La ciudad sumergida
Heracleion, también conocida como Tonis, fue una
antigua ciudad egipcia situada cerca de Alejandría cuyas ruinas están localizadas en la bahía de Abu Quir, actualmente a
2,5 kilómetros de la costa y aproximadamente a 30 metros bajo el agua. Se creía que Paris y Helena vararon aquí cuando huyeron de Menelao, antes de la Guerra de Troya o que Menelao y Helena estuvieron allí, acogidos
por el noble egipcio Ton y su esposa Polidamna. También existía la tradición
de que el mismo Heracles estuvo aquí visitando la ciudad,
y que la ciudad ganó su nombre por ello.
En el año 2000 el arqueólogo
submarinista Franck Goddio descubrió en la bahía
de Abu Quir, un muro
de 150 metros de largo que, probablemente, rodeaba un gran templo. El
investigador quería
comprobar si la leyenda de Heracleion era cierta y lo lograría al hallar
inicialmente la muralla de un templo y después detectar toda una ciudad. Cuando el experto y su equipo
identificaron las plazas de una gran ciudad sumergida, luego descubrirían la
nave del templo donde se ubicaba la imagen de Amón de Gereb, además de
diversas indicaciones del nombre de la ciudad: Heracleion. Goddio
le aseguraría después a 'The Daily Mail'
"Esto es solo el principio, ya que
seguramente tendremos que trabajar aquí los próximos 200 años".
Colosales tesoros submarinos,
surgen entre los restos de una grandiosa ciudad, aquella que recibió el nombre
de Heracleion por los griegos y Tonis por los egipcios. Una
ciudad que floreció desde el siglo VII a. C. hasta el siglo VIII d. C. frente
a las costas de la ciudad de Alejandría, una ciudad fundada por Alejandro Magno en el año 331 a. C., en la bahía
de Abukir. Heracleion quedó a 6 kilómetros de la línea costera actual después
de hundirse por completo bajo las aguas hace poco más de 1.000 años.
El origen
legendario de Heracleion se remonta al siglo XII a. C., y es
mencionada por historiadores griegos antiguos. Su importancia creció
especialmente durante los días menguantes del último período de los faraones,
cuando se convirtió en el principal puerto de Egipto en tráfico internacional y
recaudación de impuestos. Heracleion fue construido originalmente sobre varias
islas del delta
del Nilo y estaba comunicada internamente por canales. Su gran número de muelles
y su fondeadero eran solo comparables con su ciudad hermana, Naucratis. Finalmente, Alejandría acabó reemplazando a Heracleion como ciudad más importante.
Los arqueólogos
y submarinistas descubrieron una placa de oro sobre la que se hallaba,
escrito en griego, en la cual se afirmaba que el rey Ptolomeo III (282 a.
C.-222 a. C) había fundado en aquel lugar un santuario dedicado a Hércules. A su vez,
también se recuperó una estela de granito negro casi intacta, y la
lectura de su texto permitió concluir que Heracleion era el nombre griego de la
ciudad sumergida, pero que para los egipcios el nombre de la ciudad era Tonis.
Goddio y su equipo llevan más de 15 años realizando estudios in situ, y a lo largo de todo este
tiempo han publicado libros y
se han realizado exposiciones itinerantes grabando documentales sobre su
descubrimiento. Entre los
naufragios antiguos también se halló y aquí la mostramos, (ver) lo que se cree fue una barcaza sagrada, utilizada para
realizar rituales religiosos. Sin bien existen imágenes de estos buques
ceremoniales en todo Egipto, encontrar uno es muy inusual. De hecho, esta es la única barcaza sagrada que se halló de este período. Los
expertos creen que pudo haberse utilizado como parte de una ceremonia para
celebrar la resurrección del dios Osiris.
También se
localizaron restos de al menos sesenta pecios, que datan desde el siglo VI
a. C hasta el siglo II a. C. Santuarios con estatuas colosales, y cerca
del santuario dedicado a los misterios de Osiris, se encontraron gran número de
piezas de granito rosa. Las estatuas eran de un diseño muy elaborado, y junto a
ellas había muchas otras estatuas de bronce de dioses y demás objetos rituales.
