En estos días pude leer en la red de nuestra nube cibernética dizque los
pulpos han sido llamados “los Houdinis del océano” gracias a su capacidad para
cambiar de forma, de textura y de color gracias a su especial inteligencia que se
distribuye por toda su anatomía donde las diferencias entre el cerebro y el
cuerpo son borrosas y acaso alguien podría pensar… ¿Tienen los pulpos un cerebro en cada tentáculo?
Los cefalópodos -pulpos, sepias y calamares- tienen un cerebro digno de un astuto villano
de película y no obstante se comen, sí… El año
2022, se consumieron 29 millones de pulpos en un cálculo aproximado de
sibaritas que cuando lo mastican y puede estar preparado “a la gallega” pero
que no andan pensando en que son cefalópodos con sistemas nerviosos muy complejos
y grandes cerebros.
En 2023 cuando hablé del ARN de los pulpos en este blog lapesteloca dije
que, entre todos los animales, no cabía duda alguna de que los cefalópodos se
encuentran entre los más inteligentes. Pulpos, calamares y sepias han
demostrado en muchas ocasiones ser capaces de resolver problemas de gran
dificultad, y todos ellos cuentan con sistemas nerviosos de una complejidad
solo comparable a la de los mamíferos.
Se ha dicho que el pulpo se encuentra en el mismo rango que varios mamíferos, cerca del de los perros y se sabe que son un caso aparte en cuanto a comportamiento sofisticado en los animales invertebrados. Un pulpo común tiene alrededor de 500 millones de neuronas. Los seres humanos, en comparación, tenemos cerca de 100.000 millones. La antigüedad de estos cefalópodos sugiere que su inteligencia evolucionó independientemente de la nuestra. Los cefalópodos incluyen tanto formas extintas –como las amonitas y belemnitas– y alrededor de 300 especies vivas, que se encuentran desde las profundidades marinas hasta la zona de la costa entre mareas.
La siesta en
dos fases de los pulpos abre la puerta a que tengan ensoñaciones,
sueños, quizás pesadillas... En el mes de julio ese mismo año 2023 hablamos
sobre estos (https://tinyurl.com/358ym8m9)
curiosos detalles del sueño en los cefalópodos que pasan por una etapa activa
cuando duermen similar a la REM en los humanos. En los centros de investigación que
trabajan con estos animales, se sabe que se escapan y asaltan tanques vecinos
en busca de comida, comportamientos que no son del todo sorprendentes dadas sus
tendencias naturales a explorar y alimentarse en los charcos de marea… Por otra parte, las sepias tienen un sueño similar
al REM, la misma fase de sueño de movimiento oculares rápidos en la que los
humanos soñamos. Aunque no está claro si los pulpos sueñan, el hecho de que
compartan esta característica apunta a una evolución convergente de
comportamientos complejos y habilidades cognitivas en respuesta a los desafíos
ambientales.
Luego está el
incidente de las luces acaecido en la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, donde
un pulpo descubrió que podía apagar las luces del tanque lanzando chorros de
agua a las bombillas, con lo que causaba cortocircuitos. Los científicos se
vieron obligados a liberarlo porque las facturas de las sucesivas reparaciones
del sistema eléctrico subían sin parar y resultó imposible convencer a los
gestores del centro de investigación sobre la responsabilidad de los pulpos.
Pero no solo son inteligentes, además, tienen
personalidades. En el mismo laboratorio de Nueva Zelanda, un pulpo le tomó
manía a un miembro del personal. Cada vez que esa persona pasaba, recibía un
chorro de agua en la nuca. Y, en la Universidad de Dalhousie, en Nueva Escocia,
una sepia lanzaba chorros de agua a todos los nuevos visitantes del
laboratorio, pero no a las personas que estaban presentes con frecuencia.
Los pulpos pueden distinguir entre personas,
incluso cuando visten uniformes idénticos. En un experimento en el acuario de
Seattle, probaron qué hacían ocho pulpos cuando, durante dos semanas, eran
atendidos por un cuidador “agradable” –que los alimentaba regularmente– y un
cuidador “malo” –que los tocaba con un palo con pinchos–. Después de dos
semanas, todos los pulpos se comportaban de manera diferente con los dos
cuidadores. Los científicos que trabajan con peces, opinan que no parece que
los peces tengan idea de que están en un tanque de agua, pero con los pulpos es
totalmente diferente: saben que están dentro de este lugar especial y que el
humano está fuera de él.
Los cefalópodos evolucionaron desde un ancestro
común con una estructura nerviosa simple a partir de la cual desarrollaron
ganglios complejos y neuronas centralizadas. La mayoría de sus neuronas se encuentran en los brazos, permitiéndoles una autonomía impresionante. ¡Sí,
sus brazos pueden pensar por sí mismos! Un brazo amputado puede seguir
explorando y agarrando cosas. Y cuando un pulpo en libertad te examina, envía
un brazo para inspeccionarte, sugiriendo una acción deliberada guiada por el
cerebro.
El concepto de cognición incorporada sugiere que
nuestra inteligencia surge de la interacción del cuerpo con el mundo. Pero el
cuerpo de un pulpo desafía esta noción. Su capacidad para cambiar de forma,
textura y color hace que la distinción entre cerebro y cuerpo sea borrosa. Lo
mismo puede volverse un misil elegante que esconderse en un frasco. Y su
inteligencia se distribuye por toda su anatomía.
Los
pulpos y
sus parientes cefalópodos ejemplifican una trayectoria evolutiva alternativa a
nuestra inteligencia, mostrando habilidades cognitivas avanzadas y
comportamientos complejos. Su capacidad para adaptarse, reconocer individuos,
resolver problemas y participar en juegos resalta su forma única de
inteligencia y ofrece información valiosa sobre la diversidad de la evolución
cognitiva en el reino animal. En diciembre del año 2022 (https://bit.ly/32PcrJ2) decía en el
blog que los pulpos “tienen un sistema de ganglios que forman centros
nerviosos y envían mucha información desde todo el cuerpo: algo similar a una
red, como Internet”; hoy día, añado algunos datos sobre estos curiosos
invertebrados cefalópodos.
Robyn Crook,
neurobióloga de la Universidad Estatal de San Francisco, afirma que
los pulpos pueden sentir dolores emocionales. Los pulpos no sólo sufren a
nivel físico. En ausencia de pruebas sobre la conciencia o la sensibilidad
en los cefalópodos, las respuestas demostradas por los pulpos son similares a
las que expresarían los mamíferos que experimentan dolor. Las investigaciones
de la doctora Crook demuestran que, además de ser capaces de responder
reflexivamente a estímulos nocivos, tienen la capacidad incluso de sentir
vergüenza.
La decisión de
investigar las bases moleculares del cerebro de los cefalópodos, se basó
en la capacidad de su memoria y del aprendizaje para
adaptarse al instante que es una de las propiedades de sus redes
neuronales. Los pulpos son en realidad completamente diferentes de
cualquier otro animal en nuestro planeta. Su genoma muestra un nivel nunca
antes visto de complejidad con la asombrosa cifra de 33.000 genes
codificadores de proteínas identificadas, más que en un ser humano, tantos que
un investigador estadounidense, el Dr. Clifton Ragsdale, de la Universidad de
Chicago, afirmaría que: El pulpo
parece ser totalmente diferente de todos los otros animales, incluso de otros
moluscos, con sus ocho brazos prensiles, su gran cerebro, y sus habilidades
para resolver problemas de una manera inteligente.
Maracaibo, lunes 30 de septiembre del año 2024