viernes, 23 de agosto de 2019

Julio Verne



Julio Verne

Los libros de Julio Verne fueron compañeros inseparables de nuestra infancia y juventud. Inolvidables episodios vividos con el correo del Zar, leyendo los dos años de vacaciones de los muchachos de Nueva Zelanda, ni hablar del viaje al centro de la tierra, o leer sobre las veinte mil leguas de viaje submarino y de la vuelta al mundo en 80 días y tantos otros, algunos de ellos, después se hicieron palpables visualmente en el cine. Fueron tantos sus libros que sus historias se mezclan en mi mente, por lo que tengo que decir algunas cosas sobre este escritor francés que fue profeta de futuros avances de ciencia y tecnología en el mundo.

Julio Verne, nació el 8 de febrero de 1828 en Nantes, Francia. Era el primogénito de cinco hermanos. Cursaría sus primeros estudios en el colegio Saint-Stanislas y  posteriormente fue al Liceo Real de Nantes de donde egresó como un estudiante sobresaliente. Julio empezó a sentirse atraído por cosas relacionadas con la ciencia, y paralelamente desarrolló un gran amor por la poesía. En 1847, se trasladó financiado por su padre, a París para estudiar Derecho y allí, en la Ciudad Luz entabló amistad con Nadar, el padre de la fotografía aérea. Gracias a él, Verne empezó a interesarse en la idea de volar y en sus extensas posibilidades. Habría de ser un hombre con una imaginación muy avanzada para su época, y llegaría a proponer ideas visionarias  consiguiendo describir artilugios maravillosos los cuales para la época parecían una locura, aunque tiempo después se inventarían. 

Julio Verne empezó a escribir joven, supuestamente inspirado por las historias que su maestra le contó en clases sobre su esposo, quien era marinero. A la edad de once años Verne se enamoró de su prima Coralie, quien inspiró sus primeros poemas. Con los años, se fue a vivir a París, Coralie se comprometió y él se dedicó a los estudios y a la escritura. En 1849 finalmente se tituló como abogado, y en enero de 1857 se casó con Honorine Deviane Morel, una mujer que había quedado viuda y tenía dos hijas; Valentine y Suzanne. Luego de cuatro años viviendo juntos, en 1861 lograría reunir suficiente dinero para viajar a Noruega e Islandia con su mujer, pero ella no pudo viajar por encontrarse embarazada. A su vuelta le recibiría con su hijo recién nacido Michel Verne, único fruto del matrimonio.  

Durante su estancia en París pasó muchas horas en la biblioteca buscando aprender de todo. Gran parte del dinero que su padre le enviaba lo usaba para comprar libros, principalmente sobre: ingeniería, astrología y geografía. A partir de 1859 Julio empezó a descubrir su amor por los viajes y halló en ellos la principal fuente de su inspiración para escribir. Sin embargo aunque la mayoría de las obras de Verne tratan sobre aventuras y viajes a lugares desconocidos, donde nunca nadie parecía haber llegado, en realidad se ha dicho que fueron muy pocos los viajes que Julio Verne realizó, aunque también se ha dicho que “Verne llegó a poseer hasta tres barcos, el Saint Michel, el Saint Michel II y el Saint Michel III, y que  entre 1868 y 1886 hizo muchos viajes por mar, y a la par que navegaba llegó a conocer diversas ciudades”(1).

Al principio, como invencionero de la ciencia ficción, sus novelas guardaban principal relación con avances tecnológicos: De la Tierra a la Luna, Las aventuras del capitán Hatteras, Viaje al centro de la tierra. La vuelta al mundo en 80 días y El país de las pieles. En 1862, impulsado por Nadar, Julio hizo contacto con quien sería  posteriormente el editor de la mayoría de su obra, Pierre-Jules Hetzel.  Julio aceptó un contrato ofrecido por Hetzel, el cual estipulaba que escribiría dos libros al año por 20.000 francos, para lo cual tuvo que mudarse a Amiens. Aún en su lecho de muerte en 1905, Julio Verne escribió Viajes extraordinarios, y luego de su deceso se continuaron publicando muchas de sus obras. Las primeras producciones de Viajes extraordinarios aparecerían en la revista literaria de Hetzel, Magasin d’Éducation et de Récréation, y Hetzel se preocupó por la apariencia de Viajes extraordinarios cuando notó que al público le atraían. Así que empezó a diseñar las portadas de los títulos con la técnica del cartonaje, lo que les aportó aún más valor y popularidad a los libros de Verne, volviéndolos famosos en la alta sociedad.

Una de las tantas novelas de Julio Verne fue su “novela perdida”, París en el siglo XX, escrita en 1989, y publicada en 1994. Es considerada como la «novela perdida» de Julio Verne, ya que fue escrita en 1863, por lo que se mantuvo oculta durante más de ciento treinta años. Aparentemente el manuscrito que sirvió de base a la novela fue completado en el mismo año 1863 y después fue olvidado en una caja fuerte, hasta que fue descubierto en 1989 por Jean Verne, bisnieto de Julio Verne quien tramitó su publicación.

Julio Verne fue condecorado con la Legión de Honor por sus aportes a la educación y la ciencia. Hoy día, desde el año 1979, Julio Verne es el segundo autor más traducido en el mundo, después de Agatha Christie, y se le considera, con H.G. Wells, como el “padre de la ciencia ficción”.​

 
Mississauga, Ontario, viernes 23 de agosto, 2019

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