La sinestesia es una condición no patológica
de la percepción humana,
que consiste en la capacidad de experimentar de manera involuntaria y
automática un sentido adicional ante un estímulo sensorial concreto, o sea, de percibir
de manera conjunta dos sentidos ante un mismo estímulo concreto. Esta
es una condición genética cuyos orígenes no son del todo conocidos aún.
No se trata de que los sentidos estén
entremezclados, sino más bien de que al percibir un estímulo concreto (por
ejemplo, una sensación táctil) se active también algún otro (por ejemplo, la
percepción de un color).
Así, las personas sinestésicas pueden percibir una caricia a través del tacto y a la vez de
la vista,
al sentirla con la piel y también pueden ver un color asociado a dicho
estímulo, o incluso percibir un sonido específico
junto con la caricia, o un gusto determinado
en la lengua.
Por ejemplo, el tocar una superficie más suave les
puede hacer sentir un sabor dulce. Estas experiencias no son meras
asociaciones, sino percepciones, y los estados
depresivos tienden a aumentar la intensidad de estas
sensaciones. Otro ejemplo, asociar el color amarillo al número 7 o a la letra
A. Algunos ven colores cuando escuchan música, otros pueden sentir literalmente
el "sabor" de las palabras. Otras personas pueden percibir la letra A
de color rojo, la S de color amarillo y la Z de color negro.
La
primera descripción de la sinestesia en la historia ocurrió en 1812, registrada
por el doctor Georg Tobías Ludwig Sachs (1786-1814), y desde entonces se la ha
encontrado mayormente en personas autistas o con rasgos especiales. Se conoce
que ocurre en una persona entre cada 100 aproximadamente, es
decir, alrededor del 1% de la población mundial.
Las tres principales formas de aparición de la
sinestesia son: 1-Sinestesia léxico-gustativa, que consiste en la
percepción de sabores determinados cuando se pronuncia una palabra específica.
2-Sinestesia grafema-color, que consiste en la asociación directa de un
signo escrito (letras, números) como un color específico o una tonalidad del
mismo. Y tercera: 3-Sinestesia música-color,
que consiste en la percepción de un color determinado durante ciertos pasajes
musicales, especialmente en lo que se refiere al timbre o la frecuencia del
sonido.
En el mundo del arte, el término sinestesia se reserva
para cierto tipo de recursos estilísticos y expresivos, como las figuras retóricas, en los
cuales se busca mezclar las impresiones
tradicionalmente asociadas a un sentido determinado con otras, de manera
novedosa, para obtener así un resultado mucho más original y expresivo. En
realidad se trata de un tipo de metáfora, presente
en la literatura desde
tiempos clásicos, y de enorme presencia en el barroco español y el simbolismo francés,
así como en el modernismo latinoamericano.
Expresiones como “sonoro marfil” o
“dulces azules” son ejemplo de sinestesia de primer grado: la impresión de dos
sensaciones corporales distintas de manera directa; mientras otras como “agria
melancolía” o “amarga espera” constituyen
un caso de sinestesia de segundo grado, que combina un sentido corporal y
una idea o un objeto, es
decir, que compone su imagen de manera indirecta.
Algunos ejemplos de sinestesia en la
literatura los siguientes: 1) En los versos de Juan Ramón Jiménez: “por el
verdor teñido de melodiosos oros” o “en el cénit azul,
una caricia rosa”.2) En los versos de Francisco de Quevedo: “Escucho
con los ojos a los muertos”.3) En la prosa de Luis Cernuda: “brotaba
entonces un aroma delicioso, y el agua de la lluvia recogida en el
hueco de tu mano tenía el sabor de aquel aroma”. 4) En los versos
de Joan Manuel Serrat: “Tu nombre me sabe a hierba”. 5) En los
versos de Rubén Darío: “¡Salve al celeste sol sonoro!” o “De
nuestras mentes tristes las ideas oscuras”.
Se considera que un 4% de la
población tiene algún tipo de sinestesia, aunque muchos nunca llegan a saberlo,
ya que no son conscientes de que la mayoría de personas no ven el mundo del
mismo modo que ellos. Por eso, los más conocidos son los casos de personajes
famosos, que supieron transformar su condición neurológica en algún tipo de
arte.
