El neorrealismo italiano
Tras la caída de Mussolini y el fin de la Segunda
Guerra Mundial, Italia y su industria cinematográfica quedaron en ruinas. Surgió
entonces un movimiento cinematográfico que cambiaría la historia del cine para
siempre: el neorrealismo italiano.
Desde los años 20 del siglo pasado y hasta 1945, el cine italiano estuvo
sometido a una enorme censura debido al régimen dictatorial que sufría ese país.
Las películas realizadas durante el mandato de Mussolini no podían mostrar realidades
sociales, como la pobreza o la delincuencia, obligadas a dar la imagen de una
nación intachable en sus múltiples películas, históricas y musicales. El neorrealismo
italiano vendría a ser un movimiento narrativo y cinematográfico en Italia a partir
de 1945 durante la posguerra de la Segunda Guerra
Mundial. El término
fue acuñado por el crítico Umberto Barbaro, y mostraría las condiciones sociales más
auténticas y humanas, alejándose del estilo histórico y musical que hasta
entonces se había impuesto en la Italia fascista
(1922-1945). El neorrealismo italiano
posee unas características propias que lo diferencian de todo lo que hasta
entonces se había realizado en el cine, y se convirtió en el documento de toda
una época, mostrando la cotidianidad de las personas y de sus problemas tras el
fin de la guerra.
Las causas generadoras de este mayor realismo
cinematográfico serían la austeridad, secundaria al escaso presupuesto
disponible, el uso de escenarios naturales y la actividad de actores no
profesionales. Ossessione (1942,
Visconti) es considerada por algunos estudiosos como la primera película de
este movimiento, aunque no existe consenso sobre ello, pero será en Roma,
città aperta (Rossellini, 1945) donde al fin se hablará de un
claro neorrealismo italiano. Umberto D. de Vittorio De Sica, habrá de ser la película con la que, para muchos,
finaliza el neorrealismo italiano en 1952.
Aprovecho para presentar aquí un breve resumen de
siete películas que sirven como muestra representativas del neorrealismo
italiano:
1. Roma,
città aperta (1945, Rossellini). La ópera
prima del neorrealismo italiano. Inicia
la trilogía de la guerra de Rossellini (junto a Paisà y Germania,
anno zero). Presenta historias verdaderas de diferentes personajes tras la
ocupación nazi de Roma. Obtuvo la Palma de Oro en Cannes y una nominación al
mejor guion en los Oscar.
2. Ladri di
biciclette (1950, De Sica). Con esta obra Vittorio de Sica pasa de actor a director al narrar la
historia de un hombre al que, en su primer día de trabajo, le roban la
bicicleta. El actor protagonista de una angustiosa búsqueda por la ciudad de
Roma es un obrero. Globo de Oro y BAFTA a la mejor película extranjera, y
nominado al mejor guion en los Oscar (foto).
3. Germania, anno
zero (1948, Rossellini). Cierra su trilogía de la guerra, siendo la más pesimista de las tres
películas. Rossellini muestra el mundo en ruinas de la realidad italiana desde
los ojos de un niño. El trágico final no tendría cabida en Hollywood de su
época, así nuevamente el horror de la guerra es protagonista, como ya ocurría
en Roma, città aperta.
4. Riso amaro
(1949, De Santis). Giuseppe
de Santis retrata la vida de quienes trabajan en los arrozales del norte de Italia.
Su argumento le valió una nominación para los Oscar. Fue durante el rodaje de
esta película cuando la actriz protagonista, Silvana Mangano conoció al que
sería más tarde su marido, el famoso productor Dino de Laurentis (foto).
5. Miracolo a
Milano (1951, De Sica). Considerada como “cuento neorrealista”, se aleja del habitual mensaje
pesimista gracias a lo entrañable de su fantasía. Un joven huérfano, Toto, vive
en los suburbios de Milán, lugar que sus habitantes se verán forzados a
abandonar tras el hallazgo de petróleo en la zona. Obtuvo la Palma de Oro en
Cannes.
6. La strada
(1954, Fellini). Aunque
el fin del neorrealismo se dice que es 1952, La strada para numerosos autores es la obra maestra de este
período. La joven Gelsomina con el mezquino Zampanó (Anthony Quinn) en una gira
circense. La pareja Giulietta Massina y Federico Fellini se harán famosos.
Fellini quien había colaborado con Rossellini en el guión de Roma, città
aperta, y en La Strada llevará a cabo un homenaje a sus dos
pasiones: el neorrealismo italiano y el mundo del circo y el espectáculo (foto).
7. Rocco e i suoi fratelli
(1960, Visconti). Visconti fue un director
neorrealista (Ossessione o La terra trema (1948), pero este film,
está alejado del neorrealismo (1960), no obstante, Rocco e i suoi fratelli
es un ejemplo de cómo el neorrealismo italiano sobrepasa las fronteras del
tiempo. Visconti retrata la evolución de una familia del sur en Milán, en la
historia que Alain Delon protagoniza con crudo realismo social.
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