viernes, 10 de marzo de 2023

Los Protistas


“The Last of Us” es una serie de HBO Max de este año, basada en un videojuego para PlayStation 3 de Neil Druckmann quien con Craig Mazin -el creador de “Chernobyl”- la estrenaron con gran éxito el 16 de enero de 2023 y va por su 8vo capitulo ya el pasado 6 de este mes de marzo. Se trata de un hongo que desencadena una pandemia mundial en 2013 y de un protagonista, Joel, que hace lo imposible por huir de los tumultos con su hija Sarah, quien es asesinada por las fuerzas del orden iniciando la serie. Ya, veinte años después, el mundo se ha convertido en un apocalíptico paisaje… Los enfermos por este “protista”, se comen a los humanos… Si no la está viendo todavía, no se la pierda…

¿A qué viene este cuento? Los protistas son todos los organismos eucariotas que no son animales ni plantas, ni hongos. No tienen boca, ni estómago, ni ojos, pero sí pueden detectar su alimento y digerirlo. Tampoco tienen brazos ni patas, pero pueden moverse y en un solo día duplicar su tamaño… Así son los protistas.

La “The Last Of Us” en los años 60 era un filme japonés titulado Matango (1963); una película de terror con hombres hongo, y diseños similares a los infectados con Cordyceps (los hongos del género Cordyceps son parásitos, mayormente de artrópodos o de otros hongos) el director y la productora eran los mismos del primer filme Godzilla. La película The Blob (“La Mancha”) fue el debut de Steve McQueen, en un filme donde una criatura amorfa del espacio exterior llega en un meteorito a una comunidad rural estadounidense y dos adolescentes, Steve y Jane, van conduciendo un coche y se lo encuentran…

Hoy día se sabe que un protista es capaz de aprender y transmitir sus conocimientos a otros, aun sin tener cerebro. Si es cortado por la mitad, tiene la capacidad de sanar en dos minutos. Los científicos saben que no es una planta, ni es un animal, ni siquiera es un hongo, aunque actúa como una mezcla de estos dos últimos. En el mundo de los protistas no hay machos ni hembras, sino 720 sexos diferentes.

Ernst Haeckel estableció el Reino Protista en 1866, pero este reino no fue aceptado por el mundo científico sino hasta la década de 1960. Estos organismos únicos pueden ser muy diferentes entre sí y contienen elementos que no calzan en ninguna otra categoría, este reino contiene a los eucariotas que no pueden ser categorizados en ningún otro reino. Las células eucariotas se distinguen así de las células procariotas, ya que carecen de núcleo definido y su material genético se encuentra disperso en el citoplasma. Por lo tanto, los protistas pueden parecer muy diferentes entre sí.


La mayoría de los protistas son tan pequeños que sólo pueden ser observados con un microscopio, y son en su mayoría eucariotas unicelulares. Unos pocos son multicelulares y sorprendentemente grandes. Por ejemplo, las algas marinas son protistas multicelulares que pueden llegar a medir más de 100 metros de largo. Los protistas pluricelulares, no muestran especialización o diferenciación celular en los tejidos. Eso significa que todas sus células lucen igual y, en su mayor parte, cumplen la misma función.

Los protistas se clasifican en:1-Protistas de tipo animal, son heterótrofos y tienen la capacidad de moverse. 2-Protistas de tipo vegetal, son autótrofos que realizan fotosíntesis. 3-Protistas de tipo hongos, son heterótrofos, tienen células con paredes celulares y se reproducen mediante la formación de esporas.

Entre los Protistas de tipo hongos, heterótrofos, de células con paredes que se reproducen mediante la formación de esporas, existe uno denominado el physarum polycephalum, que literalmente quiere decir "moho de muchas cabezas" (el apodado "blob"). El director del Zoológico de París, Bruno David, lo considera como "uno de los misterios de la naturaleza"(El llamado "blob", es una extraordinaria criatura que nos obliga a cuestionarnos si somos la especie más inteligente). Becky Ripley y Emily Knight, publicaron en agosto 2022 un interesante trabajo sobre este moho mucilaginoso (serie NatureBang de la BBC).,

Physarum polycephalum es el moho mucilaginoso del que ya hablamos en este blog (https://bit.ly/3KYlXgT) y es denominado moho de muchas cabezas o blob (no blog pues le dicen Blob por la película The Blob). Este moho se encuentra en zonas sombreadas, frescas y húmedas, entre hojarasca y en troncos en descomposición; es por lo general es de color amarillo, y se alimenta de esporas de hongos, bacterias y otros microbios. Se parece mucho, -tal vez demasiado- al que sirve para iniciar la serie de HBO Max.

Physarum es un organismo muy fácil de hacer crecer en cultivos y se utiliza como organismo modelo para los estudios de circulación ameboide y de movilidad celular unos seis grupos células eucariotas que se caracterizan porque en alguna etapa de su ciclo de vida se deslizan por el suelo alimentándose de materia vegetal en descomposición y se transforman de agregados multinucleados en gigantescas amibas unicelulares y multinucleadas que han sido denominadas plasmodios o, cuando son multicelulares, seudoplasmodios.

El Physarum polycephalum es un organismo unicelular pero posee capacidad de aprendizaje, a pesar de su falta de sistema nervioso. Experimentos realizados en el Centro de Investigación de Cognición Animal de la Universidad de Toulose y el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, expusieron varios grupos a sustancias amargas como la cafeína o la quinina, mientras que al grupo de control no se le expuso a ninguna sustancia y los resultados mostraron que, el physarum deja de evitar e "ignora" dicha sustancia inofensiva con la cual se ha encontrado varias veces (efecto denominado "habituación"). El physarum también fue capaz de superar pruebas como laberintos, trampas o maximizar la distribución de sus nutrientes.

Un grupo de investigadores japoneses realizó un estudio con el protozoo, publicado en la revista Science en enero de 2010. El experimento aprovechó la habilidad para producir túbulos que unen las colonias del moho con sus fuentes de alimento, y su aversión a la luz. Se utilizó una placa traslúcida que reproducía los accidentes geográficos de Tokio y sus alrededores con mayor o menor intensidad lumínica, en la que se pusieron fuentes de alimento en las posiciones de Tokio y sus ciudades satélite. El resultado fue que el moho construyó su red de túbulos de manera muy cercana a la red ferroviaria existente, que ha sido optimizada en un proceso que ha tomado años. Este hallazgo hizo merecedores, al grupo de investigadores, del Premio Ig Nobel de Planificación de Transporte en 2010.

Todo esto aquí expuesto, tal vez nos llevará a entender que dentro de lo que podemos denominar la “madre naturaleza”, es mucho lo que a la humanidad le falta por aprender y quizás algún día, lejos de funcionar siempre creyéndonos “la última Cocacola del desierto” tal vez entendamos que hasta seres tan elementales como los protistas pueden resolver complejos problemas si tener ni siquiera un cerebro para pensar…

Maracaibo, viernes 10 de marzo del año 2023

No hay comentarios: