sábado, 11 de marzo de 2023

El peso de la luz


En el momento cuando Einstein, publicó la teoría general de la relatividad, aunque ya entonces él era reconocido por la comunidad física, la teoría permaneció en el anonimato hasta noviembre de 1919 cuando tres astrónomos británicos fotografiaron un eclipse total de Sol y este hallazgo serviría para demostrar cómo la luz de las estrellas se curvaba por efecto de la gravedad solar, probando así la teoría de Einstein.

Einstein ya se había dado cuenta de que la única forma de verificar experimentalmente su predicción teórica tendría que ser durante un eclipse total de Sol que permitiría fotografiar una estrella cercana al Sol, sin la presencia de la potente luz solar. Pues bien, el 29 de mayo de 1919 se dio ese eclipse de Sol total y desde algunos puntos de la superficie terrestre, sería posible verificar esta curvatura de los rayos de luz.

El primero en darse cuenta que el eclipse del 29 de mayo de 1919 era una oportunidad única para verificar la teoría de Einstein fue Frank Dyson (1868-1939), astrónomo real británico y director del Royal Greenwich Observatory. El astrónomo británico Arthur Eddington (1882-1944), científico de prestigio, cuáquero devoto y pacifista convencido, era director del Cambridge University Observatory y uno de los pocos que en aquellos años entendía la relatividad general de Einstein. Eddington publicó en marzo de 1919 en la revista The Observatory el artículo “The total eclipse of 1919 May 29 and the influence of gravitation on light”. En su trabajo afirmaba que el eclipse de Sol del 29 de mayo de 1919 sería una oportunidad excepcional para estudiar la influencia del campo gravitatorio del Sol sobre un rayo luminoso proveniente de una estrella y así verificar la predicción de la teoría de la relatividad general de Einstein, publicada en noviembre de 1915.

Parece difícil imaginar un momento en que el nombre de Albert Einstein no fuera mundialmente reconocido, pero incluso después de que terminó su Teoría de la Relatividad en 1915, Einstein era casi un desconocido fuera de Alemania. El astrónomo británico Arthur Stanley Eddington se involucró y las ideas de Einstein que se habían quedado atrapadas por los bloqueos de la Primera Guerra Mundial y aún más por un nacionalismo nazi que hizo que “la ciencia enemiga" no fuera bienvenida en el Reino Unido. Einstein y Eddington no se conocieron en los años de la guerra, y ni siquiera intercambiaron mensajes, pero un amigo mutuo, de los Países Bajos, decidió hacer pública a la esfera científica en el Reino Unido, la nueva Teoría de la Relatividad.

Arthur Stanley Eddington, el profesor en Cambridge y funcionario de la Real Sociedad Astronómica, no solo comprendía las complicadas matemáticas de la teoría, sino que, como pacifista, era uno de los pocos científicos británicos dispuestos al menos a considerar la ciencia alemana. Einstein, un socialista, y Eddington, un cuáquero, creían que la ciencia debería trascender las divisiones provocadas por la guerra. Su asociación permitiría a la relatividad saltar las trincheras y hacer de Einstein una de las personas más famosas del mundo. El astrónomo se dedicó a impulsar las teorías de Einstein tanto para revolucionar los cimientos de la ciencia como para restaurar el internacionalismo entre los científicos mismos y Einstein resulto ser el símbolo perfecto: un alemán brillante y pacífico que refutó todos los estereotipos de la guerra mientras desafiaba las verdades más profundas de Isaac Newton.

Eddington trataba de convencer al hostil mundo anglófono de que un científico "enemigo" era digno de su atención. Sin embargo, en medio de la contienda bélica, fue difícil convencer a Reino Unido de que se preocupara por el espacio-tiempo y la gravedad. Escribió los primeros libros sobre relatividad, dio unas muy populares conferencias sobre Einstein, y se convirtió en uno de los grandes comunicadores científicos del siglo XX. Las ideas de Einstein no eran suficientes para entusiasmar ni a los entendidos. La relatividad es extraña, con gemelos que envejecen de manera diferente y planetas atrapados por la curvatura del espacio-tiempo.

Según la tesis del famoso físico, cuando la luz pasa cerca de un cuerpo masivo como el Sol, la gravedad doblaría los rayos ligeramente. Eso significaba que la imagen de una estrella distante cambiaría sutilmente de manera que la estrella parecería estar en el lugar equivocado. Einstein predijo un número específico para ese cambio (1,7 arcosegundos o aproximadamente 1/60 milímetro en una fotografía). Era difícil de medir, pero podría hacerse. Ningún país estaba mejor posicionado que Reino Unido para emprender una expedición para probar la predicción de Einstein. Eddington necesitaba mucho apoyo para lograr su cometido y afortunadamente, era amigo íntimo de Frank W Dyson, el astrónomo real, quien aseguró la financiación.

No obstante, la guerra hizo difícil obtener el equipo necesario. Peor aún, era posible que Eddington no pudiera ir a la expedición por estar en prisión ya que, como cuáquero, Eddington fue un “objetor de conciencia” a la guerra y se negó a participar en el servicio militar obligatorio. Parecía que Eddington efectivamente iba a ser arrestado, pero en el último momento recibió una exención (diseñada por su políticamente astuto amigo Dyson, el astrónomo real). Sorprendentemente, se la dieron con la condición de que llevara a cabo la expedición para probar la teoría de Einstein quien, gravemente enfermo por la desnutrición que padeció en tiempos de guerra estaba tratando de sobrevivir en el Berlín devastado, y no estaba enterado.

El 29 de mayo de 1919, hace 113 años, esos astrónomos observaron el cielo oscurecido durante seis minutos para captar un cambio diminuto en las estrellas y revelar un salto enorme en nuestra comprensión del Universo. Las expediciones volvieron con fotografías casi arruinadas por el mal tiempo, y el defectuoso funcionamiento del equipo y el vapor. Después de meses de mediciones intensas y matemáticas, Eddington tuvo un resultado positivo. Llamó a ese el mejor momento de su vida: "Supe que la teoría de Einstein había pasado la prueba y que esa nueva perspectiva del pensamiento científico debía prevalecer".

El diario Times tituló al día siguiente: "Revolución en la ciencia". Eddington había planeado el evento perfectamente. Prácticamente de la noche a la mañana, Einstein, pasó de ser un académico desconocido a un sabio del que todos querían saber más. Eddington le dio al público lo que quería. Como el principal apóstol de la relatividad en el mundo anglófono, fue a quien acudieron todos los periódicos y revistas.

El mismo Einstein apenas podía levantarse de su lecho de enfermo. Se enteró de los resultados por medio de un telegrama proveniente de Países Bajos. Estaba encantado de que su teoría hubiera sido verificada, aunque lo desconcertó el torbellino que repentinamente envolvió su vida. Eddington fue el aliado más esencial de Einstein, aunque sólo se conocieron años después del final de la guerra. Su colaboración fue crucial no solo para el nacimiento de la física moderna, sino también para la supervivencia de la ciencia como una comunidad internacional a través de los días más oscuros de la Primera Guerra Mundial.

Maracaibo, sábado 11 de marzo de 2023

1 comentario:

Francisco Ramos Marín dijo...

Estimado Dr. Gracias a un hermoso texto publicado en La Vida de Nos he llegado a su blog, que le puedo decir renacentista por decir lo menos. No soy médico pero soy paciente de Hematología y leer sobre su vida me ha impactado. Le presento mis respetos. Saludos.