Escribo este asunto con retazos del
capítulo 36 de mi novela Ratones desnudos, titulado “De visita en la isla de Toas”. Ayer un
apagón prolongado me impidió “pesteloquear” y hoy les cuento lo que iba a decir
ayer con algunos comentarios adicionales que no modifican el fondo del asunto. Estos,
cual especie de conciliábulos introspectivos, podrían ser retrospectivos, pero aún
siguen vigentes, duelen en la actualidad, aunque hayan trascurrido muchos años
después de haber escrito el texto de la novela.
“Estuve
en la isla de Toas, ciertamente… Allí, descubrí algunas las piezas que le
faltaban al rompecabezas; aquel individuo todavía joven, en apariencia, y yo no
sabría decir de momento si acaso fuese también en espíritu, parecía haber
abandonado totalmente sus afanes investigativos y científicos y estaba, en una
onda de preservación ambiental”…
…
“Alonso
e Ixora vivían ahora en una aldea de pescadores. Él se ocupaba de fomentar una
cooperativa, confiando en que aceptarían sus ideas para luchar por mejorar
condiciones de vida. Ahora todo aquello que vivimos está ya en el pasado… Así
me lo dijo ella, sonriendo, mientras escuchaba a su marido comenzar a conversar
apasionadamente sobre sus planes”.
…
“Quería
lograr la limpieza de las aguas del lago contaminadas por los derrames de los
tanqueros petroleros y por los desechos industriales, e intentaba también
sanear las aguas de la isla. Él me explicó, que provenían de pozos artesianos y
de cómo sus aguas estaban en peligro de infectarse con el virus de la hepatitis”.
…
Recuerdo
que la primera vez que escuché hablar sobre el Vanadio fue cuando Alonso me
preguntó… ¿Has oído hablar del Vanadio? Yo negué y él me explicó. Es un
elemento que proviene de las porfirinas del petróleo crudo y se integra a la
cadena alimenticia porque existe como compuesto estable. ¿Sabes dónde existe
Vanadio en abundancia? En las almejas. Eso se debe a que ellas filtran gran
cantidad de fitoplancton, y es que el Vanadio es un metal gris que se puede
usar en aleaciones de metales ferrosos y se añade en las aleaciones de las
tuberías de acero. Este y otros elementos contaminan el lago. ¿Por qué en las
almejas? Le pregunte y a mis preguntas, él respondía asi…
En
la industria petroquímica, ya iremos a ver el complejo petroquímico desde el
lago, allí en El Tablazo, el Vanadio es usado como un catalizador, para
producir plástico y ácido sulfúrico. El Vanadio llega al agua en suspensión,
pero se vuelve un coloide y se retiene en el limo y en los sedimentos. Allí en
el sedimento se acumula. Es eso que cuando llueve se percibe como gredoso, eso
que la gente denomina “el sipero”, allí es donde en toda la extensión del lago
se depositan los contaminantes y los hay más peligrosos, como el mercurio y el
cobre, que además son muy solubles, tanto que los absorben los peces.
…
El mercurio se transforma en metil mercurio y se va al fondo, se mezcla en el sedimento y hay peces que son bentónicos. Así se les dice a los que viven en la profundidad y por tanto se arrastran en el sedimento, se tragan todo el Vanadio y el mercurio. Esto les pasa a los bagres y al pez que llaman armadillo. Ellos se arrastran y se van contaminando… A las almejas también…
En
la tarde, estábamos en la costa oriental cargando combustible para el motor
cuando las nubes en el sur se transformaron en lluvia. Alonso con gran
serenidad me comentaba sobre la historia de “la nube asalmonada” nacida del
complejo pertroquímico y pudimos observar cómo parecía cubrir la ciudad al otro
lado. Es que el viento sopla hacia el oeste me dijo Alonso. Al escribir estas
cosas yo no tenía una idea clara de porque haber construido la Petroquímica en
El Tablazo, la decisión fue como un verdadero tablazo que le propinaron a la
ciudad de Maracaibo- dirán que siempre nos quejamos con aquello de “marginada y
sin un real”, o “marginada por ser leal”…
…
Después
dicen que los maracuchos creamos mitos y leyendas, pero el centralismo ha sido
la fuente de todas las decisiones que han afectado a esta región. Lo de la
planificación del Tablazo y la dirección del viento, sin ser un experto todos
lo sabemos y hemos percibido “la nube asalmonada” de tóxicos que llega desde la
petroquímica, directamente. Aquí no hay que pasar por Go no se ganan 200, es el
Monopolio de la centralización activa…
…
…
¿Sabías
que la extensión de esos grandes tanques de agua para criar camarones, cubren
alrededor del lago, una superficie mayor que las ocupada por las ciudades del
Zulia? Además, los desechos contaminan las aguas y en un negocio millonario,
terminan envasándolos en el vecino Estado Falcón para enviarlos por la vía de
México… Suena a desastre ecológico le dije y le pregunté si acaso sabía que
podría haber detrás de ese negocio… Con tantos millones puede ser una
lavandería me dijo y yo pensé en aquello del camarón que se duerme, y la
corriente fue eléctrica pues restalló un rayo sobre nosotros y en ese momento
comenzó a llover.
…
Nos
cubrimos con un plástico y Alonso regreso al tema de los peces. El Vanadio es
capaz de provocar efectos genotóxicos. Es algo que está comprobado. Hay un
trabajo publicado por gente del ICLAM sobre este tema, me dijo. Se les estudiaron
los cromosomas y son anormales, lo afirmo para luego añadir. Déjame que te diga
dos palabras sobre las Tilapias. Es un pez, me dijo, originario del África y es
muy resistente, soporta aguas calientes como pueden ser las del lago al
mediodía. Trajeron Tilapias para hacer unos experimentos y demostrar las
anormalidades en sus cromosomas, pero las echaron en el lago y esos peces son
muy voraces, tanto que están acabando con otras especies autóctonas. Son depredadores.
…
Cortó su frase un relámpago que surgió de las aguas
y se escuchó retumbar un trueno sobre nuestras cabezas. Como si nada sucediese
él añadió. Los pescadores comercian con las Tilapia porque tiene bastante carne
y se venden. ¿Con cuánto mercurio y cuánto Vanadio? ¿Con cuántas anormalidades
cromosómicas? Eso no le importa a nadie… Entonces fue cuando comenzó a llover
sobre nosotros.
…
Afortunadamente, pensé, ya estábamos muy cerca de
la isla. Llovía a cántaros y los truenos resonaban sin tregua. Yo achicaba el
agua con un envase metálico y mientras nos protegíamos con unas mantas de
plástico Alonso sonreía y me comentaba que era muy importante que yo hubiese
vivido, disfrutado, me gritaba él, de un chubasco en el lago. Al final, terminamos emparamados y al momento de
atracar y dejar la lancha yo ya estaba entumecido.
…
Desde el muelle hasta su casa, corrimos bajo el
aguacero y llegamos chapaleando en un barrizal. Su mujer nos esperaba con café
caliente y unas toallas, con las que nos secamos y nos cubrimos mirando a
través de las ventanas como caía el aguacero.
Maracaibo, domingo 29 de septiembre del
año 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario