jueves, 16 de marzo de 2023

URANO


Noticias recientes afirman que Estados Unidos y Europa afrontan el reto de enviar sondas al planeta más extraño y desconocido del sistema solar antes de 2050. La comunidad científica ha considerado que hay que arrancar ya la mayor misión de exploración espacial de esta década; viajar hasta Urano, el planeta que es cuatro veces mayor que la Tierra.

De Urano, se conocen detalles por las fotos que tomó la sonda Voyager 2, que vio pasar de largo el planeta en su camino hacia los límites del sistema solar. De esto hace ya más de 30 años, cuando las imágenes desvelaron un mundo azul intenso que gira sobre sí mismo de forma opuesta al resto de los planetas y donde un año dura 84 años terrestres. Un invierno en Urano son 21 años terráqueos de oscuridad y a unos 220 grados bajo cero.

Ya en este blog (lapesteloca) hablamos en enero del año pasado 2022 sobre Urano y mencionamos sus 27 satélites naturales: Miranda, Ariel Umbriel Titania y Oberon y tambien señalamos que se le había denominado al planeta: “el gigante helado” (https://bit.ly/426NJhl). En las pocas horas, que tuvo la Voyager para observar en su paso por Urano, descubrió alguno de los 13 anillos casi verticales que lo rodean y observaría algunas de las 27 lunas del planeta detectando en la superficie de Ariel, una especie de cicatrices recientes que sugerían que debajo del hielo hay un océano de agua líquida donde podría haber vida.
Un grupo de científicos reunidos por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos han querido fijar las prioridades científicas de esta década para Urano. Y ha concluido que la próxima gran misión que debe aprobar la agencia espacial de Estados Unidos en 2024 es enviar a Urano una sonda que penetre en su desconocida atmósfera y otra nave que lo orbite durante al menos cinco años (terrestres, claro). Ninguna otra misión robótica, argumentan, podrá generar más conocimiento científico. El presupuesto podría superar los 2.000 millones de euros.

En la revista Science Kathleen Mandt, del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, informó en un artículo que esta misión “podrá aclarar el origen y la evolución del sistema solar, así como explicar los fenómenos que suceden en el misterioso Urano”. El dúo de sondas podría decirnos cómo se formó el séptimo planeta, cuándo migró hasta su posición actual y por qué gira como lo hace. Es posible que hace unos 4.000 millones de años el planeta chocase con otro mundo del tamaño de la Tierra. El cataclismo lo puso literalmente del revés, pero no consiguió desintegrarlo; y eso explicaría su rotación actual.

Hace 4.500 millones de años, los planetas gigantes se formaron a partir de gas y rocas que había en la nebulosa planetaria que rodeaba al Sol. Los gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno, se formaron con los elementos más ligeros, hidrógeno y helio. Los gigantes helados, Urano y Neptuno, albergaron también compuestos más pesados como oxígeno, carbono, nitrógeno y azufre. Todos los gigantes migraron desde el centro hasta su posición actual. Los planetas rocosos -Mercurio, Venus, Tierra y Marte- se formaron con las sobras que dejaron los gigantes.

Al igual que su gemelo, Neptuno, la atmósfera de Urano, es rica en hidrógeno, y es bastante densa, y es la más fría de todo el sistema solar. En los últimos años, se ha descubierto que ni Júpiter ni Saturno albergan interiores sólidos con un límite definido. Son más bien difusos y se mezclan con la atmósfera gaseosa exterior. La futura sonda atmosférica y el orbitador de Urano podrán determinar si en su interior hay un corazón duro de roca y hielo o no.

La misión también será clave para cartografiar Ariel, Miranda, Titania, Oberón y Umbriel, las cinco principales lunas del planeta, que podrían ser mundos oceánicos con grandes cantidades de agua líquida. Otro de los misterios del planeta es por qué nueve de sus anillos, muy finos, no se han desintegrado. La posible respuesta es que existen lunas pastoras aún por descubrir cuya gravedad mantiene unido al rebaño de rocas y hielo.

Fabio Favata, coordinador de programas científicos de la Agencia Espacial Europea, explica que la agencia europea estudia desde hace años posibles viajes a Urano para emplear allí, como los magnetómetros que pueden estudiar el campo magnético del planeta y desvelar su interior. “Uno de los grandes desafíos es que en Urano no podemos usar paneles solares porque está demasiado lejos del Sol. Habrá que desarrollar probablemente nuevos reactores de combustible nuclear”, explica. Según el astrofísico, “la NASA tiene aún muchas opciones distintas sobre la mesa”. “Hay que tomar una decisión no más tarde de 2024 para poder lanzar como tarde a mediados de la próxima década”…

Maracaibo, jueves 16 de marzo del año 2023

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