En la pintura uno de los
sinestésicos más famosos fue Kandinsky. La importancia que toma el color en sus
cuadros se explica fácilmente si se tiene en cuenta que el pintor ruso veía
color en todas partes, llegando a afirmar tras una representación de la ópera
Lohengrin que cada instrumento plasmaba en su mente los diferentes colores del
crepúsculo. Pero si hay un caso curioso, y poco frecuente, es el de Daniel
Tammet, un joven británico que cuenta en su libro “Nacido en un día azul” como
labraron su infancia el síndrome de Asperger, la epilepsia y la sinestesia.
Gracias a sus curiosas condiciones
cerebrales, los números cobran vida en la mente de Nerea Blasco, permitiéndole
haber desarrollado hazañas como memorizar los 22.514 primeros dígitos de pi.
Esto es algo común en los sinestésicos, ya que su capacidad para la asociación
los dota de una gran memoria, pero no es el único don que poseen. Por ejemplo,
muchos de ellos también son muy hábiles a la hora de aprender nuevos idiomas,
especialmente aquellos que asocian colores a los sonidos y a las palabras.
Por ejemplo, en 2015 un sinestésico
aseguraba que el francés era extremadamente rojo, mientras que el italiano
estaba formado por una bonita combinación de azules, marrones, verdes y rojos. Sería
muy interesante poder vivir un día en la cabeza de uno de estos privilegiados,
cuyo cerebro les permite ver y sentir un mundo más bello que el que realmente
nos rodea. Aprender sobre ellos, resulta
apasionante y en ese punto la ciencia puede hacer mucho todavía.
Científicos de la Universidad de California sostienen que sus descubrimientos apoyan la idea de que la sinestesia se debe a una activación cruzada de áreas adyacentes del cerebro que procesan diferentes informaciones sensoriales. Este cruce podría explicarse por una falla en la conexión de los nervios entre las distintas áreas cuando el cerebro se está desarrollando en el interior del útero.
Las investigaciones acerca de la incidencia de la
sinestesia en ciertas familias sugieren que se trata de un rasgo dominante
ligado al cromosoma X. Investigadores, como Daphne Maurer, de la Universidad de Macmaster en
Canadá,
demuestran que todos los bebés de menos de cuatro meses de edad presentan un
cerebro sinestésico o una fusión de los sentidos, ya que a esa temprana edad,
el cerebro todavía no ha realizado la especialización de las distintas áreas
ante los estímulos sensoriales y las conexiones
sinápticas entre las áreas permanecen unidas. De esta forma,
los bebés responden de manera similar a estímulos de diferentes clases (sonido
de una nota musical, o una luz brillante).
A pesar
de la heterogeneidad fenomenológica, se han podido definir los criterios
diagnósticos de la sinestesia, que la distinguen de aquellos fenómenos
similares producidos por otro tipo de condiciones psicológicas como las
alucinaciones o los estados de conciencia alterados.
La
percepción sinestésica es: involuntaria y automática de una gran importancia
emocional. La primera característica hace referencia a la incapacidad por parte
del sinestésico de controlar la activación de la sensación asociada. No pueden
suprimir la experiencia sinestésica. Cuando los sinestésicos describen su
experiencia, podemos distinguir entre aquellos que perciben las sinestesias en
el espacio externo (sinestésicos proyectores) y aquellos que las perciben en
"un espacio mental" (sinestésicos asociadores).
Hay experimentos para demostrar que las percepciones de los sinéstetas no se deben a un efecto de la memoria ni tampoco a un excesivo lenguaje metafórico, sino a un genuino efecto sensorial. El sinestésico o sinésteta segrega la percepción de los diferentes números, debido a su asociación con diferentes colores. En el caso de Daniel Tammet, diagnosticado con Síndrome de Asperger, la sinestesia le proporcionó extraordinarias habilidades matemáticas (veía los números con formas, colores, texturas y emociones, formando paisajes, y resolvía problemas matemáticos orientándose en esos paisajes) y de aprendizaje (era capaz de aprender una lengua en solo una semana).
En otra próxima entrega, la semana entrante, podemos
ampliar el tema de la sinestesia a propósito del caso del escritor Daniel
Tammet que “padece” del “síndrome del sabio”...
Maracaibo,
domingo 16 de junio del año 2024
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