Los Anasazi
Se sabe que los primeros asentamientos humanos en América datan de unos
veinte mil años. Los paleoindios se hicieron sedentarios en el suroeste de
Estados Unidos hace unos doce mil años; cazaban grandes animales, los mamuts que se extinguirían rápidamente. Tras la última glaciación, el clima
comenzaría a hacerse más seco y caluroso, y sabemos que desde el segundo
milenio antes de Cristo, en México, los Olmecas poseían plantaciones de maíz. En el actual territorio mexicano los
asentamientos humanos fueron sustituidos por las sucesivas civilizaciones de Teotihuacán, por los zapotecas y los
aztecas. Estos últimos fueron contemporáneos del apogeo de la civilización
anasazi, una cultura que fue denominada,
“pueblo constructor de ciudades”(ver).
Los anasazis se consideran hoy día como una “cultura arqueológica amerindia”. Ocupaban en los
Estados Unidos de Norteamérica la superficie de los estados
actuales de Colorado, Utah, Arizona y Nuevo México. Esa civilización ha dejado algunos
vestigios monumentales y litúrgicos que existen en distintos lugares, a pesar
de que los anasazis ya habían desaparecido completamente antes de la llegada de
los europeos a América.
La palabra anasazi significa
«antiguos enemigos», y el término anasazi es el nombre que le dan los navajos contemporáneos al antiguo “pueblo constructor de
ciudades”. Los anasazis estaban en contacto con otras culturas amerindias
próximas, de las cuales, los hohokam y los mogollón (ver el mapa anexo) son las más conocidas. Compartían, varios rasgos
comunes: irrigación y caza; eran pueblos que fabricaban casas en adobe, ladrillo o piedra y tenían una cerámica decorada.
También se dice que mantenían relaciones comerciales con Mesoamérica.
Al este del sitio donde se ubicaban los
anasazis están las Montañas Rocosas cuyo paisaje es allí impresionante y llegan a
alcanzar los cuatro mil metros. Al pie de
ellas, se ubica el área de la cultura anasazi, la cual se extendió por las mesetas de Colorado que eran recorridas por ríos y arroyos
encajados. Los anasazis dejaron numerosos petroglifos en los
acantilados del desierto norteamericano en gres; se trata de dibujos más o
menos estilizados, grabados en las paredes de los cañones. Algunos de esos dibujos
están pintados en la roca, y pueden estar solos o cubrir varios metros
cuadrados (ver).
En estas mesetas, la flora y la
fauna dependían de la altitud, de la aridez y de la naturaleza del sedimento,
de manera que la geología de la región es bastante compleja pero les ofrecería
todo tipo de materiales, desde la arenisca a la roca volcánica para el trabajo
de quienes fueron denominados “constructores de ciudades”. Los anasazis
consiguieron la proeza de edificar en lugares inaccesibles sin fuerza animal ni
herramientas metálicas verdaderas ciudades. Las grandes casas que se han
hallado en el Cañón del Chaco necesitaron para su construcción, millones de
bloques de gres y varias centenas de millares de vigas. Por todas estas cosas,
aún no se entiende muy bien como construyeron estas ciudades ni se han revelado
todos los misterios sobre la civilización de los anasazis.
Mississauga, Ontario, miércoles 21 de
agosto, 2019
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