Vargas: el hombre justo y de bien.
-“Doctor
Vargas, el mundo es de los valientes”. Así gritó Carujo a las puertas de la casa del presidente, y Vargas desde
adentro respondería: “No, el mundo es
del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha
vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”.
José
Ignacio Moreno León ya nos había señalado como Andrés Eloy en su obra Vargas, el albacea de la angustia, asomaría su crítica al militarismo al
resaltar la justeza y valentía del ilustre sabio quien rechazó con contundentes
argumentos civilistas y éticos las pretensiones golpistas del usurpador
castrense. Quien fungía como paladín de los militares alzados el 8 de julio de 1835 quería frustrar el esfuerzo
civilizador de Páez, que apoyaba a Vargas dando testimonio de un prócer y
centauro militar, no militarista. El ilustre bardo cumanés no podía pasar por
alto el drama histórico de un país que desde 1830 había estado gobernado por
militares con pocos intervalos civiles en el siglo XIX, durante los cuales el
Jefe del Estado siempre estuvo bajo la tutela del caudillo castrense que lo
postuló, o dependiendo de las montoneras que lo sostenía en el poder.
El
9 de marzo de 1864, el mariscal Juan
Crisóstomo Falcón, decidió decretar la creación del Distrito Federal de
Venezuela, reuniendo los viejos cantones de Caracas, La Guaira y Maiquetía, que
a partir de entonces se convertirían en los departamentos Libertador, Vargas y
Aguado. Desde 1864, los habitantes
de La Guaira asumieron el nombre Vargas, que se mantuvo como un departamento
del Distrito Federal hasta el 3 de julio de 1998, cuando el presidente Rafael Caldera decretó su autonomía y lo
convirtió en el estado número 23 de la República. En estos días, como quien
dice “por estas calles”, por orden de
Jorge Luis García Carneiro, Vargas se llamará, estado La Guaira, tal como lo
refirió el usurpador Nicolás Maduro hace un par de semanas en cadena nacional.
Cabe
recordar que Vargas fue la última entidad en ser considerada Estado de
Venezuela, luego de ser separada del Distrito Capital. Desde su llegada al
poder, el chavismo no ha perdido la capacidad que tiene para sorprender a los
venezolanos con ocurrencias de sus dirigentes. Ahora los chavistas le cambian
el nombre de Estado Vargas a La Guaira. Actualmente cuando el país atraviesa la
peor crisis de su historia, algo que parecía imposible se ha logrado y la vicepresidenta del Clev,
Olga Figueroa, declaró frescamente que: “aunque
la Constitución
regional no contempla la modificación, decidimos subordinarnos
a la Constitución nacional y a la Asamblea Nacional Constituyente”. Así fue
aprobada la modificación a la constitución regional para que el Estado Vargas
sea llamado ahora, estado La Guaira.
El
historiador Tomás Straka considera que los motivos de la modificación del
nombre están articulados con la pretensión del chavismo por cambiar la historia
nacional; un esfuerzo que considera típico de las revoluciones con visos
totalitarios, que buscan ampliar su control en la sociedad, como lo hemos visto
hacer con la bandera, el escudo, el rostro de Simón Bolívar, y hasta el nombre
del país. Elías Pino Iturrieta concuerda con esta última afirmación de Tomás
Straka; “si supieran de veras lo que significó Vargas para la modernización de
cuño capitalista toparíamos con motivos consistentes, pero no saben nada al
respecto”. “Cambiar a Vargas por Carujo es algo difícil de tragar”… “Parecen
cosas guzmancistas… de los cambios que hizo en el mapa, hoy no se acuerda
nadie”. “Quizá la razón se encuentre en conversas de botiquín”...
Carolina
Guerrero, autora de la última biografía sobre el personaje, publicada en 2006
considera que: “La figura de José María Vargas no es consistente con el
discurso socialista. Vargas le declaró la guerra a la vagancia, habló del
trabajo como pilar de la república y vinculó el destino de la sociedad al
fomento de la riqueza de los particulares. Todo esto lo convierte en un
contrarrevolucionario desde los clichés chavistas”. Guerrero también coincide
con Straka en que: “Borrar lo civil de la historia es un interés por parte del
militarismo imperante”; Straka lo deja entrever: “Es simbólico que el héroe del
civismo, el hombre que se planteó en frente de Carujo y dijo que el mundo es de
la justicia, sea borrado de la toponimia precisamente por este gobierno, a
petición de un militar”.
-“Venezuela siempre ha tenido gente como Vargas,
gente decente y buena. Lamentablemente, el destino del país ha estado
mayormente en manos de los Carujos que de los Vargas” Es Laureano Márquez,
quien así se expresa, y continúa. -“No,
Carujo no ha triunfado. Este país nuestro, está lleno de Vargas, en la
medicina, en la música, en el arte, en la literatura, en el deporte, en la
ciencia. Los jóvenes venezolanos que en medio de esta tragedia luchan por ser
excelentes dentro y fuera del país, son los Vargas que reemplazarán a estos
grandes Carujos. A veces tanto dolor y sufrimiento le lleva a uno a dudar, sin
embargo, Carujo nunca tendrá razón: “Es
el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz
sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”. Vargas habrá de volver y con él,
la civilidad, la honestidad, la inteligencia, y la bondad.
Mississauga,
Ontario, martes 18 de junio del año 2019
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