Justicia amañada
Hace un par de días
que la periodista Sebastiana Barráez informó sobre la triste suerte que han
corrido 75 militares venezolanos que presos, han sido sometidos a tortura en
las cárceles del régimen que desde Miraflores en Venezuela controla Nicolás
Maduro desde el año 2013.
A los militares presos se les han endilgado 24 diferentes causas conspirativas, según un informe de la organización Familiares de Presos Políticos Militares en Venezuela (FPPMV). Molly de La Sotta en el informe de la FPPMV relató como: “Hemos procesado información de violaciones de derechos humanos en más de 100 casos ocurridos desde el año 2014 al 2020. La tortura hacia ellos inicia desde el momento en que son ‘detenidos’ violando sus garantías procesales, y señalados por sus compañeros como ‘traidores a la patria’ sin haber pisado un tribunal. Es a través de las torturas, con las manos esposadas hacia atrás, los ojos cubiertos por capuchas o una carpeta con cinta plástica, que les dan la ‘Bienvenida al infierno’, un infierno que puede durar días, meses o años en sótanos y celdas infrahumanas donde muchas veces la luz del sol puede ser un privilegio”,
Estos casos el mundo
sabe que han sido refrendados por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet quien ha detallado en sus informes
que el sistema de abusos y torturas aplicado por el régimen de Nicolás Maduro a
la población sigue vigente pero, sobre todo, a la disidencia opositora en
Venezuela y los patrones relacionados con la tortura y los malos tratos por
parte de cuerpos de seguridad del Estado persisten, e incluso la recepción de
informes sobre golpizas, descargas eléctricas, amenazas de violación y
violencia sexual.
En 24 “causas” dividieron las
llamadas “conspiraciones” que retienen en prisión y bajo tortura a 75 militares
venezolanos considerados
enemigos políticos del régimen. El general Eduardo Caldera, en su
informe escribiría: “No los olvidamos”,
al destacar que hay 49 militares del componente
Ejército, además seis de la Armada, 13 de la Aviación y 56 de la Guardia
Nacional.
Un
ejemplo emblemático de esta situación fue en caso del General Isaías Baduel
quien asumió la cartera de Defensa entre 2006 y 2007 bajo la presidencia de Hugo Chávez, y en
2010 fue condenado por supuestos "delitos contra el decoro militar,
sustracción de fondos y abuso de autoridad". Tras casi siete años en la
cárcel militar de Ramo Verde, en 2015 le otorgaron libertad condicional con
restricciones, pero en 2017 se la revocaron y ese mismo año cuando el general
retirado terminaba de cumplir su condena y debía salir en libertad, el gobierno
de Maduro lo acusó de traición a la
patria e instigación a la rebelión.
Se dijo públicamente que: "al
general Raúl Baduel lo asesinó la dictadura; lo secuestró, lo torturó y le negó
atención médica”. Tras 12 años de brutal sufrimiento, Baduel sería el décimo
preso político que moría prisionero en manos del régimen.
En 2019, la
administración Trump había cortado las relaciones diplomáticas con Venezuela,
cerrando la embajada de Estados Unidos en Caracas e imponiendo la prohibición
de comercializar el petróleo venezolano. Un año más tarde, el Departamento de
Justicia acusó a Maduro y a más de una docena de otros funcionarios venezolanos
por cargos de tráfico de drogas, acusándolos de facilitar los envíos de cocaína
a los Estados Unidos. Evidencias de estos delitos las conoce bien y
detalladamente la DEA.
A pesar de la férrea prisión para
los militares venezolanos, se supo recientemente que se habían producido algunas
recientes excarcelaciones... Según
informaron Anatoly Kurmanaev, Natalie Kitroeff y Kenneth P. Vogel del diario
norteamericano The New York Times, el
día 8 de este mes de marzo, un funcionario estadounidense y defensores de los derechos
humanos venezolanos informaron que “Al
menos dos estadounidenses que estaban encarcelados en Venezuela fueron
liberados el martes” esto sucedería mientras otros ocho ciudadanos
estadounidenses siguen encarcelados en Caracas por cargos que van desde la
malversación de fondos hasta el terrorismo.
El diario The New York Times informaría que fuentes oficiales
estadounidenses consultadas negaron que la liberación de los dos
presos en Venezuela formara parte de un acuerdo para que ese país retome sus
exportaciones de petróleo a Estados Unidos. Biden tampoco hizo mención
en su comunicado sobre la posibilidad de relajar las sanciones a Venezuela, opción
que la Casa Blanca no ha confirmado oficialmente. En conocimiento de que la
suerte de los presos políticos y militares continúa inalterada, estas noticias han
generado críticas del influyente senador demócrata Bob Menéndez. El lunes pasado en un comunicado
Menéndez el senador demócrata de Nueva Jersey, quien lidera el Comité de
Relaciones Exteriores ha destacado que
el régimen venezolano es “un cáncer para
nuestro hemisferio y no deberíamos insuflar nueva vida a su reino de tortura y
asesinato”.
Por otra parte, el secretario de
Estado norteamericano, Antony Blinken
manifestó su beneplácito por la
liberación de los ciudadanos estadounidenses Gustavo Cárdenas y Jorge Alberto
Fernández, y destacó que en ambos casos habían sido detenidos injustamente en Venezuela y se desconoce si Venezuela liberará también a
los otros cuatro ex directivos y al ex presidente de Citgo que
fueron detenidos junto con Cárdenas, según una fuente estrechamente relacionada
con el caso según la agencia EFE.
Ante la preocupación de la humanidad
racional ante la patética figura de Putin mintiéndole descaradamente al mundo y
a sus vecinas naciones europeas y en presencia del genocidio que adelanta
bombardeando Ucrania, pueden parecer detalles “nimios” al analizar la manipulada
“justicia” venezolana, hechos estos que parecieran llevarnos a entender que las
fuerzas del mal pueden ir más allá de “las ideologías” y llegar a distorsionar la
mente de personajes públicos en posiciones de poder.
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