martes, 26 de febrero de 2019

Elia Kazan



Elia Kazan

El pasado domingo se entregaron os premios óscar de la Academia de Cine y ya se habla de diferencias sobre el merecedor del premio a la mejor película, no así al mejor director y vaya esta crónica para celebrar al director y guionista mexicano Alfonso Cuarón Orozco ganador este año 2018 del óscar como directo por su película, Roma.

Elia Kazanjoglou (1909-2003) fue un director de cine estadounidense, de padres griegos y nacido en Turquía. A la edad de cuatro años con su familia se trasladó a Nueva York, donde cursó sus estudios primarios en la Mayfair School de New Rochelle y los secundarios en el William College. Con veintiún años ingresó en la Universidad de Yale donde estudió arte dramático. Dos años más tarde, desempeñó todo tipo de trabajos en el Group Theatre hasta 1941. Kazan siempre se consideró como un forastero, casi un intruso, un director fuera del sistema, él se sabía hijo de un vendedor de alfombras griego de Estambul que en 1913 instaló a su familia en Nueva York en busca de otro futuro. Su mayor momento de gloria llegaría en 1954, cuando con La ley del silencio consiguió ocho premios oscars, uno de ellos a la mejor dirección. 

Poco después, de salir del Group Theatre asumió la dirección de varias obras como Chrysalis, Men in White y Gold Eagle Guy. Desde 1941 su proyección teatral lo convirtió en uno de los referentes de la época. Tres años más tarde conseguiría el premio de la crítica por su puesta en escena de una obra de Thornton Wilder, The skin on our teeth. Su trayectoria cinematográfica como actor la inició en dos películas de Anatole Litvak (Ciudad de conquista, 1940 y Blues in the night, 1941). Debutó como director en 20th Century Fox con Lazos humanos (1945), un drama con el que obtuvieron el Oscar los actores James Dunn y la jovencísima Peggy Ann Garner. Se convirtió en uno de los mejores directores de actores que dio el cine estadounidense. En 1947 fundaría el Actor's Studio junto con Robert Lewis y Cheryl Crawford, un centro de formación que alcanzó con el tiempo un gran prestigio internacional. En su trayectoria cinematográfica, se suceden títulos siempre con comprometido con las realidades sociales. El justiciero (1947) sobre los errores judiciales; La barrera invisible (1948) sobre el antisemitismo, con Gregory Peck: un filme que le valió su primer Oscar como director, además de mejor película y mejor actriz secundaria. En Pinky (1949) mostró los problemas  raciales.

Los años relevantes en la carrera de Elia Kazan, fueron precisamente los más controversiales, cuando el 10 de abril de 1952, le tocó vivir el peor momento de su vida al tener que presentarse ante el Comité de Actividades Antiamericanas donde delataría a varios compañeros de profesión. Poco antes había conseguido mostrar, con Pánico en las calles (1950), todo tipo de sugerencias sobre lo que suponía la iniciativa conocida como "caza de brujas" que había emprendido el senador Joseph McCarthy. En plena histeria anticomunista desatada a comienzos de los años cincuenta, Kazan denunciaría ante el Comité de Actividades Antiamericanas a algunos miembros del Group Theatre. Otros muchos actores y directores participaron en la caza de brujas, la etapa más negra de la historia de Hollywood, entre ellos, Walt Disney, Ronald Reagan, Cecil B. DeMille y John Wayne, pero la traición de Kazan tuvo el mayor impacto cuando decidió nombrar a ocho miembros del Partido Comunista, al que él perteneció de 1934 a 1936.  

Kazan demostró una especial capacidad en la dirección de actores, inicialmente en Un tranvía llamado Deseo (1951), la adaptación de la obra de Tennessee Williams en la que Vivien Leigh, los actores secundarios y el decorado obtuvieron cuatro estatuillas de la Academia; después en ¡Viva Zapata! (1952), que supuso un Oscar para Anthony Quinn. En ambas películas Marlon Brando dio muestras de su calidad actoral y alcanzó su mayor éxito con La ley del silencio, en Hispanoamérica “Nido de ratas”(1954), sobre la corrupción de los sindicatos en los muelles de Nueva York. El filme es casi un manifiesto cinematográfico con el que Elia Kazan pretendió justificar su criticada actuación ante el Comité del Senado. La película obtuvo ocho premios Oscar, entre ellos, a la mejor película, al mejor director (el segundo en la carrera de Kazan) y al mejor actor, que recogió Brando por su papel de Stanley Kowalski. Kazan se refugió, inmediatamente después, en dos películas sobre el enfrentamiento fratricida por el cariño paterno de dos adolescentes Al este del Paraíso (1955) y los primeros amores y frustraciones en Esplendor en la hierba (1961), también premiadas por la Academia. Su obra más personal fue, sin duda, América, América (1963), adaptación de la novela que escribió sobre la trayectoria vital de su familia en Estados Unidos.  Seis años después adaptó otra de sus novelas en El compromiso (1969), y finalizó su carrera con El último magnate (1976), una historia que condensa la compleja relación que mantuvo Kazan con la industria del cine estadounidense. Años antes confirmó que su actividad literaria mejoraba obra tras obra, pues completó su carrera con dos buenas novelas, Los asesinos (1972) y El monstruo sagrado (1974).

