Revisaremos en este artículo algo por demás evidente, a pesar de la llamada “época victoriana” de recatos y convencionalismos sociales, Vanessa y Virginia Stephen, vivieron sus vidas al margen de las restricciones de la Inglaterra de aquel entonces, y elevaron una voz propia dentro de un mundo dominado por hombres y construido por y para ellos. Ambas hermanas habrían de ser son un potente referente para las generaciones de artistas posteriores y lo seguirán siendo para las venideras, porque sus obras son imperecederas.
Nessa y Gina eran “Las hermanas Stephen”, quienes serían mejor conocidas como Vanessa Bell y Virginia Woolf… El 28 de mayo de 1879 nacía Vanessa Bell. No solo fue la hermana mayor olvidada de Virginia Woolf, ella quien fue también un importante miembro del Círculo de Bloomsbury se ganó la vida como pintora e interiorista. Nelson Rivera en un reciente Papel Literario de El Nacional ofrecería un exhaustivo artículo sobre Virginia Woolf, aquí trataremos más sobre Vanessa.
Virginia y Vanessa provenían de una familia culta de clase media alta, que se guiaba por los rígidos valores victorianos. Su padre Sir Leslie Stephen, fue un célebre crítico y ensayista, mientras que su madre Julia Prínceps Jackson provenía de una familia de tradición de editores.
De Virginia Woolf se ha escrito mucho, a veces más de su vida que de su obra. Sin embargo, de su hermana mayor, Vanessa, o Nessa como la llamaba Virginia cariñosamente, se conoce menos, eclipsada por la propia fama de la escritora. Muerto el padre en 1904, las hermanas Stephen finalmente se mudarían al bohemio barrio de Bloomsbury en Londres, donde tomara forma su nueva disruptiva familia; el circulo de Bloomsbury, famoso grupo de artistas, filósofos e intelectuales que tendrían una decisiva influencia en la actividad cultural inglesa de principios del siglo XX.
Este grupo de amigos poco convencionales contaría en sus filas con el economista John Maynard Keynes, los pintores Duncan Grant y Roger Fry, los críticos Clive Bell(esposo de Vanessa) y Leonard Wolf el marido de Virginia. Las novelas de Virginia pueden servir para lectura y los cuadros de Vanessa con la contemplación de sus obras pueden ser cotejadas con la de los diarios autobiográficos de Virginia desde el año 1925 hasta el año 1941. Esta breve revisión tal vez nos permitirá conocer mejor las obras de Vanessa.
Vanessa Stephen, la hermana mayor de Virginia, desde pequeña, forjó entre ambas una relación que no se rompería nunca. Empezó a estudiar pintura en la Royal Academy. Seis años después, en 1907 se casó con Clive Bell, con quien tuvo dos hijos Julian y Quentin y con Clive mantuvo una relación matrimonial abierta.
La historia sentimental de Vanessa es muy “colorida”. Nunca se divorciará de Clive Bell su marido. En su propiedad de Sussex decorada expresamente, Vanessa tendrá varios amantes, además del joven apuesto Grant con quien se muda en 1918 a una casita en Charleston donde convivirán colaborando artísticamente. Vanessa muy enamorada del joven pintor homosexual, Duncan Grant perteneciente a su grupo de amigos, convivió por un tiempo con él y el amante bisexual de éste, David Garnett, quien deja embarazada a Vanessa y ella tendrá una hija, Angélica Angélica a la que Clive Bell crió como si fuera su propia hija junto con Julian y Quentin, y quien ya mayor se enamorará y se casará con Garnett, su padre biológico quien había sido amante de su padre Duncan…
Vanessa y Ducan permanecieron juntos durante toda su vida, ambos se sentían a gusto creando en compañía del otro y desarrollando proyectos comunes, de hecho ambos trabajaban por encargo para el taller omega Workshop creado por el crítico de arte Roger Fry, con la idea de que sus amigos artistas tuvieran la oportunidad de recibir ingresos adicionales con en el diseño de muebles, textiles y otros accesorios para el hogar.
Virginia se casó con otro de los amigos de Cambridge de su querido hermano Thoby, Leonard Woolf, el tercero de diez hijos de un reputado abogado inglés de ascendencia judía. Estudió en Cambridge y fue miembro del selecto club conocido como los apóstoles. Tras graduarse, formaría parte del cuerpo británico de funcionarios en Ceilán. El año 1911 habiendo regresado a Inglaterra en un descanso conoció a Virginia, de la que nunca más se separaría hasta la muerte de la escritora.
Vanessa desarrolló su arte centrado en paisajes, pero también en retratos, destacando varios retratos de su querida hermana Virginia. Vanessa también diseñó algunas de las portadas de los libros de Virginia. Virginia Woolf cambió la forma de escribir novelas, introdujo la lírica como forma de expresión y escribiría narrándonos desde su interior, con una honestidad sutil. Su hermana mayor Vanessa introdujo el impresionismo francés en Inglaterra y le dio relevancia a la figura de la mujer en sus obras.
Virginia Woolf cambió la forma de escribir novela, introdujo la lírica como forma de expresión y escribiría narrándonos desde su interior, con una honestidad sutil. Su hermana mayor Vanessa introdujo el impresionismo francés en Inglaterra y le dio relevancia a la figura de la mujer en sus obras.
Según el crítico de arte Ian A. C. Dejardin, “Ningún artista británico de la generación de Bell comprendió tan instintivamente y reflejó los nuevos desarrollos artísticos radicales que se estaban desarrollando en París. Su vibrante abrazo de color, la brutalidad de sus pinceladas, como si cortase el lienzo con el pincel, y su audaz rechazo de las nociones tradicionales de lo bello son verdaderamente valientes y pueden asombrar aún hoy”.
Según especialistas en arte, Vanessa incorporaría las lecciones sobre fauvismo y el cubismo a sus composiciones de bodegones y paisajes. La última gran muestra en solitario dedicada a la obra de Vanessa Bell (1879-1961), fue donde montada en 2017 por la Dulwich Picture Gallery, en Londres, donde presentaron más de cien piezas de su autoría, entre cuadros, papeles decorativos, cerámicas, textiles, las tapas de los libros de Woolf.
Es por demás evidente que a pesar de aquella “época victoriana” de recatos y convencionalismos sociales, Vanessa y Virginia, vivieron su vida al margen de las restricciones de la Inglaterra de entonces, y elevaron una voz propia dentro de un mundo dominado por hombres y construido por y para ellos, ambas hermanas habrían de ser son un potente referente para las generaciones de artistas posteriores y lo seguirán siendo para las venideras, porque sus obras son imperecederas.
Maracaibo, domingo 9 de junio, del año 2024
1 comentario:
Excelente Dr. Tamayo, usted da luces para conocer un poco más a las personas y al mundo..
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