La Capnocytophaga
Los perros y los gatos tienen en
la boca una bacteria denominada Capnocytophaga. La advertencia y
divulgación de los peligros de esta bacteria se hace especialmente para quienes
besan en la boca a las mascotas… Es necesario señalar que a pesar
de que las mascotas favoritas suelen ser portadoras de algunas bacterias
nocivas para los humanos, sin embargo, su transmisión es infrecuente, aunque se
dan casos aislados, en los que principalmente las afectadas resultan ser
personas cuyo sistema inmune está deprimido.
Capnocytophaga, es una
bacteria Gram negativa que se encuentra en los hocicos de los perros, gatos y
hasta en los seres humanos, que por lo general no representa ningún riesgo,
excepto porque en ocasiones pueden desencadenar una severa
infección. Capnocytophaga canimorsus es parte de la flora normal
de las encías de perros y gatos. Cuando la enfermedad cursa con sepsis es potencialmente fulminante por asociación a coagulación intravascular diseminada. (Rev Esp Quimioter. 2018 Feb; 31(1): 70–71).
El género
Capnocytophaga se designó por primera vez en 1979 por Leadbetter y col.,
tras aislar un bacilo gramnegativo. Actualmente consta de 9 especies; 7 de
ellas (C. gingivalis, C. granulosa, C. haemolytica, C. leadbetteri, C.
ochracea, C. sputigena y Capnocytophaga genoespecies AHN8471) son flora
comensal de la cavidad oral humana, y se relacionan con infección periodontal,
y excepcionalmente causan septicemia en inmunodeprimidos. Otras dos especies, C.
canimorsus y C. cynodegmi, forman parte de la microbiota oral de
perros y en menor medida de gatos y, a diferencia de las otras especies, son
catalasa y oxidasa positivas.
En
contraste con las otras especies, C. canimorsus puede causar una amplia
variedad de trastornos: abscesos, bacteriemia y, de forma inusual, sepsis
fulminante, endocarditis y meningitis. Se transmite mediante mordedura o
contacto directo con el animal. Fue aislada por primera vez en 1976 de sangre y
líquido cefalorraquídeo de un paciente que había recibido una mordedura de
perro (Am J Clin Pathol 1976;65:564-569).
En la
literatura anglosajona sólo se han descrito 34 casos de meningitis por C.
canimorsus [Rev Neurol (Paris) 2017;173:74-75]. En una revisión reciente, van
Samkar et al., mencionan 33 casos, de los cuales el 42% eran
inmunodeprimidos, el 93% habían tenido contacto con animales y el 76% había
sufrido mordeduras de perro. La posibilidad de infección por C. canimorsus
se debe considerar ante la presencia de un cuadro infeccioso grave en un
paciente que ha sido mordido por un perro y obliga a tomar medidas urgentes,
especialmente en individuos alcohólicos, cirróticos o esplenectomizados, en
tratamiento inmunosupresor, ya que pueden presentar una evolución rápidamente
fatal.
La
septicemia se asocia a mal pronóstico y alrededor de un 30% de los casos pueden
acabar en muerte. El antibiótico de elección es la penicilina, pero debido a la
aparición de cepas productoras de β-lactamasas y a que las infecciones por
mordeduras de animales suelen ser polimicrobianas, se aconseja
amoxicilina-clavulánico o cefalosporinas de 3ª generación. Otros antibióticos,
como imipenem, clindamicina y doxiciclina, también han demostrado eficacia
clínica.
Mississauga, Ontario, lunes 5 de
agosto de 2019
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