vertical de TusQuest Editores, Barcelona, España en
1988. La vida erótica de Manuelita le permitió crear un personaje tan polémico
y controversial, que un académico ecuatoriano de la historia lo retó a un duelo
a muerte. Denzil
Romero, gracias a una imaginación
sostenida por sus conocimientos de la historia grande de América, se situó en
una época, en unos lugares y en medio de unos acontecimientos que enriquecen
aún más la lectura lúdica de sus páginas, en las que un jurado reconoció por
mayoría la obra de un escritor en pleno dominio de su estilo, de sus conocimientos
y de sus fantasías. En 1990 aparece La carujada,
publicada por la
Editorial Planeta de Venezuela, en la cual recrea la trágica
vida novelesca de Pedro Carujo,
considerado como un anti héroe, por su participación en la conjura contra el Libertador Simón Bolívar, el 25 de septiembre de
1828, en Bogotá; así como
en la conspiración contra el presidente de Venezuela, José María Vargas en 1835.
Como la mayoría
de los escritores de su generación, Denzil Romero pasó por el mundo de la
bohemia. Y en su novela Parece que
fue ayer, publicación de Planeta en 1991, recrea esos mundos de
vivencias y recuerdos. Pero no abandona lo histórico, cuando recoge una
antología de cronistas e historiadores de Indias, que publicó Planeta en 1993,
con el nombre de Códice del Nuevo
Mundo. Y una extraña y medio mítica novela, titulada Tonatio Castillán o un tal Dios Sol,
que magnifica la vida de Pedro de Alvarado, el segundo de Hernán Cortés en la Conquista de México. Con
su libro El corazón en la mano (1977),
Denzil vuelve al cuento, género con el que se inició. Entrego los demonios. 1ª. Ed. Mérida. Universidad de los
Andes, 1997. Sin embargo, no olvida su propósito novelesco sobre el
generalísimo Miranda, cuando publica Amores,
Pasiones y Vicios de la Gran Catalina, Grijalbo 1997 y Para seguir el vagavagar, Monte
Avila 1998, con las cuales prácticamente cierra el bildugnsroman sobre
la vida del general Padeciendo desde hacía varios años por un severo enfisema,
Denzil Romero fallecerá en Valencia en el mes de marzo en 1999.
Para finalizar no he
resistido la tentación de citar a mi amigo, el escritor Eduardo Liendo, quien
amablemente aceptó prologar mi novela “La Entropía Tropical” y con sus
favorables comentarios que expresara el día 10 de marzo de 1990 en Caracas, durante
la presentación de mi novela “Para subir al cielo…”. En aquellos
momentos se refirió a Denzil quien había fallecido unos días antes. Citaré
aquí, parte de sus comentarios: “La
escritura de Jorge es verdaderamente espléndida, es un barroco, pero no un
barroco onanista, sino muy consubstancial con sus temas que son de un magnífico
oficio, y explico, que el protagonista de las novelas de Jorge, es el lenguaje.
Me recuerda al lamentablemente desaparecido, apenas anteayer, Denzil Romero.
Hay una relación de comunicación entre ambos lenguajes. Les digo esto, para”… etc, etc.
Maracaibo, martes 29 de octubre,
2019
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