A sus 80 años, Elia Kazan publicó su autobiografía, cuya versión en castellano apareció con el título Mi vida, publicada por ediciones Temas de Hoy en 1990. En ella, Kazan no lamenta su controversial delación y tan sólo siente pena por los artistas e intelectuales que malgastaron su vida al servicio del comunismo. En el libro, Kazan cuenta su juventud de actor; sus experiencias como cofundador del Actor's Studio; el rodaje de sus películas; sus relaciones con James Dean, Marlon Brando, Marilyn Monroe, Arthur Miller o John Steinbeck. Kazan explicaría que la precisión en las fechas y los detalles de su autobiografía, procedían del hecho de que, a lo largo de toda su vida, había llevado un diario, ha recortado muchos periódicos y revistas y ha conservado las cartas que recibía y copia de las que escribía.Mire usted, ahora es difícil creerlo, pero yo viví una época en la que si no apoyabas a los comunistas, eras considerado un fascista. Ese chantaje, esa gran presión a la que estaban sometidos los artistas e intelectuales, se producía en Estados Unidos y aún más en Europa. Mi verdadero acto horrible e inmoral no fue declarar ante el comité, sino los 17 años en que fui comunista”. Estas declaraciones aparecieron en la edición impresa de El País, España, hace 29 años, el Lunes, 19 de febrero de 1990.

Mississauga, Ontario 26 de febrero 2019

lunes, 25 de febrero de 2019

… el ratón del queso?


… el ratón del queso?

Hace un par de años dije algo sobre las ideas de escritor español Javier Cercas a propósito de lo que uno piensa que debería esperar, cuando la gente lee lo que uno ha escrito, y hablaba entonces en aquel momento de “el lector soñado” (https://bit.ly/2gtCY2Y)... Pero, ¿qué tal si al leerte no te entienden?, o si leen las cosas que escribes y las creen, pero al revés, o las leen correctamente pero las interpretan sin un elemental sentido común… ¿Es que acaso esto puede ser posible? Hace días que he vuelto sobre esta idea y se me ocurre que puede suceder, hasta con amigos y al pensarlo, siempre viene  mi mente una muy antigua viñeta de El Nacional que decía: “Amigo, el ratón del queso”…

