Los investigadores Violeta Simón, Marcial
Escudero y Juan Arroyo, del área de Botánica en la Facultad de
Biología de la Universidad de Sevilla, han liderado un estudio en el
que, en colaboración con investigadores de otros cuatro países, demuestran
la hipótesis de la polinización precisa de Charles Darwin a nivel de todas las
angiospermas (las plantas con flor), cuando se preguntaba “¿Acaso las plantas que
poseen órganos masculinos y femeninos juntos, no reciben también influencia de
otras plantas?” Razonaría entonces Darwin el botánico entendiendo que la
clave estaba en “la fertilización cruzada”.
En 1840 Darwin pondría en práctica su teoría diseccionando
flores para demostrar que muchas de ellas poseían mecanismos estructurales que
impedían o minimizaban la autofertilización. En este
blog relataríamos como él mismo como “polinizador”, tumbado boca
abajo en el césped, fue transfiriendo polen de flor a flor y comprobó pesando
las semillas que las más pesadas eran las de las flores cruzadas, era el “vigor
hibrido”.
De manera general sabemos que existen tres tipos de polinización: anemófila cuando el polen llega a las flores transportado por el viento; hidrófila si el trasporte se realiza por el agua y finalmente zoófila cuando la polinización se logra a través de animales. La autopolinización de una planta con su propio polen durante la floración conducirá posteriormente a la autofecundación (los dos términos se utilizan a menudo indistintamente como sinónimos). ¿Podría existir una autofecundación en las flores?
Pensemos en el vino… Entre las vides silvestres
existen plantas masculinas y plantas femeninas, es decir son dioicas. Por el
contrario, las vides cultivadas tienen flores masculinas y femeninas en la
misma planta, es decir son hermafroditas.
Hoy día sabemos que
si las vides no fuesen hermafroditas habría que
plantar vides masculinas y vides femeninas para poder producir los frutos que nos permiten obtener buen vino,
con todos los problemas de espacio, rentabilidad y fecundación imperfecta -racimos incompletos- que su cultivo
implicaría.
La vid cultivada suele tener flores hermafroditas.
Los órganos masculinos y femeninos están unidos en un mismo botón floral. Este
hecho es la razón principal por la que las vides cultivadas se autofecundan en
gran medida. El proceso se da dentro de la flor hermafrodita (autógama) o entre
dos flores de los mismos racimos (uvas posteriores) y se denomina
autofecundación en sentido estricto.
Esa relación entre las flores de dos sarmientos de la
misma vid se denomina autofecundación en sentido amplio (geitonógama) y sabemos
que alrededor del 99% de las vides cultivadas
son plantas hermafroditas. En estos casos, las plantas no dependen en absoluto
de ayuda externa (ni del viento, del
agua, o de las abejas). Las
flores hermafroditas tienen un altísimo grado de autofecundación, en torno al
98%.
La heterostilia es otra cosa. Resulta ser una forma única de polimorfismo morfológico que ocurre en las flores de ciertas especies las cuales poseen mecanismos para impedir la autofecundación de cada flor. En estas especies heterostílicas, existen dos o tres tipos de flores (llamadas morfos). En una planta individual, cada una de las flores comparten el mismo morfo, y estos morfos difieren cualitativamente entre sí en las longitudes de los pistilos y de los filamentos de los estambres. La heterostilia resulta ser una forma única de polimorfismo morfológico en las flores de ciertas especies que, como mecanismo, impide la autofecundación de cada flor.
El fenotipo para cada morfo está genéticamente
determinado. Cuando una especie presenta dos morfos florales se
denomina distílica. En uno de los morfos, llamado Pin, los estambres son
cortos y los pistilos largos. En el otro morfo, llamado Thrum, los estambres son
largos y los pistilos cortos. Las especies del género Primula son posiblemente el ejemplo
mejor conocido de flores heteromórficas y el mecanismo reproductivo que estas
especies poseen ha atraído considerable atención entre botánicos, genetistas y
evolucionistas y a Charles
Darwin, en el año 1862 como describiéramos (https://tinyurl.com/2n8hackv) comenzando
este mes de abril en este blog lapesteloca. Estas hipótesis de
la polinización precisa, depende de la presencia de rasgos florales y polinizadores
que encajen como piezas de un “rompecabezas”, para que el polen se deposite y
transfiera.
En las especies
heterostilas hay dos tipos (a veces tres) de flores, llamadas morfos, que
difieren en la posición de sus órganos sexuales. El morfo L tiene el estigma
(órganos sexuales femeninos) arriba y las anteras (órganos sexuales masculinos)
abajo. Y el morfo S, al revés. Darwin
propuso que este sistema había evolucionado para promover la polinización
cruzada (entre distintos individuos, para aumentar el vigor de
la descendencia) mediante un mecanismo de polinización precisa entre los
órganos sexuales femeninos y masculinos de cada morfo, en distintas partes del
cuerpo del polinizador.
Las plantas
conocidas como angiospermas producen flores y frutos y son el grupo de plantas
más abundante y diversas, con aromas para atraer los polinizadores como
dispensadores. En este grupo hay plantas que producen estructuras que son parte
del mecanismo de dispersión del fruto y la semilla. Hay plantas bajo la
división Magnoliophyta que crecen como árboles, arbustos, trepadoras y hierbas
en ambientes terrestres y acuáticos. Este grupo de plantas tiene una amplia
distribución en el mundo y pueden encontrarse plantas parasíticas, epífitas,
saprófita, semi-parasítica como autótrofas. Tradicionalmente las Magnoliophyta
se dividen en dos grandes grupos: monocotiledóneas (clase Liliopsida) y
dicotiledóneas (clase Magnoliopsida).
“Hicimos una
revisión exhaustiva de la presencia de heterostilia en todos los géneros de
angiospermas y recopilamos más de 10,000 datos sobre la morfología floral y los
polinizadores de muchas especies heterostilas y no heterostilas, y colocamos
estos datos en una megafilogenia de todas las angiospermas para ver si la evolución
de la heterostilia se asocia con rasgos florales y polinizadores que promuevan
la polinización precisa”, explica la investigadora Violeta
Simón.
Al observar las correlaciones entre heterostilia, rasgos florales y polinizadores, los investigadores encontraron que, efectivamente, la heterostilia evoluciona en linajes de flores con un tubo floral estrecho y polinizadores de probóscide larga como mariposas o polillas.
Estas piezas encajan para que el polen pueda
transferirse precisamente de un morfo a otro, como Darwin predijo.
Maracaibo, domingo 14 de abril, del año 2024
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