domingo, 29 de septiembre de 2024

Mi pobre lago…

 

Escribo este asunto con retazos del capítulo 36 de mi novela Ratones desnudos, titulado “De visita en la isla de Toas”. Ayer un apagón prolongado me impidió “pesteloquear” y hoy les cuento lo que iba a decir ayer con algunos comentarios adicionales que no modifican el fondo del asunto. Estos, cual especie de conciliábulos introspectivos, podrían ser retrospectivos, pero aún siguen vigentes, duelen en la actualidad, aunque hayan trascurrido muchos años después de haber escrito el texto de la novela.

 

“Estuve en la isla de Toas, ciertamente… Allí, descubrí algunas las piezas que le faltaban al rompecabezas; aquel individuo todavía joven, en apariencia, y yo no sabría decir de momento si acaso fuese también en espíritu, parecía haber abandonado totalmente sus afanes investigativos y científicos y estaba, en una onda de preservación ambiental”…

“Alonso e Ixora vivían ahora en una aldea de pescadores. Él se ocupaba de fomentar una cooperativa, confiando en que aceptarían sus ideas para luchar por mejorar condiciones de vida. Ahora todo aquello que vivimos está ya en el pasado… Así me lo dijo ella, sonriendo, mientras escuchaba a su marido comenzar a conversar apasionadamente sobre sus planes”.

“Quería lograr la limpieza de las aguas del lago contaminadas por los derrames de los tanqueros petroleros y por los desechos industriales, e intentaba también sanear las aguas de la isla. Él me explicó, que provenían de pozos artesianos y de cómo sus aguas estaban en peligro de infectarse con el virus de la hepatitis”.  

Recuerdo que la primera vez que escuché hablar sobre el Vanadio fue cuando Alonso me preguntó… ¿Has oído hablar del Vanadio? Yo negué y él me explicó. Es un elemento que proviene de las porfirinas del petróleo crudo y se integra a la cadena alimenticia porque existe como compuesto estable. ¿Sabes dónde existe Vanadio en abundancia? En las almejas. Eso se debe a que ellas filtran gran cantidad de fitoplancton, y es que el Vanadio es un metal gris que se puede usar en aleaciones de metales ferrosos y se añade en las aleaciones de las tuberías de acero. Este y otros elementos contaminan el lago. ¿Por qué en las almejas? Le pregunte y a mis preguntas, él respondía asi…


En la industria petroquímica, ya iremos a ver el complejo petroquímico desde el lago, allí en El Tablazo, el Vanadio es usado como un catalizador, para producir plástico y ácido sulfúrico. El Vanadio llega al agua en suspensión, pero se vuelve un coloide y se retiene en el limo y en los sedimentos. Allí en el sedimento se acumula. Es eso que cuando llueve se percibe como gredoso, eso que la gente denomina “el sipero”, allí es donde en toda la extensión del lago se depositan los contaminantes y los hay más peligrosos, como el mercurio y el cobre, que además son muy solubles, tanto que los absorben los peces.

El mercurio se transforma en metil mercurio y se va al fondo, se mezcla en el sedimento y hay peces que son bentónicos. Así se les dice a los que viven en la profundidad y por tanto se arrastran en el sedimento, se tragan todo el Vanadio y el mercurio. Esto les pasa a los bagres y al pez que llaman armadillo. Ellos se arrastran y se van contaminando… A las almejas también…


En la tarde, estábamos en la costa oriental cargando combustible para el motor cuando las nubes en el sur se transformaron en lluvia. Alonso con gran serenidad me comentaba sobre la historia de “la nube asalmonada” nacida del complejo pertroquímico y pudimos observar cómo parecía cubrir la ciudad al otro lado. Es que el viento sopla hacia el oeste me dijo Alonso. Al escribir estas cosas yo no tenía una idea clara de porque haber construido la Petroquímica en El Tablazo, la decisión fue como un verdadero tablazo que le propinaron a la ciudad de Maracaibo- dirán que siempre nos quejamos con aquello de “marginada y sin un real”, o “marginada por ser leal”…

Después dicen que los maracuchos creamos mitos y leyendas, pero el centralismo ha sido la fuente de todas las decisiones que han afectado a esta región. Lo de la planificación del Tablazo y la dirección del viento, sin ser un experto todos lo sabemos y hemos percibido “la nube asalmonada” de tóxicos que llega desde la petroquímica, directamente. Aquí no hay que pasar por Go no se ganan 200, es el Monopolio de la centralización activa…

Él me habló de las descargas de lluvia ácida, y yo le confesé que ya antes había escuchado sobre este tema. Verlo, desde el lago me pareció terrible. Recordé algo que había leído en una novela, en la que se decía que cada pescado del lago tenía más mercurio que un termómetro de hospital. Alonso asintió sonriendo y me informó que había sido un tal Lucidio Soto quien había hecho las denuncias desde la Asamblea Legislativa del Estado, pero nada se había modificado. Es como lo de las camaroneras me comentó risueño…

¿Sabías que la extensión de esos grandes tanques de agua para criar camarones, cubren alrededor del lago, una superficie mayor que las ocupada por las ciudades del Zulia? Además, los desechos contaminan las aguas y en un negocio millonario, terminan envasándolos en el vecino Estado Falcón para enviarlos por la vía de México… Suena a desastre ecológico le dije y le pregunté si acaso sabía que podría haber detrás de ese negocio… Con tantos millones puede ser una lavandería me dijo y yo pensé en aquello del camarón que se duerme, y la corriente fue eléctrica pues restalló un rayo sobre nosotros y en ese momento comenzó a llover.

Nos cubrimos con un plástico y Alonso regreso al tema de los peces. El Vanadio es capaz de provocar efectos genotóxicos. Es algo que está comprobado. Hay un trabajo publicado por gente del ICLAM sobre este tema, me dijo. Se les estudiaron los cromosomas y son anormales, lo afirmo para luego añadir. Déjame que te diga dos palabras sobre las Tilapias. Es un pez, me dijo, originario del África y es muy resistente, soporta aguas calientes como pueden ser las del lago al mediodía. Trajeron Tilapias para hacer unos experimentos y demostrar las anormalidades en sus cromosomas, pero las echaron en el lago y esos peces son muy voraces, tanto que están acabando con otras especies autóctonas. Son depredadores.

Cortó su frase un relámpago que surgió de las aguas y se escuchó retumbar un trueno sobre nuestras cabezas. Como si nada sucediese él añadió. Los pescadores comercian con las Tilapia porque tiene bastante carne y se venden. ¿Con cuánto mercurio y cuánto Vanadio? ¿Con cuántas anormalidades cromosómicas? Eso no le importa a nadie… Entonces fue cuando comenzó a llover sobre nosotros.

Afortunadamente, pensé, ya estábamos muy cerca de la isla. Llovía a cántaros y los truenos resonaban sin tregua. Yo achicaba el agua con un envase metálico y mientras nos protegíamos con unas mantas de plástico Alonso sonreía y me comentaba que era muy importante que yo hubiese vivido, disfrutado, me gritaba él, de un chubasco en el lago. Al final, terminamos emparamados y al momento de atracar y dejar la lancha yo ya estaba entumecido.

Desde el muelle hasta su casa, corrimos bajo el aguacero y llegamos chapaleando en un barrizal. Su mujer nos esperaba con café caliente y unas toallas, con las que nos secamos y nos cubrimos mirando a través de las ventanas como caía el aguacero.

  

Maracaibo, domingo 29 de septiembre del año 2024

 

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