viernes, 10 de febrero de 2023

Aquel mitin distópico


Nuestra sociedad ya ha sido penetrada por el germen del mal. El mundo está presenciando en los países hispanoamericanos, fenómenos similares, y existen paralelismos que van más allá de presumir la existencia de influencias trasmitidas desde el Averno, -certeras evidencias se dice que han descrito las coordenadas que les conectan con el hirviente infierno- y presenciamos así las consecuencias de un proyecto que fue planificado descaradamente, (entenderán que me estoy refiriendo a aquel “mar de la felicidad” promovido para el siglo XXI) devenido en una conspiración populista urdida por quienes infiltraron las bases sociales y políticas del país de una manera tan grotesca, que sus acciones nunca pudieron ser disimuladas.

Convencidos de que ahora son parte de un proyecto internacional y utilizando el criminal sistema de “tierra arrasada” –popularizado desde el siglo XVI en la guerra de los 100años pero superado con creces por regímenes nazis y comunistas-han ganado ya mucho terreno. Sin embargo, pareciera que nos negamos a combatirlos, o que en ocasiones secundásemos sus propósitos quizás debido a nuestras desesperadas dependencias y así vemos imposibilitados, como la corrupción impera entre quienes personalmente logran lucrarse mientras la nación es entregada por manos criminales a potencias extranjeras.

Ajá, voy con el mitin… El domingo 8 del mes de diciembre del año 2019, al encender la radio escuché una prédica fanáticamente desesperada… De momento, aquel ser vociferante me hizo pensar en que era un religioso, pues su discurso me sonaba apocalíptico. ¡Fanático de bola!, me dije… ¡Zape gato! ¡Vainapaloca!, y cambié la emisora, pero… ¡Sorpresa! En la otra era la misma voz fanatizada y entonces comprendí que “estábamos encadenados”…

Era un mitin en La Guaira para “Las Milicias”y estas eran arengadas, para que nos defendiesen de las artimañas del malvado imperialismo. Era Maduro quien arengaba a los “millones de milicianos” que, según gritaba “recibirán su fusil, cada uno para que así, estando armados pudieran defender la revolución”, y les contaba sobre los otros miles de pobres quienes reciben los CLAPS y de los millares de seguidores que en cada escuela pública tienen ya su ficha precisa, -pensé que más les valdría el vaso de leche- y repetía que todo “era lindo”… ¡Ay miarma! (el comentario es mío) y dizque ya estaban todos listos para inmolarse por “la patria”….



Mi intención de hoy era volver a hablar sobre “1984” pero me tropecé con los recuerdos escritos de aquella enardecida distopía que había llegado hasta mis oídos por las ondas hertzianas, y me vi regresando al texto de George Orwell, asi que pensé en lo sucedido hace ya unos años y lo que vivimos actualmente… Significa que las advertencias de Orwell nos siguen apuntando a una realidad que, más que posible, está a la vuelta de la esquina, y les aseguro que al oír aquel desaforado –a pesar del “Ay que lindo”- mitin, pensé que realmente ya habíamos “llegado al llegadero”…

Pero como dice el bolero “como han pasado los añosc” y ya han transcurrido unos 4 años más, y lo que vivimos en Venezuela, lejos de ser un relato distópico, es una espantosa realidad; la de un país rico expresamente empobrecido, con su estamento militar que se dejó infiltrar por consejas sibilinas excretadas desde una isla, y fue comprado por una cáfila de trúhanes enriquecidos con dinero procedente del narcotráfico que se dan el gusto de mostrarle al mundo, sus riquezas (lingotes de oro puro) apoyándose en el más triste ejemplo de traición a la patria, más bochornoso aun por ser perpetrado por quienes eran los herederos de un ejército que liberó cinco naciones de América.

En aquellos días finalizando el 2019, Maite Rico, joven periodista de El País, en España, y experta en política internacional, recordaba como: “…el viejo Castro, mucho más listo, vio en ese militar iluminado la tabla de salvación de su régimen calamitoso, la ubre a la que aferrarse tras el derrumbe de la URSS, que puso fin en 1990 a unas ayudas de 65.000 millones de dólares (cinco veces el Plan Marshall, con el que EEUU contribuyó a la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial)”, y ante la estupidez de Hugo Chávez, “Castro se la cobró muy cara… …“Infiltró Venezuela como un alien”…

Cuba, Venezuela, y Nicaragua continúan los tres encadenados uno al otro, y se hunden sin remedio en el mar de la miseria y la pobreza, mientras la Rusia neo-imperial de Putin y la China voraz de Xi-Jinping vuelan, revoloteando en círculos como zamuros o zopilotes sobre los moribundos conciudadanos… Distopía, si… Es como decía mi primo Ernesto, “que oiga quién tenga oídos” …

Maracaibo, viernes 10 de febrero de 2023

 

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