C a n t a r e s
“Por Equivocacion” con letra de
Charlie López, es un tema que trae a mi memoria la voz inconfundible de
Virginia López, también conocida como “la
voz de la ternura” y transcribiré aquí mismo, y “de una vez”, como decimos
por allá, el texto que recuerdo de aquella sentida canción:
Tú me has dado a comprender/ Que no te importo
nada/ Que me diste tu amor, por equivocación/ Y yo no sé qué hacer, si reír o
llorar/ O llenarme de pena/ O sufrir la condena de tu mal proceder… Sigue adelante con una explicación dolida, y es
más, hasta entra en detalles…
Porque mi corazón, cansado de sufrir/ Ya no resiste
más, esta condena cruel/ Tú me has dado a comprender/ Que no te importo nada/ Que
me diste tu amor, que me diste tu amor
por equivocación…
por equivocación…
Osvaldo Farrés es un famoso compositor cubano, y he
aquí otra de las canciones que de momento he recordado, una de él, que obliga a
decir quedamente: “para muestra un botón”:
“Toda una vida”
Toda una vida, me estaría contigo,/ No me importa
en qué forma, ni como, ni donde, pero junto a ti./ Toda una vida te estaría mimando, te
estaría cuidando, como cuido mi vida, que la vivo por ti./ No me cansaría de decirte siempre, pero
siempre, siempre,/ Que eres en mi vida,
ansiedad, angustia y desesperación./ Toda una vida, me estaría contigo,/ No me
importa en qué forma, ni como, ni donde, pero junto a ti.
Puede que ésta, al leerla les suene, y seguramente será
con Los Panchos, o con Luis Miguel, tal vez son los más escuchados, o quizás en
la voz de Antonio Machim… Lo cierto es que en mi mente regreso a Víctor “El
Gato” Salom y su guitarra, con “El Brujo” cantando al fondo y “El Marote” punteando
su cuatro “a la zurda”.
Como estamos hablando de una canción, para que me entiendan
mejor, no estoy desvariando, así que, aquí están “los propios” personajes, los
intérpretes:
El Gato, JGT, El Brujo, El Marote y un amigo (también veterinario) con la mandolina…
Como si fuese algo traumático (muy de estos tiempos
que vivimos), regreso aquí, de nuevo y vengo con otra; una de Agustín Lara, y
es que no podía ser menos para el momento y suena casi con dolor (¡ups!)
al decir…“Arráncame la vida”.
Lo digo porque al escuchar la letra, en sus
inicios, cualquiera podría pensar que el compositor es argentino, por lo del
frío y del cierzo en el estío invernal, o por las quejas del arrabal…(¿Qué más
queréis?) ¡Pero no!, es del jarocho Agustín. Además, puede que quien busque la canción en
las redes, quizás con el afán de cerciorarse, sea atrapado por el título
homónimo de una conocida novela, de una escritora mexicana (Ángeles Mastretta)…
¡Aquí va, pues!:
“Arráncame la vida”
En estas noches de frío, de duro cierzo invernal/
Llegan hasta el cuarto mío, las quejas, del
arrabal/
Arráncame la vida, con el último beso de amor/
Arráncala, toma mi corazón, arráncame la vida,/ Y si acaso te hiere el dolor,
ha de ser de no verme/ Porque al fin tus ojos, me los llevo yo/ La canción que
pedías, te la vengo a cantar/ La llevaba en el alma, la llevaba escondida/ Y te
la voy a dar/…
Voy a cerrar estos recuerdos musicales con otra de
Agustín Lara, por varias razones. Primero como homenaje al compositor de tantos
boleros, y otras muchas (Granada, Madrid, María Bonita y etc,etc). Segundo
porque, “Cuando vuelvas”, a mí, me
suena siempre en la voz de Felipe Pirela, aunque luego de que ardan los
pebeteros y caiga un chaparrón de luceros lo que obligadamente llegue a mi
mente, surja del Mosaico de la Billo´s… “Con
tu cara e parampanpin, pim pun pam” y “a las dos pasadas” te veas con María
“guracheando en el solar”… Tercero
porque una de las cosas que ignoraba, y creo que pocos sabíamos, es como se
inicia esta canción. Así es que, aquí les va el texto completo de:
“Cuando vuelvas”
Te me vas, te me vas de la vida/ como van las
arenas al mar./ Te me vas, sabe Dios si es mentira,/ sabe Dios si otra vez
volverás./
… Cuando vuelvas nuestro huerto tendrá rosas,/
estará en la primavera floreciendo para ti./ Cuando vuelvas hallarás todas tus
cosas/ en el sitio en que quedaron cuando quisiste partir./ Cuando vuelvas,
virgencita del recuerdo,/ pedacito de mi vida, reina de mi soledad./ Cuando vuelvas
arderán mis pebeteros y una lluvia de luceros a tus pies se tenderán.
Me parece que no habrá una mejor manera de
despedirme que usar el eterno y popularizado adiós del famoso Pedro
Vargas: “Muy agradecido, muy agradecido,
muy agradecido”...
Mississauga,
Ontario, el lunes 3 de junio del año 2019.
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