Edouard Dujardin
El monólogo, es el discurso de
una persona dicho en voz alta. En la literatura, el monólogo interior es una
técnica narrativa que nos permite conocer el flujo de la conciencia del
protagonista sin que este hable con otros o con nosotros. El soliloquio es un
recurso que encontramos con frecuencia en el teatro y es la forma de contar al
público lo que el personaje piensa, pero en la literatura, el monólogo interior
tiene lugar dentro del cerebro de quien medita. Lograrlo como escritor, es
crear vasos comunicantes profundos y afectivos con el lector.
Todo
lector conoce, o porque la ha leído o porque ha escuchado hablar sobre Ulises,
la fatigosa novela que otorgó la fama al escritor James Joyce (1882-1941). La
mayoría de los lectores creen que el Ulises
(1922) aportó a la escritura la técnica del monólogo interior, y no fue
así. James Joyce reconoció siempre su deuda con una novela francesa que fue
escrita y publicada antes que la suya, una novela que él mismo recomendó a su
agente literario con el propósito de que este la tradujera al inglés. El libro
que influyó en la narrativa de Joyce, fue escrito por Édouard Dujardin
(1861-1949) y lleva por nombre Han
cortado los laureles.
Edouard Emile Louis Dujardin (1861-1949) fue un ensayista,
novelista, poeta y dramaturgo francés, y se le
considera uno de los representantes del simbolismo. Dujardin nació en noviembre de 1861 en Blois (Francia)
y pasó la mayor parte de su niñez en Ruán. Su padre era
marino, el capitán marítimo Alphonse Dujardin. Su madre se llamaba Teophile. Él
estudió música en el Conservatorio de París antes de
introducirse en el mundo editorial, posteriormente se inclinó hacia la
literatura convirtiéndose también en crítico musical y especialista en las
composiciones de Richard Wagner; editó la “Revista Wagneriana” la cual se
publicó entre 1885 y 1888, para dar a conocer la obra y el pensamiento de este
compositor alemán.
Otras publicaciones de Dujardin aparecieron en la “Revista Independiente” o
la “Revista De Las Ideas”. Al igual que su amigo Mallarmé, Dujardin escribió poesía de estilo
simbolista, relatos de corte fantástico, ensayos sobre religiones y obras
teatrales. En 1891 a
la muerte de sus padres, Dujardin utilizaría los recursos familiares para
financiar una obra teatral la trilogía “La Leyenda De Antonia”
(1891-1893) e igualmente
Le Chevalier Du Passé en
1882.
Su reconocimiento mundial está más bien ligado a sus novelas, Los laureles están cortados o Han
cortado los laureles (1888) , La
leyenda de Antonia (trilogía) (1891-1893) y Los Argonautas (1924),
en particular su fama se debe a: Han
cortado los laureles, publicada en 1888, la cual es considerada como la
primera novela que utilizó el monólogo interior como recurso narrativo. James
Joyce, la consideraba como una de sus grandes influencias literarias. Entre sus
novelas y otras publicaciones están: Les
Lauriers sont coupés (1888), The
Source of the Christian Tradition: A Critical History of Ancient Judaism
(1911), Interior Monologue, Mallarmé
par un des siens, y Ancient
History of the God Jesus.
Dujardin continuó su labor como
periodista hasta el final de su vida algo disipada por la tuvo que soportar
algunas demandas aunque nunca fue sentenciado como culpable ni se vio obligado
a pagar cárcel por su trabajo. Vivió como un poeta que era y con numerosas
amistades femeninas que le protegieron y hasta financiaron su trabajo. Es
sabido que en un afiche de Tolouse Lautrect “El diván japonés” aparece
retratado y es la imagen que se ve en una edición de su novela ya
comentada. Dujardin
falleció a la edad de 87 años.
Regresando a la técnica narrativa
de, el monólogo interior, ésta podría resumirse así: Las reflexiones
del personaje están descritas con relación a lo que acontece en el mundo
exterior pero como resultado de ese análisis, el autor no participa en el
texto, no se manifiesta, de manera que todo acontece en la mente del personaje.
El protagonista no está consciente de que el lector lo escucha; detalle éste
muy importante y es precisamente porque su pensamiento, es muy suyo, personal y
la narración se escribe en primera persona. El escritor, autor puede dramatizar
el pensamiento de su personaje, pero lo que piensa, nace, crece y muere dentro
del sujeto. Es su “Yo” interior quien narra lo que siente y lo que quiere, es
la conciencia del personaje que se transforma en la verdadera protagonista de
la historia.
Maracaibo sábado 30 de noviembre, 2019
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