Cosas de la Historia
El 4 de marzo del año 2019 a propósito de mí manida
frase de: “la historia es cíclica y repetitiva”, aproveché para brevemente
y en este mismo blog, decir algunas cosas a propósito de los vampiros y de las
estacas. Hablaba yo para aquella fecha, sobre Drácula… ¡Qué casualidad! En
estos días hay uno que anda fugado… También me refería a Nicolás Ceaușescu, quien
decía estar empeñado en construir
una “sociedad socialista multilateral” e ideó un programa de demolición, con el
loable propósito de remodelar la ciudad de Bucarest, dañada por un terremoto.
Durante la construcción del Palacio del Pueblo en Bucarest, murió mucha, pero
mucha gente, y el proceso continuó con la demolición de localidades enteras… De
paso, fue trasladando a los habitantes para vivir en edificios de bloques (era
una especie de “Misión vivienda”) y los mudaban para otras ciudades. Así se
dijo que arrasó varios pueblos húngaros en Transilvania pretendiendo
homogeneizar la población. De allí la comparación… Es decir, la que se hacía
sobre Nicolás con el cruel príncipe Vlad, El empalador.
El endeudamiento externo de Rumania resultaría en una
grave escasez de comida, con grandes fallas de energía y de medicamentos, y fue
transformando la vida diaria de los rumanos en algo parecido a lo que ha venido
transitando el venezolano de a pie, desde, ¡auuff! Desde hace más de veinte
años, y concretamente ha seguido acentuándose durante el mandato del otro
Nicolás, el de la actualidad, mientras el ciudadano que no ha logrado escapar persiste
en una lucha diaria por la supervivencia alimentaria. Entretanto, “Once upon a time” dirían los gringos, o
el director Tarantino que siempre es muy sangrón, pero es en aquellos días, en
Rumania de lo que hablábamos, cuando Elena y Nicolás Ceaucescu, la parejita
presidencial, tenían un total y absoluto control del partido comunista, y
manejaban a su antojo el sistema judicial, así como el ejército, los
sindicatos, la juventud comunista y sus fuerzas de choque, que eran unas
patotas crueles y pertrechadas similares a “los colectivos” de por estas
calles. Ella se hacía llamar “La Madre de la Nación” y él, era sencillamente:
Nicolás, otro dictador.
En la navidad de 1989, ambos convocaron una gran
manifestación de apoyo, y como siempre, en autobuses llegaría un montón de
gente desde todas las regiones de Rumania, con cientos de pancartas que
mostraban la imagen de la idealizada pareja presidencial. Pero sucedió que
llegado el momento del acto de masas, al frente de aquella gran manifestación,
algunos en las filas de los jóvenes comunistas, comenzaron a abuchear a la
pareja y sorprendido, el dictador detuvo su discurso: “¡Ahora me callo!, y nunca sabrán
lo que se pierden de escuchar”: digo yo que quizás así lo pensó
Nicolás, pero Elena, su mujer, ante
aquel irrespeto, ordenó que disparasen sobre la muchedumbre, así no más, pero
no le obedecieron, y furiosa ella se lo exigió a sus guardias, pero el ejército
habría de rebelarse igualmente, y no, no le pararon pelota. ¡Era un no rotundo!…
A pesar de haberse escapado en un helicóptero, la
pareja presidencial sería capturada, y tras ser sometidos a juicio, ambos
serían ejecutados. Como el zar ruso, ¡otro Nicolás! Cuando fue destronado por
los bolcheviques, el último Zar de la dinastía Romanoff terminaría por perecer
fusilado, y por añadidura, con toda su familia... Todas estas cosas, son
historia y en realidad, yo comencé esta reláfica donde creía que iba a
hablarles sobre las estacas y los vampiros, pero arranqué repitiendo aquello de
que “la
historia es cíclica y repetitiva”…
Está bien. Si no se quiere ser tan
dramático, se puede entonar el tango de Cadícamo “Por la vuelta” y hasta se
le puede quitar un pelo del sabor de tragedia a aquello de la historia repetida,
al tango digo, y si vos no lo cantáis como Gardel, así, si vos queréis, lo podéis
entonarlo a lo Felipe Pirela, como si estuvieses regresando al “mosaico” de la
Billo´s Caracas Boys, así, medio gimiendo… “La historia vuelve a repetirse, mi muñequita
dulce y rubia, el mismo amor la misma lluvia, el mismo mismo loco afán”… ¿Te
acuerdas? Hace justo un año… Biirsia,
¿te acordáis? Es que, ¡recordar es vivir!
Maracaibo,
jueves 23 de abril del pandémico 2020
2 comentarios:
Excelente, profesor. Esperemos que la historia se repita por estos lares.
Excelente, profesor. Esperemos que la historia se repita por estos lares.
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