Era Cornelio Arévalo Morles un destacado médico sanitarista y
dermatólogo, experto en enfermedades de transmisión sexual, a quien tuve la
suerte de conocer durante mis años como profesor a dedicación exclusiva en el
Instituto Anatomopatológico (IAP) de la Facultad de Medicina en la UCV.
Cornelio trabajaba en el hospital universitario de la Universidad Central (UCV)
y compartíamos la vecindad de nuestras instituciones visitándonos a menudo,
sencillamente para conversar.
Cornelio Arévalo fue
un gran profesor de muchas generaciones de dermatólogos, él era especialmente un
médico integral y experto en el área de enfermedades de transmisión sexual.
Cornelio aplicaba un enfoque muy humano consubstanciado con su rigurosidad
científica y ética en sus labores diarias. Su comprensión de la Dermatología, y
su minuciosidad en el examen clínico de sus pacientes, así como su pasión por
la investigación científica, a ves con lo que tuviera más a la mano, lo
convirtieron en un gran docente de la especialidad. Todas sus manifestaciones
demostraban una gran espiritualidad que le sabia imprimir al Acto Médico.
Siempre interesado en la
investigación estaba presto a responder a mis preguntas que tenían que ver con
su especialidad, y así fue como llegamos a publicar varios trabajos en
colaboración1,2,3 Era Cornelio Arévalo un
colega de hablar pausado, muy característico, y siempre sonriente. Al conversar con él,
pronto destacaba por su seriedad y simpática bonhomía. En más de una ocasión le
visité en su consultorio privado para llevarle casos difíciles que él
resolvería con pasmosa efectividad. Recuerdo particularmente la curación de un muy
molesto y crónico papiloma plantar que trataría de una manera personalmente muy
original y lograría con sus medidas para felicidad de la paciente, su curación
total.
Después de examinar los casos de
“las pápulas perladas”, Cornelio lograría entusiasmarme con el planteamiento de
hacer citología vaginal a nivel ultraestructural. Yo le comenté que ya algo
habíamos hecho en Maracaibo sobre la tricomoniasis y la candidiasis genital4,5,6 Cornelio me propuso usar el microscopio
electrónico (ME) de barrido de la Facultad de Odontología y el ME de
transmisión de nuestro IAP para mirar los casos de sus pacientes y nuevamente
atenderle a examinar la tricomona vaginalis (TRV), pero el trabajo iba más allá
de la simple observación pues se trataba de investigar cual era el efecto del
Tinidazol, en una sola dosis de 2 mg sobre las (TRV).
Para revisar la acción del
medicamento con la venia de nuestro amigo y colega, el Dr Honorio Silva
representante de Pfizer en el país, resulto
una investigación que estuvo dirigida a examinar los efectos farmacológicos del
Tinidazol sobre las TRV. Cuando después de muchos meses logramos resultados
satisfactorios, aunque sin evidencias previas de trabajos similares, nos
propusieron presentar los resultados en un evento que se realizaba en Acapulco,
México y allí estuvimos, muy formales con Honorio, Cornelio y varios colegas
clínicos (gastos pagados por Pfizer) para mostrar nuestros
hallazgos ante la comunidad científica internacional. Los resultados fueron
publicados en la revista Investigación
Médica Internacional, de México. IO, Supl.3, en el año 19832.
Cornelio enfermó con un cáncer de
colon y viviendo en Maracaibo, ya pasado el año 2005, me enteré del
fallecimiento de mi colega, mi gran amigo. “Arevalito” le llamaban
cariñosamente sus amigos desde hacía ya muchos años, y tardíamente me enteraba
yo de que había sucumbido en su dura batalla contra el cáncer. Comprendí que aquella lucha que Cornelio había
librado con mucha entereza y gallardía, después de haber hecho metástasis al
hígado, la neoplasia finalmente había terminado con su vida.
Sabía yo que Cornelio estuvo
durante muchos meses muy enfermo, sobrellevando el cáncer y para mi dolor,
repetía el calvario que muy de cerca y durante cuatro largos años me había
tocado personalmente vivir, viendo soportar estoicamente y con mucho coraje a mi
querida joven esposa Saudy, con el sufrimiento que experimenta el paciente y
quien conviviendo con un ser amado padece por el terrible acoso que significa presenciar
la contienda ante un cáncer metastásico y terminal.
Las expresiones de Cornelio después
de una larga jornada de trabajo, eran de este talante “hoy nos acercamos un poquito más a Dios”, y esa paz marcaba la
pauta en su día a día. Con frecuencia él repetía sus ideas señalando que “no es más rico el que tiene más si no el que
necesita menos para vivir” sin saber uno si era una expresión suya o si
sutilmente parafraseaba a algún filósofo que no conocía, pero que acataba, así,
las cosas, pausadamente, como fue siempre el proceso de conversar con él.
Cornelio Arévalo Morles fue un gran
profesor de su especialidad, la Dermatología pero particularmente fue un
experto en las cosas de la vida, siempre un verdadero caballero, amable y
amistoso colega quien finalmente falleció luchando contra el cáncer hace ya
casi 20 años, pero su recuerdo para quienes le conocimos y fuimos sus amigos,
permanecerá imperecedero.
Referencias:
1) Lander MA,
Arévalo C, García Tamayo J, Sardi J. Pápulas perladas del pene: estudio
clínico, histológico y ultraestructural. Bol Hosp. Unive Caracas ( Ven ) 19:
13-19, 1983.
2) Cornelio Arévalo Morles, Jorge
García Tamayo. Efecto
del tinidazol sobre Trichomonas vaginalis. Estudio con microscopia electrónica
de barrido y de transmisión en pacientes tratadas con dosis única. Investigación
Médica Internacional (Mex). IO, Supl.3. 1983.
3)Lander MA,
Arévalo C, García Tamayo J, Jaimes R. Herpes simples crónico en pacientes con
SIDA. Dematol Venez 29: 5-11, 1991.
4) García
Tamayo J, Nuñez Montiel JT, de García HP. Tricomoniasis vaginal humana. Estudio
ultraestructural e histoquímico. Invest Clin (Ven)13: 2-14, 1972.
5) García Tamayo J, Nuñez Montiel JT,
de García HP. An electron microscopic
investigation on the pathogenesis of human vaginal trichomoniasis. Acta Cytol (USA) 22: 447-455, 1978.
6) García Tamayo J, Castillo G, Martinez AJ. Human genital Candidiasis: histochemistry,
scanning and transmission electron microscopy. Acta
Cytol (USA) 26: 7-14, 1981.
Escrito
en Maracaibo para mi blog lapesteloca,
el día lunes 1 de abril del año 2024
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