Además, se descubrió una enorme estela de granito rosa bilingüe que data
del reinado de PtolomeoVIII (182 a.C.–116
a.C.), en la que se describe la gran importancia que tenía el santuario de
Heracleion bajo el reinado ptolemaico, tanto para egipcios como para griegos. Las estatuas eran de un diseño muy
elaborado, y junto a ellas había muchas otras estatuas de bronce de dioses y
demás objetos rituales.
El arqueólogo ha
descrito que en el lugar existían varios muelles que se comunicaban con la
península, lo que daba gran prosperidad a la región. Además, debido a su
posición geográfica, para los faraones era el principal puerto desde donde se
comerciaba con los griegos y se controlaban los buques extranjeros. Tanto es
así que se encontraron más de setecientas antiguas anclas de muy variadas
formas. Goddio cree que los marineros, después de sus largas travesías, les
dedicaban ofrendas a sus dioses y quizá lanzaban al mar anclas votivas de
bronce, plomo o piedra. A su vez se observó presencia bizantina en pequeños
elementos arquitectónicos, algunas joyas y monedas.
La
ciudad de Heracleion fue también el
lugar de celebraciones de los «misterios de Osiris» cada año durante el mes
de Khoiak. El dios en su barco ceremonial era llevado en procesión desde el
templo de Amun hacia su santuario en Canopo, suelo de oro en idioma griego antiguo, que era
una ciudad portuaria del antiguo Egipto, también
emplazada en el delta del Nilo. El nombre "Kahnub" fue el sobrenombre de
la ciudad por su abundancia. Estaba ubicada en las cercanías del moderno puerto
de Alejandría,
a unos 25 kilómetros del centro de aquella ciudad. Sus ruinas se hallan en la
isla sedimentaria occidental del delta, en la desembocadura del
brazo ubicado al extremo oeste de la formación fluvial, también llamado brazo canópico,
canóbico, canobítico o hereaclótico, uno de los cinco brazos antiguos del Nilo.
Las excavaciones de la temprana egiptología revelaron las
extensas ruinas de la ciudad; sus muelles y grandes monumentos de granito con
inscripciones de Ramsés II.
Heracleion también se hallaba conectada con Naucratis, en el delta del Nilo,
controlando el tráfico de buques marítimos que entraban o salían de Egipto. Con
respecto a la época de la ocupación romana, se ha descubierto una cantidad
menor de objetos. La primera colonia comercial establecida en Egipto por los griegos fue
Náucratis. Fue cedida a estos, según distintas versiones, o por el faraón Psamético I en el siglo
VII a. C. o por Amasis en el siglo
VI a. C. (según Heródoto), aunque se cree que
anteriormente existió una factoría ocupada por colonos de Mileto en el mismo lugar.
Muchos de los primeros habitantes de la ciudad fueron mercenarios griegos que servían hasta entonces en la vecina fortaleza
egipcia de Daphnae, en el extremo oriental del Delta. Como sea, la
colonia fue entregada a una confederación de ciudades, principalmente jónicas, encabezadas por Mileto, Corinto y Egina. Por lo mismo, Náucratis era una verdadera ciudad
internacional, y en un atractivo centro cultural visitado por personajes como Solón o Tales de Mileto.
Existía también un templo
dedicado a los Dioscuros, protectores de los marineros.
Se sabe que la ciudad contaba con un magistrado supremo llamado timuchi, pero se cree que en
realidad cada distrito, conformado por griegos de un origen común, se gobernaba
a sí mismo. Heródoto afirma que fue durante un tiempo el único puerto
autorizado del delta del río Nilo, por lo que los navegantes del
mar Mediterráneo forzosamente debían pasar por él
antes de internarse hacia el interior de Egipto. Esta situación privilegiada se
mantuvo hasta su conquista por los persas. La posterior campaña de Alejandro Magno y la fundación de Alejandría en el año 331 a. C. relegaron a Naucratis a un segundo plano del que
no volvió a sobresalir.
Mississauga, Ontario, domingo 4 de agosto, 2019
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