Tengo amigos, quienes para colmo, dicen ser amigos de verdad, al menos ante mí. Así se autodenominan ellos, son pocos, ciertamente, pero son amigos, que al leer noticias, prefieren usar gríngolas para solamente entender o interpretar lo que leen en una sola dirección. Impresionan como si mantuviesen mentes unidireccionales, ¿aleccionadas? Vale pensar en inteligencia emocional, en “chips” insertados en el cerebro, en replicantes y hasta en hipnotismo. No son brutos, puedo garantizarlo… Son capaces de desafiar la lógica más elemental, esa que se imagina uno que es capaz de imponerse con una limitada inteligencia, e insisto, no son brutos. Pongo un ejemplo, creo que será fácil de entender. Uno de estos amigos, ante una imagen nocturna de “Google-earth”, admirando una península rutilante en el sur me decía… “Fíjate como apagan todas las luces en Corea del Norte, ellos lo hacen para ahorrar energía, ese si es un país soberano, esos chinitos sí que saben”… Piensa uno, que bastaría poseer una mente medianamente clara, adquirida quizás gratuitamente desde sus genes, o posiblemente, hasta ganada tras el curso de generaciones enteras para ser capaz de pensar y decir otra cosa,  algo diferente.
Ese lector soñado, que solo entiende lo que lee, pero va en contra de toda lógica, posiblemente no cree en la historia, sino en lo que le han venido contando, o la él ha ido asumiendo o consumiendo con el tiempo. Lo entiendo, porque es mi amigo, y lo quiero excusar diciéndome que en el fondo no es tan culpable de sus mediatizados razonamientos. Recuerdo que Chávez llegó a la presidencia con el 56% de los votos en el año 1998 y la población electoral en el 99 aprobó la nueva constitución con el 79% de los votos. El país se suponía habría de comenzar a cambiar y en realidad los ingresos petroleros se quintuplicarían y no obstante tenemos el país que vivimos actualmente. Estos dizque amigos, son capaces de hablar y hasta de escribir favoreciendo los desmanes de nuestra narcodictadura, ésta que 20 años después nos obliga a vivir en un país destruido…
Es como el cuento que les decía sobre la visión nocturna de Corea del Norte. El gusanillo del fanatismo de éstos panas, priva en el fondo de sus mentes y las consignas antimperialistas los descontrolan. Los he visto, y repito que estos amigos no son brutos, creo que si entienden lo que sucede, pero se sienten obligados a adoptar sus consabidas poses para sentirse solidarios con ideologías que tempranamente les fueron insertadas, aunque sean trasnochadas y aunque por demás, les conste que históricamente han demostrado llevar a millares de seres humanos a la ruina y a la muerte. A pesar del conocimiento de ello, mis soñados lectores, impávidos, ¡persisten! Los veo, y me digo, sé que no son brutos, pero a ellos pareciera no interesarles aceptar la verdad, les importa más sus dogmas y ante la miseria humana, permanecen impávidos, cual si no fuese con ellos.
Se han dejado persuadir y se han fanatizado, y ya así es más difícil que puedan recuperarse... Una vez le dije a uno de ellos que yo con fanáticos no llegaba ni a la esquina, y creo que ni me entendió. Pero, ¡carrizo!, me digo, que algunos son bastante inteligentes… Esto termina siempre provocándome una profunda tristeza. Estamos viviendo una larga noche en la historia universal. En nuestro país, el de nosotros, sí, donde las bienhechurías derivadas del aura blanca de la cocaína no se quedan atrás, hemos venido escuchando durante dos  décadas constantes emisiones mediáticas, consignas populistas engañosas sembradoras de odio divisionista que han minado a toda una población pobre, logrando hacerla dependiente, ahora totalmente depauperada. Nada hay peor que el fanatismo. Basta con el actual ejemplo del llamado “Estado Islámico” para aceptar que estamos viviendo tiempos difíciles. Puede que tal vez sea en la oscuridad del fondo de la caja de Pandora donde esté la esperanza depositada, y quién sabe si será hasta allá donde habrán de llegar nuestros soñados lectores inteligentes, ya que de su probable capacidad de razonar normalizándose y regenerar sus ideas, siento que dependerá que podamos vislumbrar un esperanzador futuro.
Mississauga, Ontario, un 25 de febrero del año 2019

domingo, 24 de febrero de 2019

Tin Tan



Tin Tan

Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo (1915-1973), fue un famoso actor, cantante y comediante mexicano, mejor conocido como Tin Tan, caracterizado por su gracia y su versatilidad, quien era además era un excelente cantante, e hizo célebre al personaje del “pachuco”. Fue actor de doblaje de películas de Walt Disney, En "Los Aristogatos", hizo la voz del gato O'Malley, en "El Libro de la Selva" hizo la voz del oso "Baloo" y también la narración del cortometraje de suspenso "Sleepy Hollow". TinTan era Hermano de Ramón Valdés, el famoso Don Ramón del programa El Chavo del Ocho, de Antonio Valdés Castillo, cómico del programa Puro Loco, y de Manuel "El Loco" Valdés. Su hija Rosalía Valdés fue cantante en los años 1980

El pachuco fue la denominación que le daban a los jóvenes mexicanos, de clase social baja, que vivían en las ciudades del sur de los Estados Unidos de América en la década de 1950 y que se caracterizaba por defender su identidad como grupo social frente a las costumbres estadounidenses. La etimología de la palabra pachuco se cree proviene del náhuatl: Pachuco ( del náhuatl pachoacan:”lugar donde se gobierna”) queriendo seguramente connotar que el pachuco gobierna algo. Pachuco no tiene nada que ver con Pachuca, la capital del Estado de Hidalgo cuya raíz náhuatl es: Pachuca (del náhuatl patlachihuacan : “lugar de plata y oro”). Otra teoría dice que la palabra se deriva de pocho, un término del argót mexicano para los nacionales nacidos en los Estados Unidos. "Tin Tan", a menudo aparecía vestido de Pachuco y empleó el argot pachuco en muchas de sus películas, tanto que se le apodó “El Pachuco de Oro”, Tin Tan al retomar a los Pachucos, de alguna manera los dignificaría. El cómico de bigote recortado a lo Clark Gable y peinadito de lado, de ojos verdes y carisma inigualable, quien llegó de Ciudad Juárez interpretando a ese pachuco desenfadado que hablaba “spanglish”, mientras actuaba, bailaba y cantaba como nadie. Se llamaba Tin Tan.

Aprovecho para decir algo más sobre el auge de los Pachucos que fue durante los años 1940's y 1950's, toda una “subcultura pachuca”, la cual disminuyó en los años 60's y principios de los años 70's, debido a la recesión. La naturaleza cada vez más violenta de vida de las pandillas mexicano-estadounidenses en la frontera, terminaría por adoptar como uniforme las camisas de franela y pantalones holgados de khakis o de mezclilla, y un paliacate que es una bandana o pañuelo florados en la frente que representaba, para la época la imagen del obrero en los Estados Unidos. La imagen del Pachuco de esa época estaba muy marginada por la sociedad, aunque no podía negarse su existencia e importancia en un México cada vez más influido por la cultura de los Estados Unidos. En 1945, el controvertido personaje encarnado por TinTan, fue duramente criticado por José Vasconcelos Calderón y defendido públicamente por Salvador Novo y José Revueltas, y llegará finalmente al cine con la cinta "El hijo desobediente". Fue así como el Pachuco y sus maneras y su vestir se dio a conocer a través de la magia del cine. 

TinTan fue invitado por René Cardona para hacer un sketch en la película Hotel de Verano (1943) y una pequeña participación en la coproducción méxico-americana Song Of Mexico (1944). Sus primeros cinco trabajos en el cine con Humberto Gómez Landero como director fueron entre 1945 y 1947, (Músico, poeta y loco (1947);El niño perdido (1947);Hay muertos que no hacen ruido (1946);Con la música por dentro (1946);El hijo desobediente (1945); pero la consagración definitiva vendría con el director Gilberto Martínez Solares, a partir de ¡Ay qué bonitas piernas! (Calabacitas Tiernas) (1948), convirtiéndose junto a Cantinflas en el cómico más cotizado del país. El rey del barrio (1949);¡No me defiendas, compadre! (1949);Soy charro de levita (1949); una idea de su prolífica producción cinematográfica es la del año 1950; Cuando las mujeres mandan(1950); También de dolor se canta (1950); ¡Ay amor, cómo me has puesto! (1950); Simbad el mareado (1950) y La marca del Zorrillo (1950). Trabajó con comediantes de gran calidad, Marcelo Chávez (su carnal), Famie Kauffmann "Vitola", José Rene Ruiz Martínez "Tun Tun" y sus hermanos Ramón y Manuel. Entre sus escenas más memorables están las protagonizadas junto a Pedro Infante en la película También de dolor se canta, un clásico del cine mexicano. Más de 80 películas demuestran su gran trabajo en el cine. 

TinTan padeció de una hepatitis que le ocasionó posteriormente una cirrosis hepática complicada. Finalmente un cáncer de páncreas terminaría con su vida el 29 de junio de 1973 en México. Al morir no dejó fortuna, su testamento cobijaba a su esposa Rosalía y sus hijos Rosalía y Carlos que en ese entonces eran menores de edad.A diferencia de figuras como Pedro Infante, María Félix o el mismo Cantinflas, Tin Tan batalló a lo largo de su carrera para ser reconocido como se merecía. La popularidad de sus películas constantemente era combatida por la prensa, quienes describían su estilo como algo vulgar. Su comportamiento, el uso de la sexualidad explosiva, su capacidad para burlarse de sí mismo y la utilización del caló del pachuco según Carlos Monsivais lo transformaron en “el primer mexicano del siglo XXI”. Después de la muerte de Tin Tan, su importancia fue reconocida. Tin Tan, tiene una enorme cantidad de adoradores y siguen apareciendo nuevos adeptos y nuevos clubes de fans sobre Tin Tan. “El tiempo lo puso en su lugar y realmente se convirtió en un ídolo popular. No necesitó que la cultura oficial lo santificara de alguna forma”.
 
Mississauga, Ontario, 24 de Febrero 2019.