Paracas es una península
desértica situada en la provincia de Pisco, en la costa sur de Perú. En 1928 el
arqueólogo peruano, Julio Tello, encontró una necrópolis con restos de
individuos de una antigua civilización, algunos tenían más de 3.000 años de antigüedad,
y sus cráneos eran alargados y más grandes de lo normal. En total, Tello
encontró más de 300 cráneos elongados, algunos de los cuales se remontan a hace
unos 3.000 años. Éstos cráneos son conocidos como los ‘Cráneos de Paracas’.
En el año 2014, se produjo un
revuelo noticiosos cuando Brien Foester un genetista, llevó a cabo un análisis inicial de ADN, e informó de que los cráneos
presentaban un ADN mitocondrial “con mutaciones desconocidas hasta ahora en
humano, primate o animal alguno”. En una segunda serie de pruebas de
ADN que finalizaron en 2016, los resultados en los cráneos analizados fueron
diferentes. En muestras de hasta unos
2.000 años atrás, se dijo que su origen genético residía en Europa y el CercanoOriente.
En realidad sólo se pudo obtener
ADN mitocondrial de cuatro muestras de cabellos, y en uno de ellos no pudo ser
secuenciado. Las otras tres presentaron en todos los casos un haplogrupo H2a, que es grupo genético de población
hallado con mucha frecuencia en Europa Oriental y con una frecuencia más baja
en Europa Occidental. El polvo de huesos del cráneo con una elongación más
acusada dio como resultado un haplogrupo T2b,
con origen en la antigua Mesopotamia y lo que hoy es Siria, esencialmente en el
corazón del creciente fértil del Éufrates y el Tigris. “Esto reescribirá la historia tal
y como la conocemos,” apuntaría Marzulli. “Si estos resultados se
confirman,” escribiría Brien Foerster en su web Hidden Inca Tours, “la historia de la migración de los pueblos de América es bastante más
compleja de lo que nos han contado hasta ahora.”Los resultados implicarían
que pueblos procedentes de Europa y el Próximo Oriente emigraron a América
mucho antes de lo que se creía hasta ahora, según la historia universal
convencional.
La mayor parte
de los casos de elongación de cráneos conocida, son consecuencia de una
deformación craneal intencional, provocada mediante vendajes, tablas o
ataduras, que aplican una determinada fuerza durante un largo período de
tiempo, lo que se conseguía ejerciendo presión sobre la cabeza para deformarla.
Sin embargo, aunque la deformación craneal cambia la forma del cráneo, no
altera otros rasgos característicos de un cráneo humano normal. En una entrevista
concedida recientemente al autor e investigador L. A. Marzulli, él describe
cómo “los cráneos Paracas” son diferentes a los cráneos humanos habituales: “existe
la posibilidad de que se les hayan aplicado tablas desde la cuna, pero no creo
que fuera así, porque la posición del foramen
magnum está retrasada hacia la parte posterior del cráneo. Un foramen
magnum normal se encontraría más cerca de la línea de la mandíbula”…
Esto lo explica Marzulli quien señala que un arqueólogo ya ha escrito un
artículo sobre su estudio acerca de la posición del foramen magnum en más de
1.000 cráneos y sostiene que: “en los cráneos Paracas, la posición del
foramen magnum es completamente diferente de la de un ser humano normal, y
también es más pequeño, lo que refuerza nuestra teoría de que no hubo
entablamiento del cráneo en la cuna, sino que la deformidad es genética”.
Recientemente, el Sr. Juan
Navarro, propietario y director del Museo Arqueológico Paracas, que alberga una
colección de 35 cráneos, permitió nuevamente la extracción de muestras de tres
de los cráneos elongados para realizar pruebas de ADN, entre ellos el de un
niño. Se obtuvo otra muestra de un cráneo peruano que llevaba 75 años en los
Estados Unidos. Uno de los cráneos estaba datado en unos 2.000 años de
antigüedad, mientras que otro era de hace 800 años.
Marzulli cree que los académicos
más ortodoxos probablemente ataquen estos resultados apuntando al hecho de que
él no es científico, pero invita asimismo a todo escéptico a repetir los
análisis. “Ataquen las pruebas, muchachos. Vayan ahí, extraigan sus muestras,
paguen a un laboratorio de ADN y vuelvan aquí con su “ciencia” hagan algo
científico, como nosotros hemos hecho,” exclama Marzulli desafiante.
Los informes completos de las pruebas de ADN están disponibles en el libro de
LA Marzulli “Nephilim Hybrids”. Los resultados son coherentes también con el hecho de que muchos de
los cráneos Paracas aún conservan sus cabellos pelirrojos, un color que no se
encuentra en los nativos de Sudamérica, sino que tiene su origen en Europa y el
Próximo Oriente. Brien Foerster, ha declarado: “Hasta donde nosotros sabemos,
ningún académico puede explicar por qué algunos de los cráneos aún conservan
sus cabellos pelirrojos o incluso rubios.” “La idea de que este hecho se debe al paso del tiempo o a una
decoloración ha sido ya refutada por 2 expertos en cabellos. En el caso del
antiguo pueblo Paracas, al menos, tenían cabellos rubios y pelirrojos que son
un 30% más finos que los cabellos americanos nativos. ¡Es genético!”… Brien
Foerster ha escrito… “En cuanto a un posible componente o
ascendencia “alienígena” de los cráneos, podríamos no llegar a saberlo nunca.”
“Los programas de análisis de ADN solo pueden
comparar las muestras de ADN con otros ADN ya conocidos, y éstos se encuentran
en una gran base de datos denominada Gentech, en los Estados Unidos. Nuevos
análisis con la cooperación de arqueólogos peruanos y el Ministerio de Cultura
de Perú están actualmente en curso.”
No obstante, L. A. Marzulli ha
explicado que los resultados de ADN encajan perfectamente con la hipótesis que
él defendía ya antes de que se iniciaran las pruebas. Esto es, que el pueblo
Paracas son los Nefilim de los que hablan los textos bíblicos, descritos en el
Génesis como “hijos de los dioses y las hijas de los hombres”. Los
Nefilim, o Nephilim según el Génesis, serían unos
gigantes descendientes de los ángeles rebeldes y las hijas de la raza humana
que vivían antes del diluvio, una raza híbrida que habría habitado
en la región del Oriente Medio, la misma a la que nos remiten las recientes
pruebas de ADN. Sea esta hipótesis correcta o no, los resultados de las
recientes pruebas de ADN son demoledores, y pueden cambiar la historia tal y
como la conocemos. Nuevas pruebas pueden ayudar a los científicos a desvelar la
compleja historia del pueblo Paracas.
L. A. Marzulli y sus
colaboradores tienen pensado continuar con las pruebas, y están trabajando en
la actualidad con arqueólogos peruanos y estadounidenses. El arqueólogo jefe
del Museo Peruano les ha dado permiso de palabra para que extraigan nuevas
muestras. Estas muestras serán presentadas a continuación al Ministerio de
Cultura peruano para obtener su consentimiento antes de enviarlas a
laboratorios estadounidenses para su análisis. Se espera que este proceso tarde
aún algunos años en llevarse a buen término.
Mississauga, Ontario, lunes 19 de agosto, 2019
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