domingo, 26 de marzo de 2023

Leyendas y vampiros


Irlanda es una tierra de leyendas con viejos relatos de brujas y hadas que roban niños y con un rico folclor que habla de un personaje, la destacada figura de Abhartach en una de las más antiguas leyendas irlandesas sobre este personaje siniestro y extraño al que muchos vinculan con Drácula, popularizado por Bram Stoker, también de nacionalidad irlandesa y autor de la novela del mismo nombre.

Se dice que Stoker bebió de diversas fuentes para inspirarse en la creación de su famoso personaje, primariamente en Vlad el Empalador, príncipe de Valaquia quien ha sido mencionado en este blog (https://bit.ly/3KbMxCN) y cuyos rasgos y costumbres caracterizan igualmente a el conde Drácula de Stoker quien al parecer tomaría algo más que las maldades de Vlad para formatear su personaje y posiblemente fue la misteriosa historia de Abhartach que está igualmente emparentada con el vampirismo.

Existe un profesor de Historia y Folclore Celta de la Universidad de Ulster, Coraline, Bob Curran, quien ha propuesto que Bram Stoker basó su novela en la leyenda de Abhartach, el cacique irlandés del siglo V quien era conocido por sus hábitos de beber sangre. Esta teoría la publicó el profesor Curran en un artículo de la revista History Ireland, aunque en realidad, la primera mención del personaje irlandés data de principios del siglo XVII cuando Geoffrey Keating en su obra Foras Feasa ar Eireann (Historia Genera de Irlanda)-aunque en Irlanda la clasifican como una simple leyenda popular- Keating se refirió a Abhartach como una figura histórica real.

La leyenda relataba como Abhartach había gobernado un pequeño reino situado en la zona que hoy corresponde a Garyagh en Irlanda y además, que era un guerrero implacable muy temido por la creencia de que dominaba con la magia poderes ocultos. Como la gente no confiaba en él, le pidieron ayuda a Cathain un jefe de territorios vecinos quien asesinó a Abhartach y lo enterró de pie como correspondía a un jefe celta, pero con los conocimientos que tenia de magia negra, salió de su tumba y les pidió a sus súbditos un tributo de sangre para recuperar su energía y Cathain tuvo que volver a matar a Abhartach, sin embargo, siempre ocurriría lo mismo…

Cathain desesperado busco el auxilio de un santo cristiano quien le explicaría que Abhartach era un muerto-vivo y que la única manara de liquidarlo era con una espada de madera de tejo para luego enterrarlo boca abajo con una gran piedra encima de su cuerpo y que esto impediría que volviese a salir de su tumba. Así lo hizo y pudo la gente vivir en paz. Cuando varios siglos más tarde, esta historia fue referida en el libro The Origin and History of Irish Names of Places, escrito por Patrick Weston Joyce, ese título se publicaría 12 años antes de que Bram Stoker escribiera su famosa novela Drácula de 1897. En la versión de la leyenda narrada por Patrick Weston Joyce, aparece Abhartach como un siniestro enano o un duende cruel que poseía una magia poderosa. Los demás detalles son similares a los narrados por el doctor Geoffrey Keating.

A lo largo de la historia, se ha tratado de explicar la existencia de los vampiros. Algunos pensaban que el vampirismo no era un fenómeno sobrenatural sino enfermedades que aún no estaban científicamente comprobadas, como la catalepsia. Hoy día reconocemos a “los vampiros” como seres de apariencia cadavérica que salen por las noches y chupan la sangre de mujeres o de hombres, que carecen de sombra, no se reflejan en los espejos y para eliminarlos hay que clavarles una estaca en el corazón o tienen que cortarles la cabeza (¡Que molleja! diría un maracucho cualquiera) …

Sería en el siglo XIX cuando el mito se convertiría en leyenda apoyándose en dos escritos sobre el tema de los vampiros. El primero publicado en 1800 “Wake not the Dead” del alemán Johann Ludwing Tieck y el segundo la famosa novela “Drácula” de Bram Stoker publicada en 1887. No existen pruebas de que Stoker leyera documentos sobre Abhartach o que se inspirara en el para crear su novela, pero lo cierto es que la leyenda contiene muchos elementos que coinciden con los mitos que sobre vampiros existieron en la Europa del Este, en territorios donde se creía en la existencia de “los no-muertos”.

Sobre este tema, en la Republica Cheka y solo a 25 kilómetros de Prega, se encuentra una pequeña ciudad amurallada de nombre Celákovicea donde sus pobladores vivieron siempre con la creencia de que existieron los vampiros. Gracias a la reconstrucción que hubo de hacerse en el siglo XX, se despertó la curiosidad de arqueólogos por restos de la era paleolítica y de la cultura medieval. En 1997, un arqueólogo de nombre Jaroslav Spacek descubrió un cementerio exclusivo de vampiros.

Spaeck encontró 14 tumbas con personas que fueron enterradas acusadas de vampirismo y sus esqueletos tenían crucifijos en sus ataúdes, estaba amarrados boca abajo, y algunos se notaba que les habían cortado la cabeza. Algunos de estos “vampiros” tenían en el cráneo un clavo de hierro enterrado, en otros se veía la estaca en la zona del corazón y uno de ellos tenía un cuchillo clavado en la boca, según dijo el arqueólogo, para evitar una mordedura a quien lo sacrificó. Se cree que estos “vampiros” datan del siglo X u XI.

Las causas del vampirismo están aún en discusión, ya que son pocos los casos documentados históricamente. Los psicólogos señalan que el vampirismo es un trastorno mental vinculado con el sadismo, que empuja a los afectados a herir y agredir a los demás para conseguir algún fin en concreto. Se cree que los afectados de hematodipsia no usan la sangre que extraen de sus víctimas “para sobrevivir”, sino que su trastorno está más vinculado a la satisfacción de un placer resultante del sufrimiento ajeno.

En 2021, mi inquisitivo y estudioso amigo lector José Eduardo Espinoza D, aquí en Maracaibo complementaría la información sobre los vampiros recordando a varios predecesores del doctor Polidori (https://bit.ly/3FpyLI7). Su acuciosa investigación, nos mostró a los lectores de este blog, los antecedentes con “La religiosa” de Diderot en 1796, en 1797 LaNovia de Corinto de Johann Wolfgang Goethe y nos recordaría que ese mismo año Samuel Taylor Coleridge publicó su poema Christabel que viene en realidad a ser “la primera mención de los vampiros en la literatura inglesa”.

Maracaibo, domingo 26 de marzo del año 2023

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