domingo, 7 de abril de 2024

Invisibilidad y “cagada e grillo”


Las secreciones anales de los saltamontes, son la clave para entender la existencia de “las capas de invisibilidad”… Con esta afirmación, comenzamos hoy este curioso artículo que nos lleva a pensar en “El hombre invisible” la novela original de HG Wells ya antigua, pero no tanto puesto que en el año 1897, Griffin, aparece como un científico quien “teorizaría que si se cambia el índice refractivo de una persona para coincidir exactamente con el del aire y su cuerpo no absorbe ni refleja la luz, entonces no será visible”...

La historia del escritor quien habló inicialmente sobre “el hombre invisible” es la de HG Weels que había logrado una subvención -“Thomas Henry Huxley”- del gobierno, y el año 1884 pudo estudiar biología en la “Escuela Normal de Ciencia” para graduarse “Bachelor y Doctor en Ciencias” en la Universidad de Londres. Wells se casaría con su prima Isabel y comenzaría a complementar su sueldo de maestro escribiendo historias cortas y artículos que terminarían en hacerse libros ya de todos conocidos como La máquina del tiempo (1895), La isla del Dr Moreau (1896), El hombre invisible (1897) y La guerra de los Mundos (1898).

Cuando se divorció de su esposa y se casó con una de sus estudiantes más brillantes, Wells provocó un escándalo y continuaría dando como decimos en Maracaibo “Mas funciones que el Variedades”, pero lo cierto es que escribió 100 libros, muchos de ellos novelas de ciencia ficción por lo que muchos consideran a HG Wells y a Julio Verne como los padres de la “ciencia-ficción”.

La obra de HG Wells sobre el hombre invisible fue originalmente publicada en entregas en la revista Pearson's Magazine en 1897. Griffin el supuesto científico de la idea original, fue representado en el cine el año 1933 por el actor Claude Rains en la película “El hombre invisble” de la compañía Universal Pictures y habría de transformarse en un personaje icónico en la cultura popular en sucesivos filmes de los llamados “cine de ficción” o en “películas de horror”. La película japonesa titulada Tomei ningen (‘Hombre invisible’), estrenada en 1954 por el estudio Tōhō, era una adaptación libre de la historia.

Otras películas relacionadas con la trama de la novela es la dirigida por Paul Verhoeven en el 2000, El hombre sin sombra (Hollow Man) con Kevin Bacon. Una segunda adaptación libre de la novela se estrenó en 2020, escrita y dirigida por Leigh Whannell, una cinta protagonizada por Elisabeth Moss y Oliver Jackson-Cohen en el rol de Griffin, quien recibiría de nombre de pila “Adrian”, aunque es una versión que se considera adaptación de la película de 1933. Hasta ya en este siglo XXI, en 2020 se estrenó una nueva película titulada “El hombre invisible”... Pero sin duda que estarán preguntándose por la mierda de los saltamontes… ¡Ohhjs! … ¿Acaso no titulamos este asunto como… “cagada e grillo?

Lo cierto es que las secreciones anales de los saltamontes de tu jardín (si tienes aun la suerte de poseer un jardín (-¿da risa verdad?:-pa no llorar-…) podrían tener la clave para poder crear las llamadas “capas de invisibilidad reales”. Así, el secreto de las secreciones anales de los saltamontes ha despertado la imaginación de unos y la habilidad de otros, en particular la de ciertos científicos quienes nos están proponiendo una nueva teoría sobre “la capa de invisibilidad”.

Los saltamontes, o grillos de quienes ya conversamos una vez en detalle en este blog lapesteloca (https://tinyurl.com/4ka33pbp) resulta que generan unas partículas diminutas parecidas a pelotas de fútbol huecas que son capaces de reflectar la luz en un 94% y que pueden ser recreadas en un laboratorio…

Todo esto que suena a chiste, o a “ciencia ficción” se inició con un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (PNAS) donde descubrieron una partícula en las secreciones anales de los saltamontes que puede ser muy importante para la sonada capa de invisibilidad.

La clave está en los brochosomas, o brocosomas, como llamaron a esas partículas de las que se hablaba ya desde hace 70 años, que están en las secreciones anales de los saltamontes y además, observaron que estos insectos se impregnaban en ella, pero se desconocía su función. Durante esta investigación, los científicos han podido comprender a fondo cómo funcionan los brocosomas, que absorben la luz visible y la luz ultravioleta.
Estas partículas pueden reducir el reflejo de la luz hasta un 94%, destacan los investigadores. "Con una nueva estrategia para regular el reflejo de la luz en una superficie, podríamos ocultar las firmas térmicas de humanos o máquinas", asegura Sing Wong, profesor de ingeniería mecánica y biomédica y autor del estudio. "Quizás algún día la gente pueda desarrollar una capa de invisibilidad térmica basada en los trucos utilizados por los saltamontes".

El equipo de investigadores en la Universidad Estatal de Pensilvania ha descubierto una sorprendente propiedad en las secreciones anales de los saltamontes de la especie Gomphocerus sibiricus, comúnmente conocidos como saltamontes de banda lateral. Estos insectos podrían tener la clave para desarrollar una tecnología de camuflaje análoga a la mítica “capa de invisibilidad”.

Los científicos Lin Wang y Tak-Sing Wong que han estudiado a fondo las partículas, han descubierto que poseen propiedades ópticas extraordinarias. Al iluminar estas partículas con rayos láser, se produce un fenómeno conocido como “dispersión de baja señal”, lo que las hace virtualmente invisibles a la luz. 

Esta habilidad de camuflaje se debe a la estructura nanométrica y a una composición química específica de las partículas, que reflejan muy poca luz visible. Los investigadores han logrado aislar y purificar estas partículas, abriendo la posibilidad de replicar sus propiedades únicas en materiales sintéticos para aplicaciones en dispositivos ópticos y sistemas de enmascaramiento.

"No está claro por qué los saltamontes producen partículas con estructuras tan complejas", ha afirmado Wang. "Logramos hacer estos brochosomas utilizando un método de impresión 3D de alta tecnología en el laboratorio", y ha añadido… "Descubrimos que estas partículas fabricadas en laboratorio pueden reducir el reflejo de la luz hasta en un 94%. Este es un gran descubrimiento porque es la primera vez que vemos a la naturaleza hacer algo como esto, donde controla la luz de una manera tan específica utilizando partículas huecas”.

Este revolucionario descubrimiento anunciado por los investigadores Lin Wang y Tak-Sing Wong de la Universidad Estatal de Pensilvania el 18 de marzo de este año 2024 Sin embargo, los investigadores advierten que aún queda un largo camino por recorrer antes de poder producir materiales invisibles a gran escala. Los desafíos incluyen la purificación y síntesis de los brocosomas, así como la integración de estas en materiales flexibles y duraderos para crear capas o recubrimientos prácticos.

A pesar de los obstáculos, este hallazgo abre nuevas perspectivas en el campo de la óptica y el camuflaje. Los saltamontes, con su humilde apariencia, han demostrado tener secretos fascinantes que podrían inspirar avances tecnológicos significativos en un futuro próximo, convirtiendo la ficción en realidad.

Maracaibo, lunes 8 de abril del año 